} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 02/01/2018 - 03/01/2018

miércoles, 28 de febrero de 2018

28 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Juan 15; 4
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.

Para permanecer en El debemos permanecer en su palabra: "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos"; "la palabra de Dios permanece en vosotros (1Jn_2:14); "Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre" (1Jn_2:24); "Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas".
         El permanecer en El significa que andamos como El anduvo: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1Jn_2:6). "Todo aquel que permanece en él no peca" (no practica el pecado) (1Jn_3:6; 1Jn_3:9). "El que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él" (1Jn_4:16).
         La palabra permanecer significa la participación (tener comunión) con Cristo, es decir, participar de las cosas mejores que pertenecen a la salvación (Heb_6:9). Escuchamos a los apóstoles y aceptamos su testimonio para poder tener participar (tener comunión) con ellos y, a través de su palabra, participar (tener comunión) con el Padre y con el Hijo (1Jn_1:1-3); "Fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor" (1Co_1:10); "La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?" (1Co_10:16); "sois participantes conmigo de la gracia" (Flp_1:7); "nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz" (Col_1:12); " participantes del llamamiento celestial" (Heb_3:1); "para que participemos de su santidad" (Heb_12:10); "por vuestra comunión (participación) en el evangelio" (Flp_1:5; Flp_4:15); "el privilegio de participar en este servicio para los santos" (2Co_8:4); " cooperemos con la verdad" (3Jn_1:8); " participantes de la naturaleza divina" (2Pe_1:4); " participantes de la gloria que será revelada", (1Pe_5:1).
         "El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" (1Jn_2:17).
  Debemos permanecer en Cristo para que Él pueda permanecer en nosotros (1Jn_3:24; 1Jn_4:12). Este es el requisito primordial para que el sarmiento tenga vida y lleve fruto. Permanecemos en El cuándo guardamos su palabra (su enseñanza). "El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él". "Judas ha salido y Satanás sacudirá al resto de ellos como a trigo (Luc_22:31 s) "; ¿permanecerían en Cristo? La salvación de todo ser humano depende de dos cosas: (1) entrar en Cristo; y (2) permanecer en Cristo (Apo_14:13).
           Esta ilustración es sencilla y clara. Un niño puede entenderla, porque si el sarmiento está separado de la vid, inmediatamente comienza a secarse. Hay una diferencia, sin embargo, entre el sarmiento literal y el discípulo de Cristo como sarmiento: el sarmiento físico no puede, por medio de su propia fuerza, separarse de la vid, pero por su propia voluntad y fuerza, el discípulo de Cristo sí puede alejarse de Cristo.
         Los sarmientos espirituales que se separan de la iglesia se separan de Cristo.


1Corintios 15; 58
Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

  Con esta frase esperamos hallar en seguida la conclusión del asunto. La admonición que va a seguir se basa en lo que Pablo explicó a los corintios con respecto a la resurrección de los muertos. Dado que el cristiano ha de ser resucitado con un cuerpo incorruptible para heredar el reino de Dios, no conviene caer en la tentación que el mundo da de que “comamos y bebamos, porque mañana morimos “ (ver. 32), sino seguir la exhortación que Pablo da en las frases siguientes.
 Con esta frase Pablo recuerda a los corintios del amor que él tenía por ellos.
 La confianza que la esperanza de la resurrección da al cristiano le capacita para tomar una posición de firmeza para no ser movido de ella.   Este mandamiento de Pablo aparece en el tiempo presente, indicando que los corintios siempre estuvieran manteniendo esta firmeza de resolución o de determinación. 
 Esta palabra es sinónimo de la palabra “firmes”.  Todo cristiano tiene la necesidad de prestar mucha atención a tal exhortación apostólica. 
No basta que el cristiano solamente se ocupe algo en la obra del Señor; tiene que abundar en ello. Esta es la única actitud que vale. Muchos al parecer se contentan con la obra que consideren lo más mínimo posible y que al mismo tiempo no les condene.
La duración de esta ocupación total, según las oportunidades y talentos del cristiano individual, es para “siempre”. ¡Muchos cristianos han comenzado bien pero al pasar los años han dejado de abundar en la obra del Señor!
La obra del Señor son las cosas que se encargan al individuo en su vida de cristiano al peregrinar en este mundo.  Efe_2:10; Tit_2:14; 1Pe_2:11-12.
  Lo que el cristiano hace en conexión con el Señor no resulta en vano. Este conocimiento le motiva para que siempre esté abundando en la obra del que venció la muerte.

¡Maranata!¡Ven pronto mi Señor Jesús!

martes, 27 de febrero de 2018

27 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Salmo 103; 2
 Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios.

Cuando el Señor nos “bendice”, examina nuestras necesidades y responde a ellas; cuando nosotros “bendecimos” al Señor, examinamos sus excelencias y respondemos a ellas.   “Bendecimos” a Dios mismo cuando hacemos un recuento de sus bendiciones. Bendice, oh alma mía es un automandato. El salmista dialoga consigo mismo. Vemos que toma una decisión definida de alabar a Dios. La Biblia manda que amemos a Dios. El amor involucra los sentimientos, pero es también un asunto de la voluntad. Hemos de decidir alabar a Dios. Conocer más a Dios requiere tiempo en adoración y comunión con él.

Podemos preguntar por qué dice bendice; ¿no es Dios quien bendice al hombre? Sí, pero lleva la connotación de agradar a Dios; el salmista quiere que Dios se goce con esta alabanza.

Todo mi ser utiliza una palabra que significa todo lo interior, todo que está adentro. El salmista involucra todos sus pensamientos, sus recuerdos, su mente, sus emociones, toda su persona en esta ofrenda de adoración.

No olvides llama la atención a nuestra tendencia de olvidar lo bueno que Dios ha hecho en nosotros. Es el orgullo del corazón humano que lo hace ingrato y olvidadizo (Deu_8:12-14). La palabra hebrea traducida beneficios significa hechos de bondad.
Todo lo que él hace nace de quien es él (nombre): nunca actúa fuera de lo que ha revelado y de lo que es. La alabanza de David se centró en los actos gloriosos de Dios. Es fácil quejarse de la vida. Sin embargo, la lista de David nos da muchas cosas por las que debemos alabar a Dios: perdona nuestras iniquidades, sana nuestras dolencias, nos rescata de la muerte, nos corona de favores y misericordias, sacia de bien nuestra boca y nos hace justicia y derecho. Recibimos todas estas cosas sin merecer ninguna de ellas. Por difícil que sea tu vida, siempre podrás contar tus bendiciones pasadas, presentes y futuras. Cuando te sientas como si no tuvieras nada por lo que alabar a Dios, lee la lista de David.

 Isaías 63; 7
Las misericordias del SEÑOR recordaré, las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que nos ha otorgado el SEÑOR, y la gran bondad hacia la casa de Israel, que les ha otorgado conforme a su compasión, y conforme a la multitud de sus misericordias.
Yahvé había tenido esperanza de que Israel fuera fiel (son mi pueblo, no engañaran), y por eso se ofreció como Salvador de él en todas sus angustias en todos los momentos críticos de su historia como pueblo. Tuvo tal providencia de su pueblo, que no lo salvó por medio de un mensajero o ángel, sino que le ayudó personalmente; su faz misma los salvó. La expresión faz de Yahvé equivale en la Biblia a la persona de Yahvé.
Pero se rebelaron y contristaron su santo espíritu. Aquí el espíritu de Yahvé obrando en la historia. Dios es como una energía divina que actúa en la historia de Israel y se manifiesta en su legislación. Oponerse a ésta es atentar contra su Espíritu o intención. Yahvé había comunicado a los caudillos del Antiguo Testamento su espíritu para realizar sus intenciones providenciales sobre su pueblo, y algunas veces ese espíritu se manifestaba carismáticamente en determinadas coyunturas de la historia. Israel no fue dócil a este Espíritu de Yahvé, y de ahí que incurriera en sus iras. Por eso Yahvé se convirtió en enemigo y combatió contra ellos, castigándoles y entregándoles a sus enemigos.

El unigénito Hijo del Padre se convierte en el Ángel o Mensajero de su amor; así los redimió y sustentó con ternura. Pero ellos murmuraron y resistieron a su Espíritu Santo, despreciando y persiguiendo a sus profetas, rechazando y crucificando al Mesías prometido.
Toda nuestra consolación y nuestras esperanzas surgen de la paciencia del Señor, y todas las miserias y temores, de nuestros pecados. Pero Él es el Salvador, y cuando los pecadores buscan al que en otros tiempos se glorificó salvando y apacentando su rebaño adquirido, y guiándolo a salvo a través de peligros, y les ha dado su Espíritu Santo para prosperar los trabajos de sus ministros, hay una buena base para tener esperanzas de que estén descubriendo el camino de la paz.

¡Maranata! ¡Ven pronto mi Señor Jesús!

lunes, 26 de febrero de 2018

26 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Salmo 5; 3
Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración  a ti, y con ansias esperaré.

Lo primero que hace el salmista es buscar la presencia, dirección y protección de Dios. Uno de los dones más extraordinarios que Dios ha dado a los seres humanos es la habilidad de usar palabras, de comunicarse, y sobre todo comunicarse personalmente con él. Mi suspiro es un habla apenas audible, un murmurar interior. Dios es un Dios que oye la oración. El Señor no toma en cuenta las palabras solamente, sino también las intenciones del corazón.  Siempre ha sido así, y sigue como siempre dispuesto a oír la oración. El secreto de una relación íntima con Dios es orar a El puntualmente cada mañana. Por la mañana nuestras mentes están más libres de problemas y además podemos encomendar el día entero a Dios. La comunicación regular es fundamental en cualquier relación y ciertamente es necesaria para tener una firme relación con Dios. Necesitamos comunicarnos con El diariamente. Tú que lees esta meditación ¿Pasas un tiempo regular en oración y lectura de la Palabra de Dios?

Salmo 63; 1
Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. Oh Dios, tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua.

David estaba demasiado solo cuando se escondía de sus enemigos en el árido desierto de Judea. Estaba muy solo. Deseaba un amigo en el que confiar para aliviar su soledad. No hay duda de por qué clamó: "Dios mío[...] mi alma tiene sed de ti[...] en tierra seca y árida". ¡Oh Dios, tú eres mi Dios! ¡Qué privilegio poder decir esto! El que más conoce a Dios, más lo busca. El salmista no es un extraño para Dios, es un amigo anhelando más comunión. Almacuerpo indican que todo su ser desea la comunión con Dios. Tierra árida debe explicar la situación del salmista, pero se refiere también a situaciones de aridez espiritual.
Si tú estás solo o tienes sed de algo duradero en tu vida, recuerda la oración de David. ¡Únicamente Dios puede satisfacer nuestros deseos más profundos!
Temprano yo te buscaré. El cristiano verdadero dedica a Dios la hora más temprana. Abre los ojos de su entendimiento con los de su cuerpo, y cada mañana se despierta a la justicia. Se levanta con la sed de las consolaciones que el mundo no puede dar, y tiene el recurso inmediato de la Fuente del agua de vida por medio de la oración y la Palabra de Dios en la Biblia.
El creyente verdadero está convencido de que nada de este mundo pecador puede satisfacer las necesidades y los deseos de su alma inmortal; él espera su felicidad de Dios, como porción suya. Cuando la fe y la esperanza se ejercen más, el mundo parece un desierto agotado y el creyente anhela los goces del cielo, de los cuales tiene algunos anticipos en las ordenanzas de Dios sobre la tierra.

¡¡Maranata!! ¡¡Ven pronto mi Señor Jesús!!

domingo, 25 de febrero de 2018

FILOSOFÍAS HUMANAS CONTRA CRISTO



1 Jn 4; 1-3
   Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus para ver si son de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.
   En esto conocéis el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
   y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, del cual habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.

1Jn 4:6  Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del error.

        Con ánimo de ser constructivo y edificar la vida espiritual para un mayor conocimiento de Cristo, me atrevo a decir, qué el culto de la mañana donde se celebra la Mesa del Señor no es el momento para ponerse a disertar sobre el “Docetismo” desde un púlpito, a no ser que  con ello se trate de impresionar a los escuchantes. No todo el mundo tiene la misma madurez para poder entender esa corriente herética derivada del gnosticismo. El conocimiento intelectual en nada aprovecha si no se refleja en una vida de humildad. Cuando lo que se refleja es orgullo por pertenecer a l “grupo de liderazgo”, es síntoma de haber entrado en un bucle, que sólo podemos apreciar quienes hemos pasado por la misma situación, y que por la gracia de Dios y el auxilio del Espíritu Santo, hemos dejado atrás. Como el mal aliento, que lo soportan quienes no rodean pero el que lo emite , ni se inmuta. La soberbia espiritual es mala consejera y raíz de todos los males que afrontan las iglesias evangélicas. Creo necesario hacer un alto, y mirarnos en el espejo de la Palabra de Dios en la Biblia para ser escudriñados hasta el tuétano y sea revelado nuestro verdadero estado, y no aquél que queremos aparentar. No es lo mismo “ser” que “parecer”. Puedo ir a la congregación, llevar una Biblia en la mano, decir palabras piadosas, hacer muchas cosas “para el Señor” y NO SER nacido de nuevo (Mat 25; 11-12) (Luc 13; 23-27) ( Jn 15; 5-6)

Para Juan, la fe cristiana se podía resumir en una sola frase: " La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros» (Jn_1:14). Cualquier espíritu que negara la realidad de la Encarnación, no procedía de Dios. Juan establece dos pruebas de fe.

 Para que se vea que es de Dios, un espíritu debe reconocer que Jesús es el Cristo, el Mesías. Según lo veía Juan, el negarlo sería negar tres cosas acerca de Jesús.
(a) Sería negar que Él es el centro de la Historia, Aquel para quien toda la Historia anterior había sido una preparación.
(b) Sería negar que Él es el cumplimiento de las promesas de Dios. A lo largo de todas sus luchas y sus derrotas, los judíos se habían adherido a las promesas de Dios. Negar que Jesús es el Mesías prometido es negar que esas promesas sean verdad.
(c) Sería negar Su Reino. Jesús vino, no sólo a sacrificarse, sino a reinar; y negar Su mesiazgo es excluirle de Su realeza esencial.

      Para proceder de Dios un espíritu debía reconocer que Jesús ha venido en la carne. Era precisamente esto lo que los gnósticos no podrían aceptar nunca. Puesto que, según su punto de vista, la materia era totalmente mala, una Encarnación real era totalmente imposible, porque Dios nunca podría asumir la carne. Agustín habría de decir más tarde que podría encontrar paralelos en los filósofos paganos para todo lo del Nuevo Testamento excepto una cosa: " El Logos Se hizo carne.» De acuerdo con el punto de vista de Juan, el negar la completa humanidad de Jesucristo era atacar la fe cristiana en sus mismas raíces.

El negar la realidad de la Encarnación tiene ciertas consecuencias definidas.

  Es negar que Jesús pudiera ser nunca nuestro ejemplo. Si no era realmente un hombre, viviendo en las mismas condiciones humanas, no podría nunca mostrar a los hombres cómo vivir.

  Es negar que Jesús pudiera ser el Sumo Sacerdote Que abre el acceso a Dios. El verdadero Sumo Sacerdote, como vio el autor de la Carta a los Hebreos, debía ser en todas las cosas semejante a nosotros, conociendo nuestras debilidades y nuestras tentaciones (Heb_4:14 s). Para guiar a los hombres a Dios, el Sumo Sacerdote debía ser un hombre; porque, de otra manera, les indicaría un camino que les sería imposible seguir.

  Es negar que Jesús fuera, en ningún sentido real, el Salvador. Para salvar a los hombres tenía que identificarse con los que había venido a salvar.

  Es negar la salvación del cuerpo. La enseñanza cristiana es totalmente clara en que la Salvación es la Salvación de toda la persona, del cuerpo tanto como del alma. El negar la Encarnación es negar la posibilidad de que el cuerpo pueda nunca llegar a ser el templo del Espíritu Santo.

  Con mucho lo más serio y terrible es que sería negar que pueda nunca haber ninguna unión real entre Dios y el hombre. Si el Espíritu es totalmente bueno y el cuerpo es totalmente malo, Dios y el hombre no se pueden encontrar nunca mientras el hombre siga siendo hombre. Se podrían encontrar si el hombre se desprendiera del cuerpo y se convirtiera en un espíritu desencarnado. Pero la gran verdad de la Encarnación es que aquí y ahora puede haber una comunión real entre Dios y el hombre.

No hay nada en el Cristianismo que sea más central que la realidad de la humanidad de Jesucristo.

Juan establece en una gran verdad, y encara un gran problema.

  El cristiano no tiene por qué tenerle miedo al hereje. En Cristo se ganó la victoria sobre todos los poderes del mal. Los poderes del mal Le hicieron todo el mal que pudieron, hasta el punto de matarle en la Cruz; pero Él surgió victorioso. La victoria le corresponde al cristiano. Sea cual fuere el aspecto de las cosas, los poderes del mal están peleando una batalla perdida.   Todo lo que tiene que hacer el cristiano es tener presente la verdad que ya conoce, y aferrarse a ella. La verdad es aquello por lo que viven los hombres; el error es a fin de cuentas lo que hace que los hombres mueran.

  Sigue el problema de que los falsos maestros ni escucharán ni aceptarán la verdad que ofrece el verdadero cristiano. ¿Cómo se puede explicar eso? Juan vuelve a su antítesis favorita: la oposición entre el mundo y Dios. El mundo, como ya hemos visto antes, es la naturaleza humana aparte de Dios y en oposición a Él. El hombre que tiene su origen en Dios recibirá la verdad; el hombre que tiene su origen en el mundo, la rechazará.

Cuando llegamos a pensar en ello, es una verdad obvia. ¿Cómo puede una persona cuya consigna es la competencia empezar a entender una ética cuya clave es el servicio? ¿Cómo puede una persona cuya finalidad es la exaltación del yo, y que mantiene que los más débiles deben ir al paredón, empezar a entender una enseñanza cuyo principio vital es el amor? ¿Cómo puede una persona que cree que este es el único mundo, y que, por tanto, las cosas materiales son las únicas que importan, empezar a entender una vida que se vive a la luz de la eternidad, en la que las cosas invisibles poseen los valores supremos? Una persona no puede escuchar nada más que lo que se ha entrenado a escuchar, y puede estar absolutamente incapacitada para escuchar el mensaje cristiano.

Eso es lo que Juan está diciendo. Ya hemos visto una y otra vez que es característico de él el ver las cosas en blanco y negro. Su pensamiento no se para en matices. Por una parte está el hombre cuya fuente de origen es Dios, y que puede oír la verdad; por otra parte está el hombre cuya fuente y origen es el mundo, y que es incapaz de oír la verdad. Ahí surge un problema que es muy probable que Juan ni siquiera reconociera. ¿Hay personas para las que toda predicación es fatalmente inútil? ¿Hay personas cuyas defensas no se pueden penetrar nunca, cuya sordera no les permite nunca oír, y cuyas mentes están cerradas para siempre a la invitación y al mandamiento de Jesucristo?

La respuesta debe de ser que no hay límites para la gracia de Dios, y que hay tal Persona como el Espíritu Santo. La vida nos enseña que el amor de Dios puede derribar cualquier barrera. Es verdad que una persona se puede resistir; puede que sea verdad que una persona se puede resistir hasta lo último; pero lo que es también verdad es que Cristo está siempre llamando a la puerta de todos los corazones, y es posible que una persona oiga la voz de Cristo, aun por encima de las muchas voces del mundo.

¡Maranata!

25 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



 Lucas 23; 46-47
Y Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU. Y habiendo dicho esto, expiró.
   Cuando el centurión vio lo que había sucedido, glorificaba a Dios, diciendo: Ciertamente, este hombre era inocente.

  Aquí tenemos la muerte de Cristo magnificada por los prodigios que la acompañaron, y su muerte explicada por las palabras con que expiró su alma. Estaba dispuesto a ofrendarse. Procuremos glorificar a Dios por el arrepentimiento verdadero y la conversión; protestando contra los que crucificaron al Salvador; por una vida santa, justa y sobria; y empleando nuestros talentos al servicio de aquel que murió y resucitó por nosotros.
Se produjo una gran oscuridad cuando murió Jesús. Era como si el Sol mismo no pudiera mirar lo que las manos humanas habían hecho. El mundo queda sumido en las tinieblas cuando los hombres intentan deshacerse de Jesús.
  La cortina del templo se rasgó por en medio. Esta era la cortina que ocultaba el Lugar Santísimo, donde moraba la presencia de Dios, el lugar en el que nadie podía entrar más que el sumo sacerdote, una vez al año, el gran Día de la Expiación. Era como si el camino a la presencia de Dios que había estado cerrado se hubiera abierto totalmente para todos. Era como si el corazón de Dios, hasta entonces oculto, se hubiera descubierto. El nacimiento, la vida y la muerte de Jesús rasgaron el velo que había ocultado a Dios a la vista de los hombres. " El que me ha visto a Mí -dijo Jesús-, ha visto al Padre» Jua_14:9). En la Cruz, más claro que en ningún otro lugar, vemos el amor de Dios.
 Jesús clamó a gran voz. Los tres evangelios sinópticos nos recuerdan ese grito final (Mat_27:50; Mar_15:37). Juan, por otra parte, no menciona el gran grito, pero nos dice que Jesús murió diciendo: " ¡Consumado es!» Jua_19:30). En griego y en arameo, consumado es, es una sola palabra, y esa fue la que Jesús dijo en voz muy alta al morir. Murió con un grito de triunfo en sus labios. No susurró " Se acabó», como teniendo que reconocer su derrota, sino que proclamó su triunfo como el vencedor que había derrotado definitivamente al enemigo en el último enfrentamiento, y que había completado una gloriosa misión. " ¡Terminado!», gritó Cristo, crucificado pero victorioso.
  Jesús murió con una oración en sus labios: «¡Padre, dejo mi espíritu en tus manos!» Es una cita del Sal_31:5. Ese versículo era la oración que pronunciaba un niño judío al acostarse por la noche. Jesús hizo aún más tierna la oración confiada añadiéndole la palabra Padre. Aun en la cruz, la muerte era para Jesús como el quedarse dormido en los brazos de su Padre.
  La muerte de Jesús impresionó vivamente al centurión y a la multitud. Su muerte tuvo el efecto que no había tenido su vida: quebrantó el duro corazón humano. Ya se estaba cumpliendo el dicho de Jesús: «Cuando me levanten de la tierra, atraeré hacia Mí a todos los hombres» Jua_12:32). El imán de la Cruz había empezado a producir efecto en el mismo momento de la muerte de Jesús.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

sábado, 24 de febrero de 2018

24 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



1 Pedro 3; 18
Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, muerto en la carne pero vivificado en el espíritu;

    Lo que Pedro presenta es que, aun cuando el cristiano se vea obligado a sufrir injustamente por su fe, no está haciendo más que recorrer el camino que anduvo su Señor y Salvador. El cristiano que sufre debe siempre recordar que tiene un Señor que sufre. En el reducido espacio de estos dos versículos Pedro incluye las cosas más profundas que se pueden decir acerca de la obra de Cristo.


(i) Establece que la obra de Cristo fue única y no se puede repetir. Cristo murió una vez por todas por los pecados. El Nuevo Testamento dice esto a menudo. Cuando Cristo murió, murió una vez por todas (Rom_6:10). Los sacrificios del templo tenían que repetirse diariamente, pero Cristo hizo el perfecto Sacrificio una vez por todas cuando Se ofreció a Sí mismo (Heb_7:27 ). Cristo fue ofrecido una vez por todas para llevar el pecado de muchos (Heb_9:28 ). Somos santificados por medio de la ofrenda del cuerpo de Cristo una vez por todas (Heb_10:10 ). El Nuevo Testamento está totalmente seguro de que algo sucedió en la cruz que no ha de suceder nunca más, y que allí el pecado fue derrotado definitivamente. Dios trató en la cruz con el pecado humano de manera adecuada para todos los pecados, para todos los hombres, para todos los tiempos.

(ii) Establece que el Sacrificio fue por el pecado. Cristo murió una vez por todas por los pecados. Esto, de nuevo, se dice frecuentemente en el Nuevo Testamento. Cristo murió por nuestros pecados conforme a las escrituras. Cristo Se dio a Sí mismo por nuestros pecados (Gal_1:4 ). El ministerio del sumo sacerdote, y Cristo es el perfecto Sumo Sacerdote, es ofrecer sacrificio por los pecados (Heb_5:1; Heb_5:3 ). Él es la expiación por nuestros pecados (1Jn_2:2 ).

(iii) Afirma que el Sacrificio fue vicario. Cristo murió una vez por todas por los pecados, el Justo por los injustos. Que el Justo hubiera de sufrir por los injustos es algo extraordinario. A primera vista parece una injusticia. El sufrimiento de Cristo fue por nosotros; y el misterio consiste en que el Que no merecía sufrir soportó el sufrimiento por nosotros que merecíamos sufrir. Él Se sacrificó a Sí mismo para restablecer nuestra perdida relación con Dios.

(iv) Establece que la obra de Cristo fue para llevarnos a Dios. Cristo murió una vez por todas por los pecados, el Justo por los injustos, para llevarnos a Dios.  

Romanos 5; 20
Y la ley se introdujo para que abundara la transgresión, pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia,

La ley de Dios hizo que el hombre viera lo abundante del pecado, y que como pecador estaba bajo el dominio del pecado que trae la muerte. El pecado vencía al pecador, le dejaba débil, y sin esperanza en sí. Aunque “abundaba” el pecado, “sobreabundó la gracia,” ofreciendo al pecador libertad del pecado y de sus consecuencias.
Como pecador, separado de Dios, veo la Ley desde abajo, similar a una escalera que debe subirse para llegar a Dios. Quizás haya intentado subirla en más de una oportunidad, solo para caer al piso cada vez que alcanzaba uno o dos peldaños. O a lo mejor me parecía tan abrumadora la escarpada escalera que nunca me había decidido siquiera a iniciar su ascenso. En cualquier caso, ¡qué alivio cuando veo a Jesús con los brazos abiertos ofreciéndome pasar por encima de la escalera de la Ley y llevarme directamente a Dios! Una vez que Jesús te eleva hasta la presencia de Dios, eres libre para obedecer: por amor, no por necesidad, y mediante el poder de Dios, no el tuyo. Así s que si se tambaleas, no caerás al suelo. Los brazos amorosos de Cristo no te dejarán caer y te sostendrán.
Pero el abuso de este versículo, hace que muchos no nacidos de nuevo vivan haciéndose pasar por regenerados, cuando sus frutos evidencian que no hubo en su vida el cambio necesario, viviendo como mundanos revestidos de la careta del cristianismo.
¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

viernes, 23 de febrero de 2018

23 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



Isaías 65; 2
Extendí mis manos todo el día hacia un pueblo rebelde, que anda por el camino que no es bueno, en pos de sus pensamientos;

La apertura de Dios y su deseo de redimir también a los samaritanos agotaron casi todos los recursos. Este documento también revela los esfuerzos del profeta por hacer volver a los samaritanos al redil, a fin de formar un solo pueblo. Pero los samaritanos no podían responder a la altura de las expectativas proféticas, en primer lugar por su antigua hostilidad contra Judá, contra Jerusalén, contra el templo de Jerusalén, y por último contra los judíos que volvieron de Babilonia y que encarnaban todos estos valores sionistas. En segundo lugar, no podían responder a los planes divinos de redención por su apego a prácticas religiosas que no les eran totalmente ajenas puesto que las habían practicado desde los primeros días del establecimiento de las tribus de Israel en Canaán: era el culto idólatra y animista contra el cual tanto combatieron los profetas de antaño, cuando los reinos de Judá e Israel todavía estaban en pie.

Además de las prácticas religiosas que eran una desviación o una corrupción de la religión israelita, los samaritanos habían adoptado rituales de origen mesopotámico, como los sacrificios en los jardines, el quemar incienso sobre altares de ladrillos, el comer carne de cerdo y de ratón, y otros rituales relacionados con el culto al dios de la fortuna o Gad, y a la diosa del destino, que nos es conocida por el culto antiguo de los árabes, que la llamaban Mani o Manat.


Colosenses 1; 19-20

   Porque agradó al Padre  que en El habitara toda la plenitud,
   y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos.

Había una tendencia de pensamiento en la Iglesia Primitiva que se llamaba el gnosticismo, y sus seguidores, gnósticos, lo que quiere decir poco más o menos intelectuales o librepensadores. Estaban insatisfechos con lo que consideraban la ruda sencillez del Cristianismo, y querían convertirlo en una filosofía que pudiera estar, en línea con los otros sistemas filosóficos de su tiempo.
Los gnósticos partían de la convicción de que la materia era absolutamente mala, y el espíritu, absolutamente bueno. Además mantenían que la materia era eterna, y que había sido de esa materia imperfecta de la que se había formado el mundo. Los cristianos, para usar la frase técnica, creen en la creación a partir de la nada, y los gnósticos creían que el universo se había formado a partir de aquella materia mala.
Ahora bien: Dios es Espíritu, y por tanto absolutamente bueno, y la materia, absolutamente mala; de ahí se deducía que el Dios verdadero no podía tocar la materia, y por tanto no era el agente de la creación. Así es que los gnósticos creían que Dios había producido una serie de emanaciones, cada una más lejos de Dios que las anteriores, hasta que por fin hubo una lo suficientemente distante de Dios para poder tocar la materia y crear el mundo.
Con esta declaración, Pablo refutó a los griegos la idea de que Jesús no podía ser humano y divino al mismo tiempo. Cristo es todo humano y todo divino. Cristo siempre fue Dios y siempre será Dios. Cuando tenemos a Cristo tenemos a Dios en forma humana. No reduzca ningún aspecto de Cristo, ni su humanidad ni su divinidad.
La muerte de Cristo abre un camino para que todos puedan venir a Dios. Puso a un lado al pecado que nos impedía disfrutar de una relación correcta con nuestro Creador. Esto no significa que todos han sido salvos, sino que el camino ha sido abierto para todo aquel que confíe en Cristo para ser salvo. Podemos tener paz con Dios y reconciliarnos al aceptar a Cristo, que murió en nuestro lugar. ¿Hay entre su Creador y usted alguna distancia? Reconcíliese con Dios. Venga a Él a través de Jesucristo.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

jueves, 22 de febrero de 2018

22 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



   Salmo 140; 4
  Guárdame, SEÑOR, de las manos del impío; protégeme de los hombres violentos, que se han propuesto hacerme tropezar.
  
Los enemigos, físicos y espirituales, son violentos y usan trampas; pueden usar cosas que parezcan buenas para hacer caer al piadoso. Pero el salmista sabe que solamente Dios puede guardarnos y liberarnos de estos enemigos. El justo se halla aislado en una atmósfera de incomprensión y hostilidad por parte de gentes desalmadas que no vacilan en violentarlo hasta la efusión de sangre. Constantemente traman ardides contra los que siguen a Dios y con sus lenguas lanzan calumnias que son más perniciosas que el veneno del áspid. Como diestros cazadores, esconden lazos para hacer caer la ansiada presa. Frente a una hostilidad sistemática, no le queda al devoto sino confiar en Dios, implorando su poderoso auxilio. En los momentos difíciles, Dios siempre ha sido su fuerza salvadora, cubriendo su cabeza con un yelmo protector en el fragor del combate.  

Salmo 32; 7
Tú eres mi escondedero; de la angustia me preservarás; con cánticos de liberación me rodearás. (Selah)
Este es el punto central del Salmo, el salmista confiesa su pecado a Dios. La fórmula es sencilla: confesar, humillarse, reconocer que hizo mal; es la misma verdad de 1Jn_1:8-9, y tiene el mismo resultado, y tú perdonaste. Dios está pronto a perdonar porque es Dios de amor y ha hecho provisión en la obra de Cristo.
El efecto de la restauración es inmediato: el salmista quiere compartir su gozo con otros, que ellos oren también y sean restaurados. En el tiempo en que puedas ser hallado subraya la importancia de responder cuando el Espíritu de Dios redarguye, pues uno que rechaza la voz de Dios puede endurecerse hasta el punto cuando ya no le oye más. El ser humano siempre necesita la protección de Dios para que no se pierda en las caudalosas aguas de maldad y destrucción.
Ahora el salmista se dirige a Dios con un canto gozoso, en alabanza y confianza renovada.
Es muy difícil llevar al hombre pecador a que acepte humildemente la misericordia gratuita, con la confesión total de sus pecados y la condena de sí mismo. Pero el único camino verdadero a la paz de conciencia es confesar nuestros pecados para que sean perdonados; declararlos para ser justificados. Aunque el arrepentimiento y la confesión no merecen el perdón de la transgresión, son necesarios para disfrutar realmente la misericordia que perdona. ¡Y qué lengua podría expresar la felicidad de esa hora cuando el alma, oprimida por el pecado, es capacitada para derramar libremente sus penas ante Dios, y para recibir la misericordia del pacto en Cristo Jesús! -Los que prosperan en oración, deben buscar al Señor cuando, por su providencia, Él los llama a buscarlo y, por su Espíritu, los incita a que lo busquen a Él.
En el tiempo de encontrar, cuando el corazón está ablandado por la tristeza y cargado por la culpa; cuando falla todo refugio humano; cuando no se puede hallar reposo para la mente turbada, entonces Dios aplica el bálsamo sanador por su Espíritu.

El salmista se apropia estas consideraciones y proclama a Dios como refugio suyo en los momentos de angustia, pues cambia las situaciones de peligro en momentos de triunfo, en los que no faltan los cantos de liberación o de gozo por la salvación conseguida gracias a su protección.

¡Maranata! ¡Sí, ven Señor Jesús!

miércoles, 21 de febrero de 2018

21 Febrero: Meditando la Palabra de Dios en la Biblia.



  Job 36; 5
He aquí, Dios es poderoso pero no desprecia a nadie, es poderoso en la fuerza del entendimiento.
Un tema en la literatura poética de la Biblia es que Dios es incomprensible; no podemos conocerlo completamente. Podemos tener algún conocimiento de El porque la Biblia está llena de detalles acerca de quién es Dios, cómo podemos conocerlo y cómo podemos tener una relación eterna con El. Pero nunca podremos saber lo suficiente como para contestar todas las preguntas de la vida (Ecl_3:11), predecir nuestro propio futuro o manipular a Dios para nuestros propios fines. La vida siempre tiene más preguntas que respuestas, y debemos ir constantemente a Dios para obtener algunas pistas frescas acerca de los dilemas de la vida.
Por lo “poderoso” que Dios sea, nadie es tan bajo que sea “despreciado” por Él; porque su “fuerza” está especialmente en “su fuerza de comprensión”, por la que escudriña las cosas más menudas, a fin de dar a cada uno su derecho. Jer_35:14
Si nuestro ojo estuviera siempre dirigido a Dios en el deber, su ojo estaría siempre sobre nosotros con misericordia y, cuando estamos más hundidos, no nos pasaría por alto. Dios quiere develarnos pecados pasados cuando nos aflige, y nos los trae a la memoria. También, dispone nuestros corazones para ser enseñados: la aflicción hace que la gente se disponga a aprender por medio de la gracia de Dios que obra con ella y por ella. Además, nos disuade de pecar en el futuro. No tener más que ver con el pecado es un mandamiento.
Si servimos fielmente a Dios, tenemos la promesa de la vida que es presente y sus consolaciones, en cuanto sea para la gloria de Dios y nuestro bien: ¿y quién los desearía más aun? Tenemos la posesión de placeres interiores, la gran paz que tienen los que aman la ley de Dios. Si la aflicción no hace su obra los hombres deben esperar que se caliente el horno hasta que sean consumidos. Quienes mueren sin conocimiento, mueren sin gracia y están deshechos por siempre. Véase la naturaleza de la hipocresía; yace en el corazón: es por el mundo y la carne mientras, exteriormente, parece ser por Dios y la fe. El caso de los pecadores es espantoso, sea que mueran jóvenes o vivan mucho para acumular ira. Las almas de los malos viven después de la muerte, pero en desgracia eterna.

1 Samuel 2; 8
Levanta del polvo al pobre, del muladar levanta al necesitado para hacerlos sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor; pues las columnas de la tierra son del SEÑOR, y sobre ellas ha colocado el mundo.

Ana puede regocijarse porque está en manos de un Dios soberano que decide en última instancia sobre nuestras vidas. El muladar, montón de excrementos de caballos, vacas o camellos, puesto al sol a secarse, para ser usado como combustible, que era, y todavía es, uno de los lugares más comunes donde se congregaban los limosneros más pobres; y el cambio hecho en la posición social de Anna, parecía a su agradecido corazón tan favorable y tan grande, como la elevación del pobre mendigo despreciado al puesto más alto y digno.
Vivir en un mundo donde la amenaza de un holocausto nuclear siempre está presente y donde el mal abunda puede hacernos olvidar que Dios es soberano sobre todas las cosas. Ana vio a Dios (1) sólido como una roca; (2) como uno que ve lo que hacemos; (3) soberano sobre todos los asuntos de la gente; y (4) el juez supremo que administra justicia perfecta. Recuerde que el control soberano de Dios nos ayuda a poner en perspectiva los hechos del mundo y las circunstancias personales.
¡Maranata!¡Sí, ven Señor Jesús!