1Pedro 2:4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
6 Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
Muchas religiones en el mundo tienen sacerdotes. La tarea principal de tales sacerdotes es la de representar la situación del hombre ante Dios. Estos sacerdotes ofrecen oraciones y sacrificios a Dios de parte de la gente a la que representan. Los sacerdotes también se suponen que representan el camino a la reconciliación entre Dios y el hombre. El Antiguo Testamento tenía tal sacerdocio. Sin embargo, el cambo radical en el Nuevo Testamento es que después del Pentecostés, todo el pueblo de Dios se convierte en sacerdotes. Cuando Pablo habló acerca del sacerdocio real no dijo, “Mas yo soy real sacerdocio…” o “el líder cristiano local es un sacerdote…” sino que dijo, “Vosotros sois real sacerdocio.” ¡En vez de un sacerdocio local operando desde Jerusalén, ahora Dios tiene a sus sacerdotes en donde quiera que su pueblo esté esparcido! ¡Ese es un nuevo sistema radical!
Pedro no solamente reinterpreta el sacerdocio, sino que hace lo mismo con los cargos de profetas y reyes. Los cristianos son “sacerdotes reales y proféticos”. Ellos hablan por Cristo, hablan con Cristo y reinan con Cristo. Esto es también enseñado en el Catecismo de Heidelberg, domingo 12.
P. ¿Porqué te llaman Cristiano(a)?
R. Porque por la fe soy miembro de Jesucristo y participante de su unción, para que confiese su nombre (profeta) y me ofrezca a Él, en sacrificio vivo y agradable (sacerdote) y que en esta vida luche contra el pecado y Satanás con una conciencia limpia y buena (rey) y que, después de esta vida reine con Cristo eternamente sobre todas las criaturas.
El simbolismo que Pedro usa fuertemente sugiere que la audiencia estaba familiarizada con el templo de Jerusalén y el sacerdocio correspondiente. Utilizando el lenguaje y simbolismo del Antiguo Testamento, Pedro redefine el papel de la Iglesia con el pueblo de Dios.
2:4-8 EL SIMBOLISMO DEL TEMPLO
1Pedro 2:4 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
6 Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
7 Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
8 y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Pedro usa el simbolismo del templo en Jerusalén para poder transmitir verdades acerca de la comunidad cristiana. El templo fue construido con piedras y también había sido destruido en varias ocasiones ya que las piedras fueron desechadas.
Jesús es la roca viviente. Durante Su ministerio Jesús se refirió a sí mismo como la roca (Mateo 21:42 ). Él es la roca viviente sobre la cual la vida de los vivientes es construida (Salmos118:22, Hechos 4:11). En discurso figurado, piedra viviente, es un oxímoron. Las piedras no tienen vida. Pero ésta roca se refiere a una persona. La Iglesia es construida en una relación personal con Jesús y no es simplemente una estructura comunal o tradicional.
Jesús es la piedra rechazada. Cuando Jesús se identificó a sí mismo como el templo que sería levantado en tres días, los líderes religiosos judíos lo rechazaron. Los líderes religiosos judíos eran los constructores que rechazaron al Mesías. Jesús se había convertido en la piedra de ofensa para todos aquellos que no creían en el Mesías. Pedro añade en el versículo 8 que aquéllos que rechazaron a Jesús habían sido asignados para eso. Dios había planeado desde la eternidad que el rechazo del Mesías llevaría al rechazo de Su Palabra y causaría que su pueblo tropezara en su pecado e incredulidad. Todos los no incrédulos rechazan al Mesías.
Los creyentes son piedras vivientes. La comunidad cristiana es el nuevo templo del Espíritu. Este es un templo universal; nosotros todos los creyentes estamos unidos. Calvino escribe: “que él construye una casa de todo el número de creyentes. Porque aunque se dice que cada uno de nosotros es el templo de Dios, todos están unidos en uno, y deben ser unidos por amor mutuo, para que un templo sea hecho de todos nosotros.”
Todos los creyentes son sacerdotes. Mientras que el Antiguo Testamento tiene sacerdotes especiales, ahora todos los cristianos son sacerdotes. Esta es una enseñanza radical en la cual la estructura de un especial sacerdocio de liderazgo está siendo extendido a una grupo populista de sacerdotes que recorrerá el mundo. El crecimiento de la iglesia cristiana soporta esto.
Más del 95% de los misioneros cristianos contemporáneos y ministerios especiales son miembros de iglesias y no pastores ordenados o clero. Muchas iglesias tienen maestros de escuela cristianos, miembros de juntas directivas cristianos, maestros de enseñanza en casa cristianos, consejeros, trabajadores juveniles, trabajadores sociales, trabajadores regulares y padres que traen el evangelio a cada área de la vida. Los movimientos de crecimiento de iglesia más grandes el día de hoy es de personas laicas que evangelizan, atraen a inconversos a una iglesia en hogares y se organizan como un movimiento de iglesia. La iglesia perseguida, que no depende de clero institucionalizado, ha visto un crecimiento de iglesia sin precedentes, como es reportada en la China comunista. El movimiento misionero moderno, los movimientos de crecimiento de iglesias y el crecimiento de la iglesia perseguida, son indicadores del trabajo del sacerdocio de todos los creyentes. Esto no significa que todos estos movimientos son representativos del reino de Dios ya que hay falsos profetas, maestros falsos, pastores falsos, evangelistas falsos y cristianos falsos. Sin embargo, aún cuando los movimientos falsos sean imitaciones nos conviene descubrir y participar en el ejercicio genuino del sacerdocio de todos los creyentes.
Las iglesias que se organizan como una clase profesional de sacerdotes ordenados usualmente sufren de estancamiento. A menos que toda la mayoría del “sacerdocio de todos los creyentes” sea entrenada y movilizada, la comunidad de la iglesia batallará en crecer (Efesios 4:12).
La confusión escatológica contemporánea está cercanamente asociada con la errónea perspectiva del templo y el sacerdocio. La preocupación evangélica y mayormente dispensacional y milenaria con la restauración de Israel, Jerusalén, el templo, los cargos y los pactos del Antiguo Testamento teocrático, muestra una falta de entendimiento acerca de cómo Cristo y la Iglesia de Cristo cumplen con las formas, estructuras y cargos de la teocracia del Antiguo Testamento. La Consumación, traerán la intencionada restauración de Dios y una nueva creación. La herencia prometida al creyente no es el milenio sino una nueva creación y un nuevo cielo.
Sacrificios espirituales. Se reúnen para ofrecer sacrificios espirituales. Se han convertido en el sacerdocio santo, que prepara sacrificios, los ofrece, ora y pronuncia perdón para los pecadores arrepentidos.
Para el cristiano judío, el templo en Jerusalén sería destruido en 70 AC. ¿Qué quedaría del templo? El nuevo templo: un templo espiritual consistente de ambos creyentes judíos así como creyentes gentiles fue prefigurado por las antiguas estructuras físicas.
2:9 a. EL SACERDOCIO
9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,
El sacerdocio tiene sus orígenes en las amables provisiones del Dios Trino. Dios ha hecho un pacto eterno con Su pueblo “Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno…” (Hebreos 13:20). Y Dios, quien es omnisciente (que todo lo sabe), también sabía que el hombre pecaría, proveyó a Jesús para que sea nuestro mediador, nuestro avalador en el pacto, nuestro sacrificio substitutivo y nuestro gran sacerdote.
El mediador no era el policía que trataría de parar al hombre que peca. Por el contrario, sería un sacerdote que buscaría la reconciliación entre el pecador y el Dios contra el cual los pecados han sido cometidos. Debido a la caída, la intercesión requeriría el derramamiento de sangre. Por la gracia de Dios, aceptó a un substituto, la matanza de un cordero inocente hasta que la encarnación de Su Hijo, que sería “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”
El sistema sacerdotal del Antiguo Testamento está establecido para la intercesión del sacrificio, la oración, la reconciliación, y la preparación del pueblo de Dios para entrar y caminar en la presencia de Dios. El libro de Levítico describe en detalle cómo el sacerdote preparó la entrada y permanencia en la presencia de Dios.
Hay un sacerdocio universal así como sacerdotes locales. Mientras que el sacerdocio Aarónico y Levítico estaba centrado el lugar de reunión del pacto y el pueblo, la orden de Melquisedec es universal.
Al final del AT, el sacerdocio había menguado a unos pocos “bajos” sacerdotes. El sistema se había vuelto corrupto. Solo podía ser restaurado por medio de la muerta sacrificial y la resurrección del Señor Jesucristo.
Jesús cumple el cargo de sacerdote. Jesús viene y completa todas las funciones del Gran Sacerdote. Él es el último sacrificio, Él intercede y sólo Él trae reconciliación. Él es el sacerdote universal según el orden de Melquisedéc. Después de la resurrección, Jesús es el Gran Sacerdote en el cielo. El intercede por la oración del pueblo de Dios. El vendrán al padre en el nombre de Jesús y por el poder del Espíritu Santo.
Jesús comisiona a todos los creyentes a que sean sacerdotes [vosotros sois real sacerdocio]. Cristo reinará usando las oraciones, intercesión y sacrificio de Su pueblo.
¿Entonces qué hacen los sacerdotes? En el Antiguo Testamento el sacerdote respondía al llamado de Dios de ser sacerdote, ofrecía sacrificios, traía regalos delante del Señor, oraba, buscaba la reconciliación entre Dios y su pueblo y en general preparaba al pueblo de Dios para la adoración.
¡Antes que nada, el sacerdote debe reconocer su elección por Dios para el sacerdocio! “Más vosotros sois… pueblo adquirido por Dios.” ¡Pedro no solamente habla acerca de los sacerdotes ordenados! Él no dice, “Nosotros, los apóstoles, somos una generación escogida. No, el incluye a todos. Los pastores y ancianos tienen un papel especial entre sus compañeros sacerdotes, ellos entrenan al sacerdocio de creyentes para el trabajo del ministerio y la construcción de la iglesia (Efesios 4:12) pero el cargo más alto es el cargo de todos los creyentes.
Pedro apunta que todos los sacerdotes reales son elegidos por Dios (y por lo tanto no escogidos por el hombre). ¡Este no es un cargo controlada por la denominación, el estado, o instituciones de religión: es un cargo divino en la tierra, escogido, modelado y controlado directamente por Dios! Los siervos de Dios tienen la responsabilidad de la iglesia, pero la iglesia no determina su llamado o vocación espiritual, Dios lo hace. La iglesia reconoce y discierne espiritualmente el llamado de Dios para Su pueblo.
Los elegidos nunca pueden decir, “! No hay lugar para mi talento, mi ministerio en el reino de Dios!” Si Dios le da un llamado y un talento para el ministerio Él proveerá un lugar para ministrar.
El sacerdocio no es para todos. Es sólo para los cristianos que son escogidos por el Dios verdadero y que verdaderamente funcionan como sacerdotes. Ellos profesan al Dios verdadero, oran al Padre a través de Jesús, interceden; buscan la reconciliación entre Dios y el hombre.
Una forma de identificar al sacerdote escogido es por su confesión del Dios verdadero. No es el dios de los mormones, quienes creen que el Padre nació en otro planeta. No es el dios de los Testigos de Jehová, quienes niegan la eternidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. No es el dios de los de la Nueva Era quienes piensan que Dios el Padre es madre y que además piensan que tú, tus gatos y perros y el árbol en tu jardín son dioses. Obviamente, hay selectividad en el sacerdocio para todos los creyentes.
También hay cristianos que altamente proclaman que no creen en la elección de Dios. ¡De todas formas vendrán a un cambio de corazón y creencia o demostrarán ser no elegidos! Los únicos sacerdotes reales son aquéllos de la generación escogida, aquéllos que son escogidos por Dios para tal tarea. Y son llamados a conocer a aquél que los eligió y para qué propósito.
Los sacerdotes deben presentar sacrificio agradable. El pueblo del AT confesaba su pecado al ofrecer sacrificio substitutivo. El sacerdote aceptaría los sacrificios y los presentaba al Señor. Después del Pentecostés, los creyentes venían a Cristo por fe, confesaban sus pecados basados en Su sacrificio y vivían en gratitud y alabanza. El propósito del sacrificio es el mostrar la condición del corazón que necesita redención. El sacrificio que el Señor requiere es un corazón y espíritu quebrantado, contrito y creyente. “Bienaventurados los pobres en espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.” ¡El rey reina a través de corazones quebrantados, corazones en luto, a través de corazones de misericordia, bondad, hacedores de paz y corazones que dependen de la gracia de Dios, que oran y ruegan a Dios y le agradecen por su gracia! En cuanto Lutero dijo: “Somos un mendigo diciéndole a otro mendigo en dónde encontrar su próximo alimento de gracia.”
El sacerdocio real está activo en oración entre cristianos. La oración identifica nuestra entrada al sacerdocio. Cuando Saulo fue llamado y convertido por Dios en el camino a Damasco, el Señor le dijo a Ananías, “he aquí, él ora.”
Obviamente, necesitamos empezar a orar. ¡No siempre tenemos ganas de hacerlo! Es bueno pedirle a Dios que nos dé el deseo de orar. El bautista inglés del siglo XIX “príncipe de los predicadores,” C. H. Spurgeon observó: “Creo que cuando no podemos orar, es hora de que oremos más que nunca. Y si respondes, “¿pero cómo puede ser eso?” Yo diría, ora para orar. No, pero si tú dices no puedo orar, ora hasta que puedas.” “Entre más oremos más querremos orar… y el que ora más, deseará orar más abundantemente.”
El puritano Sidlow Baxter nos recuerda, “El hombre puede menospreciar nuestros ruegos, rechazar nuestro mensaje, oponerse a nuestros argumentos, despreciar nuestra persona, pero son impotentes ante nuestras oraciones.”
Las iglesias misioneras que están creciendo alrededor del mundo son remarcadas por oración extensiva. ¡Los moravos, a quienes Dios usó para evangelizar entre esclavos y sirvientes y reformar a la iglesia empezando al final del siglo XVII, oraron las 24 horas del día, por más de 100 años!
Jorge Pasible, fue un pastor anciano con una voz muy débil pero con un espíritu muy ferviente que vivió en una pequeña villa en el campo de la República Dominicana. Él estaba cercano a la muerte y lo sabía. Justo antes de morir me dijo, “Cornelio, el hecho de que tú y los misioneros estén aquí y que la iglesia haya sido revivida y haya crecido es una respuesta a muchos años de oración. Oramos por un reavivamiento y el Señor te envió.
Los sacerdotes reciben y administran las ofrendas que son traídas para el Señor. El sacerdote se aseguraba que estas fueran frutas de la primicia y no las podridas.
¿Estamos recibiendo ofrendas por la obra del Señor? El trabajo del sacerdote no solamente es el dar de sus propios bienes sino también animar a otros para que den. Los líderes de la iglesia tienen una gran responsabilidad para usar apropiadamente las ofrendas dadas para la obra del Señor. El primer paso al pedir es pedirle a Dios, y después pedirles a otros.
El sacerdote buscaba la reconciliación para aquéllos en conflicto. Los sacerdotes eran mediadores. A veces lo único que una persona en problemas necesita es: “¿puedo orar por ti?” Qué gozo es el llevar a la gente al Padre a través del Hijo. Si todos nuestros problemas nos llevan al trono de gracia entonces valen la pena.
Sin embargo, las oraciones para la reconciliación necesitan ser seguidas con acciones que son reconciliadoras. La confesión de pecados, la petición de perdón, la restitución y otras formas de reconciliación deben ser usadas.
Oramos por la reconciliación: “perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.”Los cristianos no oran solamente para tener una buena plática íntima con Dios, la oración va más allá de la plática hacia un ruego por la reconciliación, esto es, la restauración entre partidos enajenados.
Los padres cristianos oran por sus hijos. Si hay un miembro de la familia que no está siguiendo al Señor Jesucristo por fe, tenga la certeza de que se está orando por el. Los compañeros cristianos oran los unos por los otros. Y si un compañero no es fiel al Señor, tenga la certeza, de que se está orando por el. Los pastores cristianos oran por sus ovejas. El comité de ancianos en la iglesia ora por los miembros que están enfermos, aquéllos que no ven la necesidad de asistir a los servicios de adoración, y aquéllos que están teniendo problemas. Los cristianos oran por sus líderes gubernamentales. Puede que usted apoye la presidencia o sea anti-presidente, pero sigue siendo su responsabilidad como cristiano el orar por él, que pueda de manera voluntaria o involuntaria, hacer aquello que es bueno y castigar lo que es malo.
El sacerdote prepara al pueblo para la adoración en Espíritu y en Verdad. Ellos estaban a cargo del tabernáculo y del templo. Se aseguraban de que el pueblo entendiera y que entraran apropiadamente a la presencia de Dios a través del sacerdote mediador.
¿Invitamos a la gente a que se una en la oración del Dios verdadero? ¿Invitamos a la gente a que venga al Padre a través de Jesucristo, el único Sumo Sacerdote? Recuerdo el testimonio de una mujer que por más de un año recogía a otra señora para venir a la iglesia antes de que se convirtiera al cristianismo y fuera a la iglesia por su propia cuenta. La mujer vivía justo enfrente de la iglesia, pero necesitaba a una sacerdotisa laica que viniera y la preparara para la adoración.
2:9b-10. SACERDOTES REALES Y PROFÉTICOS
9b para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;
10 vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.
Los cristianos son ungidos como sacerdotes reales en la tierra (2:9b). La palabra “real” en griego viene de basilea, de reinar. Somos un sacerdocio reinante vinculado con el Padre en el nombre de Jesús y por el poder del Espíritu Santo. Jesús es el Sumo Sacerdote y los creyentes son los sacerdotes bajos.
Juan Calvino apunta en su comentario que “real sacerdote” combina el cargo de rey y de sacerdote. Dios reinará a través de la obra de sus sacerdotes. Es por esto que, en la iglesia reformada y la presbiteriana, así como en muchas otras iglesias protestantes y evangélicas, no tenemos un sacerdocio especial entre nuestros líderes. Todos los creyentes son sacerdotes. A esto se le llama “sacerdocio de todos los creyentes.”
Los sacerdotes también son proféticos. Los cristianos son llamados a proclamar la adoración del Dios trino. Las razones para la adoración son: 1) por ser sacados de nuestra oscuridad y hacia Su luz; 2) por ser hechos un pueblo cuando no éramos su pueblo y 3) por obtener gracia cuando no era así antes. Los sacerdotes del antiguo testamento también cumplían con tales funciones. Llamaban al pueblo a arrepentirse de sus pecados y venir a Dios. Reunían al pueblo delante de Dios y Él se dirigía a ellos como Su pueblo. El sacerdote recibía el sacrificio para poder pedirle a Dios por misericordia. Ahora en el Nuevo Testamento, todo el pueblo de Dios debe llamar a otros para venir al Padre a través de Jesús, deben convertirse en miembros de la iglesia, el Pueblo de Dios y deben apelar y ser testigos de la gracia y la misericordia de Dios en sus vidas.