} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 01/01/2017 - 02/01/2017

domingo, 29 de enero de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE 10



Mateo 5:14-16  Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende la lámpara y se pone debajo de un almud, sino en el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
 (La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)

LA LUZ DEL MUNDO

  El Sermón del Monte es sumamente práctico. Jesús habla de cosas comunes, como la sal y la luz. Para nosotros el sol es la luz del mundo, sin la cual estamos en las tinieblas y andamos a tientas en la oscuridad. Sin su luz no hay ningún color ni belleza, no se ve el camino ni el mundo de las cosas. El mundo necesita esta luz externa, pero con mucha mayor urgencia necesita la luz interna, el conocimiento adecuado, la verdad. Antes se llamó a los discípulos sal de la tierra, aquí se los llama luz del mundo. Ésta es la expresión más amplia. En ambos casos se alude a lo mismo, a saber, al mundo de los hombres y de su vida, al orbe al que se ha dado vida y que está habitado. Todo el mundo comprende perfectamente lo útil de estas cosas. Jesús dice que sus discípulos son la luz del mundo. ¡Otra afirmación admirable y maravillosa!

 Jesús habla de la realidad. Él no dice esto para producir un espíritu de soberbia en sus discípulos, sino que este atributo se debe a su utilidad en el mundo, para expeler las tinieblas (la ignorancia y los pecados), y para alumbrar el camino.

              El mundo de tinieblas urgentemente necesita de esta luz.

   Proverbios_4:19, "El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan". ¡Es muy cierto este proverbio! Los del mundo tropiezan y caen y ni siquiera saben en qué tropiezan. Juan_12:35, "el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va".
 En el Nuevo Testamento hay varias listas de los pecados más horribles del hombre (Gálatas_5:19-21; Colosenses_3:5-8). Romanos_13:12, tales pecados se llaman "las obras de las tinieblas". Efesios_5:11, "Y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas".

              Jesucristo es la única verdadera luz del mundo.

En el Evangelio de Juan, Jesús dice de sí mismo que es la luz del mundo (Juan_8:12). Aquí los discípulos son luz del mundo. Eso sólo puede significar que los discípulos son la luz del mundo, porque llevan la luz de la verdad, que Jesús ha traído. Los discípulos pertenecen a Jesús de una forma tan estrecha y están tan llenos de Él, que ellos mismos se convierten en luz. Cuando la luz realmente ha llegado, entonces también resplandece de una manera inextinguible, y nada puede oponerse a este fulgor; con Él todo se ilumina e irradia. De un modo muy semejante a lo que sucede en la ciudad, que está situada a gran altura en la cima de un monte, y se ve desde todas partes; así como un castillo domina el campo, o el alto campanario de una iglesia desde todas partes denota la ciudad. El israelita tenía que pensar en seguida en la sola ciudad, edificada en lo alto (Salmo_121:3): Jerusalén. Desde lejos la veían los peregrinos. Dios había elegido para sí este lugar, el monte santo de Sión, como hogar de su nombre, y como sitio de la gracia. En la visión de los profetas Sión también se convierte en el centro de los sucesos de la salvación en el tiempo final: los pueblos paganos partirán hacia este monte al fin de los tiempos y dirán: «Ea, subamos al monte del Señor, y a la casa del Dios de Jacob, y él nos mostrará sus caminos, y por sus sendas andaremos; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor (Isaías_2:3). La metáfora de los profetas ha continuado, su contenido es nuevo: los discípulos, que tienen hambre y sed de la verdadera justicia, y que se han convertido en la luz del mundo, serán la ciudad que no puede permanecer oculta. Ya no hay que designar como portador de la salvación para el mundo a este único lugar geográfico, sino a personas vivientes, que en sí tienen la luz. En cualquier parte en que estén, allí también está la «ciudad situada en la cima de un monte»...
 Mateo_4:16, cuando Cristo vino, "el pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte luz les resplandeció". Lucas_1:78-79, el profeta Zacarías, padre de Juan el bautista, dijo al niño "que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte". Juan_1:5, "La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella".  
 Jesús es la luz del mundo porque, como el Verbo de Dios, El reveló tanto en su vida, muerte, resurrección y ascensión, como en sus enseñanzas, la voluntad de Dios con respecto a los pecados de la humanidad, y cómo podemos recibir el perdón de pecados y tener comunión con Dios.

También los discípulos de Cristo son la luz del mundo.

  Juan_12:36, "Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz". Podemos ver la expresión "hijos de luz" en 1Tesalonicenses_5:5. La palabra "hijos" significa "caracterizados porque son de esa naturaleza”.
  Efesios_5:8, "en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz". Colosenses_1:13, "nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre". 1Tesalonicenses_5:4, "No estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda". 1Pedro_2:9, "os llamó de las tinieblas a su luz admirable".

              Somos la luz del mundo si predicamos el evangelio puro.

     La luz del evangelio. 2Corintios_4:4; 2Corintios_4:6 habla de "la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”. Cristo ilumina al mundo a través del evangelio. Al llegar esta luz, las tinieblas desaparecen.

Hechos_26:18, la obra de Pablo: "para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios".

              Somos la luz del mundo si llevamos vidas fieles.

 Filipenses_2:15, "para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha... resplandecéis como luminares en el mundo".
La necesidad de buenos ejemplos: 1Timoteo_4:12, "Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra conducta, amor, espíritu, fe y pureza". 1Pedro_3:1-4, es posible que maridos incrédulos "sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa". Para hacerlo ellas deben tener "un espíritu afable y apacible". 1Pedro_5:3, los ancianos no deben tener "señorío" sobre la iglesia, "sino siendo ejemplos de la grey".
   Hay mucha "luz" en el buen ejemplo. La mayoría de la gente no lee la Biblia. La vida de los cristianos es la única "Biblia" que leen. Aprenden mucho del evangelio "escrito" en las vidas de los cristianos 2Corintios_3:2, "Nuestras cartas sois vosotros, conocidas y leídas por todos los hombres", como documentos clavados a la pared en edificios públicos.
 No debe haber comunión con las tinieblas. Es necesario enfatizar que somos la luz del mundo solamente si somos pura luz, sin nada de tinieblas 1Juan_1:5-6 "Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos". 2Corintios_6:14, "No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" En este texto Pablo condena toda forma de comunión con la idolatría.  Por eso, "Salid de en medio de ellos, y apartaos". ¿Por qué? Porque si tenemos comunión con las tinieblas, llegamos a ser tinieblas otra vez. Ya dejamos de ser luz 2Corintios_6:14-18 nos enseña a no tener comunión con el error religioso.
  Recuérdense las bienaventuranzas, porque están en el contexto de Mateo_5:14-16. Para ser la luz del mundo, debemos poseer las cualidades de carácter mencionadas en las bienaventuranzas. Muchos hermanos no son luz porque no son "pobres en espíritu" (no quieren reconocer sus faltas ni pedir perdón), no tienen hambre y sed de justicia, no son pacificadores, etc.

              "Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder".

  Son bien conocidos. Los discípulos fieles que predican el evangelio puro se conocen; tienen su influencia sobre mucha gente (Hechos_17:6). La gente se fija en la buena conducta, actitud, y buena voluntad del cristiano. Es algo obvio y sobresaliente. El cristiano es diferente. No se conforma a las actitudes mundanas (Romanos_12:1-2), sino que es transformado a la semejanza de Cristo.
 Los cristianos son conocidos por familiares, vecinos, compañeros de trabajo o de escuela, clientes y patrones, mayordomos y empresarios, etcétera.
 "Debajo de un almud". El almud es útil; tiene su uso práctico, pero no fue diseñado para esconder lámparas. Los habitantes de monasterios y conventos quieren poner su luz debajo de un almud. Creen que deben aislarse del mundo y dedicarse a la meditación.
Esto es precisamente lo que Jesús rechaza.   Nada de discipulado secreto, Juan_19:38. Si no confesamos a Cristo abiertamente, si nos avergonzamos de Él, somos tinieblas, y nada de luz.  Mateo_10:32-33 esta confesión no se limita a una confesión hecha antes de bautizarse en la presencia de cristianos, (Lucas_14:25-35).    

 No solamente en el local. También los miembros que limitan sus actividades evangelísticas al sitio de reunión ponen su luz debajo de un almud. Muy pocas personas irán al local para oír el evangelio, sino que es necesario llevarlo a ellos, Mateo_28:19; Marcos_16:15; Hechos_8:4.  
 No asociarse con los mundanos. Los que no quieren asociarse con los del mundo, sino solamente con los hermanos, ponen su luz debajo de un almud. Lucas_5:30-32; Lucas_15:1-2.
 "sino sobre el candelero". Los cristianos deben estar conscientes de la necesidad de tener una influencia positiva sobre otros. La luz tiene que exponerse por medio de la enseñanza del evangelio y el buen ejemplo para iluminar el camino de otros. No debe esconderse nuestra luz.

  "Alumbre vuestra luz delante de los hombres... glorifiquen al Padre".

  La Biblia condena toda forma de soberbia. La enseñanza de este verso (Mateo_5:16) no debe producir soberbia en nadie. Jesús no quiere que se haga una exhibición de nuestra justicia para que los hombres nos alaben a nosotros mismos (Mateo_6:1-18).
  El propósito de alumbrar nuestra luz: "para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos". Se añade que la luz son las buenas obras. Esto no es fácil de entender. En primer lugar, la luz no son ideas ni pensamientos. Los discípulos no deben llevar a los hombres nuevos conceptos del mundo, nuevas filosofías o enseñanzas de la sabiduría, sino acciones vivas que puedan ser oídas y vistas. Así pues, ¿se trata de «buenas obras» según la piadosa manera católica de entender? No. Las obras son simplemente la luz infiltrada en la vida, la luz que se ha realizado. Son la verdad configurada, la fe vivida. Las buenas obras no están junto a la fe ni la acompañan como una calle ribereña va bordeando el río, tampoco son mérito propio. Las buenas obras, en suma, son la vida cristiana activa, dedicada a las obras, que fluye constantemente como de un volcán. Aquí se concibe la luz del mundo por así decir con su más intenso resplandor. Sólo irradia de veras la luz que produce incesantemente tales obras y con ellas da testimonio de sí. Con las últimas palabras se quita todo pensamiento de propio mérito o ambición hipócrita. La luz que fluye no debe reflejarse en nosotros. No debemos alumbrar para que los hombres elogien nuestra luz. No se hacen las obras para ser alabados, sino única y solamente para que Dios sea ensalzado. El Padre que está en los cielos es el que debe ser reconocido. La luz del discípulo, a través de él, debe remitir al origen, al «Padre de las luces» (Santiago_1:17). Esta es la última finalidad y el motivo más profundo de la vocación del discípulo: hacer ostensible a Dios con toda la existencia, con la vida iluminada por el amor, con las obras nacidas de la verdad...
Mateo_9:8, cuando Jesús sanó al paralítico, "la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios".  
 Mateo_15:31, "la multitud se maravillaba, viendo a los mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel". Lucas_7:16.
La misma cosa sucedió cuando los apóstoles hicieron milagros.   Hechos 4:21


 Las buenas obras. ¡Hagamos buenas obras para que Dios sea glorificado! 

¡Maranatha!

sábado, 28 de enero de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE 9


Mateo 5:13  Vosotros sois la sal de la tierra; y si la sal se perdiere su sabor ¿con qué será salada? No vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. (La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)

LA SAL DE LA TIERRA

             
              "Vosotros sois la sal de la tierra". ¡Qué afirmación más maravillosa y alentadora! En este texto Jesús habla de la relación entre sus discípulos y los demás. Son una gran bendición para el mundo.
              Los que poseen las cualidades de carácter descritas en las bienaventuranzas ineludiblemente son la sal de la tierra. La palabra "sal" se refiere a la influencia de los cristianos para impedir la maldad y para preservar el mundo de la corrupción espiritual.

              ¡He aquí los discípulos de Jesús!

              Estudiemos este grupo de discípulos. ¿Quiénes eran? ¿De dónde venían? ¿Qué habían hecho o qué hacían en ese entonces? ¿Cómo es posible que Jesús les haya dicho, "Vosotros sois la sal de la tierra"?
             
 Eran galileos. Los doce apóstoles eran galileos sin educación formal (Hch_1:11; Hch_4:13). Jesús no buscó apóstoles entre los entrenados y privilegiados. Jesús no solamente fue criado en Nazaret, una ciudad despreciada por los judíos (Jua_1:46), sino que también llevó a cabo una gran parte de su ministerio en Galilea. Los galileos no gozaban de muy buena reputación entre los judíos de Jerusalén. Por estar más lejos del templo, y por tener más contacto con los gentiles (Mat_4:15, "Galilea de los gentiles"), se consideraban menos religiosos que los de Judea. Mar_14:70, "porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos".

              Eran del pueblo común. Los discípulos no eran personas de reputación en la vista del mundo.

No eran grandes ni importantes, según el concepto popular de lo que constituye la grandeza, sino que, al contrario, era muy insignificantes.

Por lo menos cuatro de los apóstoles eran pescadores (Mat_4:18-21).

Otro apóstol era publicano (Mat_8:9-13).

Eran pobres. "Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios", Luc_6:20.

Eran despreciados por los romanos. Los discípulos de Jesús, siendo judíos, no tenían ningún poder político.

No participaban en ningún movimiento político para corregir injusticias.

Eran despreciados por los líderes religiosos. Jua_7:49, "Mas esta gente que no sabe la ley, maldita es". Así era el concepto que los líderes de los judíos tenían de los discípulos de Jesús.
              1Co_1:26, "Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles". Este texto explica claramente que "lo necio de mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil de mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es (lo que no tiene reputación), para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia"
. Que toda la gloria sea para Dios y su mensaje, y no para los mensajeros.

  ¿Cómo es posible, pues, que tales personas -- pobres, insignificantes, perseguidos -- tengan una influencia tan grande sobre el mundo?  

 Es obvio que lo que es “grande” e “importante” ante los ojos del mundo no cuenta con Dios (Luc_16:15.

  La verdad es que los discípulos de Jesús iban a tener, han tenido, y siguen teniendo un tremendo impacto sobre la raza humana, no por poseer la grandeza según el mundo, sino por poseer las cualidades de carácter delineadas en las bienaventuranzas.
             
 La sal sirve para preservar de la corrupción.
              Los habitantes de la tierra son corruptos. Desde luego, no se necesita texto bíblico para probar esto, pero leamos Rom_1:18-21; Gál_5:19-21; Efe_4:17-19. Los discípulos de Cristo son preservadores que impiden el proceso de la corrupción por medio de predicar el evangelio, enseñando todo el consejo de Dios (Hch_20:20; Hch_20:27), y demostrando la enseñanza en sus propias vidas. Los discípulos de Cristo tienen influencia salvadora. Los santos son la "conciencia" para la gente que les conozca. Les enseña y les pone un buen ejemplo de la enseñanza. Esta influencia doble (la enseñanza y la enseñanza ejemplificada) es la sal de la tierra.
              La sal obra silenciosamente, como la levadura, Mat_13:33. No es ruidosa. Jesús no inició revoluciones ni participó en marchas políticas. Mat_12:19, "No contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles su voz". No era revolucionario en el sentido común de la palabra. No buscaba medios sensacionales para ganarse el favor de la gente. Sus discípulos siguen su ejemplo al evitar tales tácticas.
              La sal tiene que ser aplicada. Los que viven en monasterios y conventos no preservarán al mundo de corrupción. Los discípulos tienen que estar asociados con los del mundo para que la sal obre. Desde luego, es importante que los discípulos influyan en los del mundo, sin caer bajo la influencia del mundo. Los discípulos deben influir en los del mundo sin ser influenciados por el mundo. La sal da su sabor a la carne. Cuando la carne da su sabor a la sal, ¡qué horrible sabor tiene la sal! Tampoco puede la iglesia influir debidamente en el mundo si se limitan sus actividades a las cuatro paredes del sitio de reunión.
  Esta figura significa que lo son la sal de la tierra en el sentido de "dar sabor al mundo" y hace menos aburrida la vida, etc., pero en esta figura el mundo no come la sal, sino que la sal se aplica al mundo (la "carne") para preservarlo de la corrupción. Sí da su sabor a la carne en ese sentido. Pero no "da su sabor" en el sentido de echar sal a la comida para dar gusto al que coma. La Biblia de las Américas dice "si la sal se ha vuelto insípida", pero la palabra "insípida" no da importancia al "sabor" para el gusto, sino que, más bien, significa que la sal pierde su calidad de sal, y por lo tanto, pierde su eficacia para salar. "La sal de la tierra" sí da gusto a los que se convierten de su maldad para que ellos también lleguen a ser "la sal de la tierra".

              Para ser la sal de la tierra hay dos requisitos indispensables.

Los discípulos deben poseer las cualidades de carácter enseñadas en las bienaventuranzas, y reflejarlas llevando vidas fieles. 
1Ti_4:12; 1Pe_3:1-4; 1Pe_5:2-3. 2Pe_1:4, los discípulos de Cristo han "huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia", y deben tener una fuerte influencia sobre los que todavía están en el mundo, para que éstos también puedan escapar del lazo del diablo. Col_4:6, "Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno". No solamente la palabra sino toda nuestra conducta deben ser sazonada con sal. Tit_1:16, "Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan". Los tales no son "sal". 2Ti_3:5, "que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella". La "apariencia" no sirve para preservar de la corrupción. Los miembros infieles no son sal. Los miembros mundanos, indiferentes, sectarios y desobligados no son sal. Los miembros que están mal en su matrimonio por hacer caso omiso de Mat_5:32; Mat_19:9 no son sal.
              Los discípulos deben predicar el evangelio puro. Algún evangelio corrupto no salva a nadie, no preserva de corrupción.   Gál_1:6-9; 1Ts_5:21; 1Jua_4:1-2. Siempre ha habido apostasías. Los apóstoles tuvieron que combatir muchas enseñanzas falsas (por ejemplo, el error de los judaizantes, y el de los gnósticos). Estos errores causaron división en la iglesia. Hoy en día es necesario combatir el error: el institucionalismo, la centralización, el evangelio social y otras tendencias sectarias. Por lo tanto, nos urge predicar "todo el consejo de Dios" para salvar y edificar almas y para preservarlas de la corrupción de doctrinas falsas 2Ti_4:2, "que prediques la palabra; que instes a tiempo, y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina". Haciendo esto los discípulos de Cristo son la sal de la tierra. Muchos sectarios y hasta hermanos creen que la iglesia debe ser el  azúcar del mundo. Quieren dar pura miel a la gente perdida, pero el mundo corrupto no necesita azúcar, sino la "sal" del evangelio puro.

              "Si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada?"

              La sal perderá su eficacia, su carácter distintivo, si los que profesan ser discípulos de Cristo no poseen en realidad las características enseñadas en las bienaventuranzas, y  si no enseñan diligentemente la sana doctrina, no adulterada (2Co_2:17; 2Co_4:2; 1Pe_2:2).
              Es indispensable que todo miembro de la iglesia entienda que la mera profesión de ser cristiano o de ser miembro de la iglesia de Cristo no basta (Mat_7:21). El miembro que pierda su capacidad para salar es inútil, inservible. Es sal sólo de nombre. ¡Es "sal" que no puede salar!
              La "sal" que no es sal no preserva de corrupción, y "no sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres". Es arrojada al camino para ser pisoteada por la gente. Podemos leer  también Luc_14:34-35. Tales personas son despreciadas por los hombres mundanos, los cuales se hunden más en corrupción por falta de esa "sal" que tanto necesitan.
  Así es el cuadro pintado por Jesús de un "evangelio insípido" y de "cristianos insípidos". Son totalmente inútiles. No valen nada. No sirven para nada. Lo triste es que los miembros de la iglesia pueden llegar a ser "insípidos" sin darse cuenta. 

 Como Sansón (Jue_16:20) creen que tienen fuerza, y no saben que Dios ya se apartó de ellos.

Como la iglesia de Efeso, no saben que están en peligro de perder su "candelero" (su identidad como iglesia de Cristo), Apo_2:5.  

Como dice el borracho, "Me azotaron, mas no lo sentí" (Pro_23:35), así son los miembros que ni oyen los reproches de los mundanos que hacen burla de ellos. ¡Qué tropiezo para la obra de Cristo son los miembros "inútiles"!

  "¿Con qué será salada?"

  No hay substituto. No hay otra cosa que pueda hacer lo que la sal hace. La sal espiritual no tiene substituto. Que todo hermano piense seriamente en esta verdad solemne: ¡No hay otra cosa que la substituya! La fidelidad de los discípulos de Cristo es la única esperanza del mundo.
  El mundo está perdido, y su única esperanza es el evangelio, el evangelio predicado y el evangelio  vivido por los verdaderos discípulos de Cristo. Pero no hay otra sal, no hay otra cosa que preserve del error y de la maldad. Si la iglesia no es fiel, el mundo estará sin esperanza.
  Gén 6-9 describe el diluvio que Dios envió porque el mundo era totalmente corrupto. Gén 19 describe el fuego y azufre que Dios envió sobre Sodoma y Gomorra porque eran totalmente corruptos. Dios envió a Josué y los ejércitos de Israel a Canaán para destruir aquellas naciones que se entregaban a las abominaciones de la idolatría. Ahora otra vez el mundo está en gran peligro, porque está lleno de toda forma de disolución. Los perversos matan actualmente millones de infantes (el "aborto"), afirmando que la mujer debe tener control sobre su propio cuerpo (rehusan admitir que el bebé es otra persona); los homosexuales ya perdieron todo sentimiento de vergüenza y con todo valor demandan sus "derechos"; los humanistas ya se han apoderado de las escuelas, denunciando a Dios y la Biblia para enseñar la evolución, la "educación sexual" y toda forma de depravación. ¿Cuándo llegará "el colmo de maldad" (Gén_15:16) para atraer la furia de la ira de Dios? "Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas" (Mat_24:28); es decir, la nación corrupta atrae su ruina y asolamiento. Si Dios no destruyera una nación moderna entregada a la homosexualidad, tendría que pedir perdón a Sodoma y Gomorra. Por lo tanto, el mundo corrupto necesita urgentemente de la sal, y los cristianos son la única esperanza del mundo, porque aparte del evangelio y el ejemplo de los cristianos, el mundo no puede ser salado para evitar la corrupción total.
           

 ¡Maranatha!

sábado, 21 de enero de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE 8



Mateo_5:10- 12Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia o rectitud porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados sois cuando os vituperen y os persigan, y se dijere toda clase de mal de vosotros por mi causa, mintiendo. Gozaos y alegraos; porque vuestro galardón es grande en los cielos; que así persiguieron a los profetas que estuvieron antes de vosotros.

(La Biblia de Casiodoro de Reina 1569)

            LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN
             
  Jesús no engaña a nadie, sino que explica con toda franqueza que el discipulado cuesta, que sus discípulos serán maltrados. Una de las cualidades sobresalientes de Jesús era su honradez diáfana. Nunca dejó a nadie en duda en cuanto a lo que le sucedería si escogía seguirle. Estaba seguro de que había venido " No para hacer la vida fácil, sino para hacer a la gente grande.»
Nos cuesta darnos cuenta de lo que tuvieron que sufrir los primeros cristianos. Todos los compartimientos de su vida se desquiciaron.
 El seguirle significa llevar una cruz (Mat_16:24; Luc_9:23). No debe haber sorpresas para los que obedecen al evangelio; deben esperar la oposición y el sufrimiento porque es ineludible (1Ts_3:3; 2Ti_3:12). Si leemos el libro de Hechos podemos observar que en todo lugar cuando el evangelio fue predicado, se levantó toda clase de persecución contra los mensajeros de Cristo. Fueron azotados, encarcelados, apedreados, y degollados.
              Las primeras siete bienaventuranzas presentan rasgos de carácter, condiciones de corazón y de disposición. En los versículos 10-12 Jesús habla de las pruebas de ese carácter. Los que optan por imitar a Cristo serán probados, siendo "perseguidos". ¡Qué pensamiento ilógico! Los animales y los criminales son "perseguidos", pero los discípulos de Jesús no deben ser perseguidos. Sin embargo, si los hombres aborrecieron y persiguieron a Jesucristo, entonces harán lo mismo con sus seguidores.
              La oposición que sufre el discípulo de Jesús es evidencia de que los discípulos de Jesús no son pasivos, sino activos y militantes.
              Los discípulos perseguidos son discípulos bendecidos. Es interesante observar que la maldición del hombre y la bendición de Cristo se encuentran en las mismas personas.

              ¿Por qué padecen persecución los discípulos de Cristo?

¿Cómo es posible que gente buena sea perseguida y maltratada?

   Por Cristo, por justicia. Mat_5:10, "por causa de la justicia"; 5:11, "por mi causa"; Juan_15:21, "por causa de mi nombre". Juan_15:20, "El siervo no es mayor que su señor", nos persiguen, porque persiguieron a Cristo y somos sus seguidores. Somos como El.
Su cristianismo descabalaría su trabajo. Supongamos que uno era mampostero. Esa parece una profesión bastante inofensiva. Pero supongamos que su empresa tenía un contrato para construir un templo de uno de los dioses paganos. ¿Qué haría ese hombre? Supongamos que un cristiano era sastre, y que encargaban en su taller túnicas para los sacerdotes paganos. ¿Qué haría ese hombre? En una situación semejante en la que los primeros cristianos se encontrarían, apenas existiría algún trabajo en el que un cristiano no tuviera conflicto entre sus intereses comerciales y su lealtad a Jesucristo.
La Iglesia estaría sin duda donde estaba la obligación de la persona. Más de cien años después de esto, un hombre le fue a Tertuliano con este mismo problema. Le hablo de sus dificultades comerciales. Acabó diciendo: «¿Qué puedo hacer? ¡Tengo que vivir!» «¿Estás seguro?», dijo Tertuliano. Si había que escoger entre la lealtad y la vida, un verdadero cristiano no dudaba nunca en escoger la lealtad

  No somos del mundo. Juan_15:19-21, "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo... por eso el mundo os aborrece". Los miembros de la iglesia que son mundanos son amados por el mundo. "¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!" Luc_6:26.
Su cristianismo descabalaría sin duda su vida social. En el mundo antiguo, la mayor parte de las fiestas se celebraban en el templo de algún dios. En muy pocos sacrificios se quemaba todo el animal en el altar. A veces no se quemaban más que unos pelillos de la cabeza de la bestia como un sacrificio simbólico. Los sacerdotes recibían como gajes de su oficio parte de la carne, y otra parte se le devolvía al adorador. Con su parte, hacía una fiesta con sus parientes y amigos. Cuando la fiesta se celebraba en su templo, las invitaciones decían algo así: " Te invito a cenar conmigo a la mesa de nuestro señor X.»
¿Podría un cristiano participar en una fiesta que se celebraba en un templo pagano? Hasta las comidas ordinarias en las casas empezaban con una libación, una copa de vino que se derramaba en honor de los dioses. Era como nuestro dar gracias a Dios por la comida. ¿Podía un cristiano participar en un gesto de culto pagano así? De nuevo vemos que la respuesta cristiana era clara. Un cristiano tenía que desconectarse de sus compañeros antes que prestar su aprobación a tales cosas con su presencia. Uno tenía que estar dispuesto a quedarse solo para ser cristiano.

 El buen ejemplo ofende al mundo. A los mundanos no les gusta la "luz" (el buen ejemplo) de los cristianos. Podemos ver el ejemplo Daniel_6:1-17. ¿Por qué aborrecieron a Daniel? También Hebreos_11:7, con el ejemplo de obediencia Noé condenó al mundo de desobedientes. Los malvados persiguen a los hijos de Dios, porque el buen ejemplo de éstos sirve como conciencia para aquéllos, y la quieren callar. Les molesta, les irrita, y no quieren ser estorbados.

No quieren ser enseñados y reprendidos. Nos persiguen porque les enseñamos, les exhortamos y les reprendemos, Juan_3:19-21, y no les gusta. No es placentero que los pecados sean expuestos y reprendidos. Mat_14:4; Mat_14:10-11, Juan dijo a Herodes, "No te es lícito tenerla... y ordenó decapitar a Juan en la cárcel". Jesús fue crucificado por reprender la hipocresía de los judíos, Mat_23:1-39. Jesús amaba a todos, pero no dejó de reprender el pecado en todos. Esteban fue apedreado por reprender a los judíos, Hch_7:51-60. Desde luego, los del mundo no nos perseguirán si no les exhortamos.

  Hay varias clases de persecución.

         La persecución física. Mat_10:17; Mat_10:28; Hch_5:40; Hch_7:58; Hch_12:2; Hch_14:19. Lo peor de todo: su cristianismo podía llegar a traerle problemas en su vida familiar. Sucedía una y otra vez el que un miembro de la familia se hacía cristiano y los otros no. Una mujer se podía hacer cristiana y su marido no. Lo mismo podía suceder con un hijo o una hija. Inmediatamente surgía una división en la familia. A menudo se le cerraba la puerta en la cara para siempre al que había aceptado a Cristo.
El cristianismo traía a menudo, no paz, sino una espada que dividía las familias. Era literalmente cierto que una persona tenía que amar a Cristo más que a su padre, madre, esposa, hermano o hermana. El cristianismo suponía a menudo escoger entre las personas más queridas y Jesucristo. Además, los castigos que tenía que sufrir un cristiano eran terribles más allá de toda descripción. Todo el mundo sabe de los cristianos que se les echaban a los leones o se quemaban en el patíbulo; pero éstas eran muertes piadosas. Nerón envolvía a los cristianos en betún y les prendía fuego para usarlos como antorchas vivientes en sus jardines. Los cubría con pieles de animales salvajes y les lanzaba perros de caza para que los descuartizaran. Eran torturados en el potro; les arrancaban la piel con garfios; les echaban por encima plomo derretido; les fijaban planchas de bronce al rojo vivo en las partes más sensibles del cuerpo; les vaciaban los ojos; les cortaban partes del cuerpo y las asaban ante sus ojos; les abrasaban las manos y los pies mientras les echaban agua fría para prolongar su agonía. No es agradable pensar en estas cosas; pero uno tenía que estar dispuesto a sufrirlas si estaba de parte de Cristo. Podríamos muy bien preguntarnos por qué perseguían los Romanos a los cristianos. Parece algo extraordinario el que una persona que viviera la vida cristiana se considerara una víctima apropiada para la persecución y la muerte. 

 Los insultos, las calumnias, etc. Mat_5:11, "Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo". Luc_6:22, "Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre". Luc_6:26, "¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas". La palabra "vituperar" significa insultar, afrentar, deshonrar, burlar (Heb_11:36). ¿Por qué nos vituperan? 1Pe_4:4, "A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan (insultar, injuriar de palabra)". ¿Qué decían de Jesús? Jua_8:48, "eres samaritano, y que tienes demonio". Jua_10:20, "Demonio tiene, y está fuera de sí, ¿por qué le oís"? Mat_11:19, "un hombre comilón, y bebedor de vino". Mat_27:39-44, falsa acusación. Hch_17:18, decían que Pablo era "palabrero"; 2Co_10:10, decían que "las cartas son duras y fuertes; mas la presencia corporal débil, y la palabra menospreciable". Los evangélicos nos llaman “legalistas” porque enseñamos que es necesario ser bautizados para ser salvos (Mar_16:16; Hch_2:38). Los hermanos liberales nos aplican el epíteto, "antis", término de desprecio, simplemente porque nos oponemos a sus prácticas que carecen de autoridad bíblica. Los humanistas que destronan a Dios y exaltan al hombre nos llaman "fanáticos", "radicales", "derechistas", etc., porque defendemos la moralidad bíblica, la santidad del matrimonio, la disciplina de los hijos, etc., y porque condenamos el aborto, toda clase de inmoralidad sexual (incluyendo la homosexualidad), el uso de drogas, el suicidio, la eutanasia, etc. Tales incrédulos nos dicen, “No impongan su moralidad sobre nosotros”, pero por todo lodo ellos imponen su inmoralidad sobre otros.
  Heb_10:34, "y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo". Mat_10:34-39, problemas y disensiones en la propia familia. Stg_5:1-5, "¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?"
El imperio romano abarcaba a casi todo el mundo conocido, desde las Islas Británicas hasta el Éufrates, y desde Alemania hasta el Norte de África. ¿Cómo podía amasarse hasta cierto punto una amalgama tan vasta de pueblos? ¿Qué principio unificador se podía encontrar? En un principio se encontró en el culto de la diosa Roma, el espíritu de Roma. Este era un culto que los pueblos de las provincias daban de buena voluntad, porque Roma les había traído paz y buen gobierno, orden y justicia. Se limpiaron las carreteras de bandidos y los mares de piratas; los déspotas y tiranos fueron desterrados por la imparcial justicia romana. La gente de las provincias estaba muy dispuesta a ofrecer sacrificios al espíritu del Imperio que había hecho tanto por ella.
Pero del culto de Roma se pasó a otro objeto. Había un hombre que era la personificación del imperio romano, en quien podría decirse que Roma se encarnaba, y ese hombre era el emperador; así es que llegó a considerársele un dios, y se le empezaron a dar honores divinos y a levantarse templos a su divinidad. No fue el gobierno romano el que inició este culto; de hecho, en su principio, hizo todo lo posible para desanimarlo. El emperador Claudio, decía que lamentaba que se le dieran honores divinos a cualquier ser humano. Pero, con el paso de los años, el gobierno romano vio en el culto al emperador la única práctica que podía unificar el vasto imperio romano; ahí había un centro en el que se podían reunir todos sus habitantes. Así es que acabó por, no sólo aceptar, sino imponer el culto al emperador. Una vez al año, todas las personas tenían que presentarse y quemar una pizca de incienso a la divinidad del césar y decir: «César es señor.» Y eso era precisamente lo que los cristianos se negaban a hacer. Para ellos, Jesucristo era el único Señor, y no le darían a ningún ser humano ese título que pertenecía exclusivamente a Cristo.
Está claro que el culto al césar era una prueba de lealtad política más que ninguna otra cosa. De hecho, cuando un hombre había quemado su pizquita de incienso y repetido la fórmula, recibía un certificado, un libellus, de que lo había hecho, y luego podía ir y dar culto a cualquier dios, siempre que no fuera contra la decencia y el orden público. Los cristianos se negaron a someterse. Al enfrentarse con el dilema «César o Cristo» no vacilaban en su elección: sólo Cristo. Se negaban en redondo a una componenda. El resultado era que, por muy bueno que fuera el hombre, aunque fuera un ciudadano excelente, quedaba fuera de la ley automáticamente. En el vasto imperio romano no se podían tolerar bloques de desafectos, y eso era exactamente lo que las autoridades romanas consideraban ser las congregaciones cristianas.  

  Bienaventurados sois, gozaos y alegraos.

  No somos bienaventurados por sufrir por el mal. 1Pe_2:20, "Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios".1Pe_4:15, "Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno".
Muchos de nosotros puede que no hayamos hecho nunca en nuestra vida nada que pudiera considerarse un verdadero sacrificio por Jesucristo. El momento en que parece probable que el Cristianismo nos cueste algo es el momento cuando tenemos la posibilidad de demostrar nuestra lealtad a Jesucristo de una manera que otros puedan ver. Cuando uno es llamado a sufrir algo por el Evangelio, ese es siempre un momento crucial. Es la gran ocasión; es la colisión entre el mundo y Cristo; es un momento del drama de la eternidad. Tener un papel en tal escena no es un castigo, sino una gloria. «Alegraos de ese momento -dice Jesús- y estad contentos.»
El tener que sufrir persecución es, como dijo el mismo Jesús, recorrer el mismo camino que recorrieron los profetas, y los santos, y los mártires. El sufrir por lo justo es ganarse un puesto en una gran sucesión. La persona que tiene que sufrir algo por su fe puede levantar bien alta la cabeza y decir
" Hermanos, vamos marchando por la senda que abrieron los santos.»


 Sino por sufrir como cristiano. 1Pe_4:16, "pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello". El único crimen de los cristianos era que colocaban a Cristo por encima del césar; y por esa suprema lealtad murieron los cristianos a millares y arrostraron la tortura por causa de la exclusiva supremacía de Jesucristo. Sufrir persecución es ponérselo más fácil a los que vendrán detrás: Hoy disfrutamos la bendición de la libertad gracias a las personas que estuvieron dispuestas a pagar por ella sangre, sudor y lágrimas. Nos lo pusieron más fácil; y mediante un firme e inalterable testimonio de Cristo nosotros también se lo pondremos más fácil a los que vengan detrás.



 Una recompensa triple. En este texto (Mat_5:10; Mat_5:12) Jesús habla de tres grandes bendiciones para los que padecen por El:  "porque de ellos es el reino de los cielos". Los que sufren por causa de la justicia (por Cristo) dan evidencia segura de pertenecer al reino de los cielos, "vuestro galardón es grande en los cielos". Luc_6:23, "Alegraos en ese día, y saltad de gozo, porque he aquí, vuestra recompensa es grande en el cielo”. ¿Cuántas veces hemos saltado de gozo por haber sido perseguidos? (Hch_5:41, "Y ellos salieron de la presencia del concilio, gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre".   Mat_5:12 , "porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros". Debemos recordar los ejemplos de Elías (1Re_19:2); de Jeremías (Jer_20:2); de Zacarías (2Cr_24:21); Stg_5:10-11. ¡Qué gozo de ser identificados con los profetas fieles, con Cristo y con los apóstoles al sufrir por la causa de justicia!
 Por lo tanto, el pensamiento de sufrir por el nombre de Cristo (o por la causa de justicia) debe llenar el corazón de gozo. Podemos ver en Hch_5:41; Hch_16:25; Heb_10:34; 1Pe_4:16.
El tener que sufrir persecución era una oportunidad de demostrar la fidelidad a Jesucristo. Uno de los mártires más famosos fue Policarpo, el anciano obispo de Esmirna. El populacho le arrastró al tribunal del magistrado romano. Se le presentó la disyuntiva de costumbre: ofrecer sacrificio a la divinidad del césar o morir. «Ochenta y seis años -fue su respuesta inmortal- he servido a Cristo, y jamás me ha hecho ningún mal. ¿Cómo voy a blasfemar a mi Rey, Que me salvó?» Así es que le llevaron al patíbulo, donde él hizo su última oración: "¡Oh Señor Dios todopoderoso, Padre de Tu muy amado y siempre bendito Hijo, por medio de Quien hemos recibido Tu conocimiento... Te doy gracias por considerarme digno en Tu gracia de este día y hora.» Se le había concedido la oportunidad suprema de demostrar su lealtad a Jesucristo.

En todos los tiempos ha habido persecuciones, por enemistad personal, por aversión racial, por discordias sobre la propiedad entre tribus o naciones, pero ¿se puede ser perseguido por «causa de la justicia»? Se trata de aquella justicia de Dios, de la que debemos tener hambre y sed; la entrega a Dios y la perfecta pureza y orden en la vida, a imitación de Jesús. Esta justicia ¿no tendría que acuciar a los demás, en vez de repudiarlos? ¿No tendría que entusiasmar a los demás, en vez de excitarlos al odio? Jesús sabe y atestigua aquí que incluso la mayor honradez puede convertirse en motivo de enemistad. Juan el Bautista fue encarcelado por su integridad, y por ella fue muerto. El mismo Jesús tuvo que experimentarlo en su propio destino. También puede aplicarse a los que son sus discípulos. A pesar de todo son bienaventurados. Su futura exaltación estará en vivo contraste con su humillación actual. Todos los que por causa de aquella justicia han sufrido el oprobio y la persecución, recibirán el reino de Dios. Aunque en su vida terrena exteriormente no se pueda ver nada de su gloria, aquella promesa se mantiene firme y está asegurada por la palabra del Señor.  
Cuando un cristiano tiene que sufrir algo por su fe, es entonces cuando se encuentra en la más íntima compañía posible con Cristo.
Sólo nos queda por hacer una pregunta: ¿Por qué es esta persecución tan inevitable? Lo es porque la Iglesia, cuando es realmente la Iglesia, no tiene más remedio que ser la conciencia de la nación y de la sociedad. La Iglesia debe alabar lo bueno; pero debe igualmente condenar lo malo, y se hará todo lo posible para silenciar la molesta voz de la conciencia. No es el deber del cristiano individual el descubrir las faltas, criticar y condenar; pero bien puede ser que su misma actitud y conducta sea una condena tácita de las vidas de los no cristianos, y él no podrá escapar a su odio.
No es probable que nos espere la muerte por nuestra lealtad a la fe cristiana; pero los insultos le esperan siempre al que es fiel al honor cristiano. Las burlas le esperan al que practica el amor y el perdón cristiano. Puede que al cristiano le espere una persecución real en la industria si insiste en cumplir fielmente con su trabajo diario. Cristo sigue necesitando Sus testigos; Necesita personas que estén dispuestas, no sólo a morir por Él, sino también a vivir por Él. La contienda cristiana y la gloria cristiana siguen existiendo como entonces en la Iglesia primitiva.