Este problema ha
estado en mi corazón por los dos últimos años. He estado consciente dolorosamente
del declive del conocimiento general bíblico entre los creyentes de nuestros
días. Esta falta de conocimiento ha sido la raíz de la causa de mucho de los
problemas de la iglesia contemporánea. Yo sé que los creyentes modernos aman a
Dios de la misma manera como las generaciones pasadas lo amaban a Él y a Su
palabra, ¿entonces cuál es la causa de la degeneración en nuestro entendimiento,
no solamente del contenido de las escrituras, pero que significa y como se
aplica hoy en día?
En mi opinión un
sentimiento de frustración ha causado que la mayoría de los cristianos llegaran
a ser indiferentes y apáticos acerca del estudio e interpretación de la Biblia.
Esta apatía es discernible en varias áreas de la vida moderna. Uno de los
mayores problemas es nuestra actitud cultural del consumismo.
Nosotros como un
pueblo estamos acostumbrados a la gratificación instantánea de todas nuestras necesidades.
Nuestra cultura ha vuelto a la mentalidad industrial de la comida rápida en una
norma cultural.
Estamos acostumbrados
a que un producto sea disponible inmediatamente y consumido instantáneamente.
La madurez
cristiana basada en el conocimiento de la Biblia y estilo de vida diario no
puede acomodarse a esta expectativa cultural. El conocimiento bíblico solamente
es disponible al pagar un precio personal de oración, persistencia,
capacitación, estudio regular y aplicación personal. En realidad, la mayoría de
los creyentes modernos se encuentran en el camino del materialismo americano
del siglo veintiuno y no están dispuestos a pagar tal precio personal.
También, la
dicotomía no bíblica entre el clero y el laico ha agrandado el problema. Todo
parece que nuestra mentalidad “que lo hagan otros” ha liberado a la mayoría de
las persona laicas del sentido de una necesidad de estudiar y entender
personalmente la Biblia. “Que lo haga el pastor” ha llegado a ser la mentalidad
de la gente. El problema con esta mentalidad es “¿Qué tal si el pastor mal
interpreta?” o “¿Qué tal si cambia el pastor?” Esta actitud apática va alrededor
de la verdad bíblica y el énfasis de la reforma (Lutero) de la doctrina de la
“competencia del alma” (1ra. de Pedro 2:5-9; Apocalipsis 1:6). Esto refuerza nuestra
tendencia de “sociedad de ganado”. Tiene la tendencia de enfocar sobre la
responsabilidad espiritual lejos de uno y sobre otros. Nuestros líderes llegan
a ser intermediarios o gurú en vez de “jugadores, entrenadores” (Efesios
4:11-12). No solamente tenemos como cultura una vida dividida entre los secular
y lo sagrado, sino que hemos delegado lo sagrado a lo sustituto.
Otra causa mayor
de apatía entre la mayoría de los creyentes moderno en el área de estudio
bíblico es la tendencia de crecimiento moderno hacia la especialización. El
estudio bíblico ha llegado a ser el campo técnico de los especialistas
entrenados. Los principios y procedimientos son tan complicados e involucran que
uno se sienta incompetente a menos que tengamos un doctorado en lingüista,
griego, hebreo, hermenéutica y teología. Esto introduce el peligro del gnosticismo
moderno que es verdad espiritual disponible sólo a una élite intelectual. De
hecho aún la élite no está de acuerdo. Parece que aún habilidades técnicas no
traen consenso.
Esto trae la
otra razón por la apatía, que son las múltiples interpretaciones. No solamente
uno es confrontado con las diferencias denominacionales, pero aún dentro de las
denominaciones hay una divergencia de opiniones. Es por eso que la mayoría de
los creyentes están confundidos ante tanto desacuerdo, que se presenta de una manera
apasionada y con estilo dogmático.
No hay comentarios:
Publicar un comentario