1 Pedro 1:1-2: Pedro, apóstol de Jesucristo, a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, según la previsión de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre: Que abunden en ustedes la gracia y la paz (NVI 1999)
EL HIJO DE DIOS ES EL SACRIFICIO PARA EL ESCOGIDO
Los apóstoles son enviados por Jesucristo. Pedro se identifica con Jesucristo. Jesús es el Salvador de su pueblo (Mateo 1:21). Jesús es el Mesías y Ungido (Cristo) de Dios quien dirige a su pueblo para servir al Dios el Padre (2 Pedro 2:9). Pedro es enviado por Jesucristo, la Cabeza del Cuerpo de Cristo, el Señor del pueblo de Dios.
Los escogidos están relacionados con Jesucristo. La primera mención de Jesús en la epístola es que el apóstol se identifica a sí mismo como apóstol y mensajero “de Jesucristo” .
En el siguiente versículo se hacen dos referencias más. Pedro habla acerca de la obediencia a Jesús y el derramamiento de la sangre de Jesús. La doctrina de la elección solo se puede entender en la revelación de Jesucristo.
Primeramente. El Padre que elige, elige a través de Jesucristo. El misterio de la doctrina de la elección está revelado en Cristo. “He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado” (2:6).
Jesús fue elegido “antes de la fundación de mundo” para salvar a su pueblo (vs. 20). Los creyentes son elegidos en Cristo antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4,5). No se puede separar la predestinación de Jesús de la predestinación de los elegidos.
Segundo, todos aquellos que realmente creen en Cristo son escogidos. En lugar de especular porqué el Padre escoge a algunos y no a todos, debe de saberse que el propósito del Padre siempre es expresado a través de Jesucristo así que todos aquellos que verdaderamente creen en Jesucristo son parte de los escogidos.
Tercero, Jesús prepara el camino para que los escogidos se relacionen con el Padre. Él se convierte en su substituto sacrificial. Por medio del sufrimiento, muerte y resurrección de Jesús, los escogidos pueden vivir en la presencia de un Dios santo.
1. Dios trino destino de Jesús para ser el Salvador del pueblo de Dios (vs. 20).
2. Jesús nació para ser el representante de los creyentes ante el Padre. Él es el Hijo del hombre.
3. Jesús cumplió las demandas de la ley moral para que por fe en Jesús podamos vivir en el cumplimiento de la ley.
4. Jesús cumplió la ley ceremonial dada a los profetas y sacerdotes en el Antiguo Testamento, para que ahora, a través de su vida, muerte y resurrección tengamos a Jesús como nuestro profeta y sumo sacerdote.
5. Jesús sufrió en las manos de gente malvada. Pedro anima a los cristianos perseguidos, incluyendo a muchos que eran esclavos, a que enfrenten el sufrimiento como Él lo hizo y confiar en la vindicación de Dios.
6. Jesús fue abandonado o rechazado por el Padre en la cruz, en nuestro lugar, para que nosotros pudiésemos ser aceptados. La ira de un Dios justo fue apaciguada por el sacrificio.
7. Jesús resucitó. Sin su resurrección no podemos ser resucitados. Él es el primer fruto de la resurrección. Él prepara el camino para su pueblo.
8. Jesús reina ahora. Él es el Rey de reyes. Jesús es Rey en su reino. Por su Palabra y Espíritu Él reina a través de nosotros. Su reino está representado espiritualmente sobre la tierra a través de sus profetas, sacerdotes y reyes. Somos co-regentes en su reino.
9. Jesús es el único sumo sacerdote ahora. Oramos e intercedemos por medio de él. Nosotros somos sus sacerdotes.
10. Jesús nos habla a nosotros (a través de la Biblia, la predicación). Nosotros debemos ser profetas de Dios. El mundo ridiculiza a los profetas modernos quienes anuncian el mensaje de salvación y denuncian los pecados de la cultura. Pero ¿sabe algo?, ¡el anunciamiento del evangelio y la denuncia del pecado nunca cambian! El mundo cambia en cuanto a su aceptación y tolerancia del pecado pero el evangelio nunca cambia.
11. Hay muchos que, a pesar del sacrificio sustitutivo de Jesús, lo rechazan.
Cuarto, todos los que sinceramente rechazan a Jesucristo no son escogidos. Jesús es rechazado por los hombres. “Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa” (1 Pedro 2:4). El que los hombres rechacen a Cristo, El Escogido, no debería caer como sorpresa. Ellos están afirmando su propia condición, su mentalidad de rechazo lo cual eventualmente los guía al castigo eterno.
Quinto, Jesús, el Sirviente Sufriente, está con su pueblo en medio del sufrimiento. El rechazo de Cristo tiene implicaciones para los discípulos de Cristo. Tal como Cristo fue perseguido, así no es una sorpresa que los mismos rebeldes van a perseguir a los discípulos de Cristo.
Los primeros judíos cristianos debieron haber quedado anonadados de ver el rechazo total hacia Jesús por parte de sus líderes religiosos y compatriotas. ¿Cómo puede ser que Jesús fue crucificado? ¿Por qué es que las autoridades religiosas judías denunciaron a los cristianos y buscaron su exterminación? Si los cristianos no andaban por ahí matando a gente, ¿por qué querría la gente matar a su líder y a sus seguidores?
El rechazo de Dios también se puede ver hoy en la cultura de la muerte. ¿Cuál fue el resultado de los líderes judíos y otros que rechazaron al Mesías? Su muerte en la cruz. ¿Cuál fue el resultado del rechazo de los romanos hacia la cristiandad? Ellos trataron de pisotearla con persecución mortal. Todas estas acciones representan la cultura de la muerte.
Los protestantes liberales y algunos evangélicos afirman lo que se le llama “pro-opción.” Usted a escuchado este argumento “Estoy en contra del aborto pero estoy a favor de la opción de la mujer.” Esto por supuesto ha llevado al aborto. Tal posición significa que una mujer puede decidir matar a su bebé, todo fundado en su exaltada opción. En el 2025, estamos acercándonos a los 500 millones de abortos. Y los “cristianos” que aprueban esto siguen cargando sus biblias a la escuela dominical, enseñando en la escuela dominical, predicando de los púlpitos, están en plena comunión en sus iglesias locales y aparecen con evangelistas importantes en la portada de revistas cristianas.
¿De dónde proviene tal rechazo mortal? Pedro lo presenta de esta manera. Es porque nuestro primer nacimiento es de simiente corrupta, una simiente contaminada por el pecado. Este pecado siempre rechaza la voluntad de Dios y lo que Dios quiere (1 Pedro 1:23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre). Y la simiente corrompida forma una comunidad corrompida, aunque sea religiosa y política, es conocida por su rechazo al Dios trino y a su pueblo y por la cultura de la muerte. Mientras tanto, los escogidos, nacen de una simiente incorruptible que guía a la vida por medio de Jesús (1 Pedro 1:3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,).
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