} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO

miércoles, 4 de junio de 2025

ELEGIDOS DE DIOS (4)

 

 LA GARANTÍA DE LA HERENCIA (1:3-5.)

 

  I Pedro 1:3-12 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4  para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5  que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. 6  En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7  para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, 8  a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; 9  obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. 10  Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11  escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12  A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.

 

 

 

Un hombre sin hogar en España salió en las primeras noticias durante el verano del 2007. El heredó 80,000 € de un familiar, quien se sintió apenado por su situación. Hacía varios meses que él ya no iba a la fila de alimentación de los domingos, pero entonces al cabo de un tiempo, apareció en la fila otra vez, en la misma condición de antes, sin un euro.

 ¿Qué es lo que estamos haciendo con nuestra herencia espiritual? ¿Existe alguna garantía de que seguirá ahí cuando muramos? ¿Hace alguna diferencia en nuestra vida cotidiana?

         En 1 Pedro 1:3-25 vemos que el pueblo de Dios nace dentro de una herencia eternal. ¿Qué diferencia hace tal herencia en nuestra vida hoy? En 1 Pedro 1:3-12 vemos que Dios garantiza su herencia, Él promete que ésta sobrevivirá la persecución y profetiza su terminación.

La promesa de una herencia eterna está garantizada por Dios.  ¿De qué le sirve una herencia si no le fue prometida a usted? ¿De qué sirve una herencia si no está garantizada? ¿De qué sirve la garantía de una herencia si no vivimos de acuerdo a ésta? En los versículos 3-5 observamos al menos 10 garantías de la herencia prometida por Dios.

         Primera garantía. Dios ya está trabajando. El Dios trino es introducido en los versículos 1-2. El Padre elige, el Hijo sacrifica para nuestra salvación y el Espíritu Santo prepara y nos santifica. Dios está trabajando para preparar al escogido para recibir su herencia. ¡Ésta preparación comenzó antes de que naciéramos! La elección ya ha tomado lugar. El sacrificio para pagar su pecado ya sucedido, y el trabajo del Espíritu Santo está tomando lugar en su corazón. Ésta herencia comienza con Dios, funciona por Dios y termina con Dios. El creyente es la herencia en Cristo. Él promete mantener su herencia, y a diferencia del hombre sin hogar mencionado arriba, Él no la perderá. Cuando Jesús resucitó, mostro la garantía de la salvación al incrédulo, Tomás, las heridas en sus manos. Los creyentes están “en buenos manos.”

         Segunda garantía. Dios así lo dice. Dios nos ha dado la Biblia, la cual no es la palabra del hombre acerca de Dios sino es la Palabra de Dios acerca de Sí mismo y nosotros. Sí, Dios existe y Él es capaz de hablar acerca de nuestro destino enterno. Si dependiera de las promesas de los hombres, todos estaríamos en problemas. Así como dijo Jeremías, “todos los hombres son mentirosos.” Dios, por ser absolutamente justo y santo, no tiene la capacidad de hacer mentiras y dar falsas promesas.

         La promesa de su herencia ha sido escrita. Está escrita con la sangre del Cordero. Nadie pude borrar el nombre del escogido del Libro de la Vida.

         Tercera garantía. Por haber nacido el creyente ya ha comenzado a vivir en el reino. El nacer físicamente no le permitirá  entrar el reino de Dios. Debe nacer de nuevo. Entramos al reino de Dios, Su reino espiritual que es eterno, por medio del renacimiento espiritual.

         Pedro dice que el renacimiento es “dado” por Dios. Justo como en nuestro primer nacimiento, no teníamos opinión al respecto. Nuestro segundo nacimiento es también un regalo.

         Renacimiento implica que Dios es nuestro Padre y que nos hemos convertido en parte de la familia de Dios.  Solo por medio de la fe en “el Padre de nuestro Señor Jesucristo” los creyentes forman parte de la familia de Dios (Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí). El renacimiento es una obra del Espíritu Santo. El renacimiento viene al escuchar la Palabra de Dios y con la Palabra llegar a la germinación espiritual en nuestro espíritu.

         Renacimiento simboliza la implantación de una nueva naturaleza y morir a la vieja naturaleza humana. Los “pobres en espíritu” han entrado (Mateo 5:3). “Porque de ellos es el reino de los cielos.”

         El nuevo nacimiento es el inicio humano de nuestro destino eternal. El nuevo nacimiento es el comienzo de ser una nueva criatura que está siendo preparada para el cielo nuevo y la tierra nueva. El evangelio de Cristo le ofrece un nuevo pacto de relación con Dios; una nueva naturaleza espiritual; nuevas vocaciones ya que los cristianos son los nuevos profetas, sacerdotes y reyes, un nuevo centro de adoración: el templo del Espíritu Santo; una nueva ciudad: la nueva Jerusalén que está siendo construida por Dios.   

         Creyentes que nacen de nuevo no pierden su nuevo nacimiento. Les es dada una “esperanza viviente” de una herencia que es incorruptible, no se mancha y que no desvanece. La doctrina arminiana que argumenta que la salvación se puede perder solo se aplica a las personas que no han sido regeneradas. Aquellos que pierden su salvación nunca fueron salvos. Su sentido de seguridad de una salvación falsa es destruido.

         Cuarta garantía. La resurrección de Jesucristo es el nuevo fruto de la nueva creación. Cuando un niño le pregunta “¿cómo es el cielo?” háblele acerca de Lucas 24. Ahí vemos al Jesús resucitado. Jesús afirma la resurrección histórica, humana y física hablando, sintiendo, comiendo, y tocando. ¡Es muy simple para aquellos que creen!

         La resurrección histórica, humana y física de Jesús es el “primer fruto” de la nueva creación. Es un hecho histórico, visto por más de 500 testigos. Jesús habló, comió y fue tocado. ¡Él resucitó completamente humano! El resucitó físicamente. Por la muerte en la cruz, el cuerpo y el alma de Jesús se separó. En la resurrección hay la nueva unificación del cuerpo y alma de Jesús. Resucitó como una persona integral. Él es el trofeo de la obra finalizada de Dios.

         Quinta garantía. Una esperanza viviente de ir al cielo. ¡Cómo es que el pueblo de Dios ya sean amarillos, negros o blancos, tienen la misma esperanza del cielo! La genuinidad de esta esperanza es una realidad para los cristianos que están en un mundo y una situación social adversa.  Los soldados cristianos tienen esa esperanza ya que están dispuestos a dar su vida para defender las libertades de su “nación real”, la iglesia. Misioneros y ministros viajan y trabajan en tierras de pandillas, lugares infestados con guerrilla, ¡porque saben que la peor cosa que les puede suceder es que vayan al cielo! Los primeros cristianos fueron ofrecidos como comida para los leones pero nadie pudo arrancarles su esperanza viviente. Esté seguro de que el diablo ha intentado por muchas maneras de arrebatar al cristiano su esperanza y fe, pero siempre falla porque la fe y esperanza del cristiano es el fruto del Espíritu Santo y no la obra del hombre.

         Sexta garantía. Es incorruptible. (Nunca perece). Los primeros cristianos debieron de preguntarse seriamente porqué fue necesaria la desaparición de la vieja orden de profetas, sacerdotes y reyes y eventualmente la destrucción de Jerusalén y el templo en el año 70 DC. Fue removido por Dios porque se corrompió al grado en el que ya no tenía reparación. Era apostata. Eso es lo que pasa cuando el Mesías es rechazado y cuando no se sigue al Mesías. Lo mismo sucede con la iglesia cristiana apostata; esta también será castigada y por fin derrotado por Cristo en su segunda venida. Sin embargo, el escogido y la Iglesia verdadera prevalecerán y estará con Dios para la eternidad.

         Séptima garantía. No se mancha (inmarchitable). El sistema ceremonial establecido por Dios para los creyentes del Antiguo Testamento tuvo que ser eliminado por Él mismo. El antiguo sistema, el sacrificio fue ofrecido por sacerdotes pecadores. Solo el sacrificio perfecto del Cordero de Dios fue suficiente para apaciguar la justicia e ira de Dios el Padre. El sacrificio de Jesús nunca podrá ser manchado. Ni siquiera puede ser repetido, aún cuando la Iglesia Católica Romana busca repetir el sacrificio de Jesús en la misa.

         Octava garantía. No se desvanece.  La nación de Israel se desvaneció entre la combinación del Medio Oriente y el Imperio Romano. Sin embargo, la herencia eterna del pueblo de Dios no fallece; solo se ve más radiante con el paso del tiempo.

         Novena garantía. Está reservada en el cielo. ¿Ha notado que es una buena idea comprar un boleto de avión antes de llegar al aeropuerto? De hecho, es muy importante tener un asiento asignado en su boleto, porque de otra manera está entre las primeras personas en ser sacadas del vuelo. Confiamos que la aerolínea y las azafatas que están regulando la entrada de los pasajeros sigan la asignación de asientos. Si tiene asignado un asiento es casi certero que usted va a volar.

         ¿Cuál es la asignación de lugar en el cielo? ¿Quién lo asignó para usted? ¿Quién lo guiará a su asiento? Es Jesús, quien ha pagado su boleto, quien ha ido delante de usted y ahora espera que llegue seguro.

         Décima garantía. Dios puede terminarlo por su poder. Dios mantiene su herencia con su poder, es accesible por la fe en Él y Él revelará la plenitud de la salvación en los tiempos finales. Ver los últimos días correr hacia su destino es vivificante. Las señales de los tiempos, como el evangelismo mundial, crecimiento de la iglesia, testificación de Jesús y persecución, ¡apuntan hacia donde Dios está trabajando!

         ¿Cree en el Dios verdadero y en sus promesas sobre la herencia de los creyentes? O ¿sigue mirando a su ser pecador, el orden corrompido del mundo o a la iglesia apóstata? ¿Está centrada nuestra esperanza en el Dios verdadero y en su reino celestial? Tal esperanza nos sostendrá a través de todas las formas de cambios y tribulación, como fue evidenciada por medio de la perseverancia de los primeros cristianos en los tiempos de terrible persecución.

 

martes, 3 de junio de 2025

ELEGIDOS DE DIOS (3)

 

 

1 Pedro  1:2  elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.

 

EL ESPÍRITU SANTO PREPARA AL ESCOGIDO EN SANTIDAD

 

El Espíritu Santo es nuestro parakleto, el que nos prepara a gobernar con Dios. Dos obras del Espíritu Santo son mencionadas por Pedro en su primera epístola. Una obra del Espíritu Santo es “santificación” y la otra “derramamiento de la sangre de Jesucristo.”

Una marca distintiva de la elección es que el Dios Trino hace al escogido santo. Esto se conoce como santificación. De la introducción que Pedro da vemos que la santificación es una obra divina eterna, requiere nacer de nuevo, y es una obra que continúa, un proceso de toda una vida que continuamente necesita de la gracia de Dios.

La santidad es una obra divina eterna. La santidad de Dios proviene del Espíritu Santo eterno. Antes de la creación del mundo Dios conocía de antemano y eligió a los escogidos. El Espíritu Santo, que es eterno, prepara a los escogidos para ser santos sobre la tierra y para vivir con Dios por siempre. Solo el Espíritu Santo eterno puede introducir santidad eterna en el corazón y vida del escogido. Si usted es un mormón, judío, musulmán, testigo de Jehová, protestante liberal, o alguna otra persona que no cree en que el Espíritu Santo existe o le prepara en santidad ahora y por la eternidad, ¿entonces cómo será lo suficientemente santo, y cómo lo será por suficiente tiempo para vivir en la presencia del Padre, Hijo y Espíritu Santo? El autor de hebreos dice, “sin santidad nadie verá a Dios.” Para poder ver a Dios se debe creer que Él existe y que Él ha preparado el camino de santidad para presentarnos delante de Él.

Hay muchos que creen que no necesitan la santidad de Dios para poder venir ante la presencia de Dios. Tales creyentes creen erróneamente que son lo suficientemente santos para vivir con Dios para siempre. Ellos no creen “que todos han caído y están destituidos de la gloria de Dios.” Ellos no creen lo que el apóstol Pablo escribe: “No hay justo, ni aun uno” o que estamos “muertos en pecados.”

La santidad de Dios es la obra de gracia de Dios en la vida del creyente donde el creyente está separado de su pecado, del mundo y del diablo y está preparado para servir al Dios verdadero y viviente.

La santidad requiere nacer de nuevo. El Espíritu Santo santifica al pueblo de Dios haciéndoles nacer de nuevo. “Según su grande misericordia nos hizo renacer” ( 1 Pedro 1:3) y “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios…” (1 Pedro 1:23).

El primer nacimiento de una persona no es adecuado para la santidad. La naturaleza y acciones humanas son condenadas por el pecado. Por naturaleza somos “hijos de la ira” y “muertos espirituales” (Efesios 2:1-3Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2  en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3  entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.). Por lo tanto, el nuevo nacimiento espiritual o regeneración son necesarios para poder ser santos ante Dios. Esta nueva naturaleza es dada misericordiosamente por Dios a través de las obras del Espíritu Santo.

Cuando el creyente nace de nuevo, aún tiene que luchar en contra de la vieja naturaleza. Los apóstoles dan abundantes instrucciones al creyente concerniente a cómo deben morir al pecado y vivir por Cristo. 

La santidad en un trabajo continúo. El Espíritu Santo trabaja en la vida del creyente. Sus obras nos llevan a la obediencia a Cristo y el continuo derramamiento de la sangre de Cristo. La obediencia significa que Dios está trabajando en el escogido (Filipenses 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.).

La obra del Espíritu siempre está relacionada tanto al conocimiento como a la obediencia de Jesús. También, el creyente necesita constante “derramamiento de la sangre.” Ésta imagen del Antiguo Testamento se refiere a la finalización del sacrificio.  No tan solo se mató al cordero y a la ofrenda, sino que el pueblo fue rociado. Este rocío simbolizó la aplicación del perdón para el creyente. La necesidad del derramamiento muestra que los escogidos necesitan continuamente del perdón y que no son perfectos todavía.

La santidad es una operación de Dios continua a lo largo del Antiguo Testamento así también como del Nuevo Testamento. El lenguaje útil  de Pedro conecta a la comunidad cristiana con dos temas importantes de la Biblia: la identificación del Dios verdadero y la promesa de obedecer el pacto de Dios. La identificación del Dios verdadero es el primer mandamiento (Éxodo 20:3  No tendrás dioses ajenos delante de mí.). Jesús reveló a su pueblo que Dios es el Padre, Hijo y Espíritu Santo (Mateo 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20  enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén).

Por la fe en Jesús el pacto de la gracia se extiende a todos los cristianos. Los creyentes necesitan la santificación continua del Espíritu Santo que incluye la obediencia a Cristo y ser rociados continuamente por Su sangre (santificación continua).

 

EL ESPÍRITU SANTO NOS APARTA DEL MAL,  NOS PREPARA PARA HACER EL BIEN Y GLORIFICAR A DIOS         

 

jueves, 15 de mayo de 2025

ELEGIDOS DE DIOS (2)

 

1 Pedro 1:1-2:   Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre: Que abunden en ustedes la gracia y la paz (NVI 1999)

 

 

EL HIJO DE DIOS ES EL SACRIFICIO PARA EL ESCOGIDO

 

Los apóstoles son enviados por Jesucristo. Pedro se identifica con Jesucristo. Jesús es el Salvador de su pueblo (Mateo 1:21). Jesús es el Mesías y Ungido (Cristo) de Dios quien dirige a su pueblo para servir al Dios el Padre (2 Pedro 2:9). Pedro es enviado por Jesucristo, la Cabeza del Cuerpo de Cristo, el Señor del pueblo de Dios.

         Los escogidos están relacionados con Jesucristo. La primera mención de Jesús en la epístola es que el apóstol se identifica a sí mismo como apóstol y mensajero “de Jesucristo” .

         En el siguiente versículo se hacen dos referencias más. Pedro habla acerca de la obediencia a Jesús y el derramamiento de la sangre de Jesús. La doctrina de la elección solo se puede entender en la revelación de Jesucristo.

         Primeramente. El Padre que elige, elige a través de Jesucristo. El misterio de la doctrina de la elección está revelado en Cristo. “He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado” (2:6).

         Jesús fue elegido “antes de la fundación de mundo” para salvar a su pueblo (vs. 20). Los creyentes son elegidos en Cristo antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4,5). No se puede separar la predestinación de Jesús de la predestinación de los elegidos.

         Segundo, todos aquellos que realmente creen en Cristo son escogidos.  En lugar de especular porqué el Padre escoge a algunos y no a todos, debe de saberse que el propósito del Padre siempre es expresado a través de Jesucristo así que todos aquellos que verdaderamente creen en Jesucristo son parte de los escogidos.

         Tercero, Jesús prepara el camino para que los escogidos se relacionen con el Padre. Él se convierte en su substituto sacrificial. Por medio del sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús, los escogidos pueden vivir en la presencia de un Dios santo.

1.      Dios trino destino de Jesús para ser el Salvador del pueblo de Dios (vs. 20).

2.      Jesús nació para ser el representante de los creyentes ante el Padre. Él es el Hijo del hombre.

3.      Jesús cumplió las demandas de la ley moral para que por fe en Jesús podamos vivir en el cumplimiento de la ley.

4.      Jesús cumplió la ley ceremonial dada a los profetas y sacerdotes en el Antiguo Testamento, para que ahora, a través de su vida, muerte y resurrección tengamos a Jesús como nuestro profeta y sumo sacerdote.

5.      Jesús sufrió en las manos de gente malvada. Pedro anima a los cristianos perseguidos, incluyendo a muchos que eran esclavos, a que enfrenten el sufrimiento como Él lo hizo y confiar en la vindicación de Dios.

6.      Jesús fue abandonado o rechazado por el Padre en la cruz,  en nuestro lugar, para que nosotros pudiésemos ser aceptados. La ira de un Dios justo fue apaciguada por el sacrificio.

7.      Jesús resucitó. Sin su resurrección no podemos ser resucitados. Él es el primer fruto de la resurrección. Él prepara el camino para su pueblo.

8.      Jesús reina ahora. Él es el Rey de reyes. Jesús es Rey en su reino. Por su Palabra y Espíritu Él reina a través de nosotros. Su reino está representado espiritualmente sobre la tierra a través de sus profetas, sacerdotes y reyes. Somos co-regentes en su reino.

9.      Jesús es el único sumo sacerdote ahora. Oramos e intercedemos por medio de él. Nosotros somos sus sacerdotes.

10.    Jesús nos habla a nosotros (a través de la Biblia, la predicación). Nosotros debemos ser profetas de Dios. El mundo ridiculiza a los profetas modernos quienes anuncian el mensaje de salvación y denuncian los pecados de la cultura. Pero ¿sabe algo?, ¡el anunciamiento del evangelio y la denuncia del pecado nunca cambian! El mundo cambia en cuanto a su aceptación y tolerancia del pecado pero el evangelio nunca cambia.

11.    Hay muchos que, a pesar del sacrificio sustitutivo de Jesús, lo rechazan.

 

Cuarto, todos los que sinceramente rechazan a Jesucristo no son escogidos. Jesús es rechazado por los hombres. “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa” (1 Pedro 2:4). El que los hombres rechacen a Cristo, El Escogido, no debería caer como sorpresa. Ellos están afirmando su propia condición, su mentalidad de rechazo lo cual eventualmente los guía al castigo eterno.

Quinto, Jesús, el Sirviente Sufriente, está con su pueblo en medio del sufrimiento. El rechazo de Cristo tiene implicaciones para los discípulos de Cristo. Tal como Cristo fue perseguido, así no es una sorpresa que los mismos rebeldes van a perseguir a los discípulos de Cristo.

Los primeros judíos cristianos debieron haber quedado anonadados de ver el rechazo total hacia Jesús por parte de sus líderes religiosos y compatriotas. ¿Cómo puede ser que Jesús fue crucificado? ¿Por qué es que las autoridades religiosas judías denunciaron a los cristianos y buscaron su exterminación? Si los cristianos no andaban por ahí matando a gente, ¿por qué querría la gente matar a su líder y a sus seguidores?

El rechazo de Dios también se puede ver hoy en la cultura de la muerte. ¿Cuál fue el resultado de los líderes judíos y otros que rechazaron al Mesías? Su muerte en la cruz. ¿Cuál fue el resultado del rechazo de los romanos hacia la cristiandad? Ellos trataron de pisotearla con persecución mortal. Todas estas acciones representan la cultura de la muerte.

Los protestantes liberales y algunos evangélicos afirman lo que se le llama “pro-opción.” Usted a escuchado este argumento “Estoy en contra del aborto pero estoy a favor de la opción de la mujer.” Esto por supuesto ha llevado al aborto. Tal posición significa que una mujer puede decidir matar a su bebé, todo fundado en su exaltada opción. En el 2025, estamos acercándonos a los 500 millones de abortos. Y los “cristianos” que aprueban esto siguen cargando sus biblias a la escuela dominical, enseñando en la escuela dominical, predicando de los púlpitos, están en plena comunión en sus iglesias locales y aparecen con evangelistas importantes en la portada de revistas cristianas.

         ¿De dónde proviene tal rechazo mortal? Pedro lo presenta de esta manera.  Es porque nuestro primer nacimiento es de simiente corrupta, una simiente contaminada por el pecado. Este pecado siempre rechaza la voluntad de Dios y lo que Dios quiere (1 Pedro 1:23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre). Y la simiente corrompida forma una comunidad corrompida, aunque sea religiosa y política, es conocida por su rechazo al Dios trino y a su pueblo y por la cultura de la muerte. Mientras tanto, los escogidos, nacen de una simiente incorruptible que guía a la vida por medio de Jesús (1 Pedro 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,).

martes, 13 de mayo de 2025

ELEGIDOS DE DIOS

 

                                       

 

1 Pedro 1:1-2:   Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre: Que abunden en ustedes la gracia y la paz (NVI 1999)

 

Al público, medios de noticias y medios masivos les encanta hablar acerca de las elecciones. ¿Quiénes serán los candidatos? ¿Quién va a ganar? ¿Por qué son tan importantes las elecciones? ¿Quien sea escogido es responsable de gobernar? En el reino del hombre, es muy importante que personas responsables sean elegidos.

         En el reino de Dios, ¡Dios hace la elección! Pedro no dice, “A los preconocidos”, o “A los que me escogieron,” sino a los “elegidos.” Pedro cualifica la elección en Cristo quien fue destinado “desde antes  de la fundación del  mundo” (1 Pedro 1:20), Pablo afirma que el creyente también es escogido “en él antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4). Negar la elección de los creyentes desde antes de la fundación del mundo es  también negar la elección de Jesucristo.  El nos escoge primero para que luego lo escojamos a Él; El nos amó primero para que lo amemos. El nos creó primero para que le sirvamos. Dios siempre es primero en su reino.

         El reino de Dios se manifiesta en medio de reinos políticos y religiosos.  En muchas ocasiones estos reinos rechazan a los creyentes. El apóstol Pedro demuestra en ésta epístola que al pesar del rechazo de los reinos del mundo a los cristianos, cuando los cristianos se someten en amor a las autoridades, las vencerán y  Dios y su reino serán glorificados: “para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén” (1 Pedro 4:11).

         El reino de Dios no es simplemente una democracia. Uno no escoge ser parte de éste. Uno es nacido de nuevo para entrar  éste. Después de nacer de nuevo el elegido puede por fe tomar decisiones (elegir) para servir a Dios. Es como una monarquía. Los príncipes nacen para ser rey. Pero va más allá que una monarquía humana. Es un reino del cual su gobierno proviene del trono de gracia del cielo, donde el Dios gobierna por medio de Jesucristo. Jesús gobierna con el Espíritu Santo y la Palabra de Dios. El creyente nace de nuevo por la Palabra de Dios en su espíritu que es activada por el Espíritu Santo. Por el oír la Palabra viene la regeneración, el comienzo de la naturaleza nueva, la naturaleza espiritual. Los primeros cristianos necesitaban ser enseñados que pertenecían a un reino que era mucho más grande que el Imperio Romano así también como más grande que el gobierno y religión del estado de Israel.

         Pedro dedica su primera epístola a los escogidos en dispersión.  Con el distanciamiento de la nación de Israel, la ciudad de Jerusalén, el templo y el liderazgo religioso  frente a ellos, Pedro muestra que los cristianos tiene algo mucho más importante que los edificios de piedra, como es Jerusalén y el templo. Los creyentes tienen la vocación religiosa, como es el sacerdocio, reinado y testimonio a la verdad.  Por medio de la muerte y resurrección de Cristo, y por la obra regeneradora del Espíritu Santo, los cristianos son templo del Espíritu Santo y la Nueva Jerusalén. Ahora, los cristianos han sido escogidos para proclamar [profeta], orar [sacerdote] y gobernar [rey] por Dios ( 1 Pedro 2:9). Pedro identifica a los cristianos como los escogidos de Dios en el norte, este, centro y oeste de Asia Menor.  Aunque el antiguo templo y Jerusalén iban a ser destruidos, los cristianos como templo, ciudad y los oficiales de Dios iban a extenderse por todo el mundo.

         La epístola no tendrá sentido si Pedro no es el autor de esta carta. Pedro se auto identifica como “Pedro, apóstol de Jesucristo.” Representantes de la “critica alta” dicen que esta epístola fue escrita en el segundo siglo por los discípulos de Pedro. Es como si su amigo escriba, firmado en su nombre, una carta de amor a su novia. ¿Cómo va a sentir su novia al descubrir que no fue el novio, sino el  amigo del novio, quien escribió esta carta? Sería una carta falsa, que verdaderamente no comunica el amor y los pensamientos del corazón del novio.

         Peor todavía, dudar la autoría de Pedro es negar que el versículo uno y resto de la epístola es Palabra de Dios. Los manuscritos antiguos del NT concuerdan que el  versículo uno del capítulo uno menciona Pedro como autor.

         Pedro es un apóstol. Los apóstoles originales fueron los últimos hombres que recibieron la inspiración del Espíritu Santo para escribir la Biblia. Después de los apóstoles originales no hubo más inspiración especial para escribir la revelación de Dios. Aunque los mormones y algunos evangélicos tienen apóstoles y profetas que supuestamente reciben la revelación especial de Dios, los mensajes de estos señores, al ser probado por las Escrituras, contradicen la Biblia.

         El contenido doctrinal del saludo es Trinitario y predestinario.  Dios el Padre planeó la elección, Dios el Hijo hace el sacrificio para cumplir la elección y Dios el Espíritu Santo prepara al escogido en santidad. A menos que el lector afirme al Dios trino y reconozca la acción de elección del trino Dios, la epístola no tendrá sentido.

 

EL PADRE TIENE UN PROPÓSITO PARA EL ELEGIDO

 

En nuestro texto vemos que Dios habla a su elegido a través de su siervo Pedro.

         Dios le habla al escogido. Pedro se identifica a sí mismo como un apóstol o mensajero especial de Jesucristo.  El es uno de los fundadores de la Iglesia cristiana, uno de las voces que Dios usó durante el primer siglo. El tenía el llamado especial de ser apóstol de los judíos. Dios habla su mensaje a través de Pedro y está escrito en la Biblia para la instrucción de todos los creyentes.

         Algunos cristianos no quieren hablar sobre la elección de Dios. ¡Va en contra de nuestro libre albedrío, dicen ellos! Sin embargo, Pedro inicia su carta con esta nota: “A los escogidos” [NVI].

         Así que si esta epístola está dirigida al escogido, ¿para quién no está dirigida esta epístola entonces?  Él no escribe a las personas que le han escogido: “Para aquellos que me escogieron, gracias por su voto de confianza. ¡Estoy muy contento de que me hayan escogido!”

         ¿De dónde proviene este grupo de escogidos? Para responder esto debe regresar a Génesis 3:15. “Pondré (Dios) enemistad entre tú (Satanás) y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente (masculino, Jesús) te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón.”

         Gálatas 3:16 Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Así que, la simiente de la mujer son todos aquellos en la historia de la humanidad, antes y después de la venida del Mesías, quienes creen, confían, necesitan y siguen al Mesías. Ellos son la gente Mesiánica. La simiente de Satanás son todos aquellos en la historia de la humanidad que odian y por lo consiguiente rechazan al Mesías.

         En el siglo V Aurelius Agustín escribió La Ciudad de Dios. Aquí él traza las dos simientes a través de toda la historia humana, comenzando con Adán y Eva, hasta su día y era, que era el Imperio Romano. La simiente de la mujer está construyendo la Ciudad de Dios. Están buscando una ciudad no hecha con manos humanas, sino construida por Dios. Están en la búsqueda de la Nueva Jerusalén, que consiste de todos los creyentes en el Mesías que están con vida y todos aquellos que han ido a la eternidad. Un día Jesús vendrá de nuevo y con Él la Nueva Jerusalén. Ellos son aquellos que aman a Dios sobre todo y a sus prójimos como a ellos mismos.

         La simiente de Satanás está construyendo la Ciudad del Hombre. Se aman a ellos mismos sobre todas las cosas, y a Dios y a su prójimo en la medida que satisfacen sus propios intereses. Ellos están construyendo el nuevo orden del mundo en el cual los peregrinos cristianos son un estorbo.

         Aunque Pedro no usó los mismos términos, estamos presenciando el choque de dos reinos: el reino de Dios (Ciudad de Dios) y el reino del hombre (Ciudad del Hombre).

         Los escogidos son identificados como “extraños en el mundo.” La audiencia de la lectura original pudo haber consistido de judíos cristianos que estaban huyendo de la persecución de los judíos y de las autoridades romanas. Sin embargo, el mensaje de Pedro tiene implicaciones para todos los cristianos perseguidos. Como la Diaspora de Israel, ellos, el verdadero Israel, puede ser reconocido en el mundo por un estilo de vida distinto. Seguro, a través del poder del Espíritu, sus vidas deben ser más radicalmente diferentes. Pedro dedica la mayoría de su carta a demostrar la motivación y el patrón del nuevo estilo de vida de la gente peregrina. El Padre sabe que los escogidos son extranjeros o peregrinos en el mundo. Dios entiende la familiaridad, con Él trae como consecuencia una extrañeza del mundo así también como de la persecución. La gente no cristiana y los sistemas sociales tienen una repulsión hacia el reino de Dios. Esa es la naturaleza verdadera del pecado: rebelión en contra de Dios y las cosas de Dios.

         Los sistemas del mundo rechazaron los valores cristianos y los testigos representados por Pedro y los primeros cristianos. Ellos fueron perseguidos y dispersos. Los líderes judíos buscaron matar a Pedro y a los cristianos. Los denunciaron ante las autoridades romanas. Los romanos desataron persecuciones sobre ellos. Pedro y los cristianos pudieron haber experimentado el primer periodo de persecución. Pedro fue martirizado durante la persecución de Nerón alrededor del los años 67-68 DC.

(La persecución continúa día tras día. En el 2007 los coreanos presbiterianos vinieron de Corea de Sur a Afganistán para poder realizar trabajos médicos en una nación conocida por su odio hacia la cristiandad. Veintidós fueron secuestrados por el Talibán. Dos de los hombres líderes fueron disparados. Dos mujeres fueron liberadas al principio, pero ahora todos han sido liberados. Ellos sabían que tales peligros existían, ¡más sin embargo decidieron ir! El mundo no entiende esto y nunca lo entenderá. La respuesta del gobierno coreano fue prohibirle a cualquier otro coreano cristiano ir a Afganistán. Sin embargo, ¡los coreanos cristianos encontrarán maneras de mandar a otros para tomar su lugar)

         Esta epístola les enseña a los escogidos de Dios a vivir en un mundo que los rechaza.

Queridos hermanos, les ruego como a extranjeros y peregrinos en este mundo, que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra la vida. Mantengan entre los incrédulos una conducta tan ejemplar que, aunque los acusen de hacer el mal, ellos observen las buenas obras de ustedes y glorifiquen a Dios en el día de la salvación” (1Pedro 2:11-12).

Porque es digno de elogio que, por sentido de responsabilidad delante de Dios, se soporten las penalidades, aun sufriendo injustamente” (1 Pedro 2:19).

 

Los escogidos tienen un destino “escogidos según la presciencia de Dios Padre”.  Esto es la predestinación: Dios escoge tu destino. Dios sabe de antemano aquellos a los que Él escoge (Él es omnisciente), Él elige (Él es omnipotente) y está con su pueblo para siempre (omnipresente). Él tiene un propósito para eso, el cumplir su plan para reunir a todo su pueblo con Él. Nuestro destino no es aceptación de este mundo sino el estar con el Señor en el cielo nuevo y en la tierra nueva.

         ¿Están nuestras prioridades en esta vida dirigidas hacia el cielo? ¿Serán su vida, su hogar, su salón de clases, su trabajo, su vecindario, y su iglesia una puerta de entreda hacia el cielo? Entonces debemos testificar, evangelizar, discipular a la gente para estudiar la Biblia y seguir al Señor. ¡Qué importante es estar en la iglesia para recibir la Palabra de Dios y estar preparados para el destino suyo y el de otros!

         Los escogidos están identificados por su obediencia fiel a Cristo y adoración del Dios verdadero. “Alabanza sea al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.”

         Pedro inicia esta alabanza identificando al Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo.  El escogido creerá en el Dios trino a través de la fe en Jesucristo.

         Hay muchos que dicen que creen en Dios el Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero lo niegan. Algunos grupos, como los mormones, hablan acerca del Padre, pero Él no es el Padre eterno. Ellos creen que Dios el Padre nació en otro planeta y tiene otro padre. Otros grupos dicen que ellos creen en Jesús pero no lo adoran como Dios. Ellos dicen que Él es la primera creación de Dios. Esto significa que antes de que Jesús naciera, el Padre eterno no era un Padre; así que ellos niegan tanto al Padre eterno y al Hijo eterno y solo para ser consistentes también niegan al Espíritu Santo eterno.

         Otros declaran la formula de la Trinidad, ¡pero tienen un dios malo y perverso! De acuerdo a ellos Dios hace pecadores así que el debe aceptar el pecado. Dios hizo a los adúlteros, homosexuales, y pedófilos, así que ¿cuál es nuestro problema en aceptarlos? Sin embargo, Dios crea a gente, personas, criaturas, Él no crea a pecadores. Somos pecadores porque estamos destituidos de la gloria de Dios. Sólo por la gracia de Dios somos reconciliados con Dios de la manera en la que Él desea que seamos.

         El rechazo de la doctrina de la elección de Dios es común entre los Evangélicos conocido como Arminianos. El precio de este rechazo es muy alto. Significa que hay que rechazar la elección eterna de Jesucristo, hay que negar la soberanía de Dios y descalificar el sentido claro del texto que dice, “a los escogidos.”

         Pedro escribe que Jesús fue “ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1 Pedro 1:20). Pablo afirma que la elección de los creyentes también fue “antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4). El texto no dice, “durante la fundación del mundo, o sea, durante la creación. Tampoco dice, “después de la creación del mundo” o sea, después de la caída. El texto dice, “antes.” Es un término de tiempo y habla de un pasado antes de la creación del mundo.

         La negación de la elección de Dios es una falta de entendimiento de la eternidad de Dios. Dios es eterno. Un día es como unos mil años. Dios está encima del tiempo. Pues, Dios existió antes de la fundación del mundo. Dios realizó su plan eterno desde antes de la fundación del mundo (Juan 17: 5-6  Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra/ 24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.).

         Rechazar la elección de Dios es negar la soberanía de Dios. Es simplemente decir que Dios no puede elegir a alguien. Esta negación puede ser porque la persona piensa que el hombre debe elegir primero. O sea, el hombre es soberano en decidir el destino de su salvación. En este caso, el hombre es soberano y Dios responda a la voluntad del hombre.

         Hay personas que niegan la elección eterna de Dios para exaltar al libre albedrio del hombre. Sin embargo, la elección de Dios no va en contra del libre albedrio del hombre. El hombre fue creado a la imagen de Dios. Parte de esta imagen y parte de la responsabilidad del hombre es usar la libertad para obedecer a Dios. Es Dios quien define la libertad porque solo Dios es libre. La libertad humana es delegada y debe responder a la libertad de Dios. El hombre debe conocer la verdad de Dios, “Y la verdad los hará libre” (Juan 8:32). “Así que si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres” (Juan 8:36).

         Otro argumento humanista contra la soberanía y elección de Dios es que esta doctrina no está de acuerda con la justicia de Dios. El apóstol Pablo observa:

          “¿Qué, pues, diremos, ¿Qué hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no depende del que quiere, no del que corre, sino de Dios que tiene misericordia” (Romanos 9:14-16).

         ¿No es la doctrina de la elección de Dios en tipo de fatalismo? El fatalismo es la enseñanza que todas las cosas son programadas, y “que será será.” La diferencia entre el fatalismo y la doctrina de elección es que Dios elija con propósito divino y santo. Pablo escribe, “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro efecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado” (Efesios 1:4-6).

         Jesús, Pedro, Pablo y los apóstoles y autores del Nuevo Testamento no escondian la doctrina de la elección de Dios. Para ellos, Cristo es el Elegido de Dios y los creyentes conocen su elección por fe en Cristo Jesús, “Y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso” (1 Pedro 2:6-7).

         Jesús oró al Padre, “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que le mundo fuese. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste, tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti…Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo (Juan 17:5-7).

         Pablo escribe, “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4).

         El apóstol Juan inicia su epístola con, ”Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida” (I Juan 1:1).

         El apóstol Judas escribe sobre el predestino de hombres malos, “Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que dese antes habían sido destinados para esta condenación” (vs. 4).

         Pedro lo deja claro. El trino Dios elige a su pueblo y su pueblo adorará al trino Dios que ha llegado a conocer por la fe en Jesucristo.