} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 04/01/2014 - 05/01/2014

sábado, 19 de abril de 2014

EL TEMOR DE DIOS (1)



Job 28:28 “Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es la sabiduría. Y el apartarse del mal, la inteligencia.”
1ª de Juan 4:28 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí el castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”
Si ponemos atención a estos dos textos de la Palabra de Dios en la Biblia, podemos ver como la palabra temor  se usa de dos modos distintos, uno en positivo y otro en negativo.  Dependiendo del contexto que se utilice, puede variar su significado.
El uso positivo del temor de Dios podemos verlo en el versículo de Job 28:28.  Ese temor produce reverencia por Su Santidad; es una obediencia absoluta hacia Dios que nos regala sabiduría e inteligencia que nos libra del pecado. Es un respeto profundo a Dios, hacia su Palabra; es honrarlo por su amor.
El uso negativo del temor de Dios en el versículo de Juan, produce angustia, miedo a sufrir circunstancias dolorosas; inseguridad fruto de la desobediencia; temor al futuro, a los desastres naturales, a perder el trabajo, la salud; perder un ser querido, temor a la muerte.
Se puede entrever que cualquiera de estas situaciones muestra con claridad cómo se encuentra una persona, si tiene fe o no y en cierto modo su medida.
Entiendo por fe, la obediencia y confianza absoluta en Dios sin hacer preguntas.  Por lo tanto, si obedezco la Palabra de Dios y sigo a pies juntillas lo que me dice, llevándolo a mi vida, el temor de Dios producirá paz, gozo en cualquiera que sea la circunstancia en que me encuentre, porque comprenderé que Dios tiene el dominio absoluto de todas las cosas, Él es el Soberano y todo es para nuestro bien.
Esta palabra, FE, tan pequeña de dos letras significa todo para el creyente. Por fe somos salvos, sin fe es imposible agradar a Dios. En Hebreos 10:35-36 “No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.” Dice: No perder la confianza…vuestra fe en Dios.
Por el contrario, hay muchas razones por las que los seres humanos podemos estar temerosos pero destacaría tres fundamentales:
1ª Razón: Por falta de fe, de confianza en Dios
2ª Razón: Por desobediencia a Dios
3ª Razón: Por rebeldía hacia Dios.

En Deuteronomio 28, podemos examinar todo el capítulo y veremos cómo los primeros 14 versículos son bendiciones para quien, como dice en el primero de ellos, obedece y confía en Dios. Desde el 15 al 64 habla de las consecuencias que se derivan de la desobediencia. Y del 65 al 68 los efectos de la rebeldía contra Dios, depresión, insomnio, miedo, angustia, tristeza…Notemos que el miedo y los demás efectos son producto de nuestra rebeldía, de nuestro pecado hacia Dios.
  En Números 13 y a modo de resumen, vemos que Moisés envía 12 espías a la tierra que Dios les había prometido, para reconocerla. Vemos los dos tipos de testimonios ofrecidos al pueblo de Israel, el relato de los que tenían un temor negativo de Dios, (faltos de fe y confianza en Dios) diciendo que no debían entrar a esa tierra porque estaba habitada por gigantes por miedo a ser derrotados, Muy distinto es el testimonio de Josué y Caleb, temor positivo, ya que a pesar de lo gigantes, confiaban en Dios, quien los libraría de ellos. El pueblo tuvo miedo y se rebeló, y  Dios los castigó.
Analizando los textos, vemos que el temor de Dios negativo, es contagioso. La rebeldía, la desobediencia y la falta de fe hacia Dios traen  consigo  castigo.
Jesús vino a darnos vida en abundancia. Pero no una vida como muchos anhelan de lujos, riquezas materiales, que también, si es Su voluntad. Jesús vino a traernos una vida espiritual abundante, rica y de calidad; de armonía en el hogar, de convivencia en paz y gozo cualquiera que fuera la circunstancia en la que te encuentres, sea en abundancia, sea en escasez; porque sabemos que todo está bajo el control Soberano de Dios. Y si Él cuida y alimenta los pajarillos, viste las flores del campo, cuanto más a nosotros que somos sus hijos, salvos por gracia.
 Cuando los Levitas, cargando sobre sus hombros El Arca de la Alianza, iban a pasar el rio Jordán, por fe dieron el paso para abrirse camino entre las aguas y dejaran de fluir. No fue hasta que obedecieron y dieron el paso. Por fe Moisés, extendió su brazo y la vara y el Mar Rojo se separó en dos. Dios pidió un acto de fe, sin rechistar.
Mientras no entendamos que Dios, no nos pide nuestra opinión,  mientras no obedezcamos sin rechistar, no podremos beneficiarnos de sus bendiciones.


lunes, 14 de abril de 2014

EL MATRIMONIO CRISTIANO



Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, la palabra matrimonio significa: Unión entre un hombre y una mujer concertado mediante determinados ritos o formalidades legales. Definiendo las distintas formas de llevarlo a cabo, entre las que cabe destacar:

Matrimonio civil: el que se contrae ante un juez o autoridad legal con dos testigos y sin ningún rito religioso.

Matrimonio clandestino: el que se celebra ante autoridad legal sin testigos ni ritos.

En la Palabra de Dios en la Biblia encontramos muchos pasajes donde nos muestra cómo Dios  había diseñado el matrimonio.

Hebreos 13:4 “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará  Dios.

Colosenses 3:18-19 “Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene al Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.”

Podemos ver, que Dios es Dios de orden por lo tanto requiere a todos los que hemos nacido de nuevo, que pongamos orden en nuestras relaciones, familiares, laborales y para la vida misma. Nuestra relación con nuestra esposa o con nuestro marido tiene que ser conforme al plan de Dios, ya que así traerá bendición al matrimonio, armonía, amor siempre que obedezcamos el patrón de Dios. En la Palabra de Dios encontramos la ayuda y la guía para obedecer los principios de Dios para el matrimonio. Con respecto a la familia, Dios la diseño perfecta, el trazó el plan y el no se equivoca y no nos pide opinión al respecto, sino que tenemos que seguir a la perfección las instrucciones del matrimonio para que este funcione y vivamos en paz.

En Colosenses 3:18 “Casadas…” en este caso la definición de casada es aquella mujer que se ha unido con un hombre en matrimonio.

En Hebreos 13:4 “Honroso…” significa tener en alta estima el matrimonio porque Dios lo diseño. No es un invento del hombre ni procedente de la evolución como dicen los sabios del siglo XXI. Ni es la unión de dos hombres o dos mujeres, porque esto es una aberración tanto etimológica como por ir en contra de las leyes de Dios aunque los legisladores quieran burlar las leyes divinas, estas siempre prevalecerán.

El matrimonio es un diseño total de Dios y todo lo que Dios hace es perfecto, pero nosotros decidimos escoger lo malo y nos apartamos del diseño de Dios.

¿Será importante para Dios que estemos formalmente casados? ¿Usted qué piensa? ¿Puede ser salva una pareja  formada por un hombre y una mujer que no han formalizado su relación?

A esta última pregunta puedo decir con seguridad, que si, si es salva, porque nuestra salvación no es por obras, sino por fe en el Señor Jesucristo. Pero una vez que somos salvos, que hemos nacido de nuevo, el Señor empieza a meter mano en el desorden que traemos en nuestra vida. Entonces claro que es importante  para Dios que sus hijos formalicen ante Él su relación.

Como hemos visto en la definición de matrimonio, al inicio, si el nuestro encaja en alguno de ellos, urge que llevemos a cabo el matrimonio por medio de un pastor, invitando a Dios a ser testigo y así agradarle obedeciendo sus mandatos. Entonces Dios bendecirá esa unión siguiendo lo establecido en sus ordenanzas.

La situación entre algunos cristianos de Colosas era realmente desastrosa, porque al igual que tú y que yo, ellos también procedían del mundo y se habían unido en matrimonio civil, clandestino; otros vivían en amasiato o concubinato. Cuando ellos se convierten, el apóstol Pablo les dice que como nuevas criaturas que son van a tener que vivir casados ante Dios.

La importancia del matrimonio podemos verla en Juan 2:1 en las bodas de Canaán de Galilea donde son invitados la madre de Jesús y Jesús y sus discípulos, Me imagino a Jesús que aceptó de buen grado esa invitación, siendo su actitud de total aprobación escuchando las palabras del rabino en la unión de aquel hombre y aquella mujer, pues este era el propósito de Dios desde la Creación.

Ahora bien, ¿Tú o yo, lo hemos invitado a nuestra boda? ¿Le hemos pedido fuera nuestro testigo?

Para abundar más, veamos como la Palabra de Dios en la Biblia hace una alegoría entre Cristo y la Iglesia y el matrimonio entre un hombre y una mujer. Apocalipsis 19:7, en el cielo se celebrarán las bodas del Cordero, Cristo, y Su Iglesia, nosotros; habrá una boda, la novia y el novio, se van a casar y vivir eternamente juntos.

Si el matrimonio no fuera tan importante para Dios no nos enseñaría por medio de estas analogías.

Yo no sé tú, pero yo he decidido obedecer  y agradar a Dios en todo aquello que la Palabra de Dios en la Biblia va descubriendo en mí, que no está de acuerdo con ÉL. 
El mérito es de Dios, que en su  Soberanía, ha marcado un tiempo para cada persona, para llamarla con su Palabra del mejor modo le ha parecido. 
En su infinita misericordia, cuando me hallaba perdido y descarriado me encontró. Yo no encontré a Jesús, pues Él no estaba perdido; era yo la oveja que había salido de su redil, y como Buen Pastor, me buscó, me llamó y escuché su voz.

Salir de su redil, para ver el mundo, fue la experiencia más amarga que he tenido y que en otra ocasión contaré para aviso a navegantes a fin de escarmentar en cabeza ajena y no cometan los mismos errores que yo cometí.

Gracias Padre, en el nombre de mi Señor Jesús, por alimentarme con Tu Palabra para conocerte, si cabe, cada día un poco más y fortalecido con ella, permanecer firme en el momento malo, que seguro llegará.