} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 02/01/2015 - 03/01/2015

miércoles, 25 de febrero de 2015

INVIRTIENDO EN EL REINO DE DIOS


Sin lugar a duda nos ha tocado vivir en un mundo tan materialista, que casi todo lo que nos rodea está enfocado hacia el consumo. Vemos por todas partes señuelos, estafas, usura, corrupción; fruto del amor al dinero. Muchas personas se ven envueltas, sin culpa alguna, de la avaricia y el ansia de acaparar y acumular de personas sin escrúpulos. Asistimos sin remedio a la culminación máxima del pecado en el corazón del hombre.
¿Quién puede cambiar esta situación? ¿Es posible?
A estas dos preguntas responderé diciendo que Jesucristo tiene el poder para cambiar el corazón del hombre cuando se arrepiente de sus pecados, y le reconoce como Salvador y Señor. Regenerando la mente y el corazón del hombre, limpiando toda la suciedad acumulada por las malas enseñanzas y toda la permisividad sin poner un filtro a lo que vemos, oimos, sentimos, gustamos y tocamos.
Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios en la Biblia:

Mateo 6:33  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34  Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.

Merimna (μέριμνα) afán, ansiedad, preocupación. Se usa en Mateo 13:22; Marcos 4:19; Lucas 8:14; Lucas 21:34; 2Corintios 11:28; 1Pedro 5:7.  

REFLEXIÓN:

Creo que no  haya otro pecado contra el cual advierta más nuestro Señor Jesús a sus discípulos que las preocupaciones inquietantes, distractoras; afanarse y obsesionarse por las cosas de esta vida. A menudo esto nos entrampa tanto que acabamos pagando las consecuencias, metiéndonos en el consumismo desenfrenado; el dinero de plástico ha sido para muchas familias una pesada carga. El dinero nunca debe atesorarse en el corazón, sino debe estar en la cartera.  También hay quien está en el otro polo, una despreocupación por las cosas temporales que es necesario y de obligación para un padre de familia, como son el trabajo para proveer para su familia, aunque no debemos llevar a un extremo estas preocupaciones lícitas. Todo tiene que hacerse de una forma equilibrada.
No nos afanemos  por nuetra vida. Ni por la extensión de ella, sino presentar ante  Dios nuestras necesidades, para que la alargue o acorte según le plazca; nuestros tiempos están en su mano y están en buena mano. Tampoco nos preocupemos por las comodidades de esta vida; dejemos que Dios la amargue o endulce según le plazca. Dios ha prometido la comida y el vestido, por tanto podemos esperarlos.
No pensemos en el mañana, en el tiempo venidero. No nos afanemos por el futuro, cómo viviremos el año que viene, o cuando estemos viejos, o qué dejaremos detrás de nosotros. Como no debemos jactarnos del mañana, así tampoco debemos preocuparnos por el mañana o sus acontecimientos. Dios nos ha dado vida y nos ha dado el cuerpo. ¿Y qué no puede hacer por nosotros el que hizo eso? Si nos preocupamos de nuestras almas y de la eternidad, que son más que el cuerpo y esta vida, podemos dejarle en manos de Dios que nos provea comida y vestido, que son lo menos.
Mejoremos nuestra actitud y esto como exhortación a confiar en Dios.   No podemos alterar las disposiciones de la providencia, por tanto debemos someternos y resignarnos a ellas. El cuidado considerado por nuestras almas es la mejor decisión que podremos afrontar, por Su gracia, cualquier situación en medio de este mundo  Busquemos primero el reino de Dios y su Palabra en la Biblia como ocupación será el mejor tiempo empleado de nuestras vidas; los beneficios que emanan de la sana doctrina son tan poderosos como espectaculares en los corazones que anduvieron, como el mío, sedientos por el desierto de la vida.
La conclusión de todo el asunto es que es la voluntad y el mandamiento del Señor Jesús, que por las oraciones diarias podamos obtener fuerza para sostenernos bajo nuestros problemas cotidianos, y armarnos contra las tentaciones que los acompañan y no dejar que ninguna de esas cosas nos conmueva.
Bienaventurados los que toman al Señor como su Dios, y dan plena prueba de ellos confiándose totalmente a su sabia disposición. Que el Espíritu nos dé convicción de pecado en la necesidad de esta disposición y quite lo mundano de nuestros corazones.
"Buscar el reino de Dios y su justicia" significa buscar su ayuda en primer lugar, saturar nuestros pensamientos con sus deseos, tomar su carácter como modelo y servirle y obedecerle en todo. ¿Qué es lo más importante? Habrá personas, objetos, metas y otros deseos que compitan en cuanto a prioridad. Cualquiera de estos puede sacar a Dios del primer lugar si nosotros  no decidimos en nuestro corazón darle el primer lugar en todos los aspectos de nuestra vida.
 Planear para el mañana es tiempo bien invertido; afanarse por el mañana es tiempo perdido. Algunas veces es dificultoso notar la diferencia. Planear es pensar con antelación en metas, pasos y fechas, y confiar en la dirección de Dios. Cuando se hace bien, el afán disminuye. El que se afana, en cambio, se ve asaltado por el temor y se le hace difícil confiar en Dios. El que se afana deja que sus planes interfieran en su relación con Dios. No permitamos que nuestro afán por el mañana afecte nuestras relaciones con Dios.
Este es el gran resumen del discurso. En un sentido estricto, estas palabras tienen que ver con el estado correcto del corazón respecto a las cosas celestiales y terrenales;   son tan comprensivas en su alcance como para abarcar todo el tema de este discurso. Y, como para hacer más evidente esto, las dos notas claves de este gran sermón: “el reino” y “la justicia” del reino, parecen ser incluídas a propósito, como los dos grandes objetos en cuya búsqueda suprema todas las cosas necesarias para esta vida nos serán añadidas. El sentido exacto de cada palabra en este versículo áureo debe ser pesado con cuidado. “El reino de Dios” es el tema primario del Sermón del Monte; aquel reino que el Dios del cielo está levantando en este mundo caído, en el cual se encuentra toda aquella porción de la familia de Adán que ha sido espiritualmente recuperada, los cuales son súbditos del Mesías quien es su Cabeza y Rey. “Su justicia”, tan ampliamente descrita e ilustrada de varias maneras en las porciones anteriores de este discurso, se refiere al carácter de los súbditos del reino. La “búsqueda” de estas cosas significa el acto de hacer de ellas el objeto de su suprema elección y afán; y el buscarlas “primeramente” es buscarlas antes y por encima de todo lo demás. “Todas estas cosas” que nos serán añadidas si buscamos el reino de Dios y su justicia, son justamente “todas estas cosas” que las últimas palabras del versículo anterior nos aseguraron de que “nuestro Padre celestial sabe que tenemos menester”; es decir, todo lo que necesitamos para la vida presente. Y cuando nuestro Señor dice que serán “añadidas”, se da a entender, como cosa natural, que los buscadores del reino y su justicia tendrán estas cosas como su porción lícita y primaria: siendo lo demás su recompensa gratuita por no haberlas buscado. Lo que sigue no es sino una reducción de esta enseñanza general en una forma práctica y lista para el uso diario.
  Así que, no os congojéis por el día de mañana: que el día de mañana traerá su fatiga tendrá sus motivos propios de ansiedad basta al día su afán ¡Una máxima admirable y práctica! Cada día trae sus propios cuidados; y el anticiparlos es sólo duplicarlos.




domingo, 22 de febrero de 2015

LA OBEDIENCIA DE UN PUEBLO

 Aunque el pueblo de Israel terminó desobedeciendo a Dios, aquí en el relato de Josué podemos comprender lo maravilloso que es obedecer a Dios, poniendo nuestro empeño en ello, Dios conoce nuestras intenciones, y por su gracia recibiremos grandes Misericordias. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios en la Biblia en:

 Josué 5:13  Estando Josué cerca de Jericó,  alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él,  el cual tenía una espada desenvainada en su mano.  Y Josué,  yendo hacia él,  le dijo: ¿Eres de los nuestros,  o de nuestros enemigos?
 14  El respondió: No;  mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido ahora.  Entonces Josué,  postrándose sobre su rostro en tierra,  le adoró;  y le dijo:  ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
 15  Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies,  porque el lugar donde estás es santo.  Y Josué así lo hizo.
Josué 6:1  Ahora,  Jericó estaba cerrada,  bien cerrada,  a causa de los hijos de Israel;  nadie entraba ni salía.
 2  Mas Jehová dijo a Josué: Mira,  yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey,  con sus varones de guerra.
 3  Rodearéis,  pues,  la ciudad todos los hombres de guerra,  yendo alrededor de la ciudad una vez;  y esto haréis durante seis días.
 4  Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca;  y al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad,  y los sacerdotes tocarán las bocinas.
 5  Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero,  así que oigáis el sonido de la bocina,  todo el pueblo gritará a gran voz,  y el muro de la ciudad caerá;  entonces subirá el pueblo,  cada uno derecho hacia adelante.

 A Josué, el Señor  se le apareció como hombre para que se notara su Presencia. Este Hombre era el Hijo de Dios, el Verbo eterno. Josué le rindió honores divinos: Él los aceptó, cosa que un ángel creado no hubiera hecho, y Él es llamado Jehová. Apareció como viajero a Abraham; a Josué, como un guerrero. Cristo será para su gente según lo necesite la fe de cada uno. Cristo tenía su espada en la mano, desenvainada, denotando que estaba listo para la defensa y salvación de su pueblo. La espada giraba en todo sentido. Josué sabrá si Él es amigo o enemigo. La causa entre israelitas y cananeos, entre Cristo y Belcebú, no permite que ningún hombre rehuse ponerse a favor de uno u otro bando, como podría hacer en las contiendas del mundo. La pregunta de Josué demuestra un deseo fervoroso de conocer la voluntad de Cristo y una grata disposición y resolución para hacerla. Todos los cristianos verdaderos debemos  pelear bajo la bandera de Cristo, y venceremos por Su Presencia y ayuda.
Aunque Josué era el líder de Israel, todavía estaba sometido a Dios, el Líder absoluto. El temor reverente y el respeto son reacciones propias ante un Dios santo.
¿Cómo podemos demostrar respeto hacia Dios? Con nuestras actitudes y acciones. Debemos reconocer el poder, la autoridad y el amor profundo de Dios. Nuestras acciones deben demostrar nuestras actitudes delante de los demás. El respeto a Dios es tan importante hoy como lo fue en los tiempos de Josué, aunque ahora no se acostumbre a quitarse uno el zapato para demostrarlo.
  La ciudad de Jericó, construida miles de años antes de que naciera Josué, era una de las ciudades más antiguas del mundo. En algunas partes tenía muros fortificados que medían hasta 7.50 m de alto y 6 m de ancho. Los soldados que montaban guardia encima de los muros podían observar muchos kilómetros a la redonda. Jericó era un símbolo de poder y fuerza militar, y los cananeos la consideraban invencible.
Israel atacaría esta ciudad primero, y su destrucción haría que cundiera el pánico en Canaán. Los cananeos vieron al Dios de Israel como un dios de la naturaleza porque dividió el Jordán y como un dios de la guerra porque derrotó a Sehón y a Og. Pero los cananeos no lo consideraban un "dios de fortaleza" que podía conquistar una ciudad amurallada. La derrota de Jericó demostró que el Dios de Israel no sólo era superior a los dioses de los cananeos, sino que también era invencible.

  ¿Por qué le dio el Señor a Josué todas estas instrucciones complicadas para la batalla? Hay varias respuestas posibles:  
 -Dios quería asegurar que fuera claro e innegable que la batalla dependería de El, y no de las armas o destrezas de Israel. Por eso los sacerdotes que llevaban el arca iban delante de los israelitas a la batalla, y no los soldados.  
 -El método de Dios de tomar la ciudad aumentó el terror que ya se sentía en Jericó.  
 -Esta extraña maniobra militar fue una prueba de la fe de los israelitas y su disposición a seguir a Dios plenamente. El sonar de las trompetas tenía un significado especial. Ellos habían recibido instrucciones de usar en la batalla las mismas trompetas que usaban en sus festividades religiosas. Esto era para recordarles que su victoria vendría del Señor, no de su poderío militar (Números 10:9 Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.).
-La estrategia no convencional sugerida por Dios incluía caminar en silencio y esperar. Esta peculiar marcha, repetida día tras día, sin aparentes resultados, constituía una prueba de obediencia y confianza de parte del pueblo (Salmos 37:34 Espera en Jehová, y guarda su camino,  Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás). También evidenciaba el poder de los símbolos utilizados en el culto de Jehová, como se demuestra con el desfile del arca y el continuo toque de trompetas.

  El número siete simbolizaba la perfección y la obra poderosa de Dios. Se le menciona por primera vez en la historia de la creación (Génesis 2:2-3 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo)

  Muchos pasajes en la Palabra de Dios nos instruyen a «esperar en Dios», a estar quietos y callados en su presencia (Moisés, Éxodo 14:13-14; Josafat, 2Crónicas 20:15-17; David, Salmos 37:7-8). Josué manda a los hijos de Israel que mantengan silencio mientras caminan alrededor de la ciudad de Jericó. No cabe duda de que Josué guardaba el recuerdo de que los 40 años de castigo en el desierto se debieron a la murmuración incrédula del pueblo. En esa ocasión, los espías regresaron con una información motivada por lo que la gente ve cuando no está inspirada por el Espíritu Santo. Su destino quedó sellado cuando pusieron en duda la capacidad de su pueblo para tomar la tierra prometida.
Con estas lecciones históricas en mente, la directriz de Josué sobre mantenerse en silencio constituye una advertencia para nosotros. Cuando confrontemos grandes retos, no permitamos que nuestros labios pronuncien palabras incrédulas. No nos atrevas a pronunciar palabras desmoralizadoras. ¡Las palabras pueden atar y desatar, de ahí la orden de guardar silencio! Tras escuchar el grito triunfal  se verá la salvación del Señor.

Podemos decidir lo que vemos o escuchamos, pero la renuncia a manifestar duda o temor inclinará nuestros corazones hacia lo que Dios puede hacer; estemos siempre atentos a la voz de Dios. Su gracia, nos capacita para estar prestos a obedecer; demos gracias a Dios por la obra que ha comenzado y no seamos estorbo para nuestro propio crecimiento. Aprendamos de la obediencia de un pueblo, que tantas veces dio la espalda al Señor y recibió su castigo; no sea que nosotros recibamos lo que merecemos por nuestros pecados.

miércoles, 18 de febrero de 2015

VEN A CONOCER A JESÚS COMO SEÑOR Y SALVADOR


Si vives en la ciudad de Ourense o alrededores y quieres cambiar tu vida, ven a conocer a Jesús como Señor y Salvador.
No importa la situación en que te encuentres. Todos llegamos a Cristo del mismo modo, llenos de pecados, pero su Evangelio llegó a nuestras vidas cuando estábamos perdidos y sin remedio. Jesucristo nos encontró envueltos en multitud de rollos mundanos; llenos de vicios.
El alcohol, las drogas, el adulterio, las mentiras, los robos, la cárcel, prostitución...o lo que tú consideres irremediable para tí y creas que ya nadie puede cambiarte; que nadie da un euro por ti y tu vida, si estás así, amigo mío estas en el momento apropiado para llegar a los pies de Jesús y pedirle perdón por esa vida que llevas. Sé sincero con Él, arrepiéntete de corazón, y pídele que tome las riendas de tu vida, que haga lo que tenga que hacer por que tú no puedes hacer nada, sólo rendirte a Jesús. Si crees de todo tu corazón, que Jesús es el Hijo de Dios, que se hizo hombre para morir en la cruz para perdonar los pecados de toda la humanidad que cree en Él, y con su Resurrección te garantiza la Vida Eterna, ¡¡Enhorabuena!! Jesús cambiará tu vida. Déjate conducir por sus enseñanzas. Por eso te invito a que nos visites, los martes a las 8 de la tarde para estudiar la Palabra de Dios junto a otras personas que como tú en un momento de su vida dieron el paso de FE EN JESUCRISTO.
No pretendas arreglártelas solo y leer por tu cuenta nada más. Mi humilde consejo es que te dejes enseñar, por hombres de Dios que te hablaran de la sana doctrina, el Evangelio de Jesús. Es necesario qué así como en la vida te alimentas con buena comida para desarrollarte sano, en la vida que has comenzado, la espiritual, también recibas alimento espiritual correcto y asimilable a tu edad. Nadie da a un bebé un chuletón porque se atragantaría. Así cuando entregas tu vida a Cristo necesitas que te vayan enseñando los principios básicos para evitar lleguen las dudas que siembra el enemigo de todos nosotros, Satanás. Es muy importante esto que te digo pues por experiencia, sé lo que ocurre cuando te enseñan mal la Palabra de Dios, y no me gustaría que tú pasaras por lo mismo que yo he pasado, cayendo en multitud de ocasiones en el mar de las dudas. Tienes que fortalecer tu mente con la Palabra de Dios, entenderla, comprenderla, guardarla en tu corazón.
Cuando comprendemos y aceptamos la verdad de Dios, nadie puede engañarnos, acerca de lo que creemos, es importante que te acerques cada mañana al Señor diciendo: Señor guarda mi mente, protege mis pensamientos para que sean conforme a Tu Voluntad.

Te dejo la dirección Web de la Iglesia Evangélica de Bonhome en Ourense. Conocemos, ven a visitarnos. Cuando te presentemos a Jesús no podrás resistir su poder.
Dios te bendice:


 www.iglesiaevangelicabonhome.es

lunes, 16 de febrero de 2015

ARMAS ESPIRITUALES A NUESTRA DISPOSICIÓN



Efesios 6:17  Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;  18  orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

La fuerza y el valor espiritual son necesarios para nuestra guerra y sufrimiento espiritual. Los que deseamos demostrar que tenemos la gracia verdadera con nosotros, debemos esperar a toda gracia; y ponernos toda la armadura de Dios, que Él prepara y da. La armadura cristiana está hecha para usarse y no es posible dejar la armadura hasta que hayamos terminado nuestra guerra y finalizado nuestra carrera. El combate no es tan sólo contra enemigos humanos, ni contra nuestra naturaleza corrupta; tenemos que vérnosla con un enemigo que tiene miles de maneras para engañar a las almas inestables. Los diablos nos asaltan en las cosas que corresponden a nuestras almas y se esfuerzan por borrar la imagen celestial de nuestros corazones.
Debemos resolver, por la gracia de Dios, no rendirnos a Satanás. Resístidle, y de vosotros huirá. Si cedemos, él se apoderará del terreno. Si desconfiamos de nuestra causa o de nuestro Líder o de nuestra armadura, le damos ventaja.
Las diferentes partes de la armadura de los soldados bien pertrechados,  tienen que resistir los asaltos más feroces del enemigo. No hay nada para la espalda; nada que defienda a los que se retiran de la guerra cristiana.
La verdad o la sinceridad es el cinto. Esto rodea todas las otras partes de la armadura y se menciona en primer lugar. No puede haber fe sin sinceridad.
La justicia de Cristo, imputada a nosotros, es una coraza contra los dardos de la ira divina. La justicia de Cristo, implantada en nosotros, fortifica el corazón contra los ataques de Satanás.
La resolución debe ser como las piezas de la armadura para resguardar las partes delanteras de las piernas, y para afirmarse en el terreno o caminar por sendas escarpadas, los pies deben estar protegidos con el Evangelio de Jesús. Los motivos para obedecer en medio de las pruebas deben extraerse del claro conocimiento del evangelio.
La fe es todo en todo en la hora de la tentación. La fe en Jesucristo, tener la certeza de lo que no se ve, como recibir a Cristo y los beneficios de la redención, y de ese modo, derivar gracia de Él, es como un escudo, una defensa en toda forma. El diablo es el malo. Las tentaciones violentas, por las cuales el alma se enciende con fuego del infierno, son dardos que Satanás nos arroja los malos pensamientos de Dios y de nosotros mismos. La fe que aplica la palabra de Dios y a la gracia de Cristo, es la que apaga los dardos de la tentación.
La salvación debe ser nuestro yelmo. La buena esperanza de salvación, la expectativa bíblica de la victoria, purifican el alma e impiden que sea contaminada por Satanás.
El apóstol recomienda al cristiano armado para la defensa en la batalla, una sola arma de ataque, la cual es suficiente, la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Somete y mortifica los malos deseos y los pensamientos blasfemos a medida que surgen adentro; y responde a la incredulidad y al error a medida que asaltan desde afuera. Un solo texto bien entendido y rectamente aplicado, destruye de una sola vez la tentación o la objeción y somete al adversario más formidable.
La oración debe  asegurar todas las demás partes de nuestra armadura cristiana. Hay otros deberes de la fe y de nuestra posición en el mundo, pero debemos mantener el tiempo de orar. Aunque la oración solemne y estable pueda no ser factible cuando hay otros deberes que cumplir, de todos modos las oraciones piadosas cortas que se lancen son siempre poderosas al ser escuchadas por Dios.
Debemos usar pensamientos santos en nuestra vida corriente. El corazón vano también será vano para orar. Debemos orar con toda clase de oración, pública, privada y secreta; social y solitaria; solemne y súbita; con todas las partes de la oración: confesión de pecado, petición de misericordia y acción de gracias por los favores recibidos. Y debemos hacerlo por la gracia de Dios Espíritu Santo, dependiendo de su enseñanza y conforme a ella. Debemos perseverar en pedidos particulares a pesar del desánimo. Debemos orar no sólo por nosotros sino por todos los santos. Nuestros enemigos son fuertes y nosotros no tenemos fuerza, pero nuestro Redentor es todopoderoso, y en el poder de su fuerza, podemos vencer. Por eso debemos animarnos a nosotros mismos. ¿No hemos dejado de responder a menudo cuando Dios ha llamado? Pensemos en esas cosas y sigamos orando con paciencia.




ESFUÉRZATE Y SÉ VALIENTE



Josué 1:8  Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.

  Toda la Palabra de Dios en la Biblia nos enseña a través de hombres de carne y hueso como nosotros; con las mismas debilidades, preocupaciones y defectos. También podemos aprender de ellos, que pese a sus caídas, pecados y tropiezos se arrepintieron y clamaron al Señor. Al comenzar el libro de Josué, los israelitas se encuentran acampados a la orilla oriental del Jordán, a la misma entrada de la tierra prometida y ya habían completado el período de duelo por Moisés, que acababa de morir (Deuteronomio_34:7-8  Era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor. 8  Y lloraron los hijos de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días; y así se cumplieron los días del lloro y del luto de Moisés). Treinta y nueve años antes (después de pasar un año en el monte Sinaí recibiendo la ley de Dios), los israelitas tuvieron una oportunidad de entrar a la tierra prometida, pero no confiaron en que Dios les daría la victoria. Por lo tanto, Dios no les permitió entrar a la tierra, sino que los hizo vagar por el desierto hasta que muriera aquella generación desobediente.
Durante su peregrinación en el desierto, los israelitas obedecieron las leyes de Dios. Además enseñaron a la nueva generación a obedecer las leyes de Dios, a fin de que pudieran entrar en la tierra prometida (Canaán). A medida que los hijos crecían, con frecuencia les recordaban que la fe y la obediencia a Dios traían victoria, mientras que la incredulidad y la desobediencia producían tragedia. Cuando el último de la generación mayor y los de la nueva generación fueron adultos, los israelitas se prepararon para pasar el río y poseer la tierra prometida, anhelada por tanto tiempo.

  Josué fue el sucesor de Moisés como líder de Israel. ¿Cuáles fueron sus cualidades para convertirse en líder de la nación?  Dios lo nombró (Num_27:18-23).   Era uno de los únicos dos testigos oculares de las plagas de Egipto y el éxodo que quedaban con vida.   Había sido ayudante de Moisés por cuarenta años.   De los doce espías, sólo él y Caleb demostraron una confianza plena en que Dios les ayudaría a conquistar la tierra.
Como Josué había ayudado a Moisés muchos años, estaba bien preparado para ser líder de la nación. Los cambios de líderes son comunes en muchas organizaciones. En esos casos, es esencial una transición fluida para establecer una nueva administración. Esto no sucede a menos que los nuevos líderes sean bien entrenados.  

  El nuevo trabajo de Josué consistió en llevar a más de dos millones de personas a una nueva tierra extraña y conquistarla. ¡Qué gran reto, aun para un hombre del calibre de Josué! Cada trabajo nuevo es un reto. Sin Dios puede causar temor. Con Dios puede ser una gran aventura. Así como Dios estuvo con Josué, El está con nosotros cuando enfrentamos nuevos retos. Quizás no vamos a conquistar naciones, pero todos los días encontramos situaciones complejas, personas difíciles y tentaciones. Sin embargo, Dios promete que nunca nos abandonará ni dejará de ayudarnos, no importa cómo nos sintamos. Si pedimos la dirección de Dios como lo hizo Josué, también podemos ganar muchas de las batallas de la vida.

  Muchas personas piensan que la prosperidad y el éxito provienen de tener mucho dinero, poder, contactos personales y un inexorable deseo de avanzar. Pero la estrategia para el éxito que Dios le enseñó a Josué contradice tales criterios. Le dijo a Josué que para prosperar debía: ser fuerte y valiente porque la tarea que le esperaba no era fácil, obedecer la ley de Dios,  constantemente leer y estudiar el libro de la ley: la Palabra de Dios.
Para tener éxito, sigamos los consejos que Dios le dio a Josué. Es posible que no triunfemos según las normas del mundo, pero triunfaremos a los ojos de Dios, y la opinión del Señor dura para siempre.
 Si todos hubieran tratado de conquistar la tierra prometida a su propia manera, hubiera resultado todo un caos. Para poder completar la tarea enorme de conquistar la tierra, tuvieron que estar de acuerdo con el plan del líder y estar dispuestos a apoyarlo y obedecerlo. Si vamos a completar las tareas que Dios nos ha encomendado, tenemos que estar plenamente de acuerdo con su plan, prometer obedecerlo y convertir sus principios en acción, poniéndolos en practica todos los días de nuestra vida. Estar de acuerdo con el plan de Dios significa conocerlo (según las Escrituras) y ponerlo en acción en nuestra vida diaria.

  Cuando Dios comisionó a Josué, le dijo tres veces que fuera fuerte y valiente (Josué 1; 6, 7, 9, 18). Tomó el mensaje de Dios en serio, y encontró en su relación con Dios la fortaleza y valentía que necesitaba. La próxima vez que tengamos miedo de hacer lo que es correcto, recordemos que en Dios hallaremos fortaleza y valentía a nuestra disposición.

Dios mandó a Josué a llevar a los israelitas a la tierra prometida y conquistarla. Esto no fue un acto de imperialismo ni agresión, sino un acto de castigo. Podemos ver algunos pasajes en la Biblia donde Dios prometió dar esta tierra a los judíos y las razones por las cuales lo hizo.
Gen 12:1-3: Dios prometió bendecir a Abraham y hacer de sus descendientes una gran nación
Gen 15:16: Dios escogería el tiempo más adecuado para que Israel entrara en Canaán porque las naciones que vivían allí en ese entonces serían impías y estarían listas para el castigo (su pecado habría llegado al tope)
Gen 17:7-8: Dios prometió entregar toda la tierra de Canaán a los descendientes de Abraham
Exo 33:1-3: Dios prometió ayudar a los israelitas a echar de Canaán a todas las naciones impías
Deu 4:5-8: Los israelitas debían dar el ejemplo de una vida santa a todo el mundo. Esto no sería así si se mezclaban con los impíos cananeos
Deu 7:1-5: Los israelitas debían destruir completamente a los cananeos a causa de su impiedad y del llamado de Israel a la pureza
Deu 12:2: Los israelitas debían destruir completamente los altares cananeos para que nada los distrajera de adorar sólo a Dios.

Aprendamos de este gran personaje bíblico y obedezcamos de corazón al Señor para que nuestra vida transcurra por las sendas que, con anterioridad, Él ha diseñado para que anduviéramos en ellas.



lunes, 9 de febrero de 2015

LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES Capítulo 1


La Palabra en la Biblia refleja los pensamientos escritos de Dios, que fueron plasmados por la pluma de hombres inspirados por el Espíritu Santo. En ella, encontramos un manantial de Agua Viva, por eso la Biblia está viva y fresca. Otros libros quedan en el olvido, se acartonan de viejos abandonados en polvorientas bibliotecas o languidecen a la espera de ser recuperados de un estante. Me llama la atención qué, a pesar de la persecución de que es objeto en infinidad de países, la Biblia se mantiene como el libro más leído y vendido. A través de la Organización Puertas Abiertas podemos recibir información del devastador ataque que los cristianos, la fe en Cristo y la Biblia produce en países intolerantes con otras creencias. 
 Nada ni nadie podrá impedir la extensión del Evangelio de Jesús; el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, es Todopoderoso

Lucas continúa la historia en El libro de Hechos el cual abarca, según los entendidos, los treinta años siguientes a la ascensión de Jesús. En ese período, la iglesia se fundó y el evangelio de salvación se llevó por el mundo, incluso a la capital del Imperio Romano. Los evangelistas, con debilidades y limitaciones como las tuyas o las mías, fueron revestidos de poder por el Espíritu Santo para enseñar el Evangelio de Jesús al "mundo entero" (Hechos 17; 6 Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá;).  
  El primer libro de Lucas fue su Evangelio. Lo dedicó también a Teófilo,   (Lucas 1:3. me ha parecido también a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo,)
  Jesús pasó cuarenta días enseñando a sus discípulos, los que experimentaron un cambio total. Antes de esto contendieron unos con otros, dejaron a su Señor y Pedro, negó conocerle. Después de una serie de reuniones con  Cristo resucitado, los discípulos descubrieron la contestación a muchas de sus preguntas; se convencieron de la resurrección, asimilaron del Reino de Dios y el origen de su poder: el Espíritu Santo. Por la lectura de la Biblia podemos estar junto al Cristo resucitado en su seminario de enseñanza para alcanzar la Sabiduría que procede de Dios. Creyendo en El recibimos el poder del Espíritu Santo y dejamos el temor a un lado.  

  Lucas dice que los discípulos fueron testigos presenciales de todo lo sucedido a Jesucristo, su vida antes de la crucifixión y los cuarenta días posteriores donde les enseñó más acerca del Reino de Dios.
Todavía en la actualidad hay personas que dudan de la resurrección de Jesús. Pero El se apareció a sus discípulos en muchas ocasiones luego de su resurrección, probando que estaba vivo. Se  puede apreciar el cambio que la resurrección hizo en la vida de los discípulos. Durante el momento de su muerte estaban temerosos, desilusionados e incluso temían por sus vidas. Luego de recibir el Espíritu Santo dejaron todo por divulgar alrededor del mundo las buenas noticias acerca del Evangelio de Cristo. Enfrentaron prisiones, castigo físico, rechazo y martirio, pero nunca comprometieron su misión. Estos hombres no hubieran arriesgado su vida por algo que fuera un fraude. Sabían que Jesús resucitó de la muerte y la iglesia primitiva se encendió con su entusiasmo para proclamar la noticia a otros.  

  Jesús explicó que con su venida se inauguró el Reino de Dios. Al ascender a los cielos, el Reino de Dios permanecería en los corazones de todos los creyentes mediante la presencia del Espíritu Santo. Pero el Reino de Dios no se desarrollará por completo hasta que Jesús venga de nuevo a juzgar a todas las personas y a quitar todo lo malo del mundo. Antes de que esto suceda, los creyentes debemos ocuparnos en proclamar el Reino de Dios alrededor del mundo, hoy más fácil que nunca por los medios tecnológicos que tenemos a nuestro alcance.
Cada nacido de nuevo, no guarda para sí la nueva vida que ha recibido por fe en Jesucristo. Desea hacer participe esa Salvación al resto de personas cercanas, hablando del Arrepentimiento, de la Muerte, Resurrección y Ascensión del Señor Jesucristo a los cielos.
    Si Jesús hubiera permanecido en la tierra, su presencia física habría limitado la difusión del evangelio, ya que físicamente solo podría estar en un solo lugar al mismo tiempo. Después de su Ascensión está presente espiritualmente en todo lugar a través del Espíritu Santo. El Espíritu Santo se envió de manera que Dios estuviera con sus seguidores y en ellos después que Jesús ascendió al cielo. Su Espíritu los reconfortaría y guiaría a la verdad, permaneciendo en ellos las palabras de Jesús, dándoles las palabras oportunas y llenándolos con poder (Juan 14; 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:).
  En Pentecostés (Hechos 2;1-4 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2  Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;  3  y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4  Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.) el Espíritu Santo estuvo a la disposición de todos los que recibieron a Jesús como su Salvador y Señor. Nosotros recibimos el Espíritu Santo cuando por fe creemos en Jesucristo.  
  El Espíritu Santo marca el comienzo de la experiencia cristiana. No podemos pertenecer a Cristo sin su Espíritu (Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. ); no podemos estar unidos a Cristo sin su Espíritu (1Corintios 6:17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.); no podemos ser adoptados como sus hijos sin su Espíritu (Romanos 8:14-17; Galatas 4:6-7); no podemos estar en el cuerpo de Cristo excepto por el Espíritu (1Corintios 12:13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. ).
  El Espíritu es el poder de nuestra nueva vida. Empieza el largo proceso de una vida de cambios para asemejarnos más a Cristo; es el proceso de santificación que durará mientras residamos en este cuerpo miortal (Galatas 3:3; Filipenses 1:6). Cuando recibimos a Cristo por la fe, empezamos una relación personal e inmediata con Dios, en el día a día; cuando oramos, cuando leemos su Palabra; cuando vamos al trabajo, en el trabajo; en todo momento y lugar podemos estar en contacto con Dios Padre por medio de su Hijos Jesucristo. No necesitamos esperar al domingo, o acudir a determinado lugar; no, Dios es Omnipresente, está en todas partes.  El Espíritu Santo obra en nosotros para ayudarnos a ser como Cristo.
  El Espíritu une comunidades cristianas en Cristo (Efesios 2:19-22). Todos pueden experimentar el Espíritu Santo y El obrar a través de todos (1Corintios 12:11; Efesios 4:4).
  Durante los años de ministerio de Jesús sobre la tierra, los discípulos se preguntaban continuamente sobre su Reino. ¿Cuándo vendrá? ¿Cuál sería su papel? Desde el punto de vista tradicional, el Mesías sería un conquistador terrenal, que libraría a Israel de Roma. Pero el reino al que se refería Jesús era uno espiritual, establecido en los corazones y vidas de los creyentes (Lucas 17:21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.). La presencia y el poder de Dios permanecen en los creyentes en la persona del Espíritu Santo.
  El poder del Espíritu Santo, involucra valor, entrega, confianza, conocimiento, habilidad y autoridad. Los discípulos necesitamos de todo esto para cumplir con su misión. Si creemos  en Jesucristo, podemos experimentar el poder del Espíritu Santo en nuestra vida. Jesucristo prometió a los apóstoles que recibirían el poder para ser testigos después que recibieran el Espíritu Santo: recibieron el Espíritu Santo; les dio poder; y fueron testigos con resultados extraordinarios.
Nosotros a menudo tratamos de invertir el orden y testificamos dependiendo de nuestro propio poder y autoridad. Testificar no es mostrar lo que podemos hacer por Dios, sino mostrar y decir lo que Dios ha hecho por nosotros. Con estas palabras, Jesús destaca qué:  El Espíritu Santo es la Persona y el Poder a través de quien se recibe ayuda y habilidad para compartir la vida y el poder del Reino de Dios con otros; El poder del Espíritu Santo hay que «recibirlo»; no se trata de una experiencia automática. De la misma manera que el Espíritu Santo mora interiormente en cada creyente, llenará y sobreabundará (Juan 7:37-39) en todos los que lo reciben con una fe inocente.  Uno sabe cuándo el Espíritu Santo nos está llenando y guiando nuestra vida. Así lo dijo Jesús, y los discípulos lograron descubrir que así era (Hechos 1:5; Hechos 2:1-4). El Espíritu Santo ha venido para convencernos que el mandato de Jesús, no es un “si te apetece” o “si te parece”; es una orden “Id y predicar” “Id y enseñar el Evangelio”. Es un deber de todo cristiano genuino obedecer a su Señor.   Debemos recibir del Espíritu Santo poder para actuar, para ir. Entonces, el Señor nos dará: poder para buscar a los perdidos; autoridad para declarar con energía a Jesús como el Hijo de Dios; y  poder para establecer su Iglesia, localmente y a lo largo y ancho del mundo.
  Jesús instruyó a sus discípulos para que fueran testigos a las personas de todas las naciones acerca de El (Mateo 28:19-20). Pero se les dijo que debían esperar antes la venida del Espíritu Santo (Lucas 24:49). Dios tiene una labor importante que quiere que hagamos en su nombre, pero debemos desarrollarla por el poder del Espíritu Santo.   Pero algunas veces la espera es parte del plan de Dios.

  Después de la ascensión de Cristo al cielo, los apóstoles regresaron de inmediato a Jerusalén y se reunieron para orar. Jesús les dijo que el Espíritu Santo vendría sobre ellos dentro de no muchos días, de manera que tenían que esperar en oración.
 Cuando tengamos enfrente una tarea difícil, una decisión importante, un dilema confuso, nuestro primer paso debe ser orar por el poder y la dirección del Espíritu Santo para que el guíe nuestra decisión. ¿Quien mejor que nadie conoce nuestro futuro?  Lamentablemente muchas veces hemos tomado decisiones, fruto de nuestro anterior concepto de la vida; creyendo que talvez el Señor no se metía en cuestiones triviales. Pero hemos visto cuan desatinadas fueron aquellas que tomamos sin contar con Dios para nada. El pasado está ahí presente para no cometer los mismos errores, aprender de ellos para sujetarse, confiar y obedecer en todo momento las enseñanzas de la Palabra de Dios en la Biblia.

Hace unos días he comenzado el estudio del Libro de los Hechos, para con la ayuda del Espíritu conocer, digamos desde el minuto cero, de la iglesia primitiva. Poco a poco iré subiendo al blog, aquello que haya estudiado, comprobado y consultado siempre con fundamento bíblico.
Agradecería, que me corrigieran en todo aquello que pueda ser confuso o difícil de entender. Sería de agradecer y me serviría para aprender de los errores y corregirlos.
 Por cierto muchas gracias a todos por compartir este blog a través de las redes sociales, pues el programa STATCOUNTER me dice que a esta hora se ha compartido ya, 157.000 veces. Ojalá que sea de bendición para quienes lo lean.
El objetivo es predicar a Cristo:
SI POR FE CREES EN JESUCRISTO COMO TU SALVADOR Y SEÑOR TE REGALA LA SALVACIÓN.



LA SAVIA DEL PACTO ABRAHÁMICO


En esta época del año suelo dedicar parte de mi trabajo  a la poda e injertos de frutales. Es muy apasionante ver el  resultado, cuando realizas una  poda adecuada, en el momento apropiado. La mayoría de los frutales que se comercializan utilizan un patrón o planta silvestre en la que se injerta un esqueje de la planta madre productiva, para que aquel improductivo por naturaleza, reciba la savia productora y pueda dar buen fruto.
Cuando leí los versículos siguientes en la carta del Ápostol Pablo a los Romanos 11; 17-24, me hizo reflexionar sobre la “operación” que Dios Padre en su Misericordia había realizado con todos los que por fe en Jesucristo hemos nacido de nuevo. Sólo por la gracia de Dios derramada gratuitamente para quienes estamos sedientos de su Palabra, nos permite oir su voz, ver su Obra y darle gracias, alabando y glorificando su Santo Nombre. Veamos lo que nos enseña el Señor en estos versículos:
 17  Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo,
 18  no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti.
 19  Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado.
 20  Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
 21  Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará.
 22  Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado.
 23  Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
 24  Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

Agrielaios (γριέλαιος)  que crece en los campos, silvestre «del olivo silvestre». Se utiliza en Romanos 11:17: «olivo silvestre»
Kalielaios (καλλιέλαιος) el olivo de huerto. Se utiliza en Romanos 11:24: «el buen olivo».

REFLEXIÓN

El evangelio es la riqueza más grande en todo tiempo y lugar donde estemos viviendo, sea que estemos en Europa, o en Vietnam. La Palabra de Dios en la Biblia es poderosa para convencer de pecado el corazón del hombre. Sólo aquellos contumaces, que se niegan a reconocer la salvación por fe en Jesucristo, o niegan que Él sea el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento por los profetas, son apartados para ser ciegos, sordos y mudos hasta que se cumpla el tiempo de Dios, y recobren su sanidad. Por tanto, así como el justo rechazo de los judíos incrédulos fue la ocasión para que una multitud tan inmensa de gentiles fuéramos reconciliados con Dios, y tuviéramos paz con Él, la futura recogida y aceptación de los judíos en la Iglesia significará un cambio tal que se parecerá a la resurrección general de los muertos en pecado a una vida de justicia. Al hablar a los cristianos gentiles, Pablo nos advierte a no sentirnos superiores porque Dios hubiera rechazado a algunos judíos, los incrédulos, como las ramas desgajadas.
La fe de Abraham se asemeja a la raíz de un árbol de olivo, escogido y plantado por Dios; y el pueblo judío, descendencia de aquel, son las ramas naturales del olivo. A causa de su infidelidad, los judíos fueron las ramas desgajadas, lo que produjo una sangria y debilitamiento del olivo a pesar de quedar algunas, como remanete. Los creyentes gentiles fuimos injertados en el árbol como savia nueva de olivo silvestre, y ahora gentiles y judíos compartimos la savia basados en la fe en Dios.  Los creyentes gentiles no tenemos motivo para gloriarnos, ya que nuestra salvación es únicamente por fe y no por mérito propio.
Ninguno de los dos, ni ellos ni nosotros, podemos confiar en nuestra herencia cultural en cuanto a la salvación.
"Si permaneces en esa bondad" se refiere a la firme perseverancia en la fe. La firmeza es una prueba de la realidad de la fe y una consecuencia de la salvación, no un medio que conduce a él.
    El olivo es, en el AT, símbolo de Israel (Jeremias 11; 16 Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó Jehová tu nombre. A la voz de recio estrépito hizo encender fuego sobre él, y quebraron sus ramas.). Aquí el olivo cultivado, al cual se le desgajan algunas ramas para injertar otras en su lugar, representa a la nación de Israel; el olivo silvestre, a los gentiles que aceptamos el evangelio.  

Abraham era la raíz de la Iglesia. Los judíos eran ramas de este árbol hasta que, como nación, rechazaron al Mesías; después de eso, su relación con Abraham y Dios fue cortada. Los gentiles, nosotros, fuimos injertados en este árbol en lugar de ellos, siendo admitidos en la Iglesia de Dios. Hubo multitudes hechas herederas de la fe, de la santidad y de la bendición de Abraham. El estado natural de cada uno de nosotros es ser silvestre por naturaleza. La conversión es como el injerto de las ramas silvestres en el buen olivo. El injertar ramas de un olivo silvestre en el tronco de un buen olivo no era la práctica normal; es lógico, pues, esperar que Israel, representado por las ramas naturales, sea restaurado o injertado de nuevo en su propio olivo.
El olivo silvestre se injertó en el fructífero cuando éste empezaba a decaer, entonces no sólo llevó fruto, sino hizo revivir y florecer al olivo decadente. Los gentiles, de pura gracia, fuimos injertados para compartir las ventajas del olivo longevo, la rica gracia asegurada por el pacto a la verdadera simiente de Abrahám, con las ramas que habian quedado, el residuo que reconocía a Cristo como el Mesias o remanente.
Por tanto, debemos cuidarnos de confiar en nosotros mismos y de toda clase de orgullo y ambición; no vaya ser que teniendo sólo una fe muerta y una profesión de fe vacía, crecimiento silvestre, nos volvieramos contra Dios y abandonaramos sus privilegios. Si permanecemos es absolutamente por la fe en Cristo y por la gracia de Dios; somos culpables e incapaces en nosotros mismos y tenemos que ser humildes, estar alertas, temer engañarnos con el yo, o de ser vencidos por la tentación. No sólo tenemos que ser primero justificados por fe, pero debemos mantenernos hasta el final en el estado justificado sólo por fe, aunque por una fe que no está sola sino que obra por amor a Dios.
  De Israel ha venido todo lo que somos, y todo lo que tenemos en la familia de Dios, porque “la salvación es de los judíos” (Juan 4:22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.).
 El rechazo de Israel es temporal, hasta que todos los que van a ser salvos entre los gentiles depositen su confianza en Cristo. Entonces la salvación vendrá a un mayor número de judíos, de la misma manera que ha sucedido con otros pueblos a través de los siglos; una respuesta de fe a la predicación del evangelio de Cristo.