} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 10/01/2017 - 11/01/2017

martes, 31 de octubre de 2017

1 Noviembre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Juan 14; 16-18
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:
el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

             No hay palabra castellana que sea adecuada para traducir esta palabra: " parakletos,   llamado al lado de uno, en ayuda de uno... sugiere la capacidad o adaptabilidad para prestar ayuda. Se usaba en las cortes de justicia para denotar a un asistente legal, un defensor, un abogado; de ahí, generalmente, el que aboga por la causa de otro, un intercesor, abogado, como en 1Juan_2:1, del Señor Jesús. En su sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela".
"Los griegos empleaban esta palabra de maneras muy variadas. Un parakletos podía ser una persona a quien se llamaba para dar testimonio a favor de alguien en un tribunal; podía tratarse de un abogado a quien se llamaba para defender una causa cuando el acusado tenía posibilidades de recibir una pena muy grave; podía ser un experto a quien se llamaba para aconsejar sobre alguna situación difícil. Podía ser una persona a quien se llamaba cuando un batallón de soldados se sentía deprimido y descorazonado y se le pedía que los alentara y les infundiera coraje. En todos los casos, un parakletos es alguien a quien se llama para brindar ayuda".
Jesús había enfatizado mucho su relación con el Padre, y ahora comienza a enfatizar su relación con el Espíritu Santo.
Leemos en Mateo_28:20, "He aquí, estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". ¿Cómo lo haría? En la persona del Espíritu Santo (Mateo_10:19; Marcos_13:11; Lucas_12:11). Nunca habría necesidad de otro.
            Aquí dice que el Padre enviará al Espíritu Santo, pero en Juan 15:26 Jesús dice, "el Consolador a quien os enviaré del Padre"; también en Juan 16:7, "os lo enviaré". Este es otro detalle muy significativo, porque indica la deidad de Cristo y enfatiza que lo que el Padre hace también lo hace el Hijo.
No conocen al Espíritu Santo, pues algunos de los fariseos aun se atrevieron a decir que "Este (Jesús) no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios" (Mateo_12:24). Al oír esto Jesús dijo, "cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo" (Marcos_3:20-30).

Después de resucitar de entre los muertos Jesús dijo a los apóstoles, "yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Lucas_24:49). El "poder desde lo alto" sería el Espíritu Santo. Lucas da más información sobre esto en Hechos_1:4-5; Hechos_1:8; Jesús les dijo que "vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días... recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo". Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés (Hechos_2:1-4).
            Habiendo sido bautizados con el Espíritu Santo los apóstoles podían impartir dones milagrosos del Espíritu Santo a otros hermanos (Hechos_8:14-17; Romanos_1:11).
            Los que se arrepienten y se bautizan reciben el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo. En el día de Pentecostés el apóstol Pedro dijo, "Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en le nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hechos_2:38), refiriéndose a todas las bendiciones de la salvación proporcionadas por el Espíritu Santo. En lugar de describir todas estas bendiciones espirituales que constituyen el efecto de la obra del Espíritu Santo, Pedro dice simplemente "el don del Espíritu Santo", es decir, nombrando la causa en lugar del efecto; después habla del "Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen" (Hechos_5:32; Romanos_5:5; Gálatas_4:6; 1Tesalonicenses_4:8). Podemos comparar con lo que nos dice  Efesios_4:7-8, "Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo... dio dones a los hombres"; es decir, el don de Cristo no es El mismo, sino los dones (facultades, oficios, poderes) dados por El.
            Pablo dice que el pecado mora en el inconverso (Romanos_7:17;  Apocalipsis_2:13, " mora Satanás"), pero que el Espíritu Santo mora en los cristianos (Romanos_8:9). En lugar de ser controlado por el pecado, el cristiano es dirigido, fortalecido y controlado por el Espíritu Santo. Es guiado por el Espíritu Santo (Romanos_8:14) por medio de la palabra inspirada. Asimismo el hombre resiste al Espíritu Santo (Hechos_7:51) cuando resiste su enseñanza. Los hermanos del primer siglo apagaban al Espíritu Santo cuando apagaban algún don del Espíritu Santo (1Tesalonicenses_5:19). Estamos llenos del Espíritu Santo (Efesios_5:18) cuando llevamos el fruto del Espíritu (Gálatas_5:22-23).
            Pablo dice que la iglesia es la habitación santa del Espíritu Santo (1Corintios_3:16-17; 1Corintios_6:19-20; Efesios_2:19-20; 2Timoteo_1:14; Santiago_4:5).
            El cristiano tiene comunión con el Espíritu Santo; es decir, participa con el Espíritu Santo (2Corintios_13:14; Hebreos_6:4) en las "cosas mejores, y que pertenecen a la salvación" (Hebreos_6:9).
Al morir algún rabino sus discípulos se describían como huérfanos. Los discípulos de Cristo no se quedarían en el mundo como huérfanos (o como ovejas sin pastor).
             Cuando algún ser querido se despide de nosotros, queremos saber cuándo regresará, cuándo volveremos a vernos. Jesús dice, "vendré a vosotros". Algunos piensan que aquí Jesús se refiere a su resurrección, pero al tomar en cuenta los versículos que siguen  parece más probable que se refiere a su venida en la persona del Espíritu Santo. Al decir "voy" El explica que quería decir, "voy al Padre". Si se hubiera referido solamente a su breve estancia con ellos después de resucitar, entonces después de eso los habría dejado huérfanos, pero había dicho, "He aquí estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo_28:20).



¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

lunes, 30 de octubre de 2017

31 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Hebreos 2; 14-15
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Los hijos de Dios; los cristianos santificados. Cristo murió por todo el mundo  (Juan_11:51-52; 1 Juan_2:2), pero los referidos aquí son los que han obedecido al evangelio.
"participaron de carne y sangre". Los cristianos somos de naturaleza humana.
"él también... de lo mismo". Para poder morir por los hombres, Dios tuvo que tomar de la naturaleza humana. Y para esto tuvo que nacer de mujer (Juan_1:14; Gálatas_4:4; Filipenses_2:6-8).
"para destruir...el imperio de la muerte". Para hacer ineficaz, o inactivo. El diablo (diablos, equivalente a la palabra hebrea, Satanás, quiere decir "calumniador, acusador" Apocalipsis_12:10) todavía por el pecado trae la muerte al hombre pecador, pero Cristo en su muerte hizo ineficaz la obra del diablo porque ahora por Cristo seremos resucitados de la muerte y viviremos para siempre. El diablo tuvo el poder de traer la muerte física sobre la raza humana por medio de tentar a Adán y Eva a pecar. Todo hombre está pues destinado a la muerte física (Hebreos_9:27). La muerte espiritual (la "segunda muerte"  Apocalipsis_2:11; Apocalipsis_20:6) vendrá sobre todo pecador que muere fuera de Cristo o que no es cristiano fiel. La muerte de Cristo quita al diablo este "imperio de la muerte", o lo hace ineficaz o inactivo, porque el pecador que obedece a Cristo y es fiel hasta la muerte (Apocalipsis_2:10), será resucitado de la muerte física y escapará la segunda muerte, la espiritual.
Por medio de Cristo todos pueden ser librados de la cautividad del diablo. La muerte es un mal penal, producido por el pecado, y todo hombre (fuera de Cristo) teme este mal. Pero es el diablo quien conduce al hombre a pecar, y por eso el hombre está sujeto a la servidumbre de él. A este pobre sujeto Cristo libra por medio del evangelio.

1Corintios 15; 54
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

¿Y cuándo será? Este gran cambio delineado en el ver. 53 sucederá en el Día Final, cuando venga Cristo la segunda vez (Hebreos_9:28). Este gran evento cumplirá lo que fue predicho en las Escrituras, porque “la Escritura no puede ser quebrantada” (Juan_10:35). Lo que Dios ha dicho tendrá su cumplimiento; Dios no miente (Tito_1:2).
En la resurrección de los muertos en el Día Final, ya no habrá más muerte porque los vivos ya habrán sido cambiados a la inmortalidad y los muertos habrán sido levantados de los muertos y también cambiados. Podemos leerlo en  Apocalipsis_20:14 (la muerte, y el Hades donde se recogen los espíritus sin cuerpo, serán lanzados al fuego. Ya no tendrán efecto sobre el hombre). La muerte habrá sido destruida. Cristo en la resurrección habrá dado al hombre la victoria sobre la muerte (Juan_11:25; 2Corintios_5:4). La muerte tiene “imperio” ahora (Hebreos_2:14), pero en aquel día ella será vencida.
 Pablo termina diciendo: «Si tenéis esa gloriosa perspectiva a la vista, manteneos firmes en la fe y el servicio de Dios; porque, haciéndolo así, todos vuestros esfuerzos no resultarán baldíos.» La vida cristiana no es fácil, pero la meta hace que valga la pena la lucha para llegar. «Para mí está fuera de toda duda que lo que se sufre en este mundo no tiene comparación con la gloria venidera que se ha de manifestar en nosotros» (Romanos_8:18).

¡Maranata! ¡Si, ven Señor Jesús!


30 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Colosenses 1; 12-13
con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,

Los judaizantes y los gnósticos negaban que con tan sólo el evangelio los cristianos fueran aptos o capacitados para participar de la herencia de los santos en luz. "Esto no necesariamente se limita a la gloria futura. Los hijos de Dios andan en luz en la tierra. Juan_3:21. Es necesario capacitarse para participar en los deportes o en actividades académicas; así también lo es en cuanto a participar de la herencia de los santos en luz. No todos pueden hacerlo porque es necesario ser aptos o capaces para hacerlo
Dios había librado a su pueblo del poder de Egipto, de Babilonia y de Asiria, y los judíos esperaban que Dios les librara del yugo de Roma, pero Cristo trajo otra clase de libertad, pues nos ha librado de la potestad de las tinieblas. Ya no estamos bajo el poder del mundo.
            Según la herejía gnóstica, Cristo no vino para sufrir y morir en la cruz por los pecados del mundo, y no resucitó de entre los muertos, sino que sólo vino para librar el espíritu que está encarcelado en el cuerpo malo. Pablo dice, sin embargo, "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1Corintios_6:19-20). Pablo no habló del cuerpo como la cárcel del alma, sino como el templo de Dios.
Nunca dejemos de dar gracias a Dios por la gran bendición de estar en el reino de su amado Hijo. Verdaderamente hemos sido rescatados, pues la vida en el mundo de pecado, de error y de toda clase de tinieblas es una miseria continua. El alma está en gran peligro, porque los que no mueren en Cristo no pueden estar con Cristo. Además, aparte de evitar el castigo eterno, nuestra vida aquí en la tierra está muy bendecida porque andamos en luz y tenemos un gozo en el alma que nunca encontramos en el mundo.
Sin duda alguna el reino de Cristo existía cuando Pablo escribió esta carta. Juan el bautista y Jesús anunciaban que el reino se había acercado (Mateo_3:2; Mateo_4:17); Jesús dijo, "que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder" (Marcos_9:1); después de morir Jesús, José de Arimatea "esperaba el reino de Dios" (Lucas_23:51); después de su resurrección Jesús dijo a los apóstoles, "quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" (Lucas_24:49); esta promesa se repite justamente antes de su ascensión: "recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos_1:8). El cumplimiento de estas promesas se ve en Hechos_2:1-4, en el día de Pentecostés, cuando vino el Espíritu Santo sobre los apóstoles y comenzaron a predicar el evangelio. Los que obedecieron al evangelio (Hechos_2:37-38) nacieron del agua y del Espíritu (Juan_3:5) para entrar en el reino. Desde aquel día en adelante el Nuevo Testamento habla del reino como ya existente (Hechos_8:12).

1Juan 5; 20-21
Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén.

Los gnósticos negaban la humanidad y la deidad de Jesucristo. Hoy en día, religiones y sectas, como los Testigos de Jehová, niegan lo mismo. Combatiendo este error prevaleciente, Juan termina su carta enfatizando la realidad y la obra de Jesucristo. Ha venido y nos ha revelado al Padre. Estamos en el verdadero Dios solamente al estar en su Hijo.
La frase “ha venido” también implica la existencia de Cristo anterior a su venida. La preexistencia y la encarnación son dos verdades básicas en esta primera carta de Juan.
El Hijo de Dios nos ha dado sentido espiritual y habilidad para entender. Cristo nos ha dado dianoia (entendimiento). Cristo es la fuente de nuestro entendimiento  acerca de Dios y de su voluntad (Mateo_11:25-30; Juan_1:18; Hebreos_1:2). Ya que los gnósticos negaban al Hijo (a Jesucristo), negaban al que da entendimiento respecto al verdadero Dios. Se quedaban, pues, con su dianoia falso e incompleto respecto a Dios. Esto mismo continúa hasta la fecha presente.
El resultado del sentido espiritual y la habilidad para entender, que el Hijo de Dios nos ha dado, es que conocemos (guinosko) al verdadero Dios. El verbo guinosko enfatiza la apropiación de conocimiento, y el verbo oida la posesión.
Nuestro conocimiento de Dios no se basa en teorías filosóficas, sino en la revelación de la voluntad de Dios confirmada milagrosamente (Hebreos_2:3-4).
Estamos en el Verdadero (en Dios, en él que es Verdadero; véase la frase anterior de este versículo), en su Hijo Jesucristo. No se puede estar en el verdadero Dios aparte de estar en su Hijo. Estamos en Dios solamente cuando estamos en su Hijo (Juan_14:6). Son uno (Juan_10:30; Juan_14:9-10). Por eso no estaban los gnósticos en el verdadero Dios. Este es el punto principal de la epístola.
Lo que pensemos acerca de Cristo es fundamental en nuestras enseñanzas, predicación y estilo de vida. Jesucristo es Dios y hombre, totalmente Dios y totalmente humano al mismo tiempo. Vino a la tierra para morir en nuestro lugar por nuestros pecados. Mediante la fe en El, podemos tener vida eterna y el poder para hacer su voluntad. A ti que estás leyendo esta meditación te pregunto: ¿Cuál es tu respuesta a la pregunta más importante que debieras contestar: Quién es Jesucristo?

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


domingo, 29 de octubre de 2017

29 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Isaías 57; 18
He visto sus caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados;

¿En qué consiste, o en qué se basa esta sanidad nacional que se anuncia? En una nueva actitud que surgiría en el corazón de los judíos, tanto los que están lejos (los que están en Babilonia) como los que están cerca (en la tierra de Judá y en Jerusalén). De este cambio en el corazón surgiría un nuevo diálogo, una nueva manera de hablar, un nuevo mensaje cívico, que se resume en la palabra: Paz.
El Alto y Sublime Dios bajó a nuestro nivel para salvarnos debido a que nos resulta imposible subir a su nivel para salvarnos a nosotros mismos. Dios tendrá misericordia y vivificará el corazón de los quebrantados; desea que reine la paz en el seno de su familia, pero no puede haber paz para los impíos.

Isaías 66; 13
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.

La exuberante escena familiar de estos versículos que concluyen los poemas de Sion como esposa y madre, se centraliza ahora en los hijos de Sion. Observemos que la ciudad madre en realidad es la fuente secundaria, no primaria, de su riqueza y bienestar: todo es del Señor, aun el amor de una madre, si bien utiliza a la comunidad redimida para dispensar sus dones. Las últimas dos líneas de estos versículos se refieren al dónde y al cuándo de esta ayuda: Os consolaré … en Jerusalén seréis consolados. Se unen aquí la directa comunión con Dios y el pleno compromiso con su iglesia. 
El profeta se vuelve a los que temblaron ante la palabra de Dios, para consolarlos y darles ánimo. El Señor se manifiesta, para gozo del creyente humilde, y confusión de los hipócritas y perseguidores.
Cuando el Espíritu fue derramado, y el evangelio salió desde Sion, en poco tiempo se convirtieron multitudes. La palabra de Dios, especialmente sus promesas y ordenanzas son el consuelo de la Iglesia. La felicidad verdadera de todos los cristianos la aumenta cada convertido llevado a Cristo.
Doquiera sea recibido en su poder el evangelio lleva consigo un río de paz que nos conduce al océano de ilimitada e interminable bendición. El consuelo divino llega al hombre interior; el gozo del Señor es la fortaleza del creyente. La misericordia y la justicia del Señor se manifestarán y serán magnificadas para siempre.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

sábado, 28 de octubre de 2017

28 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Salmo 32; 5
Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah

Este es el punto central del Salmo, el salmista confiesa su pecado a Dios. La fórmula es sencilla: confesar, humillarse, reconocer que hizo mal; es la misma verdad de 1Juan_1:8-9, y tiene el mismo resultado, y tú perdonaste. Dios está pronto a perdonar porque es Dios de amor y ha hecho provisión en la obra de Cristo.

¿Qué es la confesión de los pecados? Confesar es decir con la boca aquello que se ha hecho y reconocerlo como pecado en forma clara y total. Debemos confesar nuestros pecados sin demora, con humildad, contrición y arrepentimiento. Al hacerlo no debemos echar en cara el pecado de nuestro prójimo. Como regla general debemos confesar ante quienes hemos ofendido. Debemos afirmar nuestra intención de abandonar el pecado a fin de servir a Dios con mayor fidelidad.
El pecado es la causa de nuestra desgracia; pero las transgresiones del creyente verdadero a la ley divina son todas perdonadas puesto que están cubiertas por la expiación. Cristo llevó sus pecados, en consecuencia, no se le imputan. Puesto que se nos imputa la justicia de Cristo, y por haber sido hechos justicia de Dios en Él, no se nos imputa nuestra iniquidad, porque Dios cargó sobre Él el pecado de todos nosotros, y lo hizo ofrenda por el pecado por nosotros. No imputar el pecado es un acto de Dios, porque Él es el Juez. Dios es el que justifica.
Fijaos en el carácter de aquel cuyos pecados son perdonados; es sincero y busca la santificación por el poder del Espíritu Santo. No profesa arrepentirse con la intención de darse el gusto pecando, porque el Señor esté listo para perdonar. No abusa de la doctrina de la libre gracia. Y al hombre cuya iniquidad es perdonada, se le promete toda clase de bendiciones.
El efecto de la restauración es inmediato: el salmista quiere compartir su gozo con otros, que ellos oren también y sean restaurados. En el tiempo en que puedas ser hallado subraya la importancia de responder cuando el Espíritu de Dios redarguye, pues uno que rechaza la voz de Dios puede endurecerse hasta el punto cuando ya no le oye más. El ser humano siempre necesita la protección de Dios para que no se pierda en las caudalosas aguas de maldad y destrucción.

Proverbios 28; 13
El que encubre sus pecados no prosperará;
Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Este  versículo nos recuerda el pecado de David al adulterar con Betsabé (2Samuel_11:4 ss.) y su lucha para encubrir al pecado (2Samuel_11:6 ss; 2Samuel_12:1 ss.). Tal actitud no tiene futuro, no prosperará. Solamente la oración de confesión resultará (1Juan_1:8-10). Junto a la confesión se agrega el abandono del pecado, que requiere el poder del Espíritu Santo. Así se logra la misericordia divina.  Quien se confiesa recibe misericordia de la humanidad, así como de Dios.
Hay algo en nosotros que se niega fuertemente a admitir que estamos equivocados. De ahí que admiremos a quienes con franqueza y sencillez admiten sus errores y pecados. Estas personas tienen una autoestima muy sólida. No siempre tienen que tener la razón para sentirse bien con ellas mismas. Estemos dispuestos a reconsiderar, a admitir que estamos equivocados y a cambiar nuestros planes cuando sea necesario. Y recordemos, el primer paso hacia el perdón es la confesión.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


27 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Mateo 16; 26
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

No nos gusta perder cosas de valor. Las aseguramos al máximo, cuidando la salud, instalando alarmas, poniendo candados y toda clase de seguros para asegurar las posesiones, para estar tranquilos y sin cuidado. Pero ¿cuántos aseguran su alma?
            ¿Qué tan serio es perder el alma?   Se pierde la posesión más valiosa. Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”. Jesús sabe el valor del alma; El murió para salvarla. El diablo sabe el valor del alma; por eso, quita la semilla para que la gente ni siquiera piense en salvar su alma; pero ¿cuántos hombres aprecian el valor del alma?   Se pierde todo 1Timoteo_6:1-21, “porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar”; al morir el hombre pierde toda posesión material, y ¿si pierde el alma también? Pierde absolutamente todo. No tendrá nada que dar.  Causa que otros también se pierden. Mateo_5:1-48, “  Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere ” (él lo causa); Mateo_18:1-35, “ Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar”; 1Reyes_14:1-31, “Jeroboam, el cual pecó, y ha hecho pecar a Israel ”. ¿Cuántos padres mundanos enseñan a sus hijos a ser obedientes a Dios? Por el ejemplo y por la misma enseñanza causan que sus hijos también se pierdan.   Se pierde la vida mejor aún en este mundo 1Pedro_3:10-12; Efesios_6:3; 1Timoteo_4:8; Mateo_5:5.   Se pierde el cielo, Juan_14:1-3; Mateo_25:34; Apocalipsis_21:4. Y   en lugar de encontrar reposo y alivio de todos los problemas y sufrimientos de la vida el perdido apenas comienza a sufrir, Mateo_25:46; 2Tesalonicenses_1:8-9.
En lugar de estas palabras graves que hallamos en Marcos también, Lucas (9:25) las expresa así: “¿qué aprovecha al hombre, sin granjeare todo el mundo, y se pierda él a sí mismo, o corra peligro de sí?” o, mejor, “si granjeare todo el mundo, y se destruyere a sí mismo”. ¡Cuán terrible es el peligro aquí descrito! Si el hombre hace del mundo presente, en sus formas diversas de placer, riquezas, honores y demás, el objeto de supremo empeño, aunque gane todo el mundo perderá, junto con él, su propia alma. Esto no afirma que alguno haya ganado, ni jamás gane todo el mundo, pues sólo una pequeña porción de él, en efecto, llega a pertenecer a los más afortunados partidarios del mundo; pero se hace la suposición extravagante de que por entregarse completamente al mundo, algún hombre llegue a ganarlo todo, sin embargo, colocando frente a esta ganancia la pérdida de su propia alma, lo que necesariamente resulta de la entrega de su corazón al mundo, ¿qué provecho sacará? Pero, si no es el mundo entero, entonces quizá otra cosa puede servir como equivalente del alma. Muy bien, entonces, ¿qué puede ser esto? “O”, como lo dijo el Señor, “¿qué recompensa dará el hombre por su alma?” Así, en lenguaje grave pero sencillo, nuestro Señor tapa la boca a sus oyentes, y a todos los que lean estas palabras hasta el fin del mundo, al dar a conocer el valor inestimable de su propia alma para todos los seres humanos. En Marcos (8:38) y Lucas (9:26) son añadidas las palabras siguientes: “el que se avergonzare de mí y de mis palabras”, o “el que se avergonzare de pertenecer a mí, y se avergonzare de mi evangelio”, “en esta generación adulterina y pecadora”   “el Hijo del hombre se avergonzará también de él, cuando vendrá en la gloria de su Padre con los santos ángeles”. El retornará a aquel hombre su propio tratamiento, desconociéndolo ante la asamblea más augusta, y exponiéndolo a “vergüenza y confusión perpetua” (Daniel_12:2). “¡Qué humillación!”,   “el ser avergonzado delante de Dios, de Cristo y de los ángeles” El sentimiento de vergüenza está basado en nuestro amor por la buena reputación, el cual produce aversión instintiva a aquello que puede rebajar nuestra reputación. Esta aversión nos fue dada como un preservativo para librarnos de todo lo que es propiamente vergonzoso. Tener perdido al sentimiento de vergüenza es estar casi sin esperanza. Pero cuando Cristo y “sus palabras” son impopulares, el mismo deseo de quedar bien con otros engendra aquella tentación de avergonzarse de él, lo que sólo el “poder expulsivo” de un cariño más elevado puede contrarrestar eficazmente.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

26 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Lucas 24; 27
Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían.

Aquí nuestro Señor nos enseña tanto la reverencia que se debe al Antiguo Testamento, como el tema principal de él, que es Cristo mismo.
Cristo se encuentra en el Antiguo Testamento. Los judíos leían los escritos de Moisés y los profetas cada sábado. Habían leído Isaías_53:1-12, que claramente predice la muerte del Mesías, muchas veces. ¿Por qué no podían entender estas Escrituras? “El problema de los líderes religiosos de los días de Jesús era que, en general, al leer el Antiguo Testamento veían sólo la gloria y victoria del Mesías y no veían el hecho de que la senda para alcanzar estas bendiciones era una de sufrimiento. A veces llegaban incluso a aplicar al Mesías las referencias (Isaías_52:13-15; Isaías_53:1-12) a la gloria del Siervo, pero a Israel las referencias a los sufrimientos del Siervo”; es decir, ellos simplemente no querían aceptar que su Mesías tendría que sufrir, porque fervientemente anhelaban un Mesías conquistador como David su padre. Querían tener la gloria para su nación como en los días de David y Salomón. Por lo tanto, cuando el verdadero Mesías, Jesús de Nazaret, estaba entre ellos lo rechazaron.
Después que los dos discípulos dijeron a Jesús que estaban tristes y confundidos, Él les contestó abriendo las Escrituras y las aplicó a su ministerio. Cuando estamos confundidos con preguntas o problemas, podemos también recurrir a las Escrituras y hallar la ayuda oportuna. Si como estos dos discípulos no entendemos lo que la Biblia dice, podemos buscar a otros creyentes que la conocen y tienen sabiduría para aplicarla a nuestra situación.

  Desde la simiente prometida en el Génesis (3.15), a través del siervo sufriente en Isaías (capítulo 53), al que traspasaron en Zacarías (12.10) y el ángel del pacto en Malaquías (3.1), Jesús vuelve a referir a estos discípulos al Antiguo Testamento. Cristo es el hilo que atraviesa todas las Escrituras, el tema central que las enlaza.
Los que buscan a Cristo lo hallarán: Él se manifestará a los que preguntan por Él; y dará conocimiento a los que usan las ayudas que tienen para el conocimiento.
No importa cómo fue, pero ocurre que ellos no lo conocieron; Él lo ordenó así para que ellos pudieran conversar más libremente con Él. Los discípulos de Cristo suelen entristecerse y apenarse aunque tienen razón para regocijarse, pero por la debilidad de su fe, no pueden tomar el consuelo ofrecido. Aunque Cristo entró a su estado de exaltación, todavía nota la tristeza de sus discípulos y se aflige de sus aflicciones.
Son forasteros en Jerusalén los que no saben de la muerte y de los padecimientos de Jesús. Los que tienen el conocimiento de Cristo crucificado, deben tratar de difundir ese saber. Nuestro Señor Jesús les reprochó la debilidad de su fe en las Escrituras del Antiguo Testamento. Si supiéramos más de los consejos divinos según han sido dados a conocer en las Escrituras, no estaríamos sujetos a las confusiones en que a menudo nos enredamos. Les muestra que los padecimientos de Cristo eran, realmente, el camino designado a su gloria, pero la cruz de Cristo era aquello en que ellos no se podían reconciliar por sí mismos. Empezando por Moisés, el primer escritor inspirado del Antiguo Testamento, Jesús les expone cosas acerca de sí mismo. Hay muchos pasajes en todas las Escrituras con referencia a Cristo, y es muy provechoso reunirlos. No nos adentramos en ningún texto sin encontrar algo referido a Cristo, una profecía, una promesa, una oración, un tipo u otra cosa. El hilo de oro de la gracia del evangelio recorre toda la trama del Antiguo Testamento.  


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!


miércoles, 25 de octubre de 2017

25 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Romanos 15; 4
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

La frase se refiere a las del Antiguo Testamento. No fueron escritas solamente para el beneficio de los judíos bajo la ley de Moisés. (1Corintios_10:11). Pablo acabó de citar un pasaje del Antiguo Testamento (Salmo_69:9) y lo aplicó al cristiano. Es importante que el cristiano estudie el Antiguo Testamento para obtener la paciencia y la consolación que se encuentran en él. Con esta paciencia podrá soportar a los débiles y al hacer bien en sacrificio personal tendrá consolación, las dos cosas que producen esperanza.
              Las Escrituras del Antiguo Testamento no sirven de norma o autoridad para la fe y las prácticas de la iglesia de Cristo. (Hebreos_7:12; Hebreos_8:13; Hebreos_9:9). Sirven para el propósito aquí especificado: conducir al lector a la paciencia y a la consolación, cuando contempla las narrativas allí registradas. Dios no cambia de carácter, pero sí cambia las dispensaciones. Leyendo alguno el Antiguo Testamento se entera de cómo Dios trata a los hombres con principios eternos, y estas lecciones son útiles para todo el tiempo. Pero la dispensación cristiana se presenta en el Nuevo Testamento y las Escrituras de éste nos guían autoritariamente en nuestra fe y prácticas.
El conocimiento de las Escrituras influye en nuestra actitud hacia el presente y el futuro. Cuanto más sepamos de lo que Dios hizo en el pasado, mayor será la confianza que tengamos acerca de lo que hará en los días venideros. Debiéramos leer la Biblia con diligencia para incrementar nuestra confianza en el hecho de que la voluntad de Dios es lo mejor para nosotros.
La libertad cristiana se permitió, no para nuestro placer, sino para la gloria de Dios y para bien del prójimo. Debemos agradar a nuestro prójimo por el bien de su alma; no para servir su malvada voluntad, ni contentarlo de manera pecaminosa; si así buscamos agradar a los hombres, no somos siervos de Cristo. Toda la vida de Cristo fue una vida de negación y no agradarse a sí mismo. El que más se conforma a Cristo es el cristiano más avanzado. Considerando su pureza y santidad inmaculadas, nada podía ser más contrario a Él, que ser hecho pecado y maldición por nosotros, y que cayeran sobre Él los reproches de Dios: el justo por el injusto. Él llevó la culpa del pecado, y la maldición de éste; nosotros sólo somos llamados a soportar un poco del problema. Él llevó los pecados impertinentes del impío; nosotros sólo somos llamados a soportar las fallas del débil. ¿Y no debiéramos ser humildes, abnegados y dispuestos para considerarnos los unos a otros que somos miembros unos de otros?  
Las Escrituras se escribieron para que nosotros las usemos y nos beneficiemos, tanto como para aquellos a los que se dieron primeramente.
Los más poderosos en las Escrituras son los más doctos. El consuelo que surge de la Palabra de Dios es lo más seguro, dulce y grandioso para anclar la esperanza. El Espíritu como Consolador es las arras de nuestra herencia. Esta unanimidad debe estar de acuerdo con el precepto de Cristo, conforme a su patrón y ejemplo. Es dádiva de Dios, y dádiva preciosa es, por la cual debemos buscarle fervorosamente. Nuestro Maestro divino invita a sus discípulos y los alienta mostrándose a ellos manso y humilde de espíritu. La misma disposición debe caracterizar la conducta de sus siervos, especialmente la del fuerte para con el débil.


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

martes, 24 de octubre de 2017

24 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


Proverbios 30; 5
Toda palabra de Dios es limpia;
Él es escudo a los que en él esperan.

    No se conoce la identidad de Agur, pero su estilo, diferente al del resto del libro, expresa las verdades a través de vívidas imágenes que tienen igual fuerza. Sus comentarios no son los de un filósofo venido a menos, sino los de un hombre con ojo avizor y mente despierta que interpreta sus observaciones de primera mano sobre la naturaleza y la humanidad.
Agur ama el equilibrio y también el enumerar las cosas para llegar a un clímax. El discurso de Agur permanece enigmático, y, cualquiera sea el texto que se acepte, se opone el conocimiento humano al conocimiento conferido por la Sabiduría, que es un don de Dios.
En oposición a la constatación de la ignorancia humana, el sabio hace elogio de la Palabra de Dios, es decir, de la revelación, que viene en ayuda de aquélla. La doctrina revelada es cierta y verdadera, libre de todo error, de toda mentira, de toda impiedad, como el oro recién salido del crisol. Y es escudo de quien confía en Yahvé, porque quien da fe a esa palabra y la pone en práctica camina por el sendero de la justicia y puede contar con la protección de Dios sobre los justos, tantas veces prometida en los libros sagrados.  La recomendación de no añadir cosa alguna a la Palabra de Dios se encuentra más veces en la Biblia  y la hallamos también en las enseñanzas de la sabiduría egipcia. Los sabios israelitas unen las enseñanzas de la sabiduría “a las prescripciones de la Ley y a las advertencias de los profetas, hasta el punto de identificarlas y establecer un conjunto armonioso y completo, suficiente para la conducta de la vida humana. Así, cada palabra divina está ya probada (Job_18:30). No hay el menor fundamento para sospechar que algo falte en la Palabra de Dios; agregar a sus palabras abre el camino al error y a la corrupción.
La palabra «canon» es el término usado para describir el número completo de los libros de la Biblia; el canon cerrado de los 66 libros de las Sagradas Escrituras. Proviene de antiguas palabras que significaban «vara de medir», y se aplica aquí a fin de designar a aquellos libros que llenan los requisitos para ser reconocidos como de inspiración divina.
La Biblia nos advierte contra el intento de sustraer o añadir de su contenido. Justo al final de la Biblia, en Apocalipsis_22:18, e inspirada en la providencia y la sabiduría de Dios, hallamos una afirmación concluyente en cuanto a esto. Aunque se refiere directamente al libro de Apocalipsis, la mayoría de los eruditos bíblicos dicen al respecto: «Añada o sustraiga de la Biblia bajo su propio riesgo». 
Sobre este tema debemos tener en cuenta lo siguiente: Cuando nos referimos a la «revelación de las Escrituras», es importante que distingamos el orden ya consumado de la revelación divina de cualquier otro uso del término revelación, sin importar cuan sagrado sea. Hay muchos hoy día que no conocen la diferencia entre una «revelación» (el conocimiento o la idea que puede provenir de Dios, de otro ser humano o del diablo) y la revelación de Dios, la cual se encuentra en el canon cerrado de las Escrituras.
Debido a que hay muchos libros que afirman ser inspirados divinamente, una actitud ingenua hacia ellos puede resultar en confusión y una posible destrucción. Es interesante notar que aun en tiempos de Jesús varios libros, considerados todavía hoy por algunos como parte del Antiguo Testamento, ya existían. Sin embargo, en ninguna de las 64 ocasiones en que Jesús cita el Antiguo Testamento se mencionan estos libros. La Biblia es completamente confiable, está completa, y basta para responder completamente cualquier cosa que necesitemos conocer sobre la salvación eterna o la sabiduría práctica en torno a nuestras relaciones, la moral, el carácter o la conducta a seguir. (Salmo_19:7; Lucas_16:17).



Salmo 119; 130
La exposición de tus palabras alumbra;
Hace entender a los simples.
Los que más conocen sus testimonios son los que más ven sus maravillas. Uno que sigue en comunión con Dios nunca deja de maravillarse de su Palabra. Esta actitud maravillada no resulta en especulaciones vanas sobre los testimonios de Dios, sino en obedecerlos. La exposición (Lucas_24:32). El Espíritu Santo “abre” la Palabra de Dios al creyente; también usa a expositores fieles que la exponen al pueblo de Dios. Así la “gente sencilla” entiende. Dios sigue haciendo lo mismo; todo creyente debe hacer todo lo posible para conocer la Palabra de Dios. La obra de Dios en el corazón produce el anhelo y esto le dirige a la petición. Pide que Dios actúe de acuerdo con su Palabra y por medio de ella. Su Palabra escrita es efectiva sólo cuando Dios la usa, solamente en el poder de Dios.
La ley de Yahvé es una lámpara que ilumina la vida del justo y conforta a los sencillos, que procuran amoldarse a sus testimonios.
La fidelidad de Dios a sus promesas de protección sobre el justo da confianza al salmista para implorar su auxilio en reciprocidad a su buena conducta. Se siente en medio de un ambiente hostil a los valores religiosos, y por ello suplica que se afirmen sus pasos por el camino recto emprendido.  

Jeremías 15; 16
Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.

Jeremías argumenta con Dios por misericordia y alivio contra sus enemigos, perseguidores y calumniadores.
Será un consuelo para los ministros de Dios cuando los desprecian los hombres, si tienen el testimonio de sus propias conciencias. Pero se queja el que haya poco placer en su obra.   El Señor llamó al profeta a que dejara de desconfiar y regresara a su obra. Si él atendía a eso, podía tener la seguridad de que el Señor lo libraría de sus enemigos. Dios librará de problemas o ayudará a través de ellos a los que están con Él y le son fieles. Muchas cosas parecen temibles que en absoluto dañan a un creyente real en Cristo.
Jeremías vuelve a su problema personal íntimo, pidiendo protección contra los que conspiran contra su vida, sus perseguidores. Al profeta en su tragedia íntima se le hace larga la espera por el castigo de sus enemigos: no contengas tu ira, Y para ello invoca el celo de Yahvé, pues todo lo soporta por El. Además, vuelve a presentar su inocencia y fidelidad: las palabras y mandatos de Yahvé constituían su gozo y la alegría de su corazón. Es un auténtico profeta de Yahvé; por eso puede decir que lleva su nombre. Toda su vida pertenecía a su Dios: yo llevo tu nombre


¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

lunes, 23 de octubre de 2017

23 Octubre LA BUENA SEMILLA (Meditación)


1 Corintios 13; 10,12
mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.
Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido.

Quedándonos con el contexto, vemos claramente que Pablo trata de los dones milagrosos, y acaba de decir que ellos proporcionaban revelaciones “en parte” . Estas revelaciones parciales serían reemplazadas cuando “lo perfecto o completo” llegara. Es obvio, pues, que Pablo está diciendo que cuando el proceso de revelación, o sea, la comunicación de verdad divina, llegara a su fin, entonces los medios empleados para el proceso (que eran los dones) terminarían, o cesarían. Así que cuando la revelación del Nuevo Testamento fue hecha completa (la terminación del canon de las Escrituras), entonces cesaron los dones milagrosos.
              Lo completo es la totalidad de todas las partes. Si las revelaciones fueron dadas “en parte”, entonces lo completo en el asunto tiene que ser la totalidad de la revelación de la verdad. Por ejemplo, si vemos una pieza de pastel, o trozo de torta, de cereza, sabemos que el pastel completo o la torta entera es de cereza. Si lo que es “en parte” tiene que ver con revelaciones parciales de verdad, entonces “lo perfecto” tiene que ser la totalidad de revelación. Este es el contraste de Pablo.
            Este contraste es ignorado por los pentecostales, carismáticos, y otros grupos. Una vez ya completa la revelación de la verdad del evangelio, entonces se cumpliría el propósito de los dones milagrosos, que era revelar y confirmar la verdad, y ellos dejarían de funcionar. (Marcos_16:20; Hechos_14:3; Romanos_15:18-19; Hebreos_2:3-4). Como el andamio sirve durante la construcción del edificio, y luego, terminado el edificio, se quita, así fue con los dones milagrosos. La razón por qué muchos no quieren aceptar lo que Pablo aquí está diciendo, con referencia a la transitoriedad de los dones, es que ignoran por completo el propósito de ellos en el plan de Dios, y también porque desean pretender que tienen todavía algunos de estos dones milagrosos hoy en día.
            Pero ya no hay verdades nuevas para ser reveladas, y por eso no hay profecía ni profeta inspirado hoy en día. El hombre no está contento con “toda la verdad” (Juan_16:13) a la cual Cristo prometió guiar a sus apóstoles, y lo hizo. Ya tenemos en las Escrituras esa verdad completa (2Pedro_1:3; 2Timoteo_3:16-17; Judas_1:3).
            La frase “lo perfecto” no puede referirse a la segunda venida de Cristo. Si los dones milagrosos iban a continuar hasta la segunda venida de Cristo, la lógica demanda que la fe y la esperanza tendrán que existir aún más allá de la segunda venida de Cristo, pues han de durar más tiempo que los dones. En este caso tendríamos a la esperanza en la eternidad, cosa que no puede ser (Romanos_8:24-25), como también en la eternidad seguiría la fe, otra cosa que no puede ser (2Corintios_5:7; Hebreos_11:1).
            “Lo perfecto”   la completa revelación; por consiguiente, no hay milagros hoy en día. El amor, que nunca deja de ser, es superior, pues, a los dones milagrosos. Este es el punto principal de Pablo en esta sección de su carta a los corintios.
            Dado que los dones fueron impartidos por la imposición de manos de apóstoles (Hechos_8:18; Hechos_19:6; Romanos_1:11; 2Timoteo_1:6), al morir el último apóstol, cesó el medio de distribución de dichos dones. Al morir el último de los que recibieran de estos dones, pasó por completo la época de los dones. Ya cumplieron su propósito. Ya no había más necesidad de ellos. La revelación de la verdad del evangelio ha quedado completa en forma escrita.
             “Lo perfecto” de este pasaje equivale a “la unidad de la fe” de Efesios_4:13. Respecto a Efesios_4:8-16, preguntamos:
            ¿Cuándo fueron dados estos dones? Fueron dados cuando Cristo ascendió a los cielos después de su resurrección.  
            ¿A quiénes fueron dados? Fueron dados a los apóstoles, y por sus manos a profetas, a evangelistas y a pastores y maestros.
            ¿Por qué fueron dados? Fueron dados para perfeccionar y edificar a los santos, y para proteger contra la falsa doctrina.
            ¿Hasta cuándo iban a ser dados? Iban a ser dados hasta que se llegara a la unidad de la fe. La fe es el evangelio (Gálatas_1:23; Judas_1:3).
            La frase “unidad de la fe” no se refiere a unidad entre todas las denominaciones, pues no había denominaciones en el tiempo de Pablo, ni por muchos siglos después del siglo primero. La palabra “todos” no se refiere a denominaciones sino a todos los cristianos, miembros del cuerpo o iglesia de Cristo.
             El pasaje no dice, “unidad de fe”, sino “unidad de la fe”. Se hace referencia a la verdad del evangelio, como en Judas_1:3.
             
Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres  
La palabra ”ahora” (griego nuni) aquí se usa para indicar fuerza lógica, y no tiempo.  
            Como conclusión del asunto tratado anteriormente, Pablo en otras palabras dice en este versículo: “Pero dado que las cosas son así, que los dones se acabarán, ¿por eso se acabarán la fe, la esperanza, y el amor? ¡En ninguna manera! Ellos permanecen, y el mayor (más grande y duradero) es el amor”.
            El punto de Pablo, pues, en este versículo, es la permanencia en la iglesia de estas tres virtudes después de haberse acabado los dones espirituales.
            Los que afirman que “lo perfecto”  se refiere a la segunda venida de Cristo tienen problema con este versículo, porque tienen que afirmar que la fe y la esperanza continuarán por la eternidad. Pero esto no puede ser (Romanos_8:24-25; 2Corintios_5:7; Hebreos_11:1).


Pero el mayor de ellos es el amor  
La más grande de estas tres virtudes (el amor, la fe, y la esperanza) es el amor, que es la actitud de corazón que tiene que ver con nuestras relaciones con otros. (El amor siempre busca el bien del amado). A los corintios les faltaba mucho de esta virtud, carencia manifestada en sus actitudes los unos hacia los otros en su mal uso de los dones espirituales.
            Pablo no dice por qué el amor es el más grande de estas tres virtudes. El versículo 7 muestra que la fe y la esperanza nacen en el amor, y puede ser que por esto el amor sea más grande que ellas. Conviene notar lo que dice Cristo respecto al amor, Mateo_22:37-40.
           
            CONSECUENCIAS LÓGICAS SI LOS DONES CONTINUARAN HASTA AHORA:
           
             1. Las Escrituras no estarían completas y no serían suficientes como guía infalible y completa para hoy. Tendrían que haber más revelaciones nuevas. Esto se sigue porque los dones eran para revelar, confirmar y exhortar.
           
            2. El Espíritu Santo no habría cumplido la promesa de Cristo de guiar a los apóstoles a toda la verdad (Juan_16:13). Esto se sigue porque si tenemos toda la verdad en la enseñanza apostólica, no hay necesidad hoy en día de que haya dones milagrosos.
           
            3. Tendrían que haber apóstoles vivos hoy en día. Esto se sigue porque los dones fueron impartidos por la imposición de manos de apóstoles.
             
            4. Existirían todos los dones milagrosos, y no tan solamente el don de lenguas, o el de sanidad.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!