} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA JUSTIFICACIÓN 1

sábado, 26 de marzo de 2011

LA JUSTIFICACIÓN 1

Me han planteado una pregunta: ¿Cómo puede Dios ser justo y, al mismo tiempo justificar al pecador?
Debe recordarse que la palabra justificar quiere decir ~librar al alma de toda culpa~. La justificación es mucha más que el perdón, pues el pecado tiene que eliminarse y aparecer como si nunca hubiera existido. El hombre tiene que ser restaurado de tal manera que no quede vestigio de mancha o culpa, reinstalado a la posición que ocupaba antes de caer del favor divino.
Durante siglos, los hombres, en su ceguera, han tratado de volver al Edén, pero nunca han podido alcanzar la meta. Han probado muchas sendas, pero todo en vano. Por la historia, sabemos que el primer intento de la humanidad para organizarse en Sociedad de Naciones, terminó en la confusión de lenguas de la Torre de Babel. Los hombres siempre han fallado siempre que han intentado actuar sin Dios.
Puesto que cada hombre tiene que llevar sus propios pecados, se excluye toda posibilidad de acudir a los recursos humanos ya que todo el mundo está contaminado de la misma enfermedad.
La única solución era que un inocente se ofreciera morir física y espiritualmente ante Dios. Pero, ¿dónde encontrar este inocente? No había ninguno en la tierra porque la Biblia dice: “Todos pecaron”. Había sólo una posibilidad. El mismo Hijo de Dios era la única personalidad en el Universo con capacidad para llevar en su propio cuerpo los pecados del mundo. Es posible que Gabriel hubiera podido venir para morir por una persona, pero únicamente el Hijo de Dios era infinito y, por lo tanto, capaz de morir en lugar de todos.
La Biblia enseña la Trinidad divina. Éste es un misterio que nunca comprenderemos. La Biblia no enseña que hay tres Dioses, sino que hay un Dios. Sin embargo este Dios se expresa en tres Personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
La segunda Persona de esta Trinidad es el Hijo de Dios, Jesucristo. Él es consustancial con el Padre. No es un Hijo de Dios, sino el Hijo de Dios. Es el eterno Hijo de Dios, el Salvador viviente, Dios manifestado en carne.
La Biblia enseña que Jesucristo no tuvo principio. Nunca fue creado. La Biblia enseña que los cielos, los millares de estrellas y los soles ardientes fueron creados por Él. La tierra fue creada por su dedo. El nacimiento de Jesucristo, que celebramos durante la Navidad, no fue su principio. Su origen está oculto en aquel mismo misterio que nos frustra cuando investigamos el principio de Dios. La Biblia nos dice solamente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el verbo era Dios”.
La Biblia nos enseña: “El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. Porque por Él fueron creadas todas las cosas que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por ÉL y para ÉL. Y Él es antes de todas las cosas, y por Él todas las cosas subsisten”.
Esta última expresión indica que Él sostiene todas las cosas. En otras palabras, el Universo entero se desintegraría en billones de átomos si no fuera por el poder de cohesión de Jesucristo. La Biblia otra vez dice:” Y Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra; y los cielos son obras de tus manos. Ellos perecerán; mas Tú eres permanente; y todos ellos se envejecerán como una vestidura; y como un vestido los envolverás, y serán mudados; empero Tú eres el mismo, y tus años no acabarán”
Otra vez dijo Jesús de Sí mismo: “Yo soy el Alpha y la Omega, el primero y el último”
Él y sólo Él, tenía el poder y la capacidad de volver al hombre a Dios.


Continuará...

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