} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: 11/01/2024 - 12/01/2024

jueves, 28 de noviembre de 2024

LIBRO DE RUT 4

 

1)    MISERICORDIA Y DESCANSO EN DIOS

 

Después de publicar la dinámica de la narración del capítulo uno del libro de Rut, es pertinente  identificar los elementos de la narración que atañen específicamente a los rostros humanos que aparecen en la lectura. Es decir, el conocimiento desencadenante de la historia, desde la humanidad de Noemí y Rut. En este sentido, intentaremos descubrir la complejidad de movimientos, sentimientos y decisiones que afrontan estas mujeres protagonistas en el relato.

Por consiguiente, nos corresponde leer nuevamente el capítulo primero para ver como reaccionan las personas ante las situaciones de la realidad y como ellas son vitalmente reconfortadas por el accionar de Dios a favor de sus criaturas amadas y un acercamiento a las dinámicas humanas de vida. Es un análisis crítico de las decisiones, aflicciones y alegrías.

Mediante un estudio así, es posible conocer de cerca los elementos que marcan la historia desde esta óptica. Es decir, ¿cómo podemos ser consolados por Dios en medio de la prueba? ¿Cómo entender las distintas situaciones de dolor y angustia por las cuales pasamos? Además, nos invita a ver la mano providente y fiel del Señor acompañando, dirigiendo y pastoreando a sus hijos en medio de las distintas situaciones emergentes. Es una lectura desde el punto de vista humano, con la mirada puesta en el Señor. Un acercamiento a los sentimientos, pensamientos y decisiones de las protagonistas, las cuales son especialmente dirigidas por el cuidado paternal y pastoral del Padre eterno.

En el transcurso de este estudio, presentaremos una radiografía de las protagonistas, en especial de Noemí, quien es presentada en el capítulo con más fuerza. También, conoceremos aspectos relacionados con la vida de Rut, una mujer moabita. Caminaremos paso a paso, por años de sufrimiento, esperanza y respuesta, para conocer de cerca la cotidianidad de ellas. La lectura de este modo, nos permitirá comprender la forma como son llevados los escogidos, a delicados pastos. Éstas situaciones aparentemente sin sentido, son valiosas y necesarias para el Señor afirmar los pasos de sus seguidores. La vida y el peregrinaje cristiano, serán fácilmente comprendidos con rostros propios y con historias marginales, laterales e insospechadas. Esta lección, será desarrollada considerando las variables de la misericordia de Dios y el descanso que otorga a sus sufrientes hijos.

 

TU TIERRA SERÁ MI TIERRA

 

Es muy importante, para toda persona, la tierra. Uno de los aspectos que nos da identidad es la tierra de donde somos, a la que pertenecemos. Por consiguiente, para nacionales y extranjeros, la tierra es decisiva en el sentido de identidad que tenemos de nosotros mismos.

En este sentido, vamos a considerar los aspectos relacionados a la tierra, los cuales están siendo descritos en el capítulo uno.

La lectura del libro de Rut comienza hablándonos de tierra. Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra…(Rut 1;1). Es en la tierra de residencia, que se presentan situaciones de hambre, las cuales producen el desplazamiento de las personas en busca de alimento. Hemos de notar que quizás, esta no fue la única familia que se movilizó en busca de sustento. Lo interesante del caso, es que ésta es la única narración real que tenemos de esa situación histórica angustiante.

Al igual que en esos días, hoy, son muchas las regiones del país y del mundo que están sufriendo los rigores del hambre. Esta causa natural de desplazamiento, es un tanto violenta y angustiante. Se ponen en camino para sobrevivir, ante las inclemencias de la crisis agrícola y de cosecha en tierra de Belén. Lo que suena un poco irónico, es que Belén, siendo la ciudad del pan, está pasando por una gran necesidad a tal punto de propiciar la migración de sus ciudadanos. La escasez alimenticia, es una de las causas que promueven en nuestros tiempos el desplazamiento forzado.

Hemos de meditar, que quizás, esta familia, entre muchas, no parten de su tierra con gozo, si no con dolor. Van en pro de salvaguardar la vida, ante los rigores de la naturaleza.

Desconocemos las razones, por las cuales, esta familia decide ir a esta tierra. “Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos” (verso 1b). No obstante, podemos inferir, desde nuestra óptica, que esa es una región que por el momento está abundando en cosechas, lo que les facilita la supervivencia.

Así, como Abraham tuvo que emigrar a Egipto, en situaciones similares, lo hace esta familia. También Jacob y sus hijos van a vivir a Egipto, por razones de una gran hambre.

En consecuencia, lo de Noemí y su familia, es el común denominador de personas bajo condiciones muy parecidas. No rehúsan salir camino a tierra extranjera. No sabemos, si ellos conocían estas tierras o tenían conocidos allí. Lo que si es seguro, es que la mano providente del Señor, esta dirigiendo sus pasos.

Llegan a tierra desconocida y se instalan allí. “…Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí (Verso 2). Solo podemos imaginarnos lo complicado de ubicarse en tierra desconocida y comenzar una nueva vida. Sin embargo, la gracia maravillosa del Señor les dirige y sostiene. Al morir los hombres, Noemí, queda desamparada de su esposo y sus hijos. Algo bastante complicado para una mujer judía. Por lo tanto, hemos de suponer los múltiples interrogantes que transcurren por su mente. Consideremos lo que significaba para una mujer judía, y para cualquier mujer, afrontar la viudez y el desamparo.

Quedar viuda era una severa disciplina para una mujer, en especial, si quedaba sin hijos, como es el caso de Noemí. No obstante, la legislación hebrea se ha caracterizado siempre por su solicitud para con las viudas y, juntamente con los huérfanos y extranjeros, hacía provisiones especiales para ellas (Exodo. 22:21-22 21 Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto. 22  A ninguna viuda ni huérfano afligiréis; Deuteronomio. 14:29 Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, y el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y serán saciados; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren.; 16:11 te alegrarás delante de Jehová tu Dios, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita que habitare en tus ciudades, y el extranjero, el huérfano y la viuda que estuvieren en medio de ti, en el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner allí su nombre., 14 Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. ; 24:17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda,  ; Jeremías 7:6 y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro). Aun en los tiempos pre mosaicos se reconocía la situación de la viuda sin hijos, y se establecían disposiciones para ella (Génesis 38), las que fueron formalmente impuestas bajo Moisés (Deuteronomio 25:5 Cuando hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco)  

No obstante, enfrentar la viudez y la soledad en una nación extranjera, no era nada favorable para una mujer. Quizás, esta es una de las razones que motivan a Noemí a regresar a su tierra, con la seguridad que estas disposiciones legales, para su condición, le beneficiaran. La viudez y soledad eran motivo de vergüenza y oprobio, por estar desprotegidas de una figura paternal y varonil que las amparara y diera seguridad.

Esa es una de las razones por las cuales Dios se ocupa de las viudas, huérfanos y extranjeros. Dado que con frecuencia los hombres descuidan a las viudas, Dios se ocupa especialmente de ellas (Salmos 68:5 Padre de huérfanos y defensor de viudas  Es Dios en su santa morada.; 146:9 Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna.; Proverbios 15:25 Jehová asolará la casa de los soberbios; Pero afirmará la heredad de la viuda.), y la bondad para con ellas se elogia como una de las marcas de la verdadera religión (Job 29:13 La bendición del que se iba a perder venía sobre mí,

 Y al corazón de la viuda yo daba alegría.; Isaías 1:17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.).

Podemos reconocer que en este momento Noemí es una mujer en desventaja en una sociedad patriarcal. Su desventaja se debe a ser mujer, viuda, extranjera, pobre y anciana. Éstos cinco aspectos de asimetría se potencializan por el dolor y la soledad del presente.

Después de habitar por una década en estas tierras, es víctima de las más nefastas consecuencias, las cuales son dirigidas para la gloria de Dios y para la bendición de mucho pueblo. “Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan(Rut 1; 6).

Es interesante como este relato habla de la tierra, el destierro, el desarraigo al cual nos vemos abocados bajo distintas circunstancias. Una nota de misericordia y esperanza es la noticia que llega a oídos de Noemí. En tierra extranjera, esta mujer recibe una noticia de misericordia. Dios ha visitado a su pueblo para darles pan. No todas las noticias son malas.

En medio de tanto dolor y desolación se cierne una valiosa y buena noticia.

Se fue de Belén por falta de pan. Ahora la noticia de la cosecha en Belén, la lleva a decidir regresar. El amor protector y sustentador de Dios se hace una vez más evidente para ésta “desventurada” mujer. Con esta noticia resonando en sus oídos, se levanta para regresar a su tierra. Podemos considerar que durante estos diez largos años, Noemí, no se ha olvidado de su tierra. Esta al tanto de cualquier noticia sobre su pueblo. Es esta la razón, por la cual tiene una “buena nueva”, la cual hace brillar su rostro y soñar con el retorno.

Sin mediar palabra, ni razonarlo mucho, se levanta en compañía de sus nueras para regresar a su tierra. Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá(Rut 1; 7). La tierra de Judá es su nuevo destino. Va con la esperanza de retornar a su tierra y disfrutar de la abundancia del soberano Dios. La noticia que recibe esta mujer en tierra de Moab, es sobre la gracia de Dios al abundarles con alimento en Belén, por lo que emprende su peregrinaje.

Esta caminata silenciosa es recreada por la compañía abnegada y silenciosa de sus nueras.

La solidaridad de ellas para con su suegra es muy elocuente. Las acciones de estas decididas mujeres ponen de manifiesto el amor que tienen por Noemí, la comprensión de su dolor y el compromiso de seguir a su lado. No obstante, Noemí se detiene en la travesía para pedir a sus nueras que retornen a tierra de Moab. Noemí, hace alusión a que regresen a casa de su madre, para ser consoladas, quizás. Hace una argumentación un tanto verdadera sobre el futuro incierto y sin esperanza que tienen ellas a su lado. Así como Noemí cree que no tiene futuro, considera que no lo habrá para sus fieles compañeras; Orfa y Rut.

Ante la insistencia de Noemí para que retornen a su tierra, Orfa accede a las suplicantes palabras de su suegra querida. Por el contrario, Rut toma otra actitud resuelta, pese a la insistencia y argumento de Noemí. “Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré” (Rut 1; 16). Es tanta la reiteración de Noemí, que Rut reacciona tan decididamente.

Nos podemos preguntar ¿por qué Noemí no quería que Rut le acompañase? ¿Estaba pensando en su nuera o en sí misma? ¿Tenía temor de que Rut fuese a Belén y conociese su tierra y su gente? ¿Estaba tan convencida Noemí de su argumento, que considera la mejor opción para Rut regresar a Moab? ¿Qué sentimientos embargan a Noemí en realidad?

Es difícil encontrar respuesta a cada uno de estos interrogantes. Lo que sí queda de presente es la firme resolución de Rut de seguir al lado de Noemí. Nos podemos preguntar, respecto a Rut: ¿Qué era lo que motivaba tanto a Rut a seguir al lado de Noemí? ¿Por qué prefiere Rut renunciar a su tierra y adoptar la tierra de Noemí? ¿Tenía Rut conocimiento de la tierra para la cual iba? ¿Estaba tan dolida que, no quería calmar el dolor en su tierra y prefería ir al extranjero? ¿Noemí había sido tan buena suegra, que no tenía sentido dejarla sola? ¿Se solidariza con el dolor de Noemí, sabiendo que es la tercera parte del suyo? ¿Ha calculado Rut lo que significa adoptar la tierra de Noemí como la suya? ¿Tal actitud no podría ser tildada como desprecio y desapego a su propia tierra?

Lo que si es bien seguro, es que en todo esto, está la mano misericordiosa y piadosa del Señor para dirigir a Noemí y sostener a Rut como su fiel guardiana. Es tanta la firmeza de carácter sobre este asunto, que lo reitera una y otra vez, como para que no le quede duda a Noemí. “Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos” (Rut 1; 17). Rut apela a la muerte como la única que podrá separarlas. También decide morir donde muera su suegra y ser sepultada allí mismo. Tal ejemplo es admirable. Pero, ¿estaba consciente Rut de esa decisión o simplemente está evadiendo pasar el dolor en su tierra? ¿Intenta olvidar el dolor por la pérdida temprana de su esposo? ¿Esta resolución, es una actitud obsesiva o consciente? Mientras avanza el relato, obtendremos algunas de estas respuestas.

Tu tierra será mi tierra, indica la nueva identidad que Rut acepta al llegar a Belén. Una tierra nueva y abundante, después de ese largo desierto la espera. Ella, por la fe y con valor, audacia y carácter acepta su nueva tierra como propia. En todo este desenlace, es posible ver los rayos destellantes de la misericordia de Dios para la sufrida Noemí. Por su parte, sin saberlo, quizás, Rut recibirá la misericordia sin límites por su abnegada decisión.

Al igual que Abraham que es llamado a dejar su tierra y su familia, Noemí inicialmente debe dejar su tierra Belén para ir a Moab; posteriormente, le corresponde a Rut dejar su tierra Moab, para ir a Belén. Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él(Génesis 12:1-4).

Parece ser que estas mujeres llevan en su corazón la esperanza de la bendición Abrahámica, por lo que no desisten por ninguna razón. Por el contrario, caminan en pos de la promesa.

Como el Pueblo de Israel, caminó por el desierto inhóspito, para llegar a la tierra prometida; Rut cree firmemente, que la tierra a la que se dirigen, es una luz de esperanza.

Es posible que Noemí, le haya hablado de su tierra y sus costumbres, lo cual entusiasma a esta joven mujer a seguir sus pisadas. La actitud de desprendimiento de su tierra y la convicción de adoptar una nueva tierra como la suya, es altamente admirable. Solo podemos decir, que es el anuncio público e insistente de la dirección amorosa y fiel del Señor para ellas y su posteridad. Por lo cual Noemí, opta por no decirle nada más.

Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?” (Rut 1;19). Llegar a Belén es tocar la tierra esperada para Rut y añorada por Noemí. Es un signo de maravillosa esperanza, estar en la casa de la abundancia de pan. Allí serán sustentadas, la tierra anuncia la abundante cosecha. No fue equivocada la decisión de regresar para Noemí y de proseguir hacía Belén, para Rut. El sol se levanta radiante cada vez más, ante sus expectantes ojos.

Ya no están buscando tierra. Han llegado a la esperada. La tierra da identidad, seguridad y supervivencia a quienes la tienen. Noemí puede descansar tranquila con su nuera Rut, porque han entrado a la ciudad de la esperanza. “Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.” (Rut 1; 22). Las señales de la cosecha en la tierra afincan más la esperanza y la seguridad de lo acertado de estar en Belén. Tu tierra será mi tierra; ¡que bendición! Estas mujeres no tienen esposos, ni hijos; pero tienen una tierra que las recibe.

miércoles, 27 de noviembre de 2024

ESTUDIO LIBRO DE RUT 3

 

1)    ÉL ES JEHOVÁ TU DIOS (tercera parte)

 

Rut 1:21  Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?

Rut 1:22  Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

 

DIOS TODOPODEROSO EN SU ACCIÓN

 

Después de reflexionar en la anterior publicación sobre la soberanía de Dios en todas las cosas, circunstancias y personas y de meditar en la incomprensión que tenemos sus hijos, frente a su carácter; estudiaremos las acciones providentes del Señor para sus seguidores. No debemos avanzar, sin reconocer que el carácter de Dios, para sus hijos, con frecuencia, es un signo desconcertante y difícil de entender. Sin embargo, su Espíritu, es quien nos lleva diligente y perseverantemente de la mano para que reconozcamos su gracia inagotable y sus deleitosos y verdes pastos. “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará(Salmo 23:1-2).

Todas las acciones que provienen de la mano de Dios son poderosas. Es decir, revelan el poderío y magnificencia del Creador. Lo que vemos en el capítulo uno es una expresión potente para atraer a sus escogidos al redil. Algunas de las acciones poderosas de su obrar, expuestas con claridad o entre líneas en el capítulo uno son: el hambre en la tierra de Belén, la abundancia en tierra de Moab, la guía fuerte de Dios para llevar esta familia a tierra extrajera. El matrimonio de sus hijos con mujeres extranjeras. La muerte de los tres varones de la familia. La noticia sobre la cosecha en tierra de Belén. El regreso de Noemí a Belén.

La compañía fiel y abnegada de Rut a favor de su suegra. La luz que hay en el corazón de Noemí sobre la soberanía del Señor en todo su dolor.

Noemí está afrontando en carne propia las inclemencias, según ella, del poder de Dios sobre su vida. Es de anotar, que todos estos años están llenos del poder de Dios sobre esta mujer. No obstante, sólo lo reconoce públicamente, cuando su dolor es llevado a la máxima expresión. Allí, publica que su Dios es Todopoderoso. Esta proclamación de una de las perfecciones del Señor no esta asociada a la bendición, si no al dolor y la aflicción. ¿No reconoce Noemí, el poder de Dios al guardarla y traerla de regreso? ¿Entiende el poder del Señor, al darle la compañía inseparable de Rut?

Pareciera a nuestros ojos, según lo describe la narración, que ésta sufrida mujer, sólo reconoce el poderío del Señor cuando toca fondo en su dolor y angustia. Nos preguntamos ¿no había poder de Dios al sustentarla durante estos años? ¿Su poder se hace evidente sólo para afligirnos y azotarnos? A pesar de esta errada apreciación, lo que sí reconoce Noemí, es que la realidad de su vida adolorida es la manifestación de su gran poder.

Debemos revisar como solemos reaccionar ante las decisiones de Dios, que nos causan dolor. Son muchos los personajes bíblicos que afrontaron adversidades. Entre ellos tenemos a Job, Jeremías, Elías, Jonás. Ante las pruebas, reaccionaron de varias formas. En general fueron inspirados a reconocer el poder y la autosuficiencia del Señor al pasarlos por ella. “El es sabio de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra él, y le fue bien?” (Job 9:4). Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada. Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa” (Jeremías 20:11-12).

Con frecuencia, culpamos al Señor por su disciplina y no nos gozamos en ella, como privilegiados de Dios. Debemos aprender a gozarnos en las situaciones incomprensibles de la vida del creyente. Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas(Santiago. 1:2). Cada situación de prueba es dolorosa, pero necesaria para nuestro crecimiento espiritual. Por lo cual debemos estar agradecidos con el Señor. Recordemos que el libro de hebreos nos exhorta a reconocer los propósitos finales de la disciplina impartida por el Señor a nuestra vida. Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados” (Hebreos 12:11).

Ante las pérdidas, incomprensiones, amarguras y aflicciones, debemos dulce y confiadamente reconocer el poder del Señor. Su gracia nos ha alcanzado y sostenido. Con brazo fuerte ha abierto camino para que pasemos y nos ha sostenido con su inagotable gracia. Meditemos en acciones poderosas del Señor a favor de su pueblo.

El poder del Señor se hizo evidente en escoger un pueblo para sí y en liberarlo de la esclavitud. Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder(Deuteronomio 4:37). El salmista alaba al Señor porque su poder es notorio entre los pueblos y digno de ser reconocido y publicado por todas las épocas y personas. “Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, Y yo publicaré tu grandeza. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, Y cantarán tu justicia” (Salmo 145:6-7). Aun Jesús en la oración del Padre nuestro, nos enseñó a reconocer el señorío de Dios en todas las cosas y sus infinitos límites. “…porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos” (Mateo 6:13). El apóstol Pablo inicia su carta a los romanos expresando la comprensión del poder sobre natural de Dios, razón por la cual son inexcusables ante su presencia. “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos. 1:20).

Al igual que Noemí, otros siervos de Dios, fueron inspirados a reconocer el gran poder de Dios, en distintas circunstancias y bajo distintas motivaciones. El Señor al llamar a Abram le manifiesta este aspecto de su carácter. Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto” (Génesis 17:1). Ante el sufrimiento, Job nos alienta a aceptar humilde y esperanzadoramente la corrección del poderoso Creador. He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopoderoso” (Job 5:17). “Él es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; Y en juicio y en multitud de justicia no afligirá(Job 37:23).

El apóstol Juan, termina de escribir Apocalipsis, y hace resonar en nuestros oídos la proclamación del poder inalcanzable de Dios, a favor de sus hijos. Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!” (Apocalipsis 19:6).

Un Dios poderoso todo lo puede. Por lo cual, debemos estar confiados y seguros en sus manos. Con Él todo lo que sucede es para bien. Es posible deleitarnos en Él porque todo lo hace bueno en gran manera. Al igual que el himno que se repite una y otra vez como un estribillo, en Génesis capítulo uno, todo lo hace bueno. Porque afanarnos y angustiarnos ante todo lo que Él permite a sus hijos. ¿Por qué no descansar en su gracia soberana, con la seguridad que el hijo de la historia de nuestra vida está magistralmente siendo sostenido y llevado a un feliz término por el Señor de todas las cosas? Esa seguridad en el corazón, aunque nublada por los avatares de la vida, es la que sostiene a Noemí y a Rut en su retorno a Judá.  

martes, 26 de noviembre de 2024

ESTUDIO DEL LIBRO DE RUT 2

 

1)            ÉL ES JEHOVÁ TU DIOS (segunda parte)

 

INCOMPRENSIBLE EN SU CARÁCTER

 

La soberanía de Dios es la expresión de su carácter. En este sentido, al desplegarse su control poderoso, se pone de manifiesto el carácter del Señor. Cada acción, decisión o realidad, de la que somos objeto, es la presentación de acciones características y perfecciones de Dios. Por lo cual, los eventos en perspectiva bíblica y teocéntrica, nos llaman a reconocer, adorar y exaltar una bondad específica del carácter Creador.

Por consiguiente, estudiar el cuidado de Él para sus hijos, es adentrarnos en aspectos de su ser y obrar. Consideremos algunos de los aspectos de la esencia de Dios, manifiestos en el capítulo uno. En esta lección se exalta la soberanía en los eventos históricos. También, su providencia. Esta tiene que ver con su provisión para el sustento de la creación y las cosas creadas. Consideremos las implicaciones y alcances de la providencia divina.

 Dios, el Gran Creador de todo, sostiene (Hebreos 1:3  el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,) dirige, dispone, y gobierna a todas las criaturas, acciones y cosas (Daniel. 4:34-35 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35  Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?; Salmo 135:6 Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos.; Hechos 17:25-28 ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.26  Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27  para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28  Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. ) desde la más grande hasta la más pequeña (Mateo  10:29-31  ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30  Pues aun vuestros cabellos están todos contados. 31  Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos.), por su sabia y santa providencia (Proverbios 15:3 Los ojos de Jehová están en todo lugar,  Mirando a los malos y a los buenos.  ; Salmo 145:17 Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras.; 104:24  ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!  Hiciste todas ellas con sabiduría;   La tierra está llena de tus beneficios.), conforme a su presciencia infalible (Hechos 15:18 Dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.; Salmo 94:8-11 Entended, necios del pueblo;  Y vosotros, fatuos, ¿cuándo seréis sabios? 9  El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá? 10  El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?  ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia? 11  Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad) y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad (Efesios 1:11 En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad; Salmo 33:10-11  Jehová hace nulo el consejo de las naciones,  Y frustra las maquinaciones de los pueblos. 11  El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.), para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia (Efesios 3:10  para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales; Romanos 9:17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra; Salmo 145:7 Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,Y cantarán tu justicia.; Isaías 63:14 El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.; Génesis 45:7 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.)  

En este sentido, podemos argumentar que la descripción característica de Dios presentada en este libro, indica ampliamente, el cuidado y seguridad que Dios tiene de las cosas creadas, incluido el hombre y la mujer. Por lo cual, vemos en el capítulo uno, el accionar del Señor a favor de los suyos. Al proveer un sitio donde vivir temporalmente, al dar compañía y consuelo a la viuda y al facilitar el regreso de Noemí y Rut a tierra de Belén.

Pese al despliegue grandioso de Dios para sus hijas, es interesante ver la incomprensión que tienen de su extraordinario y providencial accionar. Noemí no entiende el sufrimiento, las pérdidas, los desplazamientos. Por tanto, entra en un estado de profunda depresión y confusión. Recordemos que en su providencia, Él mismo establece los fines y los medios, por los cuales se han de realizar sus planes (Hechos. 27:31 Pero Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros.,44 y los demás, parte en tablas, parte en cosas de la nave. Y así aconteció que todos se salvaron saliendo a tierra.; Oseas. 2:21-22 En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra. 22  Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel) a pesar de esto, Él es libre para obrar sin los medios (Oseas 1:7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes; Mateo 4:4 El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios; Job 34:10 Por tanto, varones de inteligencia, oídme:  Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la iniquidad.), sobre ellos (Romanos 4:19-21 Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 20  Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21  plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido;) y contra ellos, según le plazca (2 Reyes 6:6 El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar el hierro. ; Daniel 3:27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de fuego tenían.)  

En consecuencia, solemos hacer muchas preguntas ante las situaciones que soberanamente han sido planeadas, cuando las sufrimos en carne propia. Lo que se pone de manifiesto es la incomprensión, insatisfacción y desacuerdo ante sus sabias y justas decisiones. Noemí no es la excepción. “Y Noemí respondió: Volveos, hijas mías; ¿para qué habéis de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser vuestros maridos? 12  Volveos, hijas mías, e idos; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos, 13  ¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿Habíais de quedaros sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí. (Rut 1;11-13).

Aunque su razonamiento es veraz dentro de la lógica humana, no lo es así, desde la óptica divina. Podemos afirmar que Noemí, estaba muy preocupada por resolver su soledad, viudez y falta de hijos por su propia cuenta; para sí misma y para sus abnegadas nueras.

Se hace interesante, reconocer que los creyentes, ante la incomprensión de la gracia de Dios en las circunstancias adversas, son tentados a confundirse y a buscar remediar esas cosas por sus propios medios ineficaces y pecaminosos. También, a culpar al Señor por su trato hacía ellos. Al igual que Noemí, nos desahogamos, no reconociendo nuestras faltas, sino expresando la amargura y aflicción ante Dios. Tendemos a quejarnos, y descargar nuestra amarga situación, ante el justo y bondadoso Señor. “No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, pues la mano de Jehová ha salido contra mí” (Verso13).

Al llegar a la tierra natal, Noemí es recibida en Belén con sorpresa y admiración. Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?(Rut 1; 19). Lo interesante, es notar que esa sorpresa es por la apariencia que reflejaba esta abatida mujer. Es allí, cuando ella, saca a la luz toda la amargura, dolor y pesadumbre que le agobian. “Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso (Rut 1; 20).

Es nuevamente en casa, cuando puede procesar las pérdidas y ser consolada. Allí da rienda suelta a su sufrimiento. Puede hablar libremente, aunque sea de los amargos días que está pasando. “Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido? (Rut 1; 21). Después de largos días de caminar en silencio, meditando su sufrimiento, con la compañía silenciosa de su nuera Rut, ahora en Belén, exterioriza el dolor y la motivación que la traen de regreso. Llora su dolor y sus muertos. Es en Belén, donde comprende la totalidad de sus pérdidas y completa la elaboración del duelo.

Cuan interesante es que al manifestar su dolor y sufrimiento, Noemí reconoce la soberanía del Señor en cumplir su voluntad en ella, pese a ser dolorosa. Reconoce que todo ha venido de Dios. No atribuye ninguna mala decisión de su parte o de su esposo, aunque fuera posible. Por el contrario, exclama que el mismo Señor quien la sacó de Belén con las manos llenas, la regresa con las manos vacías. Este reconocimiento indica el grado de madurez al que ha sido llevada Noemí. No protesta contra Dios, si no que reconoce amargamente su soberanía. No se silencia ante sus coterráneos, si no que expresa su incomprensión ante las decisiones del Señor que le han sido dolorosas, con sabia y pública confesión.

Noemí no entiende como ahora todo ha cambiado. Se expresan muchos contrastes valiosos para la comprensión de este cuadro de sufrimiento. La familia sale de Belén, casa del pan, porque hay hambre. Llegan a Moab y se establecen con el infortunio para Noemí, de perder a su esposo y sus dos hijos. Su nombre que significa placentera, se ha convertido en amargura. Salió llena de esperanza, regresa vacía y en aflicción.

En realidad ¿Dios aflige a sus hijos? Aunque muchas personas consideran que un Dios justo y bueno no puede afligir a sus hijos, no obstante, vemos en este cuadro, la verdad sobre el asunto. La aflicción es uno de los medios que Él emplea para manifestar su poder, disciplinar a sus hijos y para glorificarse en medio de nuestras amarguras. Como en el caso de Job, hay una incomprensión por parte de Noemí de la realidad del sufrimiento. No obstante, en el cuadro dramático de Job, se nos revela el origen celestial y los propósitos divinos del infortunio. En el caso de Noemí no hay esa información, que daría respuesta a los lectores de las razones soberanas y celestiales que promovieron el dolor.

Noemí, está considerando la realidad presente con sus ojos de mujer. Sus ojos ven dolor, pérdida, aflicción, amargura. Parece que ella, cree lo que muchos creen, respecto a la vida, y es que todo tiempo pasado fue mejor. Al mirar atrás, quisiera regresar el tiempo y continuar disfrutando de lo que a su juicio era más placentero. Sin embargo, desde la óptica celestial, no ha acontecido nada que no contribuya para la gloria de Dios y para la bendición de Noemí y el pueblo escogido. Al respecto la Confesión de fe de Westminster capítulo 5 dice: “Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, quien es la primera, todas las cosas sucederán inmutable e infaliblemente (Hc. 2:23 a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole); sin embargo, por la misma providencia las ha ordenado de tal manera, que sucederán conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente (Génesis 8:22 Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.; Jeremías 31:35 Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: ; Éxodo. 21:13 Mas el que no pretendía herirlo, sino que Dios lo puso en sus manos, entonces yo te señalaré lugar al cual ha de huir; Deuteronomio 19:5 como el que fuere con su prójimo al monte a cortar leña, y al dar su mano el golpe con el hacha para cortar algún leño, saltare el hierro del cabo, y diere contra su prójimo y éste muriere; aquél huirá a una de estas ciudades, y vivirá;; 1 Reyes 22:28 Y dijo Micaías: Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos.34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido.; Isaías 10:6-7 Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles. 7  Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y cortar naciones no pocas.)  

Ante el egoísmo de Noemí, y el de todos nosotros ante el sufrimiento, Dios responde. Sin embargo, por nuestra dureza de corazón, vemos su respuesta después de mucho dolor y amargura. En este sentido, para los hijos de Dios, todo tiempo por venir será mejor, porque es la oportunidad para conocer más al Señor y disfrutar de sus hermosas decisiones providentes, justas y soberanas. Además, lo que podemos aprender de Noemí y de todo hijo de Dios, que es pasado por el sufrimiento y la aparente soledad, es como mientras nosotros pensamos en sí mismos, Dios está tejiendo su proyecto redentor para todos los elegidos. En consecuencia, no debemos preocuparnos y dolernos por lo que nos pasa, si no llenarnos de gozo y alegría, por las cosas que el Señor está ejecutando para su gloria y la bendición de muchos, en medio de nuestra incomprensión y confusión.

Lo altamente significativo y admirable es la forma como el Dios soberano y fiel, usa la incomprensión y el dolor nuestro para tejer sus maravillosos planes. También, podemos gozarnos, porque en medio de nuestra dureza para comprender el accionar divino, Él permanece fiel a su palabra y a sus planes preestablecidos. Lo que no sabía Noemí, es que su dolor y sufrimiento amargo, eran parte del precio que debía pagar por ir a tierra extranjera y anunciar el plan redentor a los moabitas; de los cuales algunos, como es el caso de Rut sería incluida en los hijos de Dios y traída al pueblo del pacto a vivir bajo la promesa de salvación y vida abundante.

Nos podemos preguntar ¿era consciente Noemí, que estaba siendo dirigida por Dios? ¿Comprendía que su dolor era necesario para que Rut fuera traída a reconocer el señorío del Dios de Israel en su vida? ¿Si no hubieran muerto su esposo y sus dos hijos, Noemí hubiera intentado regresar a Belén? ¿Se había establecido tanto Noemí, en Moab, que el Señor le quitó su familia, para que se viera obligada a regresar? ¿No percibes en todo esto, la dirección soberana de Dios para esta humilde y valiente mujer?

Podemos concluir esta segunda publicación diciendo, que pese a la amargura que nos causen las decisiones de Dios en nuestra vida, aun así, todos sus hijos estamos siendo guiados por el Señor. Además, estamos llamados a reconocer su carácter y aprender de su provisión en medio de la más amarga incomprensión. Esa es una de las conclusiones a las cuales llega Job al final del sufrimiento. Éste, le ha servido para conocer más del Señor a quien amaba y para comprender sus inmensos designios y depender de sus maravillosos propósitos.

No es necesario entender los planes de Dios para deleitarnos en ellos. No es necesario definir la dirección que Él está dando a nuestra vida, para depender de Él. No debemos esperar a tener placer en todas las cosas, para aceptar que somos sustentados por Él.

Muchas veces Dios usa el dolor y sufrimiento nuestro para dar alegría y placer a muchos.

Ese es el caso de José, esclavo en Egipto, también el de Job, los discípulos y centenares de creyentes en todo el mundo. Al igual que Noemí, la amargura temporal y la aparente pérdida, son ampliamente recompensadas por el generoso y buen Dios.

En este sentido, podemos reiterar que Dios siempre tiene cuidado de los suyos, aunque éstos no lo vean y comprendan. En medio de la aflicción, amargura y vergüenza nuestra, el Señor está haciendo sonar la melodía de su incomparable propósito redentor. Las notas de sus bondadosos planes, suenan en medio de nuestros desafinados gritos de incomprensión ante su dulce sinfonía. Por lo cual, debemos descansar en sus brazos y refugiarnos plácida y confiadamente en su carácter inmutable. Noemí, es un claro ejemplo de la forma como Dios nos revela su carácter, en medio de la admiración de los demás y la incomprensión personal, por la forma como somos tocados y afectados por las situaciones de la vida.

Mi querido lector recuerda, Dios siempre tiene un campo con cosecha y una mesa servida, luego de pasarnos por el desierto triste y doloroso. Por lo cual, debemos estar expectantes por el desarrollo de los siguientes capítulos en la vida de Noemí y Rut. El cuidado providencial de Dios, ha vuelto a traer a Noemí a la casa del pan: Belén, para ser alimentada y nutrida con los suculentos manjares de la casa, bajo el cuidado paternal y providencial de Dios. Podemos afirmar, en consecuencia, según lo dice la Confesión de fe de Westminster; que “así como la providencia de Dios alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un modo especial cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella (1 Timoteo  4:10 Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.; Amos 9:8-9 He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová. 9  Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra.; Romanos. 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.; Isaías  43:3-5 Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. 4  Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. 5  No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré,14 Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban)”