} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 08/01/2022 - 09/01/2022

domingo, 28 de agosto de 2022

LIBRO DEL ÉXODO 2


 Capítulo 2; 11-22                    

 11  En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. 12  Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. 13  Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? 14  Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo, y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. 15  Oyendo Faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián. 16  Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre. 17  Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas. 18  Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto? 19  Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas. 20  Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma. 21  Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés. 22  Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero soy en tierra ajena.

 

           La princesa egipcia no le había ocultado el hecho de que pertenecía a la raza oprimida, ni es probable que ella le hubiera impedido el contacto con su madre adoptiva y su familia, ya sea que ella supiera o no la verdadera relación. Cuando Moisés tenía 40 años, salió a sus hermanos y miró sus cargas. Miró sus cargas como alguien que no solo se compadecía de ellos, sino que estaba resuelto a aventurarse con ellos y por ellos.  Vio un egipcio probablemente era uno de los capataces de los obreros, nativos bajo el superintendente en jefe. Estaban armados con azotes largos y pesados, hechos de una madera dura y maleable importada de Siria.  La muerte del egipcio no debe justificarse ni atribuirse a una inspiración divina, pero debe juzgarse con referencia a la provocación, la impetuosidad del carácter natural de Moisés, quizás también a los hábitos desarrollados por su entrenamiento en la corte. de Faraón. El acto implicó una separación completa de los egipcios, pero, lejos de acelerar, retrasó por muchos años la liberación de los israelitas. Cuarenta años de un entrenamiento muy diferente prepararon a Moisés para la ejecución de esa obra señalada.

     ¡Qué extraño que en el mismo lugar donde estaban sufriendo una fuerte persecución por ser hebreos, las mismas personas que la sufrían se encontraran persiguiéndose unos a otros! Se ha visto a menudo que en aquellos tiempos en que los impíos oprimían a la Iglesia de Cristo, sus propios miembros se habían separado unos de otros por disputas sobre puntos de doctrina y disciplina comparativamente no esenciales, como consecuencia de lo cual tanto ellos como la verdad se habían convertido en presa fácil para aquellos cuyo deseo era desperdiciar la herencia del Señor.  

Vio que los israelitas aún no estaban preparados para dejar su servidumbre; y que aunque Dios lo había llamado para ser su líder, su providencia aún no había abierto suficientemente el camino; y si se hubiera quedado en Egipto, habría puesto en peligro su vida. Faraón trató de matar a Moisés. Pero Moisés huyó de la presencia de Faraón. ¿Cómo se puede conciliar esto con Hebreos_11:27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.?   Muy facilmente. El apóstol no habla de este abandono de Egipto, sino de su salida final de él y de los israelitas, y de la manera audaz y valiente en que Moisés trató a Faraón y a los egipcios, sin tener en cuenta sus amenazas y las multitudes de los que perseguían a los egipcios pueblo a quien, en el nombre y la fuerza de Dios, sacó de Egipto frente a sus enemigos.

Moisés huyó a la zona de Sinaí, al este del golfo de Aqaba, en la península arábiga. Fuera del control de Egipto, Madián estaba situado sobre las rutas de caravanas de Arabia y sus habitantes, los madianitas, tenían la fama de ser mercaderes (Génesis 37:28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto). Eran descendientes de Abraham por medio de su esposa Cetura (Génesis 25:1-4 Abraham tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura, 2  la cual le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súa. 3  Y Jocsán engendró a Seba y a Dedán; e hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim. 4  E hijos de Madián: Efa, Efer, Hanoc, Abida y Elda. Todos estos fueron hijos de Cetura.), y Moisés, un levita, iba a vivir entre los suyos como hombre libre. Todavía le hacía falta aclarar algunas verdades teológicas de su herencia hebraica; y, como guía del futuro, necesitaba una orientación en el desierto. Su tiempo no había llegado todavía.

En círculos pastoriles como también en tierras desérticas, un pozo de agua juega un papel importantísimo, no simplemente en cuanto al agua viva, sino también en la vida social  y así fue para Moisés.  

 En medio de todas las tentaciones de la corte de Faraón, el corazón de Moisés latía fiel a su propio pueblo. Ni los tesoros de Egipto, ni los placeres del pecado; la atracción del amor humano, ni el glamour de la sonrisa del mundo, podrían apartarlo de su propia gente. Una luz brilló para él sobre las humildes chozas de Gosén, ante las cuales palidecían las de los palacios de Faraón. Algún conocimiento resplandeciente del Cristo prometido parece haber estado presente en su mente; y tuvo por mayores riquezas esa esperanza que los tesoros de Egipto. Hebreos 11:26 teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.

Sin embargo, tenía mucho que aprender. Por la fuerza ningún hombre puede prevalecer. La batalla no es para los fuertes, ni la carrera para los veloces. La salvación de Israel de sus miserias indecibles debe ser debida, desde la primera hasta la última, a la mano extendida de su Todopoderoso Protector. De ahí el fracaso del primer intento de Moisés. En lugar de mirar “a un lado y otro”, debe mirar hacia arriba.

Reuel su nombre y los avisos detallados en Exo. 18, prueba que él era un sacerdote del único Dios verdadero que era conocido por los patriarcas especialmente bajo el nombre de Él. Como los oficios estaban generalmente unidos en una sola persona, este sacerdote era también el gobernante de aquel pueblo, llamado los cusitas o etíopes, y como muchos otros jefes de gente pastoril en aquella edad, él todavía tenía la fe y culto del verdadero Dios. La gran mayoría de su tribu, ciertamente los que vivían más al norte y en contacto más estrecho con los camitas de Canaán, ya estaban sumidos en la idolatría. La conducta de los pastores   puede indicar que su persona y oficio fueron considerados livianamente por las tribus idólatras en su vecindad inmediata.

Los pozos se hallaban a menudo fuera de los pueblos o villas. Además de suministrar agua, servían de lugar de reunión y como mercado para las transacciones locales.

Moisés encontró refugio en Madián. Aunque se había criado y educado en la sabiduría de la corte, estuvo dispuesto a ayudar a las hijas de Reuel a que abrevaran sus rebaños. Moisés le gustaba hacer justicia y actuar en defensa de quienes veía dañados, cosa que todo hombre debiera hacer si está a su alcance. Él le gustaba hacer lo bueno; donde quiera que nos ponga la providencia de Dios, debemos desear ser útiles y tratar de serlo; y cuando no podamos hacer el bien que debemos, tenemos que estar preparados para hacer el bien que podamos.    

Los pastores ahuyentaron los rebaños de las hijas de Reuel, y no a las hijas mismas. El hecho parece ser que, mientras las hijas de Reuel llenaban los abrevaderos y traían sus rebaños de beber, los pastores los ahuyentaban y, aprovechando el trabajo de las jóvenes, abrevaban su propio ganado. Como fugitivo de la justicia egipcia, estaba descansando junto a un pozo de agua en la tierra de Madián. El solo echó a unos pastores de la zona defendiendo el derecho de unas mujeres de sacar agua. Físicamente, Moisés era un hombre bien dotado y desarrollado. Moralmente, se enojaba ante la injusticia social. Sin embargo, el tiempo de su liderazgo no había llegado todavía. Dios tuvo que templarlo, prepararlo más y darle un curso teológico especial.  

Como resultado de su acción vigorosa en defensa de los derechos de las débiles, recibió una invitación del sacerdote de comer con él. Allí Moisés obtuvo lugar para vivir, trabajar y casarse con una hija del sacerdote. Después formó una alianza estrecha y permanente con esta familia, casándose con una de las hijas, Séfora , llamada cusita, o etíope (Números_12:1 María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.), y a quien él sin duda se ganó a la manera de Jacob, por el servicio. El tubo de ella dos hijos, cuyos nombres, según práctica común, eran conmemorativos de incidentes en la historia de familia.   Gersón fue uno de ellos. Su nombre significa “un extraño ahí” para que le recordara la tierra en que había sido extranjero.


LIBRO DEL ÉXODO Capítulo 2

                         

Éxodo 2; 1-10

 

1    Un varón de la familia de Leví fue y tomó por mujer a una hija de Leví, 2  la que concibió, y dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses.3  Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 4  Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. 5  Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. 6  Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. 7  Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? 8  Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, 9  a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. 10  Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué.

 

      Cuando las cosas llegaron a su peor momento con respecto a la condición de Israel, Dios estaba preparando un libertador.

  Según Éxodo 6:20 Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años. Moisés tuvo por lo menos dos hermanos mayores nacidos antes del decreto del faraón: María, la profetisa (Éxodo 15:20 Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas.) y Aarón (Éxodo 7:7 Era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón). Moisés era levita, de la tribu que sería seleccionada para ejercer las funciones sacerdotales (Éxodo_28:1 Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo, de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón.; Levítico_1:5 Entonces degollará el becerro en la presencia de Jehová; y los sacerdotes hijos de Aarón ofrecerán la sangre, y la rociarán alrededor sobre el altar, el cual está a la puerta del tabernáculo de reunión.  ; Levítico_8:12-13 Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13  Después Moisés hizo acercarse los hijos de Aarón, y les vistió las túnicas, les ciñó con cintos, y les ajustó las tiaras, como Jehová lo había mandado a Moisés.; Josué 13:33 Mas a la tribu de Leví no dio Moisés heredad;  Jehová Dios de Israel es la heredad de ellos,  como él les había dicho.; Josué 14:4 Porque los hijos de José fueron dos tribus,  Manasés y Efraín;  y no dieron parte a los levitas en la tierra sino ciudades en que morasen,  con los ejidos de ellas para sus ganados y rebaños.); consecuentemente, los judíos interpretan que Moisés cumplía las funciones de sacerdote, profeta (Deuteronomio 34:10 Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara) y mediador.  

   Al nacimiento de Moisés, su madre, vio que era hermoso y logró esconderlo en contra del edicto del faraón. En la providencia de Dios, Moisés tuvo una madre excepcional. Demostró su sagacidad logrando ocultar la evidencia física y apagando los sonidos del llanto del niño por un período de tres meses.   El texto simplemente dice כי טיב הוא ki tob hu, que era bueno, lo que significa que no solo era un niño perfecto y bien formado, sino que era muy hermoso; de ahí que la Septuaginta traduzca el lugar, Ιδοντες δε αυτο αστειον, Viéndolo hermoso, lo que San Esteban interpreta, Ην αστειος τῳ Θεῳ, Él era agradable a Dios, o divinamente hermoso. Esta misma circunstancia fue ordenada sabiamente por la bondadosa providencia de Dios para ser un medio de su preservación. Pocas cosas interesan más al corazón que la vista de un hermoso bebé en apuros. Su belleza induciría incluso a sus padres a redoblar sus esfuerzos para salvarlo, y fue probablemente el único motivo que llevó a la princesa egipcia a cuidarlo de manera tan especial y educarlo como si fuera suyo, lo que con toda probabilidad no habría hecho si hubiera sido sólo un niño ordinario.

Un arca de juncos - תבת גמא tebath gome, un pequeño bote o canasta hecha de la caña egipcia llamada papiro, tan famosa en toda la antigüedad. Esta planta crece a orillas del Nilo y en terrenos pantanosos; el tallo se eleva a la altura de tres metros sobre el agua, es triangular y termina en una corona de pequeños filamentos parecidos a cabellos, que los antiguos comparaban con un tirso. Esta caña era de gran utilidad para los habitantes de Egipto, sirviéndoles de alimento la médula contenida en el tallo, y la parte leñosa para construir vasijas; cuyos vasos aparecen con frecuencia en piedras grabadas y otros monumentos de la antigüedad egipcia. Para este propósito, lo hicieron como juncos en paquetes, y atándolos juntos dieron a sus vasos la forma y solidez necesarias.   Plinio, lib. vi., cap. 16, toma nota de las naves papyraceas armamentaque Nili, “barcos hechos de papiro y los equipos del Nilo:” y lib. XIII, cap. 11, observa, Éxodo ipsa quidem papiro navigia texunt: “Con el papiro mismo construyen barcos de vela”. Heródoto y Diodoro han registrado el mismo hecho; y entre los poetas, Lucan, lib. iv., ver. 136: Conseritur bibula Memphitis cymba papiro, “El barco memphiano o egipcio se construye a partir del papiro en remojo”. El epíteto bibula es particularmente notable, ya que corresponde con gran exactitud a la naturaleza de la planta y a su nombre hebreo גמא gome, que significa remojar, beber.  

   Jocabed, como mujer sumamente dotada, conocía bien tanto las tradiciones semíticas bíblicas como las folclóricas de su pueblo. Según los relatos, el rey Sargón de Acad (siglo XXII a. de J.C.) fue salvado por su madre poniéndolo en una arquilla en el río Eufrates en Mesopotamia. El relato pudo haber sido lo que inspiró a la madre de Moisés a construir la arquilla suya. De todos modos, la mano de Dios obró milagrosamente

Además, Jocabed demostró sagacidad al obedecer la orden del faraón de echar al niño al Nilo. Además de ser una mujer piadosa, sagaz y preparada, es evidente que entendía bien la psicología de las mujeres egipcias. Sabía también la atracción universal de un niño, especialmente cuando llora. Siendo una mujer muy observadora, había notado la costumbre de una egipcia. A pesar de su posición real, una princesa del palacio se acercaba diariamente al ribereño barrio hebraico con sus doncellas para bañarse. Al río Nilo se le consideraba como un dios (Hapi, responsable de las inundaciones anuales que traían vida y fertilidad) en la mitología egipcia. Bañarse en él era un acto religioso.  

Con la arquilla colocada estratégicamente para que la corriente no la llevara y que la egipcia la viera, la madre puso su niña a una distancia discreta para ver lo que le acontecería. La hija del faraón vio la arquilla entre los juncos y envió a una sierva suya para que la tomase. Al abrirla, el niño comenzó a llorar, y la mujer egipcia, reconociéndolo como varón de los hebreos, tuvo compasión de él. Los egipcios consideraban tal ternura como una condición para ser aceptados en el día del juicio final. En presencia del Señor de la verdad, cada espíritu debía responder: “A nadie he afligido, a nadie he hecho llorar, a los lactantes no les he quitado la leche” (‘Ritual fúnebre’). Había un motivo especial para mencionar el sentimiento, ya que llevó a la princesa a salvar y adoptar al niño a pesar de las órdenes de su padre.

Y la hija del Faraón - Josefo la llama Thermuthis, y dice que “el arca fue llevada por la corriente, y ella envió uno que podía nadar tras ella; que quedó impresionada con la figura y la belleza poco común del niño; que ella pidió una nodriza, pero habiendo él rechazado los pechos de varias, y su hermana proponiendo traer una nodriza hebrea, se procuró su propia madre.”  

  Si la hija de Faraón fue a bañarse al río por motivos de placer, salud o religión, o si se bañó en absoluto, el texto no especifica. El escritor sagrado simplemente afirma que ella bajó al río en que el Nilo comienza a crecer; y así como las bailarinas de Egipto acostumbran ahora a zambullirse en el río cuando nace, acto por el cual testifican su gratitud por la inestimable bendición de sus inundaciones, así podría haber sido antes; y que la hija de Faraón ahora bajaba al río por una cuenta similar.

 Si las diferentes circunstancias señaladas aquí no hubieran sido puestas bajo la supervisión de una providencia especial, no hay ninguna probabilidad humana de que pudieran haber tenido un resultado tan feliz. Los padres habían hecho todo lo que la piedad, el afecto y la prudencia podían dictar para salvar a su hijo, y habiéndolo hecho, dejaron el evento en manos de Dios. Por la fe, dice el apóstol, Hebreos_11:23, Moisés, cuando nació, fue escondido de sus padres por tres meses, porque le vieron niño digno; y no temieron el mandamiento del rey. Por mandato del rey estaban obligados a hacer uso de la más prudente cautela para salvar la vida del niño; y su fe en Dios les permitió arriesgar su propia seguridad, porque no temían el mandamiento del rey: temían a Dios y no tenían otro temor.

Desde el momento en que su nodriza lo trajo a casa, comenzó su educación, y fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, quienes en el conocimiento de la naturaleza probablemente excedían a todas las naciones delante de la faz de la tierra.

Y llamó su nombre - משה mosheh, porque מן המים min hammayim, de las aguas משיתהו meshithihu, lo saqué. משה mashah significa sacar; y mosheh es la persona extraída; la palabra se usa en el mismo sentido Salmo_18:16 Envió desde lo alto; me tomó,  Me sacó de las muchas aguas., y 2Samuel 22:17 Envió desde lo alto y me tomó; Me sacó de las muchas aguas.  Qué nombre tenía de sus padres no lo sabemos; pero sea lo que sea, se perdió para siempre en el nombre que le dio la princesa de Egipto. Abul Farajius dice que Thermuthis lo entregó a los sabios Janees y Jimbrees para que lo instruyeran en la sabiduría.

Su entrenamiento y educación fueron, humanamente hablando, casi indispensables para el desempeño eficiente de su obra como líder e instructor predestinado de sus compatriotas. Moisés probablemente pasó los primeros años de su vida en el Bajo Egipto, donde residía la princesa. Sin embargo, puede haber fundamentos sustanciales para  Josefo de que participó en una campaña contra los etíopes, mostrándose así, como dice Esteban, "poderoso en palabra y obra". La educación de los príncipes era amplia y rigurosa. Todo llegaría a serle útil en los años venideros, aunque Moisés debió haber tenido un sentir de frustración durante muchos años en el exilio. La educación clásica incluía instrucción en las ceremonias y en las creencias religiosas. Los estudios legales también formaban una parte del plan de estudios. Los príncipes recibían instrucciones en el arte de escribir, en la sabiduría egipcia, en los escritos de los sumerios, en los sistemas legales asirios y babilónicos, en la medicina, en la magia, en la geografía y en la ciencia militar.

domingo, 21 de agosto de 2022

LIBRO DEL ÉXODO 1;8-22

                           

Éxodo 1; 8-22

 

8  Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José; y dijo a su pueblo: 9  He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte que nosotros. 10  Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra. 11  Entonces pusieron sobre ellos comisarios de tributos que los molestasen con sus cargas; y edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés. 12  Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. 13  Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza, 14  y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor. 15  Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16  Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17  Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. 18  Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? 19  Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas. 20  Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. 21  Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. 22  Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida.    

 

             Las expresiones en este versículo 8 son especiales y enfáticas. “Un nuevo rey” es una frase que no se encuentra en ninguna otra parte. La mayoría de los comentaristas entienden que implica que no sucedió a su predecesor en el orden natural de descendencia y herencia. Él "se levantó sobre Egipto", ocupando la tierra, al parecer, en términos diferentes del rey cuyo lugar tomó, ya sea por usurpación o conquista. El hecho de que no conociera a José implica una completa separación de las tradiciones del Bajo Egipto. Una dinastía nueva tomó el poder en Egipto, y los hebreos perdieron su posición de privilegio. Los hiksos, invasores semíticos, fueron expulsados cerca de 1570 a. de J.C., y finalmente un nuevo rey que no conocía a José llegó al trono. Posiblemente haya sido el faraón Seti I (1309-1290 a. de J.C.) el que inició una política de opresión que fue seguida por Ramsés II (1290-1224 a. de J.C).

Faraón temía que los israelitas fueran tan numerosos que pudieran organizarse y amenazar su reino. Los hizo esclavos para matar su espíritu y detener su crecimiento. La esclavitud era una práctica antigua utilizada por casi todas las naciones para "emplear" al pueblo conquistado y a otros cautivos. La medida de usar esclavos en las construcciones egipcias no era una política nueva. En Egipto el faraón era el dueño de casi toda la tierra (Gen_47:20-21 Entonces compró José toda la tierra de Egipto para Faraón; pues los egipcios vendieron cada uno sus tierras, porque se agravó el hambre sobre ellos; y la tierra vino a ser de Faraón. Y al pueblo lo hizo pasar a las ciudades, desde un extremo al otro del territorio de Egipto.), su gobierno era autocráctico, su palabra era la ley absoluta y el pueblo entero era virtualmente esclavizado. Se ha estimado que el tributo laboral usado en la edificación de la gran pirámide de Giza ocupó el trabajo forzado de 100.000 esclavos por un período de 20 años. La explotación de los oprimidos siempre fue una política de los faraones, y aun Salomón cayó en la tentación de usar el tributo laboral como una fuente de labor: la leva israelita para su grandes obras alcanzó la cifra de 30.000 hombres (1Reyes_5:13-14 Y el rey Salomón decretó leva en todo Israel, y la leva fue de treinta mil hombres, los cuales enviaba al Líbano de diez mil en diez mil, cada mes por turno, viniendo así a estar un mes en el Líbano, y dos meses en sus casas; y Adoniram estaba encargado de aquella leva.). Desgraciadamente, no ha terminado el abuso de las masas como instrumentos de producción para el beneficio de los pocos. El problema todavía está en vigor en muchos lugares del mundo.

La frontera nororiental estaba infestada por las tribus vecinas, los Shasous de los monumentos egipcios, y las naciones confederadas de Asia occidental libraron una guerra con Egipto bajo los reinados de los sucesores de Amosis. Estas incursiones fueron repelidas con extrema dificultad. En lenguaje, rasgos, vestimenta y en parte también en hábitos, los israelitas probablemente se parecían a aquellos enemigos de Egipto. Faraón probablemente tenía el ojo puesto en las opresiones que Egipto había sufrido bajo los pastores-reyes, quienes durante una larga serie de años, según Manetón, habían gobernado la tierra con extrema crueldad. Como los israelitas tenían la misma ocupación (a saber, pastores), al rey celoso y cruel le resultó fácil atribuirles los mismos motivos; dando por sentado que solo esperaban una oportunidad favorable para unirse a los enemigos de Egipto y así invadir toda la tierra.

 Los "jefes de tributos" egipcios. Eran hombres de rango, superintendentes de las obras públicas, como a menudo se representan en los monumentos egipcios, y se distinguían cuidadosamente de los superintendentes subordinados. Los israelitas fueron empleados en trabajos forzados, probablemente en destacamentos, pero no fueron reducidos a la esclavitud propiamente dicha, ni tratados como cautivos de guerra. Amosis tenía especial necesidad de tales trabajadores, como lo prueban las inscripciones.

Pithom y Raamses: La ciudad Ramesés era sin duda la capital del delta y fue edificada sobre las ruinas de la antigua capital de los hiksos, Avaris, que había sido destruida y abandonada en la batalla para expulsar a los odiados gobernantes semitas. En las excavaciones de ella, tell de San alhagar, se han hallado ruinas colosales de templos y edificios construidos por Ramsés II. Se supone que Pithom es lo que Heródoto llama Patumos. Ramsés, o más bien Ramsés (porque es la misma palabra hebrea que en Génesis 47:11    Así José hizo habitar a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramesés, como mandó Faraón, y debería escribirse de la misma manera aquí que allí), se supone que fue la capital de la tierra de Gosén, mencionada en el libro de Génesis por anticipación; porque probablemente no fue erigido hasta después de los días de José, cuando los israelitas fueron puestos bajo esa severa opresión descrita en el libro del Éxodo. La Septuaginta agrega aquí, και Ων, ἡ εστιν Ἡλιουπολις· y On, que es Heliópolis; es decir, la ciudad del sol. La misma lectura se encuentra también en la versión copta.

Algunos escritores suponen que junto a estas ciudades los israelitas construyeron las pirámides. Si esta conjetura está bien fundamentada, tal vez se intente en la palabra מסכנות miscenoth, que, de סכן sachan, atesorar, podría significar lugares donde Faraón guardó sus tesoros; y por su estructura parecen haber sido diseñados para algo de este tipo. Si la historia de las pirámides no se encuentra en el libro del Éxodo, no existe en ningún otro lugar; su origen, si no se alude aquí, se pierde en su muy remota antigüedad. Diodorus Siculus, quien ha dado las mejores tradiciones que pudo encontrar relativas a ellas, dice que no hubo acuerdo ni entre los habitantes ni entre los historiadores acerca de la construcción de las pirámides .

Josefo dice expresamente que una parte de la opresión sufrida por los israelitas en Egipto fue ocasionada por la construcción de pirámides.  

En el libro de Génesis, y en este libro, aparece con frecuencia la palabra Faraón, que, aunque muchos suponen que es un nombre propio peculiar de una persona, y por esta suposición confunden los actos de varios reyes egipcios, sin embargo debe entenderse sólo como un nombre de oficina.

Puede ser necesario observar que todos los reyes egipcios, cualquiera que sea su propio nombre, tomaron el apellido de Faraón cuando subieron al trono; un nombre que, en su acepción general, significaba lo mismo que rey o monarca, pero en su sentido literal, como ha probado ampliamente Bochart, significa un cocodrilo, que siendo un animal sagrado entre los egipcios, la palabra podría añadirse a su reyes para procurarles mayor reverencia y respeto.  

El uso del ladrillo, en todo momento común en Egipto, lo fue especialmente durante la XVIII Dinastía. Una representación exacta de todo el proceso de fabricación de ladrillos se da en un pequeño templo en Tebas, erigido por Tothmosis III, el cuarto descendiente de Amosis. Inmensas masas de ladrillo se encuentran en Belbeis, la capital moderna de Sharkiya, Gosén, y en el distrito contiguo.

Todo tipo de servicio en el campo - No meramente trabajo agrícola, sino probablemente la excavación de canales y procesos de irrigación que son peculiarmente onerosos e insalubres. Josefo dice: “Los egipcios inventaron una variedad de maneras de afligir a los israelitas; porque les ordenaron que abrieran un gran número de canales para el río, y que construyeran murallas para sus ciudades y baluartes, para que pudieran contener el río, y evitar que sus aguas se estancaran sobre sus propias orillas; también los pusieron a construir pirámides, (πυραμιδας τε ανοικοδομουντες), y los desgastaron, y los obligaron a aprender toda clase de artes mecánicas, y a acostumbrarse a trabajos forzados.” - Antiq., lib. ii., cap. ix., sec. 1

Parteras hebreas - Sifra y Puah, que se mencionan aquí, eran probablemente ciertos jefes, bajo los cuales actuaban todos los demás, y por quienes fueron instruidos en el arte obstétrico. Aben Ezra supone que no pudo haber menos de quinientas parteras entre las mujeres hebreas en este momento, pero que muy pocas eran requeridas. Esta medida atestiguó de inmediato la ineficacia de las medidas anteriores, y fue la causa directa del evento que resultó en la liberación de Israel, a saber, la exposición de Moisés. Las mujeres llevan nombres egipcios y probablemente eran egipcias.

En cuanto a la silla de parto, se refiere a la manera egipcia de dar a luz. Literalmente el texto dice sobre las piedras, y está de acuerdo con la época. El pertinente ideograma en los jeroglíficos es de dos piedras grandes, y se explica el uso de las “piedras” y su significado en “dar luz”. Era una especie de “silla” que facilitaba el alumbramiento. Todavía se emplea el sistema en algunos lugares del mundo, especialmente en el oriente. Es otra de las muchas palabras, tales como Fúa, que son de origen egipcio y llegaron a ser términos “prestados” a Israel como herencia de su larga estadía en Egipto. Como אכי significa piedra, se supone que obnayim significa un abrevadero de piedra, en el que recibían y lavaban al niño tan pronto como nacía. Jarchi, en su libro de raíces hebreas, da una interpretación muy diferente de ella; lo deriva de בן ben, hijo, o בנים banim, niños; sus palabras no deben ser traducidas literalmente, pero este es el sentido: “Cuando hagáis el oficio de partera a las mujeres hebreas, y veáis que el parto se interrumpe, si es un hijo, entonces lo mataréis. ” Jonathan ben Uzziel nos da una razón curiosa para el mandato dado por Faraón a las mujeres egipcias: “Faraón durmió, y vio en su sueño una balanza, y he aquí que toda la tierra de Egipto estaba en una balanza, y un cordero en la otra; y la balanza en que era más pesado el cordero que en que era la tierra de Egipto. Inmediatamente envió y llamó a todos los principales magos, y les contó su sueño. Y Janes y Jimbres, (2Timoteo_3:8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe). que eran jefes de los magos, abrieron la boca y dijeron a Faraón: 'Dentro de poco va a nacer un niño en la congregación de los israelitas, cuya mano destruirá toda la tierra de Egipto.' Entonces Faraón habló a las parteras, etc. ”

Pero las parteras porque sabían que Dios había prohibido el asesinato de todo tipo; porque aunque la ley aún no había sido dada, Exodo_20:13, siendo hebreos debían haber sabido que Dios había declarado desde el principio: Cualquiera que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, Genesis_9:6  El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre. Por lo tanto, salvaron a los hijos varones de todos aquellos a cuya ayuda fueron llamados.  

Las mujeres hebreas no son como las mujeres egipcias: esta es una simple declaración de lo que la experiencia general muestra como un hecho, a saber, que las mujeres, que durante todo su embarazo están acostumbradas a trabajos forzados, especialmente al aire libre, tienen comparativamente poco dolor en el parto. En este tiempo toda la nación hebrea, hombres y mujeres, estaban en un estado de esclavitud, y estaban obligados a trabajar en mortero y ladrillo, y toda clase de servicio en el campo,  y esto a la vez explica la facilidad y la rapidez de sus trabajos. Con la más estricta verdad las parteras podrían decir: Las mujeres hebreas no son como las egipcias: estas últimas andan delicadamente, no están acostumbradas al trabajo, y se mantienen encerradas en casa, por lo que tienen trabajos duros, difíciles y peligrosos; pero las mujeres hebreas son vivaces, חיות chayoth, son fuertes, sanas y vigorosas, y por lo tanto dan a luz antes de que las parteras entren a ellas. En tales casos, naturalmente, podemos concluir que las parteras rara vez fueron enviadas a buscar. Y esta es probablemente la razón por la que encontramos solo dos mencionados; como en tal estado de la sociedad podría haber muy poco empleo para las personas de esa profesión, ya que una madre, una tía, o cualquier amiga o vecina, podría proporcionar fácilmente toda la ayuda necesaria en tales casos. Los comentaristas, presionados por dificultades imaginarias, han buscado ejemplos de parto fácil en Etiopía, Persia e India, como paralelos al caso que tenemos ante nosotros; pero podrían haberse ahorrado la molestia, porque el caso es común en todas las partes del globo donde las mujeres trabajan duro, y especialmente al aire libre.  

He entrado más particularmente en este tema porque, por falta de información adecuada (quizás por un motivo peor), ciertas personas han hablado muy despreocupadamente contra este registro inspirado: “Las parteras hebreas dijeron mentiras palpables, y Dios las alaba por ello; así podemos hacer el mal para que de él salga el bien, y santificar los medios por el fin.” Ahora sostengo que no hubo ni mentira directa ni siquiera prevaricación en el caso. Las parteras declaran audazmente un hecho a Faraón (si no hubiera sido así, tenía mil medios para averiguar la verdad), y lo declaran de tal manera que convenció a su mente sobre el tema de su crueldad opresiva en por un lado, y la misericordia de Jehová por el otro. Como si hubieran dicho: “La misma opresión bajo la cual, a causa de tu crueldad, gimen los israelitas, su Dios la ha aprovechado; no sólo son fructíferos, sino que dan a luz comparativamente sin problemas; apenas tenemos empleo entre ellos.” He aquí, pues, un hecho, anunciado audazmente frente al peligro; y vemos que Dios se agradó de esta franqueza de las parteras, y las bendijo por ello.

Por tanto, Dios hizo bien a las parteras, y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera - Esto muestra una providencia y bendición especial de Dios; porque aunque en todos los casos en que las mujeres son sometidas a trabajos forzados, tienen partos comparativamente fáciles y seguros, sin embargo, en un estado de esclavitud el aumento es generalmente muy pequeño, ya que los niños mueren por falta de cuidados adecuados, las mujeres, a través de su trabajo, verse obligado a desatender a su descendencia; de modo que en los países esclavistas el ganado está obligado a ser reclutado por importaciones extranjeras: sin embargo, en el caso anterior no fue así; no hubo estéril entre sus tribus, e incluso sus mujeres, aunque constantemente obligadas a realizar sus tareas diarias, no quedaron infructuosas por ello, ni fueron arrebatadas por una muerte prematura a través de la violencia y la continuación de su trabajo, cuando incluso en el delicado situación antes mencionada.

Y se multiplicaron y se fortalecieron; y esto sucedió (ויהי vayehi) porque las parteras temían a Dios; y él (Faraón) hizo (להם lahem, masc.). ellos (los israelitas) casas; y mandó a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que naciere, etc.” Anteriormente a este tiempo los israelitas no tenían viviendas fijas, sino que vivían en tiendas, y por lo tanto tenían una mejor oportunidad de ocultar a sus hijos; pero ahora Faraón les edificó casas, y los obligó a habitar en ellas, e hizo que los egipcios los vigilaran, para que todos los niños varones pudieran ser destruidos, lo que no habría sido fácil si los israelitas hubieran continuado viviendo en su habitual dispersión.   Que las casas en cuestión no fueron hechas para las parteras, sino para los israelitas en general, el texto hebreo parece indicarlo claramente, porque el pronombre להם lahem, para ellos, es el género masculino; si se hubiera hecho referencia a las parteras, se habría usado el pronombre femenino להן lahen. Otros pretenden que haciéndoles casas, no sólo se pretenden las parteras, sino que las palabras marcan un aumento de sus familias, y que la objeción tomada del pronombre masculino no tiene peso, porque estos pronombres se intercambian a menudo. No hay duda de que Dios bendijo a las parteras, su aprobación de su conducta está estrictamente marcada; y no puede haber duda de que prosperó a los israelitas, pues se dice particularmente que el pueblo se multiplicó y se hizo muy poderoso. Pero lo más probable es que las palabras se refieran a los israelitas, cuyas casas o familias fueron edificadas por un extraordinario aumento de niños, a pesar de la cruel política del rey egipcio. ¡Vano es el consejo del hombre cuando se opone a las determinaciones de Dios! Todos los medios usados ​​para la destrucción de este pueblo se convirtieron en sus manos en instrumentos de su prosperidad y aumento. ¿Qué tan cierto es el dicho, si Dios es por nosotros, quién contra nosotros?

Como el Nilo, que aquí se pretende, era un río sagrado entre los egipcios, no es improbable que Faraón pretendiera que los jóvenes hebreos fueran una ofrenda a su dios, teniendo dos objetivos en mente:

1. Para aumentar la fertilidad del país procurando así, como él podría suponer, una inundación anual adecuada y suficiente; y

2. Para impedir un aumento de población entre los israelitas, y con el tiempo procurar su total exterminio.

Se conjetura, con mucha probabilidad, que el edicto mencionado en este versículo no se hizo hasta después del nacimiento de Aarón, y que fue revocado poco después del nacimiento de Moisés; como, si hubiera subsistido en su rigor durante los ochenta y seis años que transcurrieron entre esto y la liberación de los israelitas, no es probable que los varones de ellos fueran seiscientos mil, y todos ellos hombres efectivos.

  Según los informes posteriores de las cifras de los que salieron de Egipto, el ritmo de crecimiento de los israelitas siguió. A pesar de esto, al dar el faraón el mandato cruel de aniquilar a los niños en el Nilo, Dios dispuso que sería del mismo palacio faraónico de donde vendría el instrumento de la liberación. ¿Quién era soberano? ¿Jehová  o el faraón? ¡No únicamente la salvación, sino también la historia está  en manos del Señor!

LA VIDA DE ELÍAS X

 


1 Reyes17:19  Él (Elías) le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama

 

            Hemos de considerar ahora uno de los incidentes más notables que se registran en el Antiguo Testamento, esto es, la restauración de la vida del hijo de la viuda de Sarepta. Es un incidente desconcertante para el incrédulo; sin embargo, para el que conoce por experiencia al Señor no hay en él dificultad alguna. Cuando Pablo se defendía ante Agripa, preguntó: “¡¡Qué! ¿Se juzga entre vosotros cosa increíble que Dios resucite a los muertos? (Hechos 26:8). Ahí es donde el creyente pone todo el énfasis: en la absoluta suficiencia de Aquél con el cual trata. Recurrid al Dios vivo, y no importa lo drástica y desesperada de la situación; todas las dificultades desaparecen en seguida, porque no hay nada imposible para Él. El que implantó la vida al principio, y el que puso nuestra alma en vida (Salmo 66:9  Él es quien preservó la vida a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.), puede reavivar a los muertos.

El infiel moderno (como los antiguos Saduceos) puede burlarse de la verdad divinamente revelada de la resurrección, pero el cristiano no. ¿Por qué? Porque ha experimentado en su propia alma el poder vivificador de Dios: fue llevado espiritualmente de la muerte a la vida. Aunque Satanás inyecte dudas viles en su mente, y haga tambalear por un tiempo su confianza en la resurrección del Señor Jesús, recobrará pronto el equilibrio; conoce la bendición de aquella gran verdad, y cuando la gracia le ha librado de nuevo del poder de las tinieblas, exclama con el apóstol: "Cristo vive en mi". Además, cuando nació de nuevo, le fue plantando un principio sobrenatural en el corazón -el principio de la fe que hace que reciba la Escritura Santa con confianza plena de que es, en verdad, la Palabra del que no puede mentir, y por consiguiente, cree todo lo que los profetas dijeron.

Aquí está la razón de que lo que desconcierta y hace tropezar al sabio, sea llano y simple para el cristiano. La preservación de Noé y su familia en el arca; el paso de Israel por el Mar Rojo sin mojarse; el que Jonás sobreviviera en el vientre de la ballena, son hechos que no presentan dificultad alguna para él. Sabe que la Palabra de Dios es infalible, porque la verdad que contiene la ha verificado por propia experiencia. Al haber comprobado por sí mismo que el Evangelio de Cristo es “potencia de Dios para salud”, no tiene motivo para dudar de nada de lo que las Escrituras registran acerca de los prodigios de Su poder en el reino material. El creyente tiene seguridad plena en que nada es demasiado difícil para el Creador de cielos y tierra. No es que sea un cándido intelectual, que acepta crédulamente lo que es completamente contrario a la razón, sino que, en el cristiano, la razón es restaurada a su funcionamiento normal: asegurad que Dios es todopoderoso, y el obrar sobrenatural de Su mano es indudable para él.

. El tema entero de los milagros se reduce, así, a su factor más simple. Se ha escrito gran cantidad de jerga erudita sobre este tema: las leyes de la naturaleza, su suspensión, el actuar de Dios contrario a las mismas, y la naturaleza precisa de un milagro. Por nuestra parte, definimos el milagro como algo que sólo Dios puede efectuar. Al hacerlo así, no desestimamos el poder que Satanás posee, ni dejamos de considerar pasajes tales como Apocalipsis 16:14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. y 19:20 Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

 Al que esto escribe, le basta lo que la Sagrada Escritura afirma acerca del Señor: “Al único que hace grandes maravillas, Porque para siempre es su misericordia." (Salmo 136:4). En cuanto a las “señales grandes y prodigios” dados por los falsos cristos y los falsos profetas, su naturaleza y designio son el “engañar” (Mateo 24:24 Porque se levantarán falsos cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.), por cuanto son "milagros mentirosos” (II Tesalonicenses 2:9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos ), como también sus predicaciones son falsas. En esto descansamos: sólo Dios hace grandes maravillas; y por ser Dios, esto es lo que la fe espera de Él.

En el último capítulo nos ocupábamos de la amarga aflicción que sobrevino a la viuda de Sarepta con la muerte repentina de su hijo, y el efecto inmediato que tuvo sobre ella. Profundamente agitada se volvió a Elías y le acusó de ser la causa de su tremenda pérdida. El profeta no replicó ásperamente a la acusación dura e injusta, sino que, por el contrario, dijo con calma: "Dame acá tu hijo”. Fijémonos que no impuso sus manos sobre el muerto de modo autocrático, sino que, cortésmente, pidió que se le trajera el cuerpo. Creemos que el propósito de Elías era calmar la pasión de ella y hacer que creyera “en esperanza contra esperanza” (Romanos 4:18), como Abraham habla hecho mucho antes cuando creyó a Dios, “el cual da vida a los muertos”, por cuanto fue (en parte) en respuesta a su fe que ella recibió a su muerto por resurrección (Hebreos 11:35). "El le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama. (I Reyes 17:19). Ésta era, evidentemente, una habitación superior reservada para el uso personal del profeta, como Eliseo tenía la suya en otro lugar (II Reyes 4:10 Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él.). Se fue allí, pues, en busca de soledad, como Pedro fue a la azotea, y Cristo al huerto. El profeta debía de estar muy oprimido y desconcertado ante el hecho triste que había ocurrido a su anfitriona. Por muy rígido que fuera Elías en el cumplimiento de su deber, tenía un tierno espíritu (como los hombres así de serios tienen por regla general), lleno de benignidad y sensible a las miserias ajenas. Es evidente por lo que sigue, que Elías estaba apenado de que alguien que habla sido tan bondadoso para con él hubiera de ser tan duramente afligido cuando é1 estaba en su hospitalaria morada; y que ella pensara que era responsable de la pérdida que sufría, no haría más que aumentar su tristeza.

No debe perderse de vista que esta dispensación oscura constituyó una prueba real para la fe de Elías. Jehová es el Dios de la viuda y el galardonador de los que favorecen a Su pueblo, sobre todo de los que muestran benevolencia para con Sus siervos. ¿Por qué, pues, había de venir semejante mal sobre la que le ofrecía albergue? ¿No había venido por propio mandato del Señor como mensajero de misericordia para su casa? Es verdad, y había demostrado serlo; empero, ella lo había olvidado bajo el peso de su prueba presente, ya que ahora lo consideraba emisario de la ira, azote de su pecado, y verdugo de su único hijo. Y, peor aún, ¿no pensaría él que el honor de su Señor estaba también empeñado? ¡Que fuera escandalizado el nombre del Señor! ¿No preguntaría la viuda si es así como recompensa Dios a aquellos que favorecen a Sus siervos? Es una bendición el observar la manera como Elías reaccionó ante la prueba. Cuando la viuda preguntó si la muerte de su hijo era debida a su presencia, no se dio a especulaciones carnales, ni intentó resolver el profundo misterio que ahora tenía ante sí y ante ella. En lugar de esto, se retira a su cámara para poder estar solo con Dios y presentarle su perplejidad. Este es el curso que deberíamos seguir siempre, porque el Señor no sólo es "nuestro pronto auxilio en las tribulaciones", sino que su Palabra requiere que le busquemos primeramente, (Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.).

"Alma mía, en Dios solamente reposa” es aplicable doblemente en el tiempo de la perplejidad y la tristeza. Vana es la ayuda del hombre; sin valor las conjeturas carnales. En la hora de la prueba más aguda, el Salvador se retiró de sus discípulos, y vertió en secreto su corazón al Padre. A la viuda no le era permitido presenciar los ejercicios más hondos del alma del profeta ante su Señor. "   Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? ( 1 Reyes 17;20). Hasta entonces, el profeta no había comprendido el significado de ese misterio, pero sí sabía qué hacer ante esa dificultad. Acudió a su Dios y presentó su lamento ante Él. Buscó alivio con gran sinceridad y porfía, razonando humildemente acerca de la muerte del niño. Pero notemos su reverente lenguaje. No preguntó: ¿Por qué has infligido esta funesta disposición sobre nosotros?; sino que dijo: “Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo? (v. 20). El porqué de ello no era de su incumbencia. No podemos objetar a los caminos del Altísimo ni inquirir con curiosidad en sus consejos secretos. Bástenos saber que el Señor no se equivoca nunca, y que siempre hay un motivo por todo lo que hace; por lo tanto, debemos someternos con mansedumbre a su voluntad soberana. El preguntar "¿Por qué?” es altercar con Dios (Romanos 9:19, 20 Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?).

En las palabras de Elías a Dios hallamos, primero, de qué modo se acogió a la relación especial que el Señor sostenía con él: “Jehová Dios mío”, clamó. Ello era una apelación a su interés personal en Dios, por cuanto esas palabras son siempre la expresión de una relación basada en un pacto. Poder decir "Jehová Dios mío” es de más valor que el oro o los rubíes. En segundo lugar, buscó la razón de la calamidad en su causa original: “¿Aun a la viuda en cuya casa yo estoy hospedado has afligido? (v. 20); vio que la muerte hería por mandato divino: “¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?” (Amós 3:6). Qué consuelo cuando podemos darnos cuenta de que ningún mal puede sobrevenir a los hijos de Dios sino el que É1 les envía. En tercer lugar, alegó la severidad de la aflicción: este mal ha venido, no sólo sobre una mujer, ni siquiera sobre una madre, sino sobre una “viuda”, a quien Tú has socorrido de modo especial. Además, es aquella "en cuya casa yo estoy hospedado”: mí bondadosa bienhechora. " Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él. (1 Reyes 17; 21). ¿Era ésta una prueba de la humildad del profeta? ¡Qué notable que un hombre tan grande gastara tanto tiempo y pensara tanto en esa figura débil, y se pusiera en contacto inmediato con lo que, ceremonialmente, contaminaba! ¿Era una indicación de su propio afecto por el niño, y para mostrar cuán profundamente le habla afectado su muerte? ¿Era una muestra del fervor de su apelación a Dios, como si quisiera, si podía, poner vida en su cuerpo de la vida y el calor del suyo? ¿No parece indicarlo el hecho de que lo hiciera tres veces? ¿Era una señal de lo que Dios haría por su poder y lo que lograría por su gracia al traer a los pecadores de la muerte a la vida, con el Espíritu Santo haciéndoles sombra e impartiéndoles su propia vida? Si así es, ¿no hay aquí algo más que una indicación de que los que Dios usa como instrumentos en la conversión deben venir a ser como niños, descendiendo al nivel de aquellos a los que sirven, en vez de estar sobre un pedestal como si fueran seres superiores? " y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él” (v. 21).

 Qué prueba de que Elías estaba acostumbrado a esperar bendiciones maravillosas de Dios en respuesta a sus súplicas, considerando que nada era demasiado difícil para Él, nada demasiado grande para conceder en respuesta a la oración. Sin duda, esta petición estaba movida por el Espíritu Santo; con todo, el que el profeta esperara la restauración de la vida al niño era un efecto maravilloso de su fe, por cuanto la Escritura no dice que alguien hubiera sido levantado de los muertos antes de ese tiempo.

Recuerda, lector cristiano, que esto está escrito para nuestra instrucción y aliento: la oración eficaz y ferviente del justo puede mucho. Cuando vamos al trono de la gracia, nos allegamos a un gran Rey; así pues, traigamos peticiones grandes. Cuanto más confía la fe en el poder infinito y en la suficiencia del Señor, más honrado es Él.

sábado, 20 de agosto de 2022

LIBRO DEL ÉXODO 1; 1-7

Éxodo 1; 1-7

 

1 Estos son los nombres de los hijos de Israel que entraron en Egipto con Jacob; cada uno entró con su familia: 2  Rubén, Simeón, Leví, Judá, 3  Isacar, Zabulón, Benjamín, 4  Dan, Neftalí, Gad y Aser. 5  Todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta. Y José estaba en Egipto. 6  Y murió José, y todos sus hermanos, y toda aquella generación. 7  Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra.


            Durante más de 200 años, mientras Abraham, Isaac y Jacob vivieron en libertad, la población hebrea creció lentamente; sólo unas setenta personas entraron en Egipto. Allí, casi en la misma cantidad de años, pero bajo cruel servidumbre, se convirtieron en una nación grande. Este aumento asombroso fue en conformidad con la promesa hecha mucho antes a los padres. Aunque a veces el cumplimiento de las promesas de Dios es lento, siempre es seguro.

 Los hijos de Israel, o israelitas, fueron los descendientes de Jacob, cuyo nombre fue cambiado a Israel después que luchó con el ángel (Génesis 32:24-30  24  Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba. 25  Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba. 26  Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. 27  Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob. 28  Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. 29  Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. 30  Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel;  porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.  ).

 La familia de Jacob se había trasladado a Egipto por invitación de José, uno de los hijos de Jacob, el que llegó a ser un gran gobernador de Faraón.

La familia de Jacob creció hasta llegar a ser una gran nación. Pero, como extranjeros y recién llegados, sus vidas estaban en marcado contraste con las de los egipcios. Los hebreos adoraban a un Dios; los egipcios adoraban muchos dioses. Los hebreos eran nómadas; los egipcios tenían una cultura profundamente establecida. Los hebreos eran pastores; los egipcios eran constructores. Además de ser tan diferentes, los hebreos estaban físicamente separados del resto de los egipcios: vivían en Gosén, al norte de los grandes centros egipcios.

José ya había muerto hacía algún tiempo, como también todos sus hermanos, y todos los egipcios que habían conocido a Jacob y a sus doce hijos; y esta es una especie de razón por la que se olvidaron los importantes servicios realizados por José.

Es una noción de los judíos, que José murió antes que cualquiera de sus hermanosy lo deducen de estas palabras; pero de ahí no se sigue necesariamente que mueran unos antes que él y otros después de él; y como todos nacieron dentro de unos siete años, excepto Benjamín, todos podrían morir con poco tiempo de diferencia.

Según los escritores judíos, las fechas de su muerte fueron estas:

Rubén vivió ciento veinticuatro años, y murió dos años después de José; Simeón vivió ciento veinte años, y murió un año después de José; Leví vivió ciento treinta y siete años, y murió veinticuatro años después de José; Judá vivió ciento diecinueve años, Isacar ciento veintidós, Zabulón ciento veinticuatro, y murió dos años después de José; Dan vivió ciento veintisiete años, Aser ciento veintitrés años, Benjamín ciento once años, y murió veintiséis años antes que Leví; Gad vivió ciento veinticinco años, y Neftalí ciento treinta y tres años;

Pero aunque este relato de los judíos, de sus tiempos, y de los tiempos de su muerte, no es de fiar, sin embargo, es cierto que todos ellos murieron en Egipto, aunque no fueron enterrados allí; pero como dice Esteban, ( Hechos 7:16 ) fueron llevados a Siquem y enterrados allí, o poco después de su muerte, fueron llevados junto con los huesos de José por los hijos de Israel, cuando partieron de Egipto: y también es evidente que todos ellos murieron antes que comenzara la aflicción y opresión de los hijos de Israel en Egipto; y esta cuenta parece ser dada a propósito para señalarnos esto, estando colocada en el orden que está. Levi vivió más tiempo de todos, y la aflicción no comenzó hasta después de su muerte; y los cronólogos judíos dicen  que desde su muerte hasta la salida de los hijos de Israel de Egipto hubo ciento dieciséis años; y además observan, que no podía durar más de ciento dieciséis años, y no menos de ochenta y siete, conforme a los años de Miriam: y toda aquella generación en que habían vivido José y sus hermanos. Estos también murieron, tanto egipcios como israelitas, antes de que comenzara la opresión.

Este asombroso aumento se debió, bajo la providencia de Dios, principalmente a dos causas:

1. Las mujeres hebreas eran sumamente fructíferas, sufrían muy poco en el parto y probablemente a menudo daban a luz mellizos.

2. Parece que no hubo muertes prematuras entre ellos. Así, en unos doscientos quince años se multiplicaron a más de 600.000, independientemente de los ancianos, las mujeres y los niños.

En ninguna provincia la población  aumenta tan rápidamente como en la que estaba ocupada por los israelitas. En esa época tenía más rebaños y manadas que cualquier provincia de Egipto, y más pescadores, aunque muchas aldeas estaban desiertas. Hasta la ascensión del nuevo rey, las relaciones entre egipcios e israelitas fueron sin duda amistosas.  

jueves, 18 de agosto de 2022

LIBRO DEL ÉXODO (Introducción)

 

I. NOMBRE DEL LIBRO

 

A. En hebreo el nombre del libro es la primera frase: “Estas son las palabras (los nombres)”, lo cual conecta al libro de Éxodo con Génesis, donde aparecen las mismas palabras en Génesis 46:8 “Y estos son los nombres de los hijos de Israel, que entraron en Egipto, Jacob y sus hijos: Rubén, el primogénito de Jacob.”

B. En la traducción LXX es ek ‘odos, que significa ‘salida’ o ‘camino hacia afuera’.

C. En la Vulgata Latina de Jerónimo se convierte en el nombre “éxodo”.

II. CANONIZACIÓN

A. Es parte de la primera sección del canon hebreo llamada ‘La Torá’ o ‘enseñanzas’ o ‘La Ley’.

B. A esta sección se le conoce en la LXX como el Pentateuco (cinco libros).

C. A veces se le llama a toda la sección ‘Los cinco libros de Moisés’.

D. Incluye un relato histórico continuo de Moisés, desde la creación hasta toda la vida de Moisés, de Génesis a Deuteronomio.

III. GÉNERO – El libro de Éxodo incluye cuatro géneros literarios.

A. Narrativa histórica: Éxodo 1—19; 24; 32—34

B. Poesía: Éxodo 15

C. Ley: Éxodo 20—23

D. Especificaciones para el tabernáculo: Éxodo 25—31, y su construcción: Éxodo 35—40

IV. AUTORÍA

A. La Torá es un relato unificado. Éxodo comienza con la conjunción “y”.  

B. Hay varios lugares en Éxodo en los que dice que Moisés escribió:

 1. Éx 17:14 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo

2. Éx 24:4, 12   4  Y Moisés escribió todas las palabras de Jehová, y levantándose de mañana edificó un altar al pie del monte, y doce columnas, según las doce tribus de Israel.

12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.

3. Éx 34:27, 28   27  Y Jehová dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel.

28 Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.

C. Josué 8:31 como Moisés siervo de Jehová lo había mandado a los hijos de Israel,  como está escrito en el libro de la ley de Moisés,  un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro;  y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová,  y sacrificaron ofrendas de paz cita a Éxodo 20:25 y lo atribuye a Moisés. Jesús citó Éx 20:12, 17 y lo atribuyó a Moisés, en Marcos 7:10. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y: El que maldiga al padre o a la madre, muera irremisiblemente.

D. Me ha impresionado mucho un libro reciente que presenta la oralidad de la cultura ANE. Pienso que resolverá muchos de los asuntos relacionados con la autoría y las variantes textuales. Sus autores son John H. Walton y D. Brent Sandy: The Lost World of Scripture [El mundo perdido de la Escritura].

V. FECHA DEL ÉXODO

La fecha del éxodo está en duda:

A.    Existen dos opiniones de los eruditos sobre la fecha del éxodo:

1.      La primera es de 1 Reyes 6:1 donde dice: “en el año cuatrocientos ochenta años después que los hijos de Israel salieron de Egipto (o sea, el éxodo)…comenzó a edificar la casa de Jehová” (es decir, el Templo de Salomón).

a.       Salomón empezó a reinar en el 970 a.C. Esto se obtiene utilizando la batalla de Carcar (853 a.C.) como fecha de inicio.

b.      El Templo fue construido al cuarto año (965 a.C.) de su reinado, y el éxodo fue alrededor del 1445 a 1446 a.C.

2.      Esto determinaría que el éxodo sucedió durante la XVIII dinastía egipcia:

a.       El Faraón opresor sería Tutmosis III (1490-1436 a.C.)

b.      El Faraón del éxodo sería Amenofis (Amenotep) II (1436-1407 a.C.)

(1)   Algunos creen la evidencia de silencio de Jericó, basado en el hecho que no hubo trato diplomático entre Jericó y Egipto durante el reinado de Amenofis III (1413-1377 a.C.)

(2)   Los textos Amarna registran la correspondencia diplomática escrita en ostra sobre Habiru controlando la tierra de Canaán, bajo el reinado de Amenofis III.  Por lo tanto, el éxodo se produjo durante el reinado de Amenofis II.

(3)   El período de los Jueces no es lo suficientemente prolongado si el siglo XIII a.C. es considerada la fecha del éxodo.

3.      Los posibles problemas con estas fechas son:

a.       La Septuaginta (LXX) dice 440 años, no 480.

b.      Es probable que 480 años representen doce generaciones de cuarenta años cada una; por tanto, es un número simbólico.

c.       Hay doce generaciones de sacerdotes desde Aarón hasta Salomón (1 Cr. 6), y otras doce desde Salomón hasta el Segundo Templo. Los judíos, al igual que los griegos, consideraban que cuarenta años era una generación. Por tanto, hay aproximadamente 480 años hacia adelante y hacia atrás. (

4.      Hay otros tres textos que mencionan fechas:

a.       Génesis 15:13,16 (Hech. 7:6), 400 años de esclavitud

b.      Éxodo 12:40-41 (Gálatas 3:17)

(1)   El Texto Masorético (MT), 430 años de estancia en Egipto

(2)   La Septuaginta (LXX), 215 años de estancia en Egipto

c.       Jueces 11:26 - 300 años entre el día de Jefté y la conquista, (lo cual apoya la fecha de 1445 a.C.)

d.      Hechos 13:19, calcula entre el éxodo, el peregrinaje y la conquista, 450 años.

5.      El autor de Reyes usó referencias históricas específicas sin redondear los números  

 

B.     La evidencia tentativa de la arqueológica parece apuntar hacia una fecha entre 1290 a.C. o la XIX dinastía egipcia.

1.      José pudo haber visitado a su padre y al Faraón en el mismo día.  El primer Faraón egipcio que cambió la capital de Egipto de Tebes de regreso al Delta del Nilo a un lugar denominado Avaris/Zoan/Tanis, fue Seti I (1309-1290 a.C.), la cual era la antigua capital de los hicsos.  Él sería el Faraón de la opresión:

a.       Esto coincidiría con dos piezas de información sobre el reinado de los hicsos en Egipto.

(1)   Se encontró una estela (roca inscrita) de los tiempos de Ramsés II, donde se conmemora la fundación de Avaris por los hicsos, cuatrocientos años antes (1700 a.C.)

(2)   La profecía de Génesis 15:13 habla de cuatrocientos años de opresión.

b.      Esto implica que José estuvo en el poder durante el reinado de un Faraón hicso (semita).  La nueva dinastía egipcia a la que se refiere Éxodo 1:8.

2.      Los hicsos, palabra egipcia que significa “gobernantes de tierras extranjeras”, fue un grupo de gobernantes extranjeros semíticos no egipcios que controlaron Egipto durante la XV y XVI dinastía (1720-1570 a.C.) Algunos los quieren relacionar con la ascensión de José al poder. Si restamos los 430 años de Éxodo 12:40 a la fecha del 1720 a.C. obtendremos una fecha alrededor del 1290 a.C.

3.      El hijo de Seti I fue Ramsés II (1290-1224 a.C.). Este nombre se menciona como una de las ciudades-bodega construidas por los esclavos hebreos, (Éxodo 1:11). También este mismo distrito egipcio, cerca de Gosen, es denominado Ramsés, Génesis 47:11; Avaris/Zoan/Tanis era conocida como “casa de Ramsés”, entre el 1300-1100 a.C.

4.      Tutmosis III también fue conocido como un gran constructor, al igual que Ramsés II.

5.      Ramsés II tuvo cuarenta y siete hijas viviendo en palacios separados.

6.      La arqueología ha demostrado que la mayoría de las grandes ciudades amuralladas de Canaán (Hazor, Debir, Laquis) fueron destruidas y rápidamente reconstruidas alrededor del 1250 a.C. Al considerar treinta y ocho años de peregrinaje en el desierto, esto encaja una fecha del 1290 a.C.

7.      Los arqueólogos han encontrado una referencia de que los israelitas estuvieron al sur de Canaán en una estela conmemorativa del sucesor de Ramsés de nombre Merneptah (1224-1214 a.C. [ “La Estela de Merneptah”, fechada del año 1220 a.C.]).

8.      Edom y Moab parecen haber alcanzado su fuerte identidad nacional a fines del 1300 a.C. Estas naciones no fueron organizadas en el siglo XV a.C.

9.      El libro titulado Redating the Exodus and Conquest de John J. Bimson, publicado por la Universidad de Sheffield en 1978, alega en contra de todas las evidencias arqueológicas para fechas más tempranas.

 

C.     Hay una nueva fecha probable aún antes de 1445 a.C., ver el History Channel, “The Exodus Decoded”, donde se afirma la existencia de una ruta por el norte (o sea, “el camino de los palestinos”) en el periodo hicso (es decir, 1630-1523 a.C.).

 

VI.  LA RUTA DEL ÉXODO ESTÁ EN DUDA

A.    La localización de:

1.      Las ciudades egipcias

2.      Cuerpos de aguas

3.      Lugares de campamentos hebreos tempranos

Todos son inciertos.

B.     El término “Mar Rojo” es literalmente Yam Suph, el cual:

1.      Significa, “Mar de Plantas” o “Mar de Carrizos” Esto puede referirse al agua salada, 1 Re. 9:26 o agua fresca; Jn. 2:5; Éx. 2:3; Is. 19:26. La LXX primero lo tradujo como “Mar Rojo” seguido por la Vulgata y entonces por la King James Version.

2.      Se refería al “mar del sur” o “mar al final (de la tierra)”. Podría referirse al moderno Mar Rojo, al Océano Índico, o al Golfo Pérsico.

3.      Tenía varios usos en el A.T. (Nm. 33:8,10).

C.     Hay tres posibles rutas que involucran tres diferentes cuerpos de aguas:

1.      Una ruta norte – la cual corría a lo largo de la costa del Mediterráneo, siguiendo la autopista comercial conocida como “el camino de los Filisteos”. Esta hubiera sido la ruta más corta a la Tierra Prometida. El cuerpo de agua que ellos habrían encontrado hubiera sido uno de agua pantanosa y con poca agua llamado: Lago Sirbonis o Lago Menzalch. Sin embargo, uno debe tomar en cuenta que Éx. 13:17 parece negar esta posible opción. También la presencia de fortalezas egipcias a lo largo de esta ruta parece militar en contra de esta opción.

2.      Una ruta media – esto involucraría los lagos centrales, llamados:

a.       “Los Lagos Amargos”

b.      “Lago Balah”

c.       “Lago Timsah”

Esto habría sido siguiendo una ruta de caravanas a través del desierto de Shur.

3.      Una ruta sur – esta involucraría un cuerpo grande de agua salada que llamamos el Mar Rojo hoy día. Había también una ruta de caravana desde esta área que se unía con el “Camino del Rey”) el camino del Transjordan a Damasco) en Ezion-Geber.

a.       Militando en contra de esto es la ausencia de carrizos en el agua.

b.      Apuntando a favorecer esto es que 1 Re. 9:26 dice que Ezion-Geber está en el Yam-Suph. Esto sería el Golfo de Acaba o parte del Mar Rojo (ver Nm. 21:4; Dt. 27; Jue. 11:16; Jer. 49:12).

4.      Números 33 claramente muestra el problema. En Nm. 33:8a ellos “pasaron por en medio del mar”, entonces en el 33:10 “acamparon junto al Mar Rojo”, un cuerpo de agua diferente.

5.      Cualquiera que haya sido el cuerpo de agua que cruzaron, fue un milagro de Dios. A Israel le fue provisto armas de guerra de los soldados egipcios muertos que flotaron a la orilla del cuerpo de agua, otro milagro, Ex. 14:30; 15:4-5.

6.      Es posible, considerando otra literatura, que el “yom suph” fue un cuerpo de agua misterioso y desconocido al sur. En alguna literatura el Océano Índico o la Bahía de Bengala es llamada “yom suph”.

 

         La localización del Monte Sinaí está también en duda:

A.    Si Moisés estaba hablando literalmente y no figurativamente de los tres días de camino que él le pidió a faraón (Ex. 3:18; 5:3; 8:27), entonces, ese no era tiempo suficiente para llegar al sitio tradicional al sur de la península del Sinaí. Por ello, algunos eruditos colocan al monte cerca del oasis de Kades-Barnea.

B.     El sitio tradicional llamado “Jebel Musa”, en el desierto de Sin tiene varias cosas a su favor:

1.      Una larga planicie antes de las montañas.

2.      Dt. 1:2 dice que era un viaje de once días de camino del Mt. Sinaí a Kades-Barnea.

3.      El término “Sinaí” no es un término hebreo. Puede tener relación con el Desierto de Sin, lo cual se refiere a un pequeño arbusto del desierto. El término hebreo para el monte es Horeb (desierto).

4.      El monte Sinaí ha sido el sitio tradicional desde el siglo IV d.C. Está en la “tierra de Madian”, la cual incluiría un área grande de la península del Sinaí en Arabia. 

5.      Parece que la arqueología ha confirmado la localización de algunos de los sitios mencionados en la historia del éxodo (Elim Dophkah, Rephidim), ubicándolos al lado oeste de la Península del Sinaí.

C.     El sitio tradicional del Monte Sinaí no fue establecido sino hasta el Pilgrimage of Silvia, escrito alrededor del 385-8 d.C. (F. F. Bruce, Commentary on the Book of the Acts, pág. 151).

D.    El History Channel en, “Decoding the Exodus”, lo coloca en la ruta de la caravana noreste (es decir, la ruta más corta a la Tierra Prometida). Esta es una buena teoría basada en la arqueología. 

 

Lo que no está en duda es la realidad histórica del éxodo. Cumple la profecía de Gn. 15:12-21. Es el establecimiento de la nación de Israel.

 

VII. FUENTES QUE CORROBORAN LA UBICACIÓN TRADICIONAL:

A. En Egipto no hay absolutamente ninguna evidencia escrita sobre el éxodo. Esto no debe sorprendernos porque:

1. Yahvé derrotó totalmente a los dioses egipcios

2. La naturaleza literaria de los escritos egipcios (es decir, la propaganda real)

B. Existen algunos ejemplos culturales de leyes similares al decálogo:

1. Las Leyes de Lipit-Ishtar (Sumeria), del rey de Isin (1934-1924 a.C.)

2. Las Leyes de Ashnunna (Babilonia antigua), aproximadamente 1800 a.C. del reino de Dadusha, rey de Ashnunna

3. El código de Hammurabi (Babilonia antigua) del rey de Babilonia, Hammurabi(1728-1686 a.C.)

4. Los códigos de leyes de reyes hititas: Mupsilis I o Hattusilis I,aproximadamente 1650 a.C.

5. Los códigos legales mesopotámicos se concentran principalmente en leyes civiles, mientras que las leyes bíblicas se concentran principalmente en leyes religiosas/ceremoniales. “…podríamos sugerir un sesgo civil entoda la ley cuneiforme y uno ceremonial en la ley israelita…, en Mesopotamia, la ofensa se veía primordialmente en relación con la sociedad; mientras que en Israel, toda ofensa es en última instancia contra Dios”. (Walton, pág. 80).

6. Albrect Alt, en su libro de ensayos sobre la historia y la religión en el Antiguo Testamento (Oxford, 1966, pág. 81-132), ha identificado dos tipos de leyes:

a. Casuística, con cláusulas condicionales. Se caracteriza por la estructura

“si…entonces”. No apela a normas religiosas ni sociales, sino que declara prohibiciones y consecuencias.

b. Apodíctica, que no usa cláusulas condicionales.

(1) Éx 21 y Dt 27:15-26 usan la TERCERA PERSONA, en relación con casos individuales y específicos.

(2) Lv 18:7-17 y Éx 20/Dt 5 usa la SEGUNDA PERSONA, lo cual da la idea de un alcance más general.

c. La ley mesopotámica es principalmente casuística, mientras que la israelita es principalmente apodíctica.

C. En cuanto al viejo argumento liberal de que Moisés no sabía escribir, la arqueología ha confirmado la existencia de un alfabeto cananeo temprano que fue utilizado en Egipto en tiempos de Moisés.

1. Se ha encontrado correspondencia del año 1400 a.C. acerca de esclavos semitas en minas egipcias en el Sinaí (ver Albright, BASOR, #110[1948], pág. 12-13).

2. En Tebas se han hallado pedazos de cerámica que contienen mensajes escritos del valle de las Reinas (Albright, BASOR, #110 [1948], pág. 12).

 

VIII. UNIDADES LITERARIAS (CONTEXTO)

A. Bosquejo breve

1. Israel en Egipto (las diez plagas). Éxodo 1-11

2. Israel sale de Egipto (el Éxodo). Éxodo 12-18

3. Israel en el monte Sinaí. Éxodo 19-40

a. Leyes del pacto en el monte Sinaí. Éxodo 19-24

b. Leyes del culto en el monte Sinaí. Éxodo 25-40

(1) Diseño del tabernáculo. Éxodo 25-31

(2) Rebelión y renovación del pacto. Éxodo 32-34

(3) Tabernáculo construido. Éxodo 35-40

B. Las plagas

1. Muestran el juicio de Dios sobre los dioses de Egipto (así como Génesis 1 muestra desprecio hacia los dioses de Mesopotamia). Las plagas parecen haber ocurrido en un período de 18 meses. Involucran eventos naturales, pero con los siguientes elementos:

a. Sincronización supernatural

b. Intensidad supernatural

c. Ubicación supernatural


2. Bosquejo breve de las diez plagas:


a. El Nilo se convirtió en sangre. Éx 7:14-25

b. Ranas. Éx 8:1-15

c. Piojos, mosquitos. Éx 8:16-19

d. Moscas. Éx 8:20-32

e. Enfermedad del ganado. Éx 9:1-7

f. Llagas. Éx 9:8-12

g. Granizo. Éx 9:13-35

h. Langostas. Éx 10:1-20

i. Oscuridad. Éx 10:21-29

j. Ángel de la muerte. Muerte de los primogénitos. Éx 11:1-8

 

C. Lista de fiestas/días de celebración santa en Éxodo 23:

1. Sabbath semanal. Éx 23:3

2. Pascua (14 de nisán). Éx 23:5; Éx 12

3. Panes sin levadura (15-21de nisán). Éx 23:6-8; Dt 16:1-8

4. Primicias (22 de nisán). Éx 23:9-14

5. Pentecostés o Fiesta de las semanas (50 días después del 21 de nisán, 6 de siván). Éx 23:15-21; Dt 16:9-12

6. Fiesta de las trompetas (1º de tishrei). Éx 23:23-25; Nm 29:1-6

7. Día del perdón (10 de tishrei). Éx 23:26-32; Nm 29:7-11

8. Fiesta de los tabernáculos (15 de tishrei). Éx 23:33-44; Nm 29:12-40; Dt 16:13-17

 

IX. VERDADES PRINCIPALES

A. Continúa la historia comenzada en Génesis. Documenta el desarrollo de la familia elegida hasta convertirse en la nación elegida. Aunque están esclavizados en Egipto, ellos van a poseer la Tierra Prometida por decreto divino (Gn 12:1-3; 15:12- 21).

B. Registra las leyes del pacto dadas en el monte Sinaí(Horeb)

1. ¿Cómo debemos vivir? (El Decálogo y sus suplementos)

2. ¿Cómo debemos adorar? (Tabernáculo, sacerdotes, protocolos, tiempos, y rituales)

3. Es un manual de instrucciones sobre el Tabernáculo (Levítico)

C. Documenta los grandes actos del amor y la misericordia de Dios hacia Israel que fueron profetizados a Abraham. Gn 15:12-21

D. Los tratos de Dios con el faraón muestran el balance entre la soberanía de Dios y el libre albedrío humano:

1. Dios endureció el corazón del faraón a. Éx 7:3-13

b. Éx 9:12, 34-35

c. Éx 10:1, 20, 27

d. Éx 11:10

e. Éx 14:4, 8


2. El faraón endureció su propio corazón.

a. Éx 8:15, 32

b. Éx 9:34