1 Pedro 1:13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado;
14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia;
15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;
16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.
17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;
23 siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
24 Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
25 Mas la palabra del Señor permanece para siempre.
Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada
En los versículos 1:13-2:3 el apóstol Pedro relata cómo la herencia celestial necesita ser vivida personalmente en la tierra. Él llama al creyente a ser santo así como Dios es santo, a orar a Dios por santidad y ser puro en la santidad de Dios.
La santidad no puede ser separada de Dios pues Dios es santo. “Sin santidad nadie verá al Señor.” Así que, ¿qué es la santidad de Dios? La santidad es la ausencia del pecado y la presencia de la pureza de Dios expresada en el fruto del Espíritu Santo. La santificación expresa la incorruptibilidad de Dios en medio de la corrupción humana, social y religiosa.
Versos 13-16. EL LLAMADO A LA SANTIDAD
“Por lo tanto.” Esta frase toma las verdades doctrinales que el apóstol ha estado explicando en los versículos 1-12 y trae al creyente a su particular aplicación.
Un llamado a usar tu mente. Calvino nos recuerda que “ceñid vuestros lomos” es una expresión de preparación de uno mismo para caminar y viajar por un largo periodo. Pedro llama al creyente a usar su mente en esta caminata. Pablo dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos12:2).
La santidad no es emocionalismo sin inteligencia en donde uno cae de niveles de éxtasis altos a niveles deprimentes bajos para poder encontrar la voluntad de Dios. Por el contrario, la santidad requiere calculaciones mentales y deducciones. Por ejemplo, si tiene un problema con el enojo, como yo, cuando ve algunos eventos deportivos, entonces ¡haga una calculación razonable y quédese en casa hasta que decidas no gritarle a los árbitros! Entonces regrese, inténtelo de nuevo, y si se comporta bien, es razonable pensar que este ataque de inmadurez carnal ha sido ganado. Si no, ¡inténtelo de nuevo la próxima temporada!
El llamado a ser manso. “Sean manso.” El dilema del espectador ya mencionado no es un asunto de no saber o ser ignorante, pero sí es, según mi esposa, una falta de mansedumbre. Probablemente tiene razón. Y qué tan más seria es la situación del creyente en los tiempos de Pedro cuando enfrentaba persecución. No solamente estaban de espectadores de un juego sino que algunos de ellos fueron lanzados a los leones para poder morir para el mórbido entretenimiento de los espectadores.
Un llamado a ser sobrio en luz de gracia futura. Pedro llama a la sobriedad mientras los cristianos enfrentan el futuro. Pablo dice: “no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3). Pedro añade que el creyente debe “descansar….”
Es sobrio medir el pasado y el futuro en términos de la futura segunda venida de Jesús, el Día del Juicio y el nuevo cielo y nueva tierra. Debemos observar, orar y estar preparados para la segunda venida. Jesús nos exhorta a ministrar al “último de estos mis pequeños hermanos” y así mismo ministrarlo a Él (Mateo 25:40). El orden del antiguo mundo será destruido, no es duradero y Dios hará un orden del nuevo mundo que ya ha empezado en la venida del reino de Dios.
El lector de 1 Pedro perdería el énfasis de la epístola si no entiende que Pedro está apuntado la fe del cristiano a la segunda venida de Jesús y la consumación. Esto no niega la primera venida de Jesús, a la que se refiere en términos de vivir de acuerdo al ejemplo del Jesús sufriente (1:11; 2:21) como es expresada en la carne crucificada sino que también apunta a las glorias futuras de Jesús. Si Pedro escribió ésta epístola a principios de los 60’s y fue hecho mártir a finales de los 60’s, ciertamente estuvo cerca de experimentar la plena gloria de Cristo, aún antes de su segunda venida.
Un llamado a ser hijos del Padre. Pablo identifica a los creyentes como hijos. Calvino nos recuerda que los creyentes son adoptados como hijos del Padre. Como hijos, los creyentes son llamados a ser obedientes.
Un hijo, que está en sus primeras etapas de desarrollo, necesita que se le recuerde aún de las cosas más básicas. A los cristianos constantemente se les necesita estar recordando de no actuar de acuerdo a sus “primeras lujurias.” Son llamados a morir diariamente al pecado y vivir por la gracia de Dios (I Juan 1:19).
¿Alguna vez progresan los creyentes más allá de su diaria muerte al pecado? ¿Existe la perfección cristiana antes de la muerte y la segunda venida de Jesús? Si es que existe, entonces Pedro no hablaba de ella. Pedro asume que los creyentes continuamente tienen que ser llamados a la santidad.
Pedro identifica la vida incrédula como “ignorancia.” Pablo habla acerca de su primer estado como “muerto en sus delitos y pecados”, “conforme al príncipe de la potestad del aire”, “hijos de desobediencia” e “hijos de ira” (Efesios 2:1-3). No muy complementario pero muy realista.
Calvino se pregunta que si Pedro estaba escribiendo a los cristianos judíos en dispersión, ¿estaba refiriéndose al judaísmo del Antiguo Testamento como ignorante? Aunque puede que la audiencia original haya sido judíos cristianos dispersos parece que el texto tiene una aplicación universal que va más allá de una declaración solo acerca del pueblo de Dios del Antiguo Testamento. La relación de los profetas del Antiguo Testamento con los creyentes del tiempo de Pedro es tratado en 1:10-12: los profetas estaban investigando acerca de la salvación que la audiencia de Pedro había recibido.
Un llamado a no conformarse. Los cristianos son diferentes; no se deberían conformar a los deseos de la naturaleza humana y los valores de los sistemas mundiales. Los filósofos holandeses reformados del siglo XIX y principios del siglo XX hablaban del cristianismo como si fuera antitético a los estándares del mundo. Estos filósofos no solamente se refirieron a la distinción moral entre los cristianos y el mundo, sino a las distinciones (motivos) motivacionales entre el cristianismo bíblico y las filosofías del Alumbramiento y otras ideologías mundiales. La identidad cristiana es distinta en cada aspecto de la vida porque su motivación es única.
Así que ¿qué paso con el distintivo estilo de vida holandés reformado durante la segunda mitad del siglo XX? ¡Los Países Bajos se convirtieron en la nación más libertinaje del mundo! Una de las razones para el empeoramiento moral en la nación fue el fallecimiento moral en el Nederlandse Hervormde Kerk así como del Gereformeerde Kerken. Empezando en los 1960’s la autoridad de la Escritura fue cuestionada y contradicha, y esto llevó a una inundación de negaciones morales y doctrinales, incluyendo el apoyo al aborto, la eutanasia, el matrimonio de de ley común, y los derechos de homosexuales. Básicamente estas iglesias se volvieron doctrinal y moralmente pluriformes, en donde diferentes puntos de vista podían ser sostenidos manteniendo la membresía y liderazgo de la iglesia. La contextualización significaba la conformidad a los estándares sociales. La unidad de estas dos grandes denominaciones en los 1980 hacia la iglesia protestante marcó el triunfo sobre la doctrina y política no conformista de la iglesia. Movimientos de denominaciones reformadas y protestantes más pequeños, pero crecientes dentro de la Iglesia Protestante mantienen su posición anticonformista y buscan la santidad personal y comunal.
Un llamado a ser santos como Dios es santo. Pedro les recuerda a sus lectores que el estándar de santidad es Dios mismo y no el creyente. “Sed santo como YO SOY santo.” Dios es santo, lo cual simplemente significa que no hay pecado en Él. Dios no puede aceptar o justificar una persona y una religión pecaminosa así que la redención es necesaria (1: 18, 24; 2:24). El versículo 19 apunta a la redención “sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.” El creyente solamente se puede relacionar con el Padre a través del perfecto y incorruptible sacrifico de Cristo. El Espíritu Santo aplica los resultados del incorruptible sacrificio a través de la santificación y el “derramamiento de sangre” (1:2). El Espíritu Santo trae un nuevo nacimiento incorruptible (1:23), la pureza en el alma, el fruto del Espíritu y los dones del Espíritu (vs. 1:22, 23, 25).
La santidad de Dios es dada al creyente a través de un nuevo nacimiento incorruptible y una santificación que continua hasta los cielos. El creyente vive en la santidad de Dios y no en su propia santidad.
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