} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 11/01/2014 - 12/01/2014

domingo, 30 de noviembre de 2014

LA MISERICORDIA DE DIOS


 
Leyendo la Palabra de Dios en la Biblia en el libro de Isaías 64:6-8, leemos estos principios:

 6  Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas: nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.
 7  Nadie invoca tu nombre, ni se esfuerza por aferrarse a ti. Pues nos has dado la espalda y nos has entregado en poder de nuestras iniquidades.
 8  A pesar de todo, SEÑOR, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro, y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano.

Tame(טָמֵא) «inmundo». El inmundo. La inmundicia ritual pudiera resultar por varias razones. Hacía que la persona afectada fuera incapaz de adorar a Dios.

Trapo de inmundicia. Paño de menstruosa.  Este trapo era usado por la mujer durante su periodo. Durante este tiempo la mujer era considerada ceremonialmente inmunda, también lo era todo lo que la tocara (Levítico 20:18 Si alguien se acuesta con una mujer y tiene relaciones sexuales con ella durante su período menstrual, pone al descubierto su flujo, y también ella expone el flujo de su sangre. Los dos serán eliminados de su pueblo.)

Nosotros barro: Esta metáfora alude a la soberanía de Dios, que moldea a los individuos, a las naciones y la historia de la humanidad según su propósito.



 REFLEXIÓN:

Este pasaje puede malinterpretarse con mucha facilidad. No significa que Dios nos rechace si vamos a Él con fe, ni que El desprecia nuestros esfuerzos para agradarle. Significa que si vamos a Dios demandando su aceptación sobre la base de nuestra "buena" conducta, nuestros méritos, Él señalará que nuestra bondad no es nada comparada con su justicia infinita. Este pasaje va dirigido sobre todo a los impenitentes, los no arrepentidos, no para el verdadero seguidor de Dios.
La apariencia de Dios es tan intensa como un fuego abrasador que consume todo a su paso. Si somos tan impuros, ¿cómo podemos ser salvos? Solo por la misericordia de Dios. Los israelitas experimentaron la gloria de Dios en el monte Sinaí (Éxodo19:16-19  16  En la madrugada del tercer día hubo truenos y relámpagos, y una densa nube se posó sobre el monte. Un toque muy fuerte de trompeta puso a temblar a todos los que estaban en el campamento.
 17  Entonces Moisés sacó del campamento al pueblo para que fuera a su encuentro con Dios, y ellos se detuvieron al pie del monte Sinaí.
 18  El monte estaba cubierto de humo, porque el SEÑOR había descendido sobre él en medio de fuego. Era tanto el humo que salía del monte, que parecía un horno; todo el monte se sacudía violentamente,
 19  y el sonido de la trompeta era cada vez más fuerte. Entonces habló Moisés, y Dios le respondió en el trueno). Cuando Dios se presentó ante Moisés, hubo truenos, humo y un terremoto. Si Dios se presentara ante nosotros, su gloria nos aplastaría especialmente cuando miráramos nuestros "trapos de inmundicia"  

Incapaces de enmendarnos debidamente, pedimos a la soberana voluntad de Dios que nos plasme para salvación, como nos hizo al principio, por cuyo motivo es nuestro “Padre”.
El pecado nos hace impuros para que no podamos acercarnos más a Dios (Romanos 3:23  pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios). Nuestros mejores esfuerzos siguen infectados de pecado. La única esperanza, por lo tanto, es la fe en Jesucristo, quien nos puede limpiar y llevar ante la presencia de Dios (Romanos 3:24-26 24  pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.
 25  Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;
 26  pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús)

La felicidad de su pueblo está unida a lo que Dios ha destinado y está preparando para nosotros. ¿Podemos creer esto, y luego pensar que cualquier cosa es demasiado grande para esperar de su verdad, poder y amor? Es espiritual y no puede ser comprendido por la inteligencia humana. Está todo preparado por Dios desde la eternidad. Para Él ya todo ha ocurrido, mientras que para nosotros aún es futuro.  Si llegamos a entender qué comunión hay entre un Dios de gracia y un alma que recibe la gracia, estaremos preparados para rendirnos plenamente a Su Voluntad.
Debemos tomar conciencia de cumplir nuestro deber en todo lo que requiere el Señor nuestro Dios. Tú lo encontraste, mejor dicho Él nos halló, a cada uno en sus circunstancias y pecados; ahí se pone de manifiesto Su poder de transformación, esto habla de su libertad y disposición para hacernos bien. Aunque Dios ha estado enojado con nosotros por nuestros pecados, y con justicia, su ira ha terminado pronto, pero en su favor hay vida que sigue y continúa y en eso confiamos para nuestra salvación.
El pueblo de Dios, en aflicción, confiesa y lamenta sus pecados, y se reconoce indigno de su misericordia. El pecado es eso abominable que el Señor odia. Nuestras obras, no importa lo que parezcan ser, si pensamos que tienen mérito delante de Dios, son como harapos, y no nos cubrirán, trapos inmundos que sólo nos contaminarán. Hasta nuestras pocas buenas obras en que hay verdadera excelencia, como fruto del Espíritu, son tan defectuosas y contaminadas por ser hechas por nosotros, que deben ser lavadas en la fuente abierta para el pecado y la inmundicia.
Malo es cuando se retiene la oración al faltar la comunión con el Señor; acercarse a Él sin antes habernos lavado en la única fuente limpia, Cristo Jesús. Orar es aferrarse por fe de las promesas que el Señor nos ha hecho por su buena voluntad y presentarlas como argumento para aferrarse de Él, y rogarle fervorosamente que no nos abandone o suplicar su intercesión.
Los incrédulos se acarrearon los problemas por su propia necedad. Los pecadores son destruidos y luego llevados por el viento de su propia iniquidad; los marchita y luego los destruye. Cuando se hicieron como cosa inmunda, no asombró que Dios los aborreciera.
Necios y negligentes como somos, pobres y despreciados, todavía eres nuestro Padre. Es por estar sometidos a la ira de un Padre que seremos reconciliados  y el alivio que requiere nuestro caso lo esperamos sólo de Él. Nos encomendamos a Dios. No decimos: “Señor, no nos reprendas”, porque eso podría ser necesario, sino “No te enojes”.  Dios puede demorar la respuesta a nuestras oraciones por un tiempo, pero al final, responderá a los que invocaron su nombre y esperan en su misericordia.

sábado, 29 de noviembre de 2014

LAS PALABRAS DEL CORAZÓN





En la Nueva Versión Internacional de la Biblia podemos leer en Mateo 12:35-37  las verdades que nos trasmite en estos tres versículos:

 35  El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.
 36  Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado.
 37  Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.»

  Kardia (καρδία)  el corazón.
Kakos (κακός) significa todo aquello que es de carácter malo, deleznable de lo que es moralmente o éticamente malo, tanto si se trata de personas o cualidades, emociones, pasiones, actos; de lo que es perjudicial, destructivo, dañino, pernicioso.
Mataiologos (ματαιολόγος)  adjetivo que denota hablar en vano  «vanos palabreros»  «habladores de vanidades»).
Mataiologia (ματαιολογία)  habla vana (mataios, vano, sin objeto; lego , hablar). «vana palabrería»  «vanas pláticas.
  Polulogia (πολυλογία) locuacidad, mucha habla (polus , mucho; logos , palabra).  «Palabrería» «mucha palabrería» «mucho hablar» 
 Morologia (μωρολογία) de moros, necio, obtuso, estúpido y lego traducido «vana palabrería». Trench lo describe como «aquel hablar de necios» que es a la vez necedad y pecado».  


REFLEXIÓN


El corazón, el principal órgano de la vida física ocupa el puesto más importante en el sistema humano. Mediante una fácil transición esta palabra vino a significar toda la actividad mental y moral del hombre, incluyendo tanto sus elementos racionales como emocionales. En otras palabras, se usa el corazón de manera figurada para denotar las corrientes escondidas de la vida personal. «La Biblia declara que la depravación humana halla su asiento en el «corazón», debido a que el pecado es un principio que halla su asiento en el centro de la vida interna del hombre, contaminando por ello todo el círculo de sus acciones. Por otra parte, las Escrituras consideran al corazón como la esfera de la influencia divina. El corazón, al estar tan en el interior, contiene al «hombre interno»; esto es, al hombre real. Representa el verdadero carácter, pero lo esconde». 
 

 El idioma del hombre descubre de qué país procede, igualmente lo que dice o expresa por su lengua denota de qué clase de espíritu es. El corazón es la fuente, las palabras son los arroyos. Una fuente turbia y una corriente corrupta deben producir arroyos barrosos y desagradables. Nada sanará las aguas, sazonará el habla, ni purificará la comunicación corrupta sino la sal de la gracia, echada en la corriente. El hombre malo tiene un mal tesoro en su corazón, del cual el pecador saca las malas palabras y las malas acciones para deshonrar a Dios y herir al prójimo. Velemos continuamente sobre nosotros mismos para que podamos hablar palabras conformes al carácter cristiano.
Rechazar la voz del Espíritu Santo cuando intenta convencernos de pecado es blasfemar contra El. Como una persona solo puede salvarse por FE en JESUCRISTO por medio del Espíritu Santo y su obra, cuando uno no quiere arrepentirse ni reconocer su pecado está rechazando el perdón que le brinda Dios. Algunas veces los creyentes tememos haber cometido accidentalmente este pecado imperdonable. Pero sólo los que han dado la espalda a Dios y no quieren creer necesitan preocuparse. Jesús dice que no serán perdonados, no porque su pecado sea peor que otros, sino porque nunca pedirán perdón. Los que rechazan la voz del Espíritu Santo rechazan la única fuerza que los puede guiar al arrepentimiento y a la restauración de las relaciones con Dios. Jesús nos recuerda que lo que decimos revela lo que hay en nuestro corazón. ¿Qué tipo de palabras salen de nuestra boca? Estas son una indicación de lo que nuestro corazón alberga. Uno no puede solucionar el problema del corazón cambiando de vocabulario. Tiene que permitirle al Espíritu Santo que lo llene con actitudes y motivos nuevos, luego su vocabulario se limpiará desde adentro.
Al contrario que las religiones inventadas por los hombres que sólo limpian exteriormente, al aceptar a Cristo como Salvador y Señor, somos sellados con el Espíritu Santo con el cual nuestra transformación comienza desde el corazón, desde el hombre interno. Somos transformados en la medida que nuestra alimentación espiritual sea fundamentada en la Palabra de Dios en la Biblia, la obedezcamos para que la fortaleza del Espíritu forme nuestro carácter, discipline nuestra conducta y regenere nuestro corazón.

La espontaneidad con que decimos las cosas buenas o malas que salen del corazón, por la boca habla de la abundancia del corazón. El significado de la expresión muy bien podía ser: “Que no hay sino dos reinos, dos intereses, dos partidos, y las obras propias de cada uno. Si yo pertenezco a uno, no puedo pertenecer al otro; pero aquellos que se colocan en oposición voluntaria al reino de la luz, proclaman abiertamente a qué reino pertenecen.  
 Las palabras, como que el indicio del corazón, por ociosas que parezcan, serán tomadas en cuenta, sean buenas o sean malas, para estimar el carácter de las personas en el día del juicio.”