} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 01/01/2015 - 02/01/2015

viernes, 30 de enero de 2015

SOMOS OBRA DE DIOS


Cada día, por la gracia de Dios, me concede conocer más de su Palabra  y el tiempo para estar escudriñando sin descanso como si cada día fuera el último. Cuánto tiempo malgastado en mi vida alejado de la Palabra de Dios en la Biblia sin escuchar las riquezas que encierra en su escritura para vivir como es digno, obedeciendo a Dios. ¿Cómo vamos a obedecer si no dedicamos tiempo a conocer sus  enseñanzas? Es lógico que nuestra rebeldía y desobediencia traiga consecuencias a nuestras vidas, viviendo como a nosotros mejor nos parece. 
 Me llaman poderosamente la atención los siguientes versículos:
Salmo 138:8  Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.

Salmo  139:13  Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 14  Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;  Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien.

Filipenses1:6  estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;
Efesios 2:10  Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Juan 1:12  Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13  los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Jeremias 1:5  Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

1Pedro 5:10  Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

Todos soñamos y hacemos planes para el futuro y la mayoria de las veces trabajamos arduamente para ver que esos sueños y planes se vuelvan realidad. Pero para hacer lo mejor de esta vida, debemos incluir los planes de Dios en los nuestros. Solo El sabe lo mejor para nosotros. Solo Dios puede cumplir su propósito en nosotros. Cuando hagamos planes y soñemos, hablemos con Dios acerca de ello. Dios es Omnipresente, está en todas partes. Debido a que es así,  nunca nos podremos apartar de su Espíritu. Estas son buenas nuevas para los que conocemos y amamos a Dios pues no importa lo que hagamos ni a dónde vayamos, nunca estaremos lejos de la presencia consoladora de Dios. El carácter de Dios está dentro de la creación de cada persona. Somo hechura suya; un poema donde queda la huella de Dios Creador, a imagen suya.  Cuando creamos que no valemos nada o hasta comencemos a odiarnos, recordemos que el Espíritu de Dios está listo y dispuesto a trabajar en nosotros para hacer que niestro carácter sea todo lo que Dios desea. Debemos tener tanto respeto por nosotros mismos como lo tiene nuestro Hacedor. Y cuando el enemigo susurre al oído, sus insidias, para chinchar, hagámosle frente con la Palabra, diciéndole: Escrito está, que la obra que Dios ha comenzado en mí la perfeccionará por el resto de mi vida.

El Señor que nos formó sabe para qué servicio y propósito particular nos concibió. Sin embargo, a menos que nos santifique por su Espíritu que nos crea de nuevo, no seremos aptos para su santo servicio en la tierra ni para la santa dicha del cielo. Muchas veces somos nosotros que por naturaleza rebelde y desobediente impedimos se cumplan los planes de Dios en nuestras vidas. Otras veces estorbamos su planes ciando no prestamos atención a su Palabra en la Biblia. En muchas otras somos cristianos estancados durante muchos años, sin avanzar lo más mínimo en absoluto; sin poner los talentos recibidos a trabajar, los guardamos para nosotros impidiendo que por gracia desarrollemos el carácter cristiano que nos identifica con Cristo.  Cuantos llevan 40 o 50 años en el mismo estado desde que nacieron de nuevo. No son serviciales, no participan; se creen muy espirituales nada más.
Nos conviene pensar con humildad de nosotros mismos.   Aunque el sentido de nuestra propia debilidad e insuficiencia debiera hacernos humildes acerca de nuestro trabajo, no debe hacernos retroceder cuando Dios nos llama. Los que tienen mensajes que entregar de parte de Dios no deben temer el rostro del hombre cuando sobre él recaigan las miradas de aquellos que reciben su testimonio.
Por una señal el Señor dio a Jeremías el don según era necesario. El mensaje de Dios debe ser entregado en sus propias palabras, no en las que cada uno de nosotros formulemos o pensemos en nuestra mente. Sea lo que sea que piensen los sabios o políticos del mundo, la seguridad del mundo se decide según el propósito y la palabra de Dios.  Aunque el Señor es alto, tiene respeto por todo pecador bajo y abatido que le implora su Misericordia; pero el orgulloso e incrédulo será echado de su bendita presencia. Los consuelos divinos tienen suficiente en sí para revivirnos, por la gracia de Dios, aunque andemos en medio de problemas o cualquier circunstancia nos aprisione. Y Dios salvará a su pueblo, para que sea revivido por el Espíritu Santo, el Dador de vida y santidad.
Si damos a Dios la gloria por su Misericordia, podemos recibir el consuelo, la gracia que nos capacita. Lo bueno que hay en nosotros es Dios, que obra en nosotros así el querer como el hacer, ya que las sendas de buenas obras ya fueron creadas por Dios y puestas ante nuestras narices para que andemos por ellas, porque eso agrada y glorifica a Dios. Vemos que Dios no obliga a nadie a transitar por ellas, ni a realizar las buenas obras. Cuantas personas no reciben el llamado del Señor; y aún los llamados tenemos libertad para obedecer o no. El Señor perfeccionará la salvación de todo creyente verdadero y nunca abandonará a los que ha creado en Cristo Jesús para buenas obras.
Perfeccione quiere decir su progreso hacia la perfección. Afirme se refiere a la cura de nuestra natural ligereza e inconstancia. Fortalezca tiene que ver con el crecimiento de las virtudes, especialmente en las que estamos más bajos y débiles. Establezca significa fijarse sobre un fundamento firme, roca firme, a aquel que es el fundamento y fuerza del creyente, Cristo.  
 La conservación y el crecimiento en el amor cristiano, y en el afecto mutuo, no es cuestión de un saludo vacío, sino la marca y signo de Jesús sobre sus seguidores. Otros pueden tener una falsa paz por un tiempo, y los malvados pueden desearla para sí mismos y para sus iguales; pero la de ellos es una vana esperanza, y llegará a nada. En Cristo se encuentra una paz sólida, la cual fluye de Él.
Cuando sufrimos, sentimos a veces como que el dolor nunca terminará.  Todos los seguidores fieles de Dios, sin embargo, tenemos asegurada una vida eterna con Cristo donde no habrá sufrimiento.
Seguridad consoladora de que Dios al fin “perfeccionará” su obra de “gracia” en nosotros cuando hayamos pasado las necesarias aflicciones previas.  Sólo velad vosotros y resistid al enemigo: Dios hará lo demás  de toda gracia. El Dios a quien, en gracia cumple lo que en gracia comenzó. Desde el principio “os”  llamó para su eterna gloria. El no dejará fracasar su propósito antes de terminarlo. Si cumple su propósito en el castigo, cuánto más en la gracia. Las tres cosas se coordinan bien: el llamamiento, la gloria a la que son llamadas, y el camino; la cuarta es la base del llamamiento, a saber, la gracia de Dios en Cristo.  
El griego dice que “él mismo os perfeccionará”: aunque os toca velar y resistir al enemigo, Dios mismo debe en verdad hacerlo todo en vosotros y por medio de vosotros. El mismo Dios que comienza debe él mismo terminar la obra. El griego por “confirmar” (afín de ser “firmes” en la fe) se halla en Lucas 22:32 pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
 “Confirma a tus hermanos”, palabras que Pedro tiene ahora en la mente. Su exhortación concuerda con su nombre de Podro, “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia”.  

No podemos ver a Dios, pero Él puede vernos. El salmista no desea irse del Señor. ¿Adónde puedo ir? En los rincones más distantes del mundo, en el cielo o en el infierno, no puedo escapar de tu alcance. Ningún velo puede taparnos de Dios; ni siquiera la oscuridad más densa. Ningún disfraz puede salvar a una persona, o evitar que un hecho sea visto a la verdadera luz por Él. Los acosos secretos del pecado son tan abiertos ante Dios como las villanías más francas. Por otro lado, el creyente no puede ser quitado de la presencia consoladora y sostenedora de su Amigo Omnipotente. Si el perseguidor le quita la vida, su alma ascenderá muy presta al cielo. La tumba no puede separar su cuerpo del amor de su Salvador, que lo levantará como cuerpo glorioso. Ninguna circunstancia externa puede separarlo de su Señor. Mientras esté en la senda del deber, puede estar feliz en cualquier situación por el ejercicio de la fe, la esperanza y la oración por la gracia de Dios derramada en cada uno de nosotros.




lunes, 26 de enero de 2015

¡¡SEÑOR, ABRE LOS CORAZONES!!


Cuando por la gracia de Dios, nos permite acercarnos a su Palabra en la Biblia, recibimos su enseñanza dentro de nuestro corazón ansioso de conocer cada día un poco más de lo que el Espíritu Santo nos muestra, abriendo nuestro entendimiento para llevarlo a la vida diaria.
Para mi es un privilegio poder trabajar y estar escuchando la sana doctrina a través de las grabaciones de los estudios bíblicos de los ancianos de la Iglesia Evangélica Bonhome de Ourense o bien directamente de mi smarphone que cuenta con la aplicación de la Biblia para escucharla en diferentes versiones como: La Biblia de la Américas, Traducción Lenguaje Actual, Palabra de Dios para Todos, Dios habla Hoy, Nueva Versión Internacional, Reina Valera 1960, Reina Valera 1995, Reina Valera Antigua entre las que más suelo escuchar. Hay otras muchas en inglés, pero lamento no saber ese idioma. La riqueza del lenguaje permite ver con mayor claridad cada versículo, como si fuera viviendo en mi mente lo que se narra.
Le doy gracias a Dios por ser tan generoso conmigo y abrir mi corazón para que auxiliado por su Espíritu pueda guardar su Palabra para hablar y dar testimonio del poder de transformación que lleva a cabo en mi vida.
Podemos ver a la luz de la Biblia como a una mujer de Macedónia, de nombre Lidia, el Señor abre su corazón para que estuviera atenta a Pablo, quien hablaba por el poder del Espíritu Santo, recibiendo ella la enseñanza del Espíritu para ser nacida de nuevo. Lo vemos en Hechos 16; 14:
 14  Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.
  
 El rumbo de los hombres de Dios y su labor por medio de  la gracia están sometidos  a la conducción y dirección del Señor. Debemos siempre que hablemos o escribamos de la Palabra de Dios, pedir al Señor que nos ayude con su gracia capacitante para que siempre sean sus palabras y no las nuestras; por muy buenas intenciones que tengamos debemos someternos y creer que es para mejor.
La gente necesita mucha ayuda para sus almas y es nuestra obligación como cristianos hablar el Evangelio de Jesús, la Buena Nueva, de que Cristo vino a cumplir su misión, morir por ti y por mi, para que POR FE y SOLO POR FE en JESUCRISTO ser salvados del infierno.  Si eres de los que prefieren quedarse en casa evitando dar testimonio ¿qué clase de cristiano eres? Jesucristo ordenó predicar y testificar su Evangelio hasta los confines de la tierra. La obediencia requiere acción inmediata, estar dispuestos a proclamar la fe. Pero primero hay que comenzar en tu hogar, sin ir más lejos.
Recuerdo que cuando comencé con mi negocio de verdes decorativos, empecé la venta aquí en la ciudad de Orense y después fui ampliando el radio de acción recorriendo la mayor parte de las provincias españolas para ampliar clientes.
Un producto no se puede exportar más allá de tu provincia si primero no lo acepta el entorno.
Cuando hablemos o escribamos de la Biblia, debemos pedir primero auxilio al Espíritu Santo para que nos guíe en todo aquello que debemos decir o escribir, limitándonos exclusivamente a trasmitir lo que recibimos. Si, sólo ser meros instrumentos. Imaginaos que somos como una manguera que llevamos el agua a las plantas. No somos el agua, la Palabra, somos la manguera y las plantas son las almas sedientas de conocer a Jesús. Lo que demuestra que la inclinación del corazón hacia la verdad no se origina en la voluntad del hombre. La primera disposición de inclinarse hacia el evangelio es una obra de gracia.” Estar atentos a la verdad es tanto: aquella especie de atención que consiste en tener toda la mente absorta en ella, para compenetrarse de ella y entender su vital carácter salvador.
  Cuando sabes que Jesús te ha regalado la vida eterna, la paz, el gozo y la alegría que llevas dentro parece quieren salir para comunicar a viva voz al mundo lo que Dios ha hecho en tu vida; no puedes permanecer callado y quieres que muchas más personas se beneficien de su perdón, para salvación. La Palabra de Dios ubica a cada uno, la obra, el poder y la gracia provienen de Dios, por lo tanto todo el Honor y la Gloria son de Él.
 Es que ya sería el colmo qué, preparando Dios de antemano ese camino para que anduviéramos en él, encima quisiéramos colocarnos una medalla al trabajo. Cuando Dios nos llama hacer algo debemos cumplirlo con presteza. No podemos disculparnos diciendo tenemos un negocio que administrar, o poner excusas porque ¿no tenemos también un Dios que servir, y almas que cuidar? Cuando uno quiere haya tiempo para aprovechar las ventajas para su alma.


  La Palabra de Dios no nos saca de nuestros negocios en el mundo, pero nos dirige en ellos. El orgullo, el prejuicio y el pecado dejan fuera las verdades de Dios hasta que su gracia nos hace camino en el entendimiento y los afectos; solo el Señor te puede abrir el corazón para que recibas y creas su palabra. Debemos creer en Jesucristo; no hay acceso a Dios como Padre sino por el Hijo como Mediador.

sábado, 24 de enero de 2015

SUSCEPTIBLES DE SER INSTRUIDOS


Solamente a un hombre se le designa en la Biblia como alguien próximo al corazón de Dios; el hombre que disfrutó de dicha tan grande fue David, el rey de Israel. A David se le recuerda más bien como un hombre muy pecador; cometió adulterio, mató a otros, mintió, traicionó a su nación, cometió varios errores de juicio, no se desempeñó como un administrador excelente y, finalmente, ni siquiera pudo atender adecuadamente su hogar. Y, no obstante, Dios dijo de él, «He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que quiero». Casi siempre que leemos acerca de David, está haciendo algo equivocado; sin embargo, Dios elogió lo esencial de su liderazgo. ¿Cómo se explica esto? La respuesta reside en el hecho de que después de cada error David se arrepintió; y algo igualmente importante: aprendió de sus propios errores. No solamente fue humilde y se mostró capaz de aprender, sino que escuchó a sus críticos, así como a sus enemigos. Y por encima de todo, prestó atención y oyó a los profetas de Dios. Esta disposición a recibir enseñanza es el rasgo de carácter que movió a Dios a clasificar al rey David como el mejor de los líderes de Israel.
Así  tendríamos que ser cada uno de nosotros, para eso necesitamos pedir ayuda al Señor para que nos capacite para obedecerle, acudiendo en todo momento a su Palabra para entender como vivir conforme a su Voluntad.
Cuantas veces a lo largo del día nos acordamos de lo que hemos escuchado en la última lectura de la Biblia. Digo bien, escuchado. Porque no es sólo leer los versículos escritos por hombres inspirados por el Espíritu Santo; es más que eso, es oir la voz de Dios dirigida a ti en el momento preciso, guiándote allí donde encontrarás conocimiento. Los minerales más preciados se esconden en las entrañas de la tierra, que debe ser horadada para sacarlos a la luz. Las riquezas de la Palabra de Dios, se encuentran escondidas y sólo por la gracia de Dios, eres empujado a encontrarlas, siempre con la guía del Espíritu. No es de extrañar que cuando comienzas a gustar semejantes manjares, te conviertas en un asiduo al banquete del saber, preparado para ponerlo en acción. Sólo así, desgustándolo, encuentras el beneficio para aplicarlo en la vida.
Con la ayuda del Señor, me gustaría reflexionar sobre estos versículos que he leido en Hechos 13; 15-16:
 Y después de la lectura de la ley y de los profetas, los principales de la sinagoga mandaron a decirles: Varones hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad 16  Entonces Pablo, levantándose, hecha señal de silencio con la mano, dijo: Varones israelitas, y los que teméis a Dios, oíd

Cuando nos reunimos para adorar a Dios debemos hacerlo no sólo con oración y alabanza, sino para leer y oír la palabra de Dios. El centro de toda exposición tiene que ser sobre el arrepentimiento, el Evangelio de Jesús, su Obra, su Sacrificio en la Cruz, el Perdón de los pecados y su Resurrección. No basta con la sola lectura de las Escrituras en las asambleas públicas, ellas deben ser expuestas y se debe exhortar a la gente con ellas. Esto es ayudar a que los oyentes hagan lo necesario para sacar provecho de la palabra, para aplicarla a sí mismos según sus necesidades. El tiempo que dediquemos a escuchar o estudiar la Palabra de Dios en la Biblia, será de tanta bendición en nuestra vida, que su fruto no tardará en brotar.
  Toda opinión, no importa cuán breve o débil sea, sobre los tratos del Señor con su Iglesia, nos recuerda su misericordia y paciencia, y la ingratitud y perversidad del hombre, lo engañoso de su corazón, que nunca es fiel ni fiable; por eso hacemos bien en poner nuestra confianza en el Señor Jesús, para que  derrame y nos conforte  con su gracia vivificante.
Pablo va desde David al Hijo de David, y demuestra que este Jesús es su Simiente prometida; el Salvador que hace por ellos, sus peores enemigos, lo que no podían hacer los jueces de antes, para salvarlos de sus pecados. Cuando los apóstoles predicaban a Cristo como el Salvador, distaban mucho de ocultar su muerte, tanto que siempre predicaban a Cristo crucificado.
Pero hoy, en muchos sitios se predica y presenta a un Cristo muy distinto al de la Biblia; es más, incluso hay religiones sectarias que lo presenta nada más que como un ser superior; como un ángel poderoso. Incluso la iglesia romanista, le ha quitado el papel principal para suplantarlo por otros mediadores cuyos cuerpos fueron pasto de la corrupción por los gusanos. Otros niegan la resurrección de Jesús, y le atribuyen falsas situaciones, como que se había casado, etc. Basta pronunciar el nombre de Jesús para que todo el mundo oculto de maldad se ponga nervioso y su órbita de acción afecte a la humanidad incrédula. Ningún otro es tan atacado y blasfemado como Jesús. Se puede ver claramente el efecto que su nombre produce, cuando le hablas a alguien de Él. Puedes intentar invitar a tus conocidos o vecinos a leer la Biblia en tu casa y verás que nadie acepta; pero ahora invítales a hablar de filosofías orientales o de algo intrascendente, tele, futbol  etc, y verás como se apuntan todos.
La simplicidad y la falta de prioridades en la vida de muchos, no les permite ver más allá de esta vida efímera. No debe decaer nuestro ánimo, e insistir con la Palabra de Dios que es para Vida, apartados de la esclavitud del pecado que es para muerte.
Nuestra completa separación del pecado la representa el que somos sepultados con Cristo. Pero Él resucitó de entre los muertos y no vio corrupción: esta es la gran verdad que hay que predicar en todo momento y lugar.



viernes, 23 de enero de 2015

LA LLAMADA DEL ESPÍRITU SANTO




Nadie puede dudar, mejor dicho ningún cristiano genuino puede poner en duda el poder del Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, y la gracia capacitante que opera en los nacidos de nuevo para modelarnos según la Voluntad de Dios Padre. Para llevar a cabo la Gran Comisión son necesarios hombres de Dios “tocados” por el Señor para esa misión. Dios conoce nuestros corazones y sabe quienes son válidos para su obra. La elección además derrama la gracia capacitante necesaria para lanzarse a la predicación del Evangelio de Jesús. Me llama sobremanera la atención como se produjo la elección de aquellos que iban a emprender el primer viaje misionero. Podemos verlo en Hechos 13; 1-3

 1  Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo.
 2  Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.
 3  Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.

 Qué equipo tenemos aquí! Vemos en estos nombres que el Señor levanta instrumentos para su obra de diversos lugares y estados sociales; el celo por su gloria induce a los hombres a renunciar a relaciones y perspectivas halagadoras para fomentar su causa. Abandonan trabajos muy bien remunerados con espectativas de ascenso, para adentrarse por selvas y caminos llenos de peligros; pero como dicen la mayoría: “Cuando sientes la llamada obedeces sin rechistar”. Son movidos por el Espíritu a predicar allí donde son guiados. Los ministros de Cristo están capacitados y dispuestos para su servicio por su Espíritu, y se les retira de otros intereses que les estorban. Los ministros de Cristo deben dedicarse a la obra de Cristo y, bajo la dirección del Espíritu, actuar para la gloria de Dios Padre. Son separados para emprender trabajos con dolor y no para asumir rangos.
Buscaron la bendición para Pablo y Bernabé en su presente empresa, para que fuesen llenos con el Espíritu Santo en su obra. No importa qué medios se usen o que reglas se observen, solo el Espíritu Santo puede equipar a los ministros para su importante obra, y llamarlos a ella.
 El nexo común de estos cinco hombres fue su gran fe en Cristo. Nunca debemos excluir a aquel que Cristo llama para seguirle.
 La iglesia apartó a Pablo y Bernabé para la obra que Dios tenía para ellos. Apartar significa separar con un propósito especial. Nosotros también debemos dedicar a nuestros pastores, misioneros y obreros cristianos para sus tareas. Podemos también dedicarnos con nuestro tiempo, dinero y talentos para la obra de Dios. Preguntemosle a Dios qué quiere que le dediquemos al Señor; Él conoce mejor que nadie para que podemos servir en su Plan Divino.

  Este fue el comienzo del primer viaje misionero del apóstol Pablo. La iglesia se involucró al enviar a Pablo y Bernabé, pero el Plan era de Dios. ¿Por qué Pablo y Bernabé fueron a esos lugares?   El Espíritu Santo los condujo.   Siguieron las rutas de comunicación del Imperio Romano, esto facilitó el viaje.   Visitaron poblaciones clave y centros culturales para alcanzar tanta gente como fuera posible.   Fueron a las ciudades con sinagogas, hablando primero a los judíos con la esperanza de que vieran a Jesús como el Mesías y que ayudaran a esparcir las buenas nuevas a todos.

 Aunque el cristianismo ya se había extendido más allá de los confines de Palestina, la iglesia siguió siendo aún ajena a todo esfuerzo misionero formal. Los acontecimientos casuales, en particular la persecución en Jerusalén (Hechos 8:2), hasta aquí habían contribuído a la difusión del evangelio. Pero fué desde Antioquía de donde fueron enviados primero doctores que fuesen con el propósito definido de extender el cristianismo y de constituir iglesias con sus instituciones regulares (Hechos 14:23).
  Había profetas y doctores: lo que sugiere que había otros más que los aquí mencionados estaban en la iglesia de Antioquía como profetas y enseñadores. Simón  Niger del cual nada se sabe. A Simeón no se le menciona en ningún otro lugar de la Biblia. Algunos comentaristas especulan que puede haber sido Simón de Cirene, el hombre que llevó la cruz de Jesús. Lucio Cireneo  se le menciona en Romanos 16:21, como pariente de Pablo. Manahén nombre de uno de los reyes de Israel  (2Reyes 15:14)  que había sido criado con  (o, hermanastro de]) Herodes el tetrarca o, sea, Antipas, el cual “fue criado con cierta persona privada en Roma”.
¡Cuán distintamente resultaron estos dos hermanastros, el uno, entregado a la lujuria y manchado con la sangre del más distinguido de las profetas de Dios, pero no sin períodos de reformación y remordimiento; el otro, consagrado discípulo del Señor Jesús y profeta de Antioquía!  
Si el cortesano, a cuyo hijo moribundo nuestro Señor sanó (Juan 4:46), pertenecía al establecimiento de Herodes, y el marido de Susana (Lucas 8:3) era su procurador, el que su hermanastro llegase a ser cristiano y profeta, es cosa notable. Y Saulo el último de todos, pero pronto a llegar a ser el primero. De aquí en adelante este libro se ocupa de él casi exclusivamente; la impresión que dejó en el Nuevo Testamento, en el cristianismo y en todo el mundo es trascendental.
 La palabra denota el desempeño de deberes oficiales de cualquier especie, y se usaba para expresar las funciones sacerdotales del Antiguo Testamento. Aquí significa las ministraciones correspondientes a la iglesia cristiana.   Dijo el Espíritu Santo por medio de alguno de los profetas mencionados  apartadme así como en Romanos 1:1  por alguna comunicación, tal vez, a ellos hecha; en el caso de Saulo a lo menos, tal designación estaba indicada desde el principio (Hechos 22:21). Debemos prestar atención a que mientras  la personalidad del Espíritu Santo es manifiesta por medio de este lenguaje, su suprema divinidad aparecerá igualmente por la comparación con Hebreos 5:4.  “Los encomendaron a la gracia de Dios para la obra que habían de cumplir” con el doble llamamiento: del Espíritu primero, y luego de la iglesia. Así investidos ellos, su misión se describe como: “enviados así por el Espíritu Santo”. Este es el ordenamiento por el Espiritu Santo para todos los tiempos para enviar obreros a su obra. Los líderes de la iglesia primitiva tomaron decisiones importantes únicamente después de ayunar y de orar. En Antioquia, los profetas y maestros ayunaron y oraron en busca de la dirección de Dios para la iglesia. Y mientras esperaban en Dios, el Espíritu Santo les instruyó. Así fue cómo se inició la obra misionera, mediante la cual, finalmente, el evangelio se ha ido predicando a todo el mundo. Los líderes piadosos esperan que Dios les instruya y dote sus vidas y ministerios con el poder del Espíritu Santo. La práctica disciplinada del ayuno, y la oración constante, son medios puestos ya a prueba con ese fin, y como tales, obligatorios en las vidas de los líderes (Mateo 9:15).

  El ministerio de señales y prodigios de Pablo y Bernabé tuvo su comienzo porque los dirigentes de la iglesia oraron, ayunaron y buscaron al Señor. Después de que el Espíritu Santo mismo había llamado a estos dos hombres, los líderes pusieron las manos sobre ellos y les enviaron a la obra misionera (Hechos 13;1-14). Algún tiempo después, Pablo y Bernabé siguieron el mismo plan y viajaron de ciudad en ciudad confirmando a los discípulos y ordenando ancianos en las iglesias (Hechos 14; 22, 23). Cada ministro enviado es un intercesor de Dios que se mueve entre la superabundancia de Dios y la superabundante necesidad de la humanidad. Por consiguiente, quienes les envían deben sentirse movidos por el Espíritu Santo a través de la oración, no por sus propios espíritus, a fin de mandar hombres y mujeres a quienes Dios ha ungido y llamado a hacer la obra misionera en el mundo. Cuando la iglesia de hoy descubra el camino a seguir y haga avanzar todo el ministerio por medio de la oración, veremos de nuevo como la oposición y la incredulidad se doblegan ante nosotros. Dios confirma su Palabra con señales y maravillas.

   





   


EL TOQUE DE JESÚS


El acontecimiento más importante en la vida de una persona es, sin lugar a dudas, tener un encuentro personal con Jesús, porque desde ese momento ya nada es igual que antes.  Jesús viene a mostrarte que el camino que llevabas te dirigía a la separación eterna de Dios. Jesús restaura tu vida desde el momento en que arrepentido te rindes a sus pies, cuando caes humillado a los pies de la cruz, donde Cristo derramó su preciosa sangre para limpiar para siempre tus pecados. Desde ese momento, el más importante de tu vida, el toque de Jesús, modifica tu presente y tu futuro, borrando tu pasado. Nadie puede permanecer impasible ante su manifestación.
En la Palabra de Dios en la Biblia encontramos multitud de ejemplos que nos sirven para abrir nuestros ojos, y darnos cuenta que si no ha habido cambio alguno en nuestra vida desde ese encuentro especial con Jesús, indica que nuestro arrepentimiento no ha sido sincero. Pero veamos pasajes de la Palabra que sirvan para que reflexionemos y examinemos a la Luz de la sana doctrina en la Biblia. Así podemos comenzar en Hechos 9; 32 – 35:
 32  Pedro viajaba por muchos lugares, para visitar a los seguidores del Señor Jesús. En cierta ocasión, pasó a la ciudad de Lida, para visitar a los miembros de la iglesia en ese lugar.
 33  Allí conoció a un hombre llamado Eneas, que desde hacía ocho años estaba enfermo y no podía levantarse de su cama.
 34  Pedro le dijo: «Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama.» Al instante, Eneas se levantó.
 35  Al ver ese milagro, todos los que vivían en Lida y en la región de Sarón creyeron en el Señor Jesús.

  Cristo nos eligió como a  pacientes con enfermedades incurables según el curso natural, para mostrar cuán desesperada era la situación de la humanidad caída. Cuando éramos completamente débiles, como este pobre hombre de los versículos, Él mandó su palabra para sanarnos. Por su Misericordia se acordó de nuestras debilidades. 
 Pedro no pretende sanar por poder propio, pero dirige a Eneas a que mire a Cristo en busca de ayuda, pues conociendo las necesidades y el corazón de cada individuo obrará según su Voluntad, para ser glorificado a través de su obra. El que recibe todo honor y toda gloria es Dios Padre en el nombre de Jesús.   
Cuando alguien se quiere apropiar de un ápice de vanagloria, o presumir que por su poder se manifiesta el Señor, el tal será considerado un simonita.
Nadie diga que por cuanto es Cristo el que por el poder de su gracia, obra todas nuestras obras en nosotros, no tenemos obra que hacer, ni deber que cumplir; porque, aunque Jesucristo te haga íntegro, tú debes levantarte, y usar el poder que Él te da.
 Tenemos muchos más ejemplos en la Palabra de Dios en la Biblia, de lo que  acontece  cuando hemos recibido un toque de Jesús; diría que hay tres características fundamentales en todas las personas que hemos tenido un encuentro personal con el Señor Jesús:
La primera de ellas, es que el toque de Jesús cambia tu vida:
     En Mateo 20: 29-34  Muchos están espiritualmente ciegos, pero dicen que ven. Jesús curó a estos ciegos y cuando hubieron recibido la vista, lo siguieron. Nadie sigue ciegamente a Cristo. Primero, por gracia Él abre los ojos de los hombres, y así atrae hacia Él sus corazones. Estos milagros son nuestro llamamiento a Jesús; podemos oírlo y hacer  nuestra oración diaria para crecer en gracia y en el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo. No basta con ir a Cristo por salud espiritual, sino que, cuando estemos sanados, debemos continuar siguiéndole, para que podamos honrarle y recibir instrucción de Él.  La ceguera se consideraba un castigo de Dios por el pecado (Juan 9:2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?); pero Jesús rechazó la idea cuando se mostró dispuesto a sanar a los ciegos.
       En Marcos 10; 46-52 vemos al ciego Bartimeo como Jesús le toca con su Palabra  curándolo. Sus ojos fueron abiertos. Tu fe te ha hecho salvo: la fe en Cristo como el Hijo de David, y en su compasión y poder; no tus palabras repetidas, sino tu fe; Cristo pone a trabajar tu fe. Al ir a Cristo a pedir ayuda y salud, debemos mirarlo como el Mesías prometido. Los llamados de gracia que Cristo nos hace para que vayamos a Él, animan nuestra esperanza de que si vamos al Señor tendremos aquello por lo cual fuimos a Él. Quienes vayanos a Jesús debemos desechar el ropaje de propia suficiencia, debemos librarnos de todo peso, y del pecado que, como ropajes largos, nos asedian más fácilmente,
Los pecadores somos llamados a imitar al ciego Bartimeo. Jesús pasa por donde se predica el evangelio o circulan las palabras escritas de la verdad, y esta es la oportunidad.

La segunda es que el toque de Jesús mejora tu vida:
En Hechos 9; 34 Pedro le dijo: «Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado... El encuentro con el Señor mejora tus circunstancias espirituales y físicas. No siempre la manifestación es física, que también; tampoco son sensaciones emocionales, ni experiencias metafísicas; no, es más simple por el poder de Dios. La mejoría se produce porque nacen los frutos de justicia; si robabas dejas de robar; si adulterabas dejas de hacerlo y respetas a tu esposa; si holgazaneabas comienzas a buscar trabajo; la soberbia deja paso a la humildad; los deseos carnales y pasiones irrefrenables son sujetos por el dominio propio, todo ello por la gracia que emana del favor de Dios. En el siguiente pasaje del libro de Isaías podemos leer:
Isaias 61:3  a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

La tercera es que el toque de Jesús ordena tu vida:
En Hechos 9; 34   Pedro le dijo: «Eneas, Jesús el Mesías te ha sanado. Levántate y arregla tu cama.» Al instante, Eneas se levantó.
Toda la Creación, las galaxias, las estrellas han sido diseñadas y colocadas por Dios en su sitio exacto,  están bajo su cotrol y nada escapa de su Soberanía. El encuentro con Jesús revoluciona de tal manera las prioridades, que comienza a ordenar las piezas desordenadas que formaban el puzle de tu vida. A través de la Palabra de Dios en la Biblia te enseña el orden primigenio del huerto del Edén. El primer lugar en tu mente y corazón lo ocupará Dios, hasta el punto que tu dependencia sea absoluta de Él. Dios te ha creado, dado vida y Vida Eterna por su Hijo Jesucristo por gracia. Tu vida es el tiempo de Dios, es suyo; si es suyo, no  es tu vida, ni tu tiempo; dale de su tiempo, dedícaselo a Él, a escuchar su voz, a buscar su Voluntad, a estudiar su Palabra que es fuente de sabiduría.
No entiendo y cada vez me cuesta más comprender como puede una persona que se dice cristiana, sacar tiempo para asistir a actividades del mundo para mayores, y no tienen tiempo para conocer más de la Palabra de Dios en la Biblia. Otros que acuden, enmudecen y tan siquiera participan en los cultos de oración. La salvación no se hereda por haber nacido en una familia evangélica; ni se trasmite de generación a otra por los genes. Una semilla cuando germina, necesita ser cuidada, regada y alimentada para que se desarrolle fuerte y sana, para que cuando lleguen las enfermedades, sus efectos sean los menores posibles. Si con el paso del tiempo descuidamos esa planta que se ha convertido en árbol, y no podamos aquellas ramas muertas y aireamos su copa, ocurrirá que habrá una maraña de ramas que impedirán se oxigene en codiciones y sea un foco de enfermedades, que puedan poner en peligro su supervivencia. Así entiendo que ocurre en la vida espiritual de una persona. Sé lo que es pasar por ese “desierto o estancamiento” espiritual y veo a mi alrededor quién está cayendo en el mismo error. Ojalá esta reflexión sirviera para que se sintieran aludidos, no por criticarlos sino para restaurarlos y volvieran a su primer amor, como cuando nacieron de nuevo, cuando recibieron el toque de Jesús.
En segundo lugar, tu ayuda idónea, la esposa o el marido que Dios ha puesto ante ti; amor, respeto, fidelidad, comprensión...es lo que como cristianos Dios espera de nosotros.
 En tercer lugar, los hijos. Ellos no aprenderán por tus palabras, sino a través del ejemplo que reciban en casa. Seamos testimonio hacia ellos con nuestro ejemplo de vida tal y como nos enseña la Biblia. Practiquemos la oración a diario; demos gracias de forma conjunta por los alimentos, por la salud, por los dones que Dios en su gracia nos concede y pidámosle abra nuestro entendimiento, nos conceda sabiduría para obedecer su Palabra en nuestras vidas. Que nuestros hijos sean partícipes de esas oraciones y alabanzas. Serán el mejor legado que les podamos dejar.
Y así podría seguir con la Iglesia local, el trabajo, la familia de la fe, la familia de la carne, los vecinos etc.
El toque de Jesús trae el Reino de Dios a tu corazón, produciendo en ti la necesidad de estar a cuentas con Dios; es decir limpio para poder estar en su presencia; limpiando cada día los pies del polvo que se pega al caminar por los senderos de esta vida, en la Fuente de agua, en Jesús, para poder acercarnos a su Presencia, escuchar su voz y auxiliados por su gracia, obedecerla y ponerla en practica en nuestras vidas.
Padre Eterno, pon orden en nuestras vidas, en nuestro tiempo, en nuestras mentes, en nuestros corazones y en nuestros espíritus. En el nombre de Jesús. Amén.


martes, 20 de enero de 2015

LA ELECCIÓN DE LA GRACIA


En la versión Traducción Lenguaje Actual de la Palabra de Dios en la Biblia podemos leer y entender con mayor facilidad muchos pasajes. La riqueza del lenguaje original en que fue escrita la Biblia, nos permite conocer con más profundidad el significado y mensaje que Dios nos revela. A través de otras versiones fieles al original, obtenemos una visión más amplia de ese conocimiento. Veamos en Romanos 11; 13-21:
 13  Lo que voy a decir ahora es para ustedes, los que no son judíos. Dios me ha enviado para trabajar entre ustedes, y para mí esa tarea es muy importante.
 14  Espero que con esto algunos de mi país se pongan celosos de ustedes, y así Dios pueda salvarlos también a ellos.
 15  Pues si Dios, al rechazar a los judíos, aceptó al resto de la humanidad, ¡imagínense cómo será cuando los judíos sean aceptados! ¡Los que ahora viven como muertos tendrán vida eterna!
 16  Si alguien le ofrece a Dios el primer pan que hornea, en realidad le está ofreciendo toda la masa con que hizo el pan. Si a Dios se le ofrecen las raíces de un árbol, entonces también las ramas del árbol le pertenecen.
 17  Cuando Dios rechazó a algunos judíos, y a ustedes los aceptó en su lugar, ustedes llegaron a formar parte del pueblo de Dios, y así recibieron la vida eterna.
 18  Pero no vayan a creerse mejores que los judíos que fueron rechazados. Recuerden que ustedes han recibido esa vida gracias a ellos, y no ellos gracias a ustedes.
 19  Tal vez piensen que ellos fueron rechazados para que ustedes fueran aceptados en el pueblo de Dios.
 20  Y es verdad. Pero ellos fueron rechazados por no confiar en Dios, y ustedes fueron aceptados solamente por confiar en él. Así que no se pongan orgullosos; más bien, tengan cuidado.
 21  Si Dios rechazó a los judíos en general, también podría hacer lo mismo con ustedes.

El evangelio es la riqueza más grande en todo lugar donde estemos. Por tanto, así como el justo rechazo de los judíos incrédulos fue la ocasión para que una multitud tan inmensa de gentiles se reconciliara con Dios, y tuviera paz con Él, la futura recepción de los judíos en la Iglesia significará un cambio tal que se parecerá a la resurrección general de los muertos en pecado a una vida de justicia.
Abraham era la raíz de la Iglesia. Los judíos eran ramas de este árbol hasta que, como nación, rechazaron al Mesías; después de eso, su relación con Abraham y Dios fue cortada. Los gentiles fuimos injertados en este árbol en lugar de ellos, siendo admitidos en la Iglesia de Dios. Hubo multitudes hechas herederos de la fe, de la santidad y de la bendición de Abraham.
 El estado natural de cada uno de nosotros es ser silvestre por naturaleza. La conversión es como el injerto de las ramas silvestres en el buen olivo. El olivo silvestre se solía injertar en el fructífero cuando éste empezaba a decaer, entonces no sólo llevó fruto, sino hizo revivir y florecer al olivo decadente. (RV60)
Los gentiles, de pura gracia, fuimos injertados para compartir las ventajas. Por tanto, debemos cuidarnos de confiar en nosotros mismos y en toda clase de orgullo y ambición; no vaya a ser que teniendo sólo una fe muerta y una profesión de fe vacía, nos volvamos contra Dios y abandonemos sus privilegios. Si permanecemos es absolutamente por la fe en Jesucristo y su gracia santificadora; somos culpables e incapaces en nosotros mismos y tenemos que ser humildes, estar alertas, temer engañarnos con el yo, o de ser vencidos por la tentación. No sólo tenemos que ser primero justificados por fe en Cristo Jesús, pero debemos mantenernos hasta el final en el estado justificado sólo por fe, aunque por una fe que no está sola sino que obra por amor a Dios y el hombre, con el auxilio del Espíritu Santo que nos ayuda, cuando en nuestro cansancio sentimos demasiada carga.

 Dios escogió a los judíos para que a través de ellos el resto del mundo hallara salvación. Sin embargo, esto no significaba que toda la nación judía sería salva, sino que quienes fueran fieles a Dios (el remanente) se considerarían verdaderos judíos   Somos salvos a través de la fe en Cristo, no por ser parte de una nación, religión o familia.

¿De qué depende tu salvación?
¿Crees que se le hace más fácil a Dios amar a una persona cuando es buena?
¿Piensas allá en lo íntimo que Dios te escogió porque te lo merecías?
¿Crees que la conducta de algunos es tan mala que Dios no puede salvarlos?

 Si piensas de esta manera no has entendido bien que la salvación es gratuita. No puede ganarse, ni toda ni en parte; solo puede aceptarse con agradecimiento y alabanza. Es de gracia, un regalo de Dios. Si la gente no quiere oír las buenas nuevas de Dios, al final no podrán entenderla, su mente y corazón tendrán un velo que impedirá puedan ver eñl Reino de Dios.  

  Pablo soñaba con una iglesia en la que judíos y gentiles se unieran en amor a Dios y en obediencia a Cristo. A la vez que respetaban la Ley de Dios, mirarían solo a Cristo para alcanzar salvación. La raza y el nivel social de la persona sería irrelevante (Gálatas 3: 28   Así que no importa si son judíos o no lo son, si son esclavos o libres, o si son hombres o mujeres. Si están unidos a Jesucristo, todos son iguales)  porque lo importante sería la fe que depositaran en Cristo.
El sueño de Pablo aún no se ha materializado. En su tiempo muchos judíos rechazaron las buenas nuevas. Tenían la mira en su herencia étnica para obtener la salvación y no eran obedientes de corazón como los profetas del Antiguo Testamento y Pablo. Una vez que los gentiles predominaron en la mayoría de las iglesias cristianas, comenzaron a rechazar y a perseguir a los judíos. Es lamentable, pero esta práctica ha continuado a través de los siglos.
Los verdaderos cristianos no deben perseguir a nadie. Los cristianos y los judíos han hecho tanto daño a la causa de Dios a la que dicen servir que parece imposible que el sueño de Pablo se cumpla. Dios escogió a los judíos de la misma manera que a los cristianos, y sigue ocupado en la tarea de unir gentiles y judíos para formar un nuevo Israel, una nueva Jrusalén, gobernada por su Hijo.

  Al hablar a los cristianos gentiles, Pablo los insta a no sentirse superiores porque Dios hubiera rechazado a algunos judíos. La fe de Abraham se asemeja a la raíz de un árbol productivo y el pueblo judío viene a ser las ramas naturales del árbol. A causa de su infidelidad, los judíos fueron las ramas desgajadas. Los creyentes gentiles se injertaron en el árbol como olivo silvestre y ahora gentiles y judíos comparten la savia basados en la fe en Dios. Ninguno de los dos puede confiar en su herencia cultural en cuanto a la salvación.

Nadie puede comprender por completo la mente del Señor. Ninguno ha sido su consejero. Y Dios no le debe nada a ninguno de nosotros.
 Isaías y Jeremías hicieron preguntas similares para demostrar que no hay quien tenga capacidad para aconsejar a Dios ni para criticar sus caminos (Isaías 40:13  A Dios nadie le enseña nada; nadie le da consejos ni lecciones de ciencia y sabiduría.
 Jeremias 23:18 ¡Pero ninguno de esos profetas ha estado en mi presencia! ¡Ninguno de ellos ha querido oír mi voz y obedecerme!)   

    El rechazo de Israel es temporal, hasta que todos los que van a ser salvos entre los gentiles depositen su confianza en Cristo. Entonces la salvación vendrá a un mayor número de judíos, de la misma manera que ha sucedido con otros pueblos a través de los siglos; una respuesta de fe a la predicación del evangelio de Cristo.

  Si bien es cierto que en lo fundamental existen diferentes posiciones proféticas acerca del futuro de Israel, hay solamente un punto de vista bíblico con respecto a la actitud del cristiano hacia el pueblo judío. Primero, la Biblia nos llama a honrar el hecho de que, habiendo sido ellos el instrumento nacional por medio del cual la bendición mesiánica vino a la humanidad   (Génesis 12:3 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré a los que te maldigan. ¡Gracias a ti, bendeciré a todas las naciones del mundo!), «orar» con pasión sincera a favor de ellos (Romanos 10:1 Hermanos en Cristo, con todo mi corazón deseo y pido a Dios que él salve del castigo a los israelitas), y estar listos para «dar testimonio» a cualquier judío, con tanta espontaneidad y sencillez como lo haríamos ante cualquier otro ser humano (Romanos 1:16-17  16  No me da vergüenza anunciar esta buena noticia. Gracias al poder de Dios, todos los que la escuchan y creen en Jesús son salvados; no importa si son judíos o no lo son.17  La buena noticia nos enseña que Dios acepta a los que creen en Jesús. Como dice la Biblia: «Aquellos a quienes Dios ha aceptado, y confían en él, vivirán para siempre.»).
Segundo, no se puede decir que el mandato bíblico de «orar por la paz de Jerusalén» (Salmo 122:6 Por ti le pedimos a Dios: « ¡Que tengas paz, Jerusalén! »¡Que vivan en paz los que te aman! ) ha sido abrogado. Aun cuando el texto de este salmo se centra en el templo de la antigua Jerusalén, la encomienda no se debe eliminar. Aquellos que toman este texto en serio, ven el orar por «Jerusalén» como una responsabilidad de constante preocupación porque Dios extienda su mano de protección y de gracia providenciales en particular sobre la nación de Israel.
 Es sabio que los creyentes no se muestren indiferentes hacia Israel, ya que la evidencia de toda la historia demuestra que Dios no se ha olvidado de este pueblo (Romanos 11:23-24  23  Si los judíos cambian y confían en Dios, volverán a formar parte de su pueblo, pues Dios tiene poder para hacerlo. 24  Después de todo, no es lógico tomar algo de buena calidad y mezclarlo con algo de mala calidad. Si Dios los aceptó a ustedes, que no eran parte de su pueblo, con más razón volverá a aceptar a los judíos, que sí lo son.)   
Solo Dios tiene todo poder y toda sabiduría. Todos dependemos absolutamente de Dios. Él es la fuente de todo, incluyendo a nosotros mismos. Es el poder que sustenta las leyes del mundo en que vivimos. Y Dios lleva a cabo todas las cosas para la gloria de El mismo. El Dios todopoderoso merece nuestra alabanza ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.