} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 2014

miércoles, 31 de diciembre de 2014

LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO (corregida y completa)

                



Esta expresión que se usa para referirse a la futura manifestación gloriosa de nuestro Señor Jesucristo, cuando vuelva para iniciar los últimos actos de redención y juicio,  se refiere a la Segunda Venida como "la esperanza bienaventurada"  tema que aparece más de trescientas veces repartidas en casi todos los veintisiete libros del Nuevo Testamento; está implícito en pasajes como Hebreos 9; 28  así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. ("aparecerá por segunda vez").
Este segundo advenimiento de Jesús se describe poniendo como símil lo que ocurría en el mundo helénico para describir la llegada aparatosa de un emperador o rey, pero en el Nuevo Testamento únicamente describe la Segunda Venida,  alude al momento cuando el señorío que Jesucristo goza ahora a la diestra del Padre se hará patente en el mundo; habrá un apocálypsis de su gloria y poder, es decir, el descubrimiento de su exaltación al mundo. Entonces muchos creyentes se volverán contra sus pastores por no haberles enseñado la sana doctrina; otros lamentarán no haber dedicado más tiempo a escudriñar y al conocimiento de la Palabra de Dios en la Biblia; muchos, ese día seguirán negando a Cristo.

El mundo entero se da cuenta que estamos en una crisis horrorosa, tanto económica, ética, moral, filosófica y espiritual. Muchos “futurólogos” predicen  catástrofes inminentes, vaticinan la destrucción de la civilización, el eclipse total de la humanidad. Nunca hubo tanto apogeo de adivinos, médiums, astrólogos que actúan de guías ciegos con las almas ignorantes y desviadas. El avistamiento de objetos voladores identificados (sabemos quiénes son) se ha intensificado  en distintas regiones del planeta para perdición de sus seguidores.
Muchos de los libros de mayor venta, tratan sobre las  terribles predicciones del futuro, apocalípticas para la humanidad.
Tras el famoso atentado del 11-S  la humanidad ha entrado en un “Nuevo Orden Mundial.  Aquellas palabras que pasaron inadvertidas para gran parte de la humanidad, para nosotros los seguidores de Cristo, fue una profecía más cumplida de la Biblia. Entramos desde entonces en una de las mayores crisis de la historia humana.
La escritura en la pared ha aparecido sobre los cinco continentes y nos dice que el día del juicio está cerca.
Todos los valores son inestables, y todas las normas son violadas, los derechos humanos son una caricatura de su noble función. La crisis ha migrado del terreno económico haciéndose omnipresente tanto en la cultura como en todos los aspectos cotidianos en esta sociedad. Penetra hasta las formas de las organizaciones sociales, económicas y políticas, y a todos los sistemas de vida y de pensamiento. Hay razón para creer que los efectos desastrosos de estas calamidades nos afectarán en un grado más  intenso y amplio en el futuro cercano.
Los filósofos y pensadores actuales están utilizando términos bíblicos para explicar sus razonamientos. Ni Platón, ni Séneca, ni Aristóteles, ni prácticamente ninguno de los grandes filósofos antiguos intentaron sondear el porvenir. Sólo los actuales se aventuran a predecir sus propias teorías.
La Biblia es el único libro en toda la historia de la humanidad que contiene un estudio de las cosas que sucederán, tanto con cada persona individual como con la humanidad, al final de su historia y de su vida. En su escatología desde el Génesis hasta el Apocalipsis la Biblia está llena de acontecimientos que esperan el climax de la historia.
En una hora como ésta, los hombres y las mujeres que no conocen la Biblia, se inclinan, como en cada hora crítica anterior, a dejarse llevar de los falsos profetas, del espiritismo, de los quirománticos, de las adivinadoras y otras formas de superstición. Diariamente la gente amedrentada gasta miles de euros procurando encontrar indicios del futuro. Todo lo que necesitan hacer es ir a la librería más cercana y comprar una Biblia, a precio módico, y en sus páginas hallarán los secretos del futuro. La Biblia, y sólo la Biblia desvela la oscuridad y el misterio del futuro.
El velo del misterio se levanta, el futuro se revela; la Biblia profetiza que se acerca el fin de este mundo, tal y como lo conocemos. La Biblia declara que el clímax de la historian será la SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO.
 La Biblia indica que el más grande suceso de todos los tiempos, será la coronación de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores.
Como en los tiempos de Noé, hoy día también hay muchos burladores que no creen en su Segunda Venida, incluso hay dirigentes cristianos que dicen que esta es una falsa enseñanza pues no se realizó como lo dijera la iglesia primitiva, esperando su regreso en su tiempo. La misma Biblia predijo que en los últimos días vendrán burladores, andando según sus propias pasiones diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la Creación. (2ª Pedro 3:4)
Demasiadas personas prefieren decir: Bueno, el fin del mundo no ha llegado todavía, por tanto ¿para qué pensar en ello? Probablemente tardará otros mil años ¡Puede que sea así! Pero también puede que no.
Yo no voy adivinar el  futuro ni a predecir el fin del mundo. Muchas personas lo han hecho y son culpables de haber cometido una falta grave contra la causa cristiana. La fe cristiana ha sido ridiculizada debido a muchos iluminados, chiflados y fanáticos religiosos con sus falsas predicciones.
Podrían haberse evitado hacer el ridículo público, sólo con haber recordado la advertencia que hizo Jesús una y otra vez en: Marcos 13:35-37
35”Velad, pues, porque no  sabéis cuando vendrá el señor de la casa; si al anochecer, o a la media noche, o al canto del gallo, o a la mañana; 36  para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. 37  Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad. 

Las falsas predicciones y la terquedad humana de creer que la vida en  esta tierra puede cesar súbitamente a causa de fuerzas sobrenaturales muy fuera de nosotros mismos, han hecho que muchas personas se burlen de la idea de la Segunda Venida de Cristo.
Hay otra razón, que nuestro enemigo el demonio se ha encargado de implantar en muchas mentes, con lo cual ha adormecido a demasiadas personas, se trata del mal llamado “mundo civilizado” con un sentido injustificado de seguridad.
Es la doctrina errónea del “progreso”, según la cual el hombre y  todas sus obras, lenta y penosamente progresan por su propio esfuerzo e inteligencia. Muchos que creen esta teoría gnóstica también pretenden aceptar la Segunda Venida de Cristo, pero dicen que esta venida significa solamente el día en el que el hombre se halla purificado por su propia obra, cuando llegue a comprender la inutilidad de las guerras, la insensatez de la codicia, la intolerancia, los prejuicios, y entienda la armonía  de la naturaleza, se convierta en guardián de su hermano y viva conforme a la Regla de Oro.
Este mito, pues la teoría del “Progreso inevitable” es un mito,  y nada más, se basa únicamente en lo que el hombre espera que suceda y no en lo que realmente sucede. Se señala el hecho de los grandes avances en la medicina moderna que hace posible vivamos más años que nuestros antepasados, pero descuida la realidad, de que la muerte es todavía nuestro último destino. Lo mejor que hemos podido hacer es aplazarla unos años más. Cuando pensamos en nuestros sistemas de transportes y comunicaciones, ampliamente mejorados, tratamos de ignorar el hecho de que, principalmente estamos aprovechando nuestra conquista del aire para llevar muerte y destrucción a nuestros prójimos y no para difundir el Evangelio y la fe cristiana. Cuando nos jactamos de nuestro extenso sistema de educación en escuelas, colegios y universidades, nos olvidamos de que gran parte de la enseñanza que se imparte en estos centros ha alejado  a los estudiantes de Dios en lugar de acercarlos a ÉL.
La teoría de la evolución impartida en la asignatura de ciencias de la naturaleza ha trastornado la mente de profesores y alumnos, prendiendo sus pensamientos en vanas ideas y elucubraciones  Divulgar la idea de que el hombre desciende del mono es admitir la locura de quien lo dice. El mono, los simios fueron creados por Dios y se mantienen en el mismo estado desde entonces. 

Génesis 1:25 “E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su  especie. Y vio Dios que era bueno.”

 El hombre fue formado del barro y hecho a semejanza de Dios: Génesis 1:26-27 /Génesis 2:7


El hombre se enorgullece de haber descubierto el "bosón de Higgs", la última pieza que faltaba localizar para completar el cuadro de partículas elementales incluidas en el modelo estándar de la física de partículas, aunque tiemble ante el pensamiento de lo que el ingenio del hombre sea capaz de acarrear sobre nosotros.
Ha irrumpido con fuerza entre los dirigentes de varias naciones la llamada “Alianza de Civilizaciones” un paso más hacia el día del Armagedón.
Estas cosas se catalogan entre los altos logros del “progreso” humano. Son los éxitos en los que algunos basan su fe para un mundo mejor y más pacífico. Dan por sentado que el “progreso” conduce siempre hacia el mejoramiento, cuando en realidad puede conducir tanto hacia atrás, como hacia adelante.
Entonces ¿Cuáles son los argumentos positivos? ¿Qué pruebas seguras tenemos de que Jesús volverá y de que debemos vivir prevenidos para ese día glorioso?.
Por supuesto, la Biblia es nuestra base, y en las Escrituras la segunda venida de Cristo ocupa un lugar preeminente. En la Biblia uno de cada treinta versículos menciona esta enseñanza, y por cada referencia a la primera venida de Cristo, a su nacimiento, hay ocho referencias a su segunda venida. En total, hay trescientas dieciocho referencias a ella. En el Antiguo Testamento es el tema de los profetas, y en el Nuevo Testamento, libros enteros, (1ª y 2ª Tesalonicenses) y capítulos enteros (Mateo 24; Marcos 13 y Lucas 21) se dedican a su segunda venida.
La Biblia entera hace hincapié repetidamente en el hecho de que Cristo volverá a la tierra. Por ejemplo en Isaías 66:15 se nos dice:
” Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego.”
En Jeremías, se nos dice que al tiempo de la venida del Señor, Jerusalén será hecha el trono de su gloria y las naciones se congregarán por medio de sus representantes. Habrá una poderosa conferencia de desarme mucho más grande que cualquiera de las que el mundo haya visto en Washington, Londres, Paris, etc y en la misma mesa se hablarán mentiras.
Ezequiel habla de que Jerusalén será restaurada, de un templo que será reedificado y de una tierra que será renovada, y henchida de prosperidad.
Daniel vio a Cristo en visiones, viniendo como Juez y Rey de la tierra.
Oseas dice que en los postreros tiempos cuando el Señor vuelva, Israel le aceptará como Señor y Rey.
Joel describe a los ejércitos del mundo en el día postrero, alineados en orden de batalla contra las huestes celestiales. Será el día del Armagedón.
Amós revela el nuevo trono de David, restablecido en Jerusalén.
Abdías hace serias advertencias en vistas de la segunda venida del Príncipe de príncipes.
Miqueas anuncia el cese de todas las guerras cuando las espadas serán convertidas en azadones y las lanzas en hoces y rejas de arado.
Nahum relata cómo las montañas temblarán bajo los pies de Cristo,  y la misma tierra se abrasará ante su presencia.
Hababuc muestra al Rey midiendo el nuevo Reino con una vara, y todas las montañas arrollidándose ante ÉL.
Sofonías nos da el nuevo canto que ÉL enseñará a Israel y describe la derrota del Anticristo.
Haggeo relata el derrumbamiento de todas las cosas, y la permanencia exclusiva de las cosas de Dios.
Zacarías presenta el cuadro de los pies de Cristo pisando de nuevo el Monte de los Olivos. El monte se partirá en dos y el valle de la decisión será hecho.
Malaquías finaliza el Antiguo Testamento con la historia del Príncipe venidero, representándolo como fuego purificador y jabón de lavadores,  y como el sol naciente, que inunda toda la tierra de su fulgor. El Antiguo Testamento rebosa de augurios sobre la segunda venida de Cristo.
En el Nuevo Testamento, las predicciones de su venida son todavía más claras y más vivas. Mateo compara a Cristo con el esposo que viene a recibir a la novia.
Marcos, lo ve como el Señor de la casa que emprende un largo viaje, y encarga a sus siervos ciertas tareas, mientras regresa.
Para Lucas, Jesús es el caballero noble que viaja a un país lejano para arreglar ciertos negocios y deja sus posesiones al cuidado de sus siervos, para que negocien con ellas hasta que ÉL venga.
Juan cita las palabras de Cristo diciendo:”Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Vendré otra vez y os tomaré a mí mismo”.
En Romanos, le vemos que regresa y pone todo bajo sus pies.
En 1ª de Corintios, Pablo describe la venida del Señor para efectuar la resurrección de muertos.
En 2ª de Corintios, describe la nueva habitación que tendremos cuando esta vivienda terrenal sucumba.
En 1ª Tesalonicenses, Pablo nos dice que esperemos al Hijo de Dios viniendo de los cielos.
En 2ª Tesalonicenses nos pinta el cuadro glorioso de la venida del Señor con sus santos.
En Timoteo, encontramos que el Señor premiará a los que aman su venida.
Tito habla de la “esperanza bienaventurada”.
En Hebreos nos dice que los hijos de Israel le reconocerán como al Mesías en su segunda venida.
Santiago exhorta a sus lectores a que sean pacientes hasta la venida del Señor.
Pedro dice que el día del Señor vendrá como ladrón en la noche, sin previo aviso.
Judas dice:”He aquí el Señor  es venido con sus santos millares”.
Y todo el libro del Apocalipsis se dedica al asunto de su segunda venida.
No sólo, pues, el Antiguo Testamento nos dice que esperemos la segunda venida de Cristo, sino también el Nuevo está lleno de la promesa de ella.

Vamos a ver aquellos textos en la Palabra de Dios en la Biblia, en diferentes versiones, que nos hablan de ese día, cuando el Rey de Reyes, cuando Jesucristo aparezca de nuevo, por segunda vez:
1 Corintios 1; 7 /2 Tesalonicenses 1; 7/1Pedro 1; 7 / 1Pedro 1:13 / 1Pedro 4:13  
2 Tesalonicenses 2; 8 / 1 Timoteo 6; 14 / 2 Timoteo 4;1/ 2Timoteo 4:8/ Tito 2.13 

La base de la Segunda Venida se encuentra en muchos pasajes de los Evangelios, especialmente en el discurso de Jesús, que tenemos mucho que conocer y haríamos bien en escudriñar con la ayuda del Espíritu, en Marcos 13. Jesús se refiere a sí mismo como el Hijo del Hombre que vendrá en la Gloria de su Padre con los ángeles. Podemos ver los siguientes textos en la Biblia. Si disponemos de varias versiones podemos enriquecernos con su lenguaje.


Podemos leer con detalle en:
Marcos  8; 38/ Marcos 13; 24-27/Marcos 14; 62/Juan  14; 3/ Juan 14; 28 

La verdad universal más conmovedora y gloriosa, es la Segunda Venida de Jesucristo. Es la promesa segura de su futuro, ahora cuando se revelan todos los fracasos de esta sociedad moderna, cuando todo lo que nos rodea es pesimismo, tristeza, desempleo, corrupción. Cuando la gente se lamenta ¿Qué será de nosotros? ¿Hacia dónde vamos?, la Biblia responde con contundencia contestando a todas esas cosas con la segunda venida de Jesucristo, y señala los galardones que esperan a los escogidos por Dios.
En cuanto a la fecha o al tiempo exacto de ese acontecimiento glorioso, no  desafiaré a la Providencia aventurándome en conjeturas. No importa que  desconozcamos el tiempo exacto de su venida, lo esencial es que vivamos de tal manera que estemos preparados para ella en cualquier momento. Jesús dijo que ni los ángeles en el cielo sabía el día, sólo Dios conoce el instante en que habrán de resonar las poderosas trompetas, y en que los cielos se han de partir, para que Cristo y sus huestes celestiales aparezcan una vez más a la vista de los hombres.
El tiempo, según miden los ángeles que ven desde la eternidad, dista mucho de parecerse al modo que nuestra mente finita es capaz de medir. Nos aferramos a los escasos setenta u ochenta años de vida en la que permanecemos amarrados a esta vida terrenal. La permanencia temporal, nos impide asimilar el tiempo con respecto a quinientos, mil o dos mil años, nos parecen muy largos. Sin embargo, para Dios, tal lapso de tiempo es como un día.
Los que leen correctamente las Escrituras, a la vista de todos los acontecimientos actuales, piensan que estamos en los días postreros de la vida tal y como lo conocemos, sobre esta tierra, y que hemos entrado en la época final, en el último acto del grandioso drama que empezó hace miles de años en el Edén.
Jesús nos recomendó esperar y observar, leamos: Lucas 21:25-27 

Los últimos terremotos, huracanes y tsunamis han devastado y segado vidas a su paso. El cercano Oriente con sus guerras, la del Golfo, Irak, Afganistán, Libia, Siria. Son los primeros dolores del parto.
Con el restablecimiento de Israel como nación independiente y estado soberano,  con su ejército propio, moneda e identidad propias; la rueda de la historia ha descrito un ciclo tremendo y casi completo. Fue en aquella región rica y fértil del Cercano Oriente donde nuestra civilización tuvo su principio. De esa región limitada, se diseminó en todas direcciones. Circundó el globo, moviéndose firmemente, deteniéndose de vez en cuando, para recuperarse y fortalecerse, a veces atrapada en las garras poderosas de las muchas épocas oscuras de barbarie, ignorancia, impiedad y miedo. Ahora en nuestro tiempo, comienza a volver a los lugares de sus orígenes.
Los campos, largo tiempo sin cultivar y estériles, producen de nuevo su fruto. Si, las ramas de la higuera se hacen tiernas y sus hojas brotan, por todas partes aparecen las señales que debemos observar.

Aunque algunos predicadores tergiversan estos pasajes, no es posible eliminar de los  Evangelios todo vestigio de una Segunda Venida. La misma abundancia de referencias al tema hace improbable que los apóstoles crearan esta doctrina, que saliera de su raciocinio. Es claro que existe una dificultad en los dos dichos de Jesús que indican una venida muy pronta: antes que los discípulos recorrieran las ciudades de Israel (Mateo 10; 23) o antes de que algunos de sus oyentes murieran (Marcos 9; 1), pero es fácil explicar que estas profecías se cumplieron en la muerte y resurrección de Jesús; porque estos hechos fueron una manifestación sobresaliente del Reino, por los cuales Jesús triunfó sobre Satanás y sobre la muerte. Además, por esos hechos Jesús fue proclamado el  SEÑOR del cielo y la tierra (Mateo 28; 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.). En otras palabras, el acontecimiento fundamental de la predicación del Reino es el nacimiento, la encarnación, la muerte y la resurrección de Jesús. Su Segunda Venida es la culminación de su Señorio, Soberanía y Justicia.
Si Jesús enseñaba una Segunda Venida, podemos hacer una pregunta: ¿Esperaba Él un período entre su  Ascensión y su parusía?   En vista de que hablan de un regreso inmediato: Mateo 10; 23 / Marcos 9; 1/ Marcos 13; 30-33   
 El argumento de muchos predicadores para decir que no habrá Segunda Venida se basa en que: Jesús esperaba regresar casi inmediatamente y cuando no apareció, la iglesia cambió la idea de un regreso inmediato por la de una tarea misionera, con el resultado de que la parusía o venida del Señor fue postergada.
Pero es inaceptable esta tergiversada interpretación, al oscuro concepto de la iglesia y la formulación de sus doctrinas en vista de los siguientes hechos:
Jesús sí enseñaba que habría un período entre el fin de su ministerio y la parusía (Marcos  13; 10/Mateo 24; 14). Tal espera está implícita en las parábolas del Evangelio, especialmente en aquellas que hablan de la ausencia de la figura central del relato, tal y como podemos leer en: Mateo 24; 45-51/ Mateo 25; 1-13   

Sin el regreso del Señor, la parábola quedaría truncada, porque la entrega de responsabilidades al principio demanda el desenlace de los galardones al final. Así también lo que Jesús empezó a hacer quedaría inconcluso si no volviera a completar el proceso.
  Jesús fue proclamado Señor del cielo y de la tierra y ordenó (Mateo 28; 18-20)  lo que significa que con su exaltación el evangelio rompe los límites nacionales de Israel y asume características universales. Resulta lógico entonces que el señorío de Jesús se proclamase en todo el mundo para que la oferta de perdón y vida eterna fuera conocida de todos. Por tanto, precisa programar un período de tiempo para la evangelización del mundo.
  La enseñanza de Jesús acerca del Reino de Dios refleja una tensión grande entre el aspecto presente, visto en la vida y obra de Jesús, y el aspecto futuro. Si interpretamos el Reino de Dios, o en términos puramente futuristas sin aspecto presente y período intermedio  o en términos de una escatología realizada en este tiempo sin futuro alguno, no hacemos justicia a la enseñanza de Jesús. Él dejó inaugurado el Reino en las obras maravillosas de su ministerio y especialmente en su muerte y resurrección. Por tanto, se puede decir con que la batalla decisiva se ha ganado, y solo se espera la terminación de la guerra y la proclamación del gran día de victoria. Durante el actual período intermedio experimentamos muchas de las bendiciones del futuro, (1 Corintios 10; 11  Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos / Hebreos 6; 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero). Además, los creyentes, los nacidos de nuevo, que ya hemos sido sellados por el Espíritu Santo,  ya tenemos la vida eterna (Juan 3; 16), característica del siglo venidero (Marcos 10; 29-31), pero eso no significa que se omita la consumación final. La victoria sin par de la muerte y resurrección de Jesús quedaría inconclusa si no llega a abatir visiblemente el reino del mal aquí en la tierra.
En resumen, la enseñanza de los Evangelios es clara: al final del proceso de evangelización del mundo, en un momento que solo el Padre conoce (Marcos 13; 32 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.), Jesús vendrá personalmente sobre las  nubes en la misma forma corporal en que se fue (Hechos 1;10-11  10  Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11  los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. ). Su Segunda Venida será acompañada con trompetas, voces, gloria, y poder; los ángeles estarán presentes para recoger a los escogidos de los cuatro ángulos de la tierra. Entonces el Señor se sentará sobre su trono para juzgar a todos los que tienen alguna relación con el Reino, según sus obras.
Su Venida es precedida por un tiempo de horrible persecución  Marcos  13; 19-20  y seguida por el establecimiento del reino de justicia del Hijo del Hombre (Mateo 25; 34

El Apóstol Pablo nos orienta y sigue la pauta de Jesús, aunque agrega varios énfasis nuevos. El más notable quizás es la relación estrecha establecida entre La Segunda Venida y la Resurrección  o transformación de los creyentes. Para mayor comprensión examinemos los siguientes textos en:
1 Corintios 15; 23/1 Corintios 15; 51-53/ Filipenses  3; 20-21/1 Tesalonicenses 4; 13-18  

Aunque hay que distinguir una etapa previa a la Segunda Venida, a la cual llamamos "el arrebatamiento de la iglesia" o “el rapto” que podemos ver como fueron varios los escritores evangélicos que diferenciaron este rapto de los fieles, para evitar pasaran por la gran tribulación. En el Evangelio de  Lucas  17:34-36  Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. 35  Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.36  Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.  Podemos corroborar el rapto en: Mateo 24:37-42

  La Segunda  Venida que insinúa 1 Tesalonicenses 4; 16: "El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios descenderá del cielo". Los muertos en Cristo resucitarán primero, y ocurrirá entonces la transformación de los creyentes vivos. Pero esto no sucederá sino hasta que haya venido la apostasía y aparezca el hombre de pecado, a quien el Señor destruirá "con el espíritu de su boca y con el resplandor de su venida".  Podemos leerlo en: 2 Tesalonicenses 2; 1-12  
  No es solamente un momento de distribuir recompensas a los fieles sino la ocasión en que todos los hombres han de rendir cuentas de sus acciones.  Veamos varios textos que nos ilustran con claridad:
2 Tesalonicenses 1; 7-10 / 1 Corintios 3; 13-15 / 1 Corintios 4; 5/ 2 Corintios 5; 10 

   Aunque a los "burladores" les parece que el Señor retarda su promesa, realmente Él está esperando que los hombres "procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3; 9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.)  Pero el día del Señor vendrá como "ladrón en la noche",  inesperadamente, y el cielo y la tierra serán quemados.  
Como libro de consolación escrito durante la persecución, Apocalipsis aporta datos importantes sobre la Segunda Venida de Cristo. Todo ojo lo verá llegar y todas las naciones de la tierra lo lamentarán  Apocalipsis 1; 7 / Mateo 24; 29-30.   En la final trompeta (Apocalipsis 11; 15-19), el reino de este mundo pasa a ser de Dios y de su Cristo, quien reinará para siempre jamás (Apocalipsis 11; 15). Apocalipsis concuerda con lo escrito por Pablo al describirse la lucha feroz entre las fuerzas del mal y del bien, guerra que causa tremenda Tribulación y termina en el castigo de los líderes del reino satánico (Apocalipsis 19; 20 /Apocalipsis 20; 10). Entonces Cristo y los justos empiezan un reino de mil años en la tierra,  (Apocalipsis 20; 1-9) durante el cual Él suprime todo dominio, autoridad, y potencia enemiga (1Corintios 15; 23-28).

 En Daniel 12:4 “…Muchos correrán de aquí para allá y la ciencia se aumentará”.

El profeta Daniel refiere la cantidad de gentes que no tendrán fe en Jesús, buscando por todas partes respuestas a sus interrogantes, pero que se adapten a sus deseos. Personas de doble ánimo, inconstantes, superficiales y carentes de moral.
El impresionante avance de la ciencia no se puede poner en duda. De un día para otro hay nuevos descubrimientos que maravillan a los científicos. En los últimos 50 años ha sido impresionante el desarrollo de los descubrimientos tanto en medios de comunicación, transporte e investigación. En ninguna época de la historia se han sucedido a tal ritmo los acontecimientos.
Los médicos y psiquiatras durante los últimos años han dicho repetidas veces que el cuerpo humano no está capacitado para tal tensión, que no puede aguantar tata velocidad y presión, pero seguimos adelante al ritmo de siempre sin importar o pararnos a mirar si es conveniente o no ese ritmo de vida. No es de extrañar que el ictus se haya convertido en algunos países como un mal en ascenso. La telefonía, los celulares, los Ipods, auriculares se han convertido en una nueva fuente de problemas para la ya débil salud. Muchos de los jefes de industria cuyo trabajo ha hecho posible esta tremenda aceleración, han muerto repentinamente en sus despachos, victimas del monstruo que ellos crearon.
 En los pasajes de Ezequiel 38 y 39, el profeta es inspirado por Dios para describir unos hechos  que ocurrirán en los postreros tiempos. Se supone que estos enemigos se juntarán para invadir la tierra de Judea y Dios los derrotará. Dios no sólo se ocupa de quienes son ahora los enemigos de su Iglesia, sino ve con anticipación quienes lo serán, y les hace saber por su palabra que está contra ellos; aunque ellos se junten, los malos no quedarán sin castigo. El Señor hará que los transgresores más despreocupados y endurecidos conozcan su santo nombre, sea por su justa ira o por las riquezas de su misericordia y gracia. Las armas formadas contra Sion no prosperarán. Aunque esta profecía va a cumplirse en los últimos tiempos, es segura. El mensaje para nosotros es emocionante: con Dios de nuestro lado, se nos asegura la victoria final sobre cualquier enemigo, ya que El peleará por nosotros. La predicción de la salvación del pueblo de Dios y la ruina del enemigo, se ha cumplido: lo que expresa que el acontecimiento predicho es tan cierto como si estuviera ya consumado.

Hace pocos años, muchos intelectuales se burlaban de 2ª Pedro 3:10. Pero la explosión de la bomba de hidrógeno y  las terribles posibilidades de la bomba de cobalto, han cambiado su escepticismo en una admiración y reconocimiento de las profecías bíblicas.
Quiero señalar que los tiempos que vivimos, se diferencian radicalmente de cualquier época anterior. El compás del tiempo se acelera con sucesos de tal magnitud, que cualquiera de ellos hubiera sido la sensación de toda una edad hasta hace poco; ahora vienen tan seguidos que no nos da tiempo a digerirlos y muchos de ellos pasan inadvertidos. El relajamiento moral ha llegado a ser tan común y aceptado, que se hace muy poco esfuerzo para ocultarlo. La corrupción en la economía, política y justicia es casi una regla y no la excepción.
El Anticristo, que los profetas advirtieron había de aparecer en los últimos días, posiblemente ya se encuentre a punto de surgir; posiblemente está creciendo y tomando forma ante nuestros propios ojos, un espíritu Anticristo atrevido, desvergonzado y bien armado, que no se preocupa en disimular su identidad o enmascara su propósito. Hace poco que surgió el ISIS con tanta rapidez que ha sorprendido a todos los servicios de inteligencia mundiales, aunque algunos cuando dieron la voz de alarma, fueron silenciados por intereses petroleros. Ahora, han perdido cualquier atisbo de humanidad, convirtiéndose en verdugos y asesinos de cristianos que no renuncian a la fe de Cristo. Pero lo peor aún está por venir.
Estas son tendencias apocalípticas, caracterizadas por la guerra, el hambre, la peste y la muerte que en este mismo momento cabalgan a través del mundo. El tiempo, como es medido por los seres celestiales, puede darnos diez años, cien años, mil años; pero también puede darnos un día, una semana o un mes. Bien puede aplicarse a la actualidad el versículo:
 Mateo 24:34” De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca”.
Hasta ese Día Supremo la actitud de todo cristiano debe ser la de velar y esperar. Jesús dijo:
Mateo 24:42 “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”.
De nuevo esta esperanza grandiosa debe provocar una consagración completa al servicio, de parte de todos los que creemos en ella. Jesús dijo:
Lucas 19:13 “Negociad entretanto que vengo”.
También es un tiempo de preparación. Jesús dijo:
Lucas 12:40 “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”.
Toda la historia se encamina hacia el gran día cuando todos los enemigos serán puestos bajo sus pies y Cristo será coronado. La Biblia dice:
Isaías 9-7 “Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo  y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.

Entonces cesarán la guerra y los combates. No habrá pecado ni codicia, y el pesa y el dolor habrán desaparecido. Entonces los paganos serán convertidos, ningún hombre vivirá sin conocer a Dios, toda la naturaleza desplegará  el esplendor y la magnificencia que caracterizaron el jardín del Edén. Entonces, todos los animales de la tierra habitarán juntos en armonía y en paz. Entonces, el conocimiento del amor de Dios cubrirá la tierra, y nuestra ardiente  oración de siempre: “Venga tu reino” será, por fin, contestada.

La Segunda Venida del Señor Jesucristo ha tenido un valor permanente para el cristianismo, y a través de los siglos ha sido una fuente de inspiración y confianza. Sobre ella se basan todas las exhortaciones a la pureza, fidelidad, santidad, vigilancia  y responsabilidad. El juicio en Mateo  25; 31-46  enseña que quienes esperamos de veras el regreso de nuestro Señor  mostramos compasión hacia los desvalidos y necesitados.
Toda la creación gime hasta la liberación final, tanto de los hijos de Dios como el universo entero, tal y como nos dice la Palabra de Dios en Romanos 8; 18-23 
La Segunda Venida de Cristo no será para expiar los pecados de la humanidad ya que esto se cumplió en su primera venida. En su segunda venida se consumará la totalidad de la salvación del creyente y el juicio del incrédulo.

"Amén; sí, ven, Señor Jesús" (Apocalipsis 22; 20)


¡¡MARANATHA!!

sábado, 27 de diciembre de 2014

EL ÚNICO CAMINO DE LA SALVACIÓN: CRISTO




En este capítulo 53 de Isaías encontramos la profecía más exacta de todos los padecimientos de Jesucristo. Cada vez que escudriño estos versículos, veo todas mis iniquidades, todos mis pecados hiriendo al Señor; por eso sabiendo lo que sé, yo y mi casa obedeceremos al Señor de todo corazón.
Pero veamos lo que dice la Palabra de Dios en la Biblia, versión Traducción Lengiaje Actual, en Isaías 53:
 1  Isaías dijo: « ¡Nadie ha creído a nuestro mensaje! ¡Nadie ha visto el poder de Dios!
 2  El fiel servidor creció como raíz tierna en tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo ni deseable.
 3  Todos lo despreciaban y rechazaban. Fue un hombre que sufrió el dolor y experimentó mucho sufrimiento. Todos evitábamos mirarlo; lo despreciamos y no lo tuvimos en cuenta.
 4  »A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado.
 5  Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados.
 6  »Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el castigo que nosotros merecíamos.
 7  »Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca.
 8  »Cuando lo arrestaron, no lo trataron con justicia. Nadie lo defendió ni se preocupó por él; y al final, por culpa de nuestros pecados, le quitaron la vida.
 9  El fiel servidor de Dios murió entre criminales y fue enterrado con los malvados, aunque nunca cometió ningún crimen ni jamás engañó a nadie.
 10  »Dios quiso humillarlo y hacerlo sufrir, y el fiel servidor ofreció su vida como sacrificio por nosotros. Por eso, él tendrá una vida muy larga, llegará a ver a sus descendientes, y hará todo lo que Dios desea.
 11  »Después de tanto sufrimiento, comprenderá el valor de obedecer a Dios. El fiel servidor, aunque inocente, fue considerado un criminal, pues cargó con los pecados de muchos para que ellos fueran perdonados.
  12 Él dio su vida por los demás; por eso Dios lo premiará con poder y con honor».

CONTEXTO

  Esta es la más conocida profecía de la crucifixión en la Biblia. Ocho siglos antes de Cristo, Isaías se refirió de una forma increíblemente certera a los hechos de la crucifixión; pero más importante aún, habló del propósito de la cruz.
Cristo cargó algo más que nuestros pecados en su sufrimiento y muerte.  Este capítulo nos habla del porqué de su sufrimiento: sufrió para llevar nuestros dolores y enfermedades  y para ofrecernos Paz, Sanidad  y Salvación eterna.
En verdad, la expiación de nuestros pecados constituye nuestra mayor necesidad, pero Dios, al enviar a su Hijo a sufrir y morir, proveyó más que una forma de escapar al juicio: Dispuso el inmediato comienzo de una vida abundante por FE EN JESUCRISTO.

REFLEXIÓN

En ninguna otra parte del Antiguo Testamento, como en este capítulo, se profetiza tan clara y plenamente que Cristo debía sufrir y luego entrar a su gloria. Pero lo triste es que en el mundo de hoy  pocos disciernen o reconocen el poder divino que va con la enseñanza de la Palabra de Dios en la Biblia. Se rechaza toda la información más importante y auténtica de la salvación a través del Hijo de Dios pora los hombres pecadores.
 ¿Quién creería que Dios decidiría salvar al mundo mediante un Siervo humilde y sufrido en vez de un rey glorioso?
 La idea es contraria al orgullo humano y a la manera de pensar del mundo. Sin embargo, Dios trabaja a menudo en formas inesperadas. La fortaleza del Mesías se muestra a través de su humildad, sufrimiento y misericordia.
La condición vil a que se sometió y su manifestación al mundo no concuerdan con las ideas del Mesías que los judíos se habían formado. Se esperaba que viniera con pompa; en cambio creció como una planta, silenciosa e inadvertidamente. Él nada tenía de la gloria que uno hubiera pensado hallar en Él.  No había nada en la apariencia física de este Siervo que fuera atractivo. Israel calculó mal la importancia del Siervo, lo considerarían como un hombre común. Pero aun cuando Jesús no atraía por su apariencia física, trajo Salvación y Sanidad. Mucha gente calcula mal la importancia de la vida y obra de Jesús, y necesitan conocer cristianos nacidos de nuevo para señalar su extraordinaria naturaleza.

  Este varón de dolores lo despreciaron y rechazaron los que estaban a su alrededor y hasta el día de hoy sucede lo mismo. Algunos lo rechazan porque se le oponen. Otros desprecian a Cristo y su gran don de perdón.  
Tú que lees esto ¿lo rechazas, lo olvidas o lo aceptas?

Toda su vida fue no sólo humilde en estado externo, también fue penosa. Hecho pecado por nosotros, vivió la sentencia a la cual nos expuso el pecado. Los corazones carnales nada ven en el Señor Jesús como para interesarse en Él.  El mundo los tiene atrapados, con sus luces y cantos de sirena. Sí, por cuántos hombres sigue siendo despreciado y rechazado respecto de su doctrina y su autoridad
En estos versículos hay un relato de los sufrimientos de Cristo; también del propósito de sus sufrimientos. Fue por nuestros pecados y en nuestro lugar que nuestro Señor Jesús sufrió. Todos hemos pecado y caído de la gloria de Dios. Los pecadores tienen su pecado favorito, su propio mal camino que aprecian. Nuestros pecados merecen todos los castigos y dolores, hasta los más severos.
Somos salvados de la ruina a la cual nos obligamos por el pecado, cuando echamos sobre Cristo nuestros pecados. Esta expiación iba a ser hecha por nuestros pecados. Este es el único camino de salvación. Nuestros pecados fueron las espinas en la cabeza de Cristo, los clavos en sus manos y pies, la lanza en su costado. Fue entregado a la muerte por nuestras ofensas. Por sus sufrimientos adquirió para nosotros el Espíritu y la gracia de Dios para mortificar nuestras corrupciones, que son las maldades de nuestra alma. Bien podemos soportar nuestros sufrimientos más leves, porque Él nos ha enseñado a estimar todas las cosas como pérdida por amor a Él y a amar al que nos amó primero.
  ¿Cómo podía una persona del Antiguo Testamento entender la idea de Cristo muriendo por nuestras culpas, rebeliones y pecados, en realidad cargando con el castigo que merecíamos? Los sacrificios sugerían esta idea, pero una cosa es matar a un cordero y otra muy distinta es pensar en el Siervo escogido de Dios ocupando el lugar del cordero. El es el Cordero  ofrecido por los pecados de todas las personas.  El Mesías sufrió por nuestro bien, llevando nuestros pecados para hacernos aceptos a Dios. ¿Qué podemos decir ante tanto amor? ¿Cómo le responderemos a El?
 Pero Dios descorría a un costado la cortina del tiempo para permitir que la gente de la época de Isaías mirara más adelante hacia el sufrimiento del futuro Mesías y el perdón resultante que quedaría al alcance de toda la humanidad.
  Isaías habla acerca de cómo Israel se apartó del camino de Dios y lo compara a una oveja errante. Con todo, Dios enviaría al Mesías para hacerla volver al redil.  

  Cristo no encarga el cuidado de su familia a ningún otro.  Prosperará lo que se emprenda conforme al beneplácito de Dios. Él se ocupará de cumplirlo en la conversión y salvación de los pecadores. Hay muchos a quienes Cristo justifica; muchos por quienes dio su vida como rescate. Por fe somos justificados, así, Dios es más glorificado, la libre gracia se promueve, el yo es abatido y nuestra felicidad asegurada. Debemos conocerle y creer en quien llevó nuestros pecados y nos salvó de hundirnos bajo la carga llevándola sobre sí.
El pecado y Satanás, la muerte y el infierno, el mundo y la carne, son los enemigos poderosos que Él venció.  
Mientras repasamos los sufrimientos del Hijo de Dios, recordemos nuestro largo catálogo de transgresiones y considerémosle sufriendo bajo el peso de nuestra culpa.   Nosotros somos la adquisición de su sangre, y los monumentos de su gracia; por esto Él continuamente intercede y prevalece destruyendo las obras del diablo. "Justificará mi siervo justo a muchos" nos habla de la enorme familia de creyentes que serán justos, no por sus obras, sino por la gran obra del Mesías en la cruz. Se tienen como justos porque han clamado a Cristo, el Justo, como su Salvador y Señor (Romanos 5:18 Por el pecado de Adán, Dios declaró que todos merecemos morir; pero gracias a Jesucristo, que murió por nosotros, Dios nos declara inocentes y nos da la vida eterna) 2Corintios 5:21  Cristo nunca pecó. Pero Dios lo trató como si hubiera pecado, para declararnos inocentes por medio de Cristo).  
Despojados de la vida de pecado, nos vestiremos con la bondad de Cristo (Efesios 4:22-23 22 Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir.
 23  Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él.).

¡Ven y ve cómo Cristo nos amó! Nosotros no lo pusimos en nuestro lugar; Él se puso a sí mismo. Así quitó el pecado del mundo al llevarlo sobre sí. Se sometió a la muerte, que para nosotros es la paga del pecado.
Nosotros tenemos la oportunidad de mirar al pasado para ver y conocer la identidad del Mesías prometido, quien vino y murió por nuestros pecados. Pero si vemos todo lo que Jesús hizo y lo seguimos rechazando, cometemos un pecado más grande que los israelitas de la antigüedad, quienes no pudieron ver lo que nosotros vemos.
¿Le has entregado tu vida a Jesucristo, el "buen pastor" o sigues pareciéndote a la oveja errante? 
No eludas tu respuesta, ni tardes en tomar la decisión. Quien sabe mañana puede ser tarde; la muerte no descansa.