Apocalipsis 12:4 “Su cola barre la tercera
parte de las estrellas del cielo y las arroja a la tierra. El dragón se detuvo
ante la mujer que estaba a punto de alumbrar, para devorar a su hijo cuando lo
diese a luz”.
Debido a que el
término: “las estrellas del cielo” es usado frecuentemente en el A.T. para referirse
a los santos de Dios ( Gn. 15:5; Jer. 33:22; Dn. 12:3), algunos han asumido que
esto se refiere a santos, pero en el contexto probablemente se refiere a
ángeles (Dn. 8:10; 2 Pe. 2:4; Jud. 1:6). Los ángeles caídos (o sea, con la
representación de estrellas caídas) son un tema común en la literatura
apocalíptica intertestamentaria judía (I Enoc).
Satanás es descrito como estando
presente con los ángeles en el cielo delante de Dios en Job 1-2 y Zacarías 3.
Él era posiblemente un “querubín protector” (Ez. 28:12-19 12 Hijo de hombre, entona una lamentación por el
rey de Tiro y dile. Así dice el Señor Yahvéh. Tú eras sello de perfección,
lleno de sabiduría, y perfecto en belleza. 13
En el Edén estabas, en el jardín de Dios. De piedras preciosas era tu
vestido: de rubí, topacio y diamante, crisólito, ónice y jaspe, zafiro,
carbúnculo y esmeralda; oro era el material de tus engarces y de las
entalladuras que llevabas, preparados desde el día en que fuiste creado. 14 Como querubín de gran talla por protector te
puse; estabas en la santa montaña de Dios, andabas en medio de piedras de
fuego;15 eras perfecto en tu proceder
desde el día en que fuiste creado, hasta que se halló en ti la iniquidad. 16 Por causa de tu gran comercio llenaste tu
interior de violencia y pecaste; te arrojé entonces de la montaña de Dios y te
arranqué, querubín protector, de entre las piedras de fuego. 17 Se engrió tu corazón por tu belleza, viciaste
tu sabiduría por tu esplendor; en tierra te he arrojado, delante de los reyes
te he puesto para que se fijen en ti. 18
Por tus muchas iniquidades, por tu inicuo tráfico, has profanado tus
santuarios; por eso saqué fuego de en medio de ti, y te ha devorado; te reduje
a polvo de la tierra a los ojos de cuantos te estaban mirando. 19 Todos los pueblos que te conocían están
consternados por ti. Eres objeto de terrores espantosos; jamás volverás a
existir.).
Este es un tema muy difícil
por varias razones:
1. El Antiguo
Testamento no revela un enemigo acérrimo del bien, sino un siervo de YHWH quien
ofrece a la humanidad una alternativa y también la acusa de acciones pecaminosas.
Sólo hay un Dios, un poder y una causa en el Antiguo Testamento: YHWH (Isaías 45:7 ¡Gotead, cielos, desde
arriba, y las nubes destilen la justicia! ¡Ábrase la tierra y germine la
salvación, para que la equidad brote a la vez! Yo, Yahvéh, lo he creado.; Amos 3:6 ¿Suena la trompeta en la
ciudad sin que la gente se alarme? ¿Hay en la ciudad una desgracia que no la
haya dispuesto Yahvéh?).
2. El concepto de un
enemigo acérrimo de Dios se desarrolló en la literatura interbíblica (no
canónica) bajo la influencia de las religiones dualistas persas (Zoroastrismo).
Esto a la vez, influenció grandemente el Judaísmo rabínico y a la comunidad
esenia (o sea, Los Rollos del Mar Muerto).
3. El Nuevo Testamento
desarrolló los temas del AT, en categorías sorprendentemente puras, pero
particulares.
Si uno se acerca al
estudio del mal desde la perspectiva de la teología bíblica (es decir,
considerando cada libro, autor o género y estudiándolos y bosquejándolos por
separado), entonces nos serán revelados puntos de vista muy diversos en cuanto
al mal.
Sin embargo, si uno se
acerca al estudio del mal desde una comprensión no bíblica o extrabíblica de
las religiones del mundo o de las religiones orientales; entonces mucho del
desarrollo neotestamentario es presagiado por el dualismo persa y el
espiritismo grecorromano.
Pero si uno está
presupuesto y totalmente sometido a la autoridad divina de las Escrituras,
entonces el desarrollo del Nuevo Testamento debe de verse como una revelación
progresiva. Los verdaderos cristianos
deben guardarse y no permitir que el folclor judío o la literatura occidental
(de Dante, o Milton) influencien más el concepto. Ciertamente hay misterio y
ambigüedad en torno a esta área de la revelación. Dios ha escogido no revelar
todos los aspectos del mal, su origen, su desarrollo y propósito; ¡pero nos ha
revelado su derrota!
(Isaías 14:12 ¡Cómo has caído del cielo,
lucero brillante, estrella matutina, derribado por tierra, vencedor de
naciones!)
Lucifer. El término hebreo
NOMINATIVO MASCULINO es לליה. Esta forma se encuentra únicamente aquí en el AT.
La raíz VERBAL, ללה puede significar:
1. “brillo”, posiblemente refiriéndose a la
luna nueva o a Venus, la estrella de la mañana
2. “ser jactancioso” o “alabar” de donde
obtenemos los salmos de Hilel (es decir, salmos de alabanza)
Podemos mencionar
varias opciones en cuanto al origen de esta raíz:
1. De la raíz ugarítica, hll
2. De una raíz arábica, el creciente de la
luna nueva
3. De una raíz hebrea, incierta, pero
probablemente se refiere a Venus, la estrella de la mañana (“hijo de la
aurora”)
4. Del latín, “Lucifer”, refiriéndose a
Venus (es decir, lit. “el que lleva luz”)
El propósito único del
título es que esta luz celestial es rápidamente eclipsada por la luz de la
mañana. ¡Su esplendor es breve! ¡Hay una luz nueva, más brillante y mejor que
vendrá!
Is. 14:12 “tú” Las
próximas dos líneas de Is. 14:12 obviamente se refieren al rey terrenal de
Asiria o Babilonia (Is 14:16-17). La imagen del poema (Is 14:4-21) es tomada de
la mitología cananita (los versículos 13-14), la cual es conocida por las
Tablas Ras Shamra que datan del siglo 15avo a. de C. encontradas en la ciudad
de Ugarit.
Los términos “estrella
de la mañana” (Helal) y “aurora” (Shabar) son ambos nombres de las deidades de
la mitología cananita, como lo es una montaña de los dioses del norte (Monte Zafón,
Sal 48:2; Is 14:13). También, el titulo
para la deidad, “Altísimo”, es común en los poemas ugaríticos y se refiere a
Ba’al Shamim (“Señor del cielo”). En la poesía mitológica cananita, Helal, el
dios menor, trata de usurpar el poder, pero es derrotado. Esto es el trasfondo
de la descripción que Isaías hace de un arrogante potentado del oriente.
Esta descripción de un
rey orgullos y arrogante del cercano oriente es extendido en Is. 14:8-11.
Únicamente tomando el versículo 12 literalmente siguiendo la Vulgata, y una
falta de conocimiento de la literatura ugarítica pude usar este contexto para
referirse a un líder angelical rebelde.
Is. 14:13-14 Estos dos
versículos muestran la arrogancia y el orgullo de los reyes del Antiguo Cercano
Oriente:
1. “subiré al…”, Qal IMPERFECTO
2. “levantaré mi trono…”, Hiphil IMPERFECTO
3. “me sentaré…”, Qal IMPERFECTO
4. “sobre las alturas de las nubes subiré…”,
mismo VERBO
5. “seré semejante a…”, Hiphil IMPERFECTO
La arrogancia y el
orgullo son la esencia del espíritu humano caído en el pecado. ¡Yahvé juzga de
una manera singular esta auto-deificación del ser humano!
Hubo un tiempo en que algunos
teólogos pensaban que Isaías 14 y Ezequiel 28 eran referencias veladas de la
caída de Satanás. Sin embargo, la Biblia dirige ambos capítulos a reyes humanos
del Antiguo Cercano Oriente (es decir, de Tiro y de Babilonia). Las alusiones e
imágenes están tomadas tanto de Génesis 1-3 como de la mitología ugarítica. Pude
ver esto claramente cuando note que Ezequiel 31 usa imágenes descriptivas de
Génesis para describir a faraón como “el árbol del conocimiento del bien y del
mal”.
Todos queremos saber el
origen de Satanás. Isaías 14 pareciera decirnos acerca de él, ¡pero observe Is.
14:9-12,15-20! ¡El propósito y origen de un mal personificado debe permanecer
un misterio!
En el Antiguo
Testamento, los términos “Satanás” o “Acusador” (BDB 966, KB 1317) pueden
relacionarse con tres grupos separados:
Los acusadores humanos
(1ro. de Samuel 29:4; 2do. de Samuel 19:22; 1ro. de Reyes 11:14, 23,, 25; Salmo
109:6, 20, 29)
Los acusadores
angelicales (Números 22:22-23; Job 1-2; Zacarías 3:1)
1. El ángel del Señor – Números 22:22-23
2. Satanás – 1 Cr. 21:1; Job 1-2; Zac. 3:1
Los acusadores
demoniacos (1ro. de Crónicas 21:1; 1ro. de Reyes 22:21; Zacarías 13:2).
No fue sino hasta más
tarde durante el período intertestamentario que la serpiente de Génesis 3 se
identificó con Satanás (Libro de Sabiduría 2:23-24; II Enoc 31:3) y
posteriormente se convirtió en una opción rabínica (Sot 9b y Sanh 29a). En Génesis 6, los “hijos de Dios” se
transforman en ángeles en I Enoc 54:6.
Menciono lo anterior, no porque se trate de una afirmación adecuada
desde el punto de vista teológico, sino para demostrar su desarrollo. En el Nuevo Testamento estas actividades del
Antiguo Testamento son atribuidas a los ángeles que personifican el mal (2da.
de Corintios 11:3; Apocalipsis 12:9).
El origen de la
personificación del mal es difícil o imposible (dependiendo de su punto de
vista) de determinar desde el Antiguo Testamento. Una razón para ello es el
fuerte monoteísmo del pueblo de Israel (1 Reyes 22:20-22; Ec. 7:14; Isaías 45; 7; Amós 3:6). Todas los eventos que
sucedían eran atribuidos a YHWH para demostrar Su supremacía única (Isaías 43:11; 44:6, 8, 24; 45:5-6. 14. 18,
21-22).
Fuentes que contienen
posible información son:
(1) Job 1-2, donde
Satanás es uno de los “hijos de Dios” (es decir, ángeles) o (2) Isaías 14 y
Ezequiel 28, donde los reyes orgullosos del Oriente Medio (de Babilonia y Tiro)
posiblemente son usados para ilustrar el orgullo de Satanás (1ra. de Timoteo
3:6).
Tengo emociones
encontradas en cuanto a esta manera de interpretación. Y es que Ezequiel usa la metáfora del Jardín
del Edén, no sólo para el rey de Tiro como Satanás (Ezequiel 28:2, 12-16), sino
también para el rey de Egipto, como el Árbol del Conocimiento del Bien y el Mal
(Ezequiel 31). Sin embargo, Isaías 14, en especial los versículos 12-14,
parecen describir una revuelta angelical provocada por el orgullo. Si Dios
quiso revelarnos la naturaleza específica y el origen de Satanás, resulta ser esta
una manera tangencial de hacerlo. Debemos cuidarnos de la tendencia que
crea la Teología Sistemática de tomar
pequeños textos ambiguos de los diferentes testamentos, autores, libros y
géneros y combinarlos como piezas de un
rompecabezas divino.
Más bien estoy de
acuerdo con Alfred Edersheim en, La Vida y los Tiempos de Jesús el Mesías,
Volumen 2, apéndices XIII [páginas 748-763] y XVI (páginas 770-776), donde
expone que el judaísmo rabínico fue muy influenciado por el dualismo persa y la
especulación demoniaca. Los rabinos no
son una buena fuente de información en esta área particular, ya que Jesús
difiere radicalmente de las enseñanzas de la sinagoga sobre este tema. Creo que
el concepto de un ángel archienemigo de YHWH se desarrolló a partir del concepto
de los dos dioses supremos del dualismo iraní Ahkiman y Ormaza, y que este
concepto fue después desarrollado por los rabinos a través del dualismo bíblico
de YHWH y Satanás.
Realmente existe una
revelación progresiva en el Nuevo Testamento en lo que se refiere a la
personificación del mal, pero no tan elaborada como la de los rabinos. Un buen
ejemplo de esta diferencia es la “guerra en el cielo”. La caída de Satanás es una necesidad lógica,
pero no se nos da la información específica. Aun lo que se sabe está velado en
género apocalíptico (Apocalipsis 12:4, 7, 12-13). Pese a que Satanás fue
derrotado por Jesús y exiliado a la tierra, aun funciona como un siervo de YHWH
(Mateo 4:1; Lucas 22:31-32; 1ra. de Corintios 5:5; 1ra. de Timoteo 1:20).
Debemos restringir
nuestra curiosidad en este tema. Existe una fuerza personal causante de maldad
y de tentación, pero también hay un solo Dios y todavía la humanidad es
responsable de sus decisiones. Hay una guerra espiritual, tanto antes de la
salvación como después de ella. La victoria solamente puede venir y permanecer
en y a través del Dios Trino. ¡El mal ha sido derrotado y desaparecerá (Ap.
20:10)! Esta descripción, usando metáforas del Huerto del Edén, no encaja en el
rey de Tiro, pero el orgullo y la arrogancia del rey imitaban a las de Satanás
(personalmente me estoy sintiendo cada vez mejor con esta. En el A.T. Satanás
no es un enemigo de Dios, sino de la humanidad (Ap. 12:10). Satanás no fue
creado un ser malo, sino que se convirtió en un archienemigo de todas las cosas
buenas y santas. Varias veces se menciona que fue arrojado del cielo (Is.
14:12; Ez. 28:16; Lc. 10:18; Jn. 12:31; 2 Pe. 2:4; y Ap. 12:7-12). El problema
es definir cuándo se convirtió en este archienemigo. Sería:
1. ¿Durante el periodo del A.T.?:
a. Antes de la creación del hombre (es
decir, entre Gn. 1:1 y 1:2, llamada “la teoría del vacío”)
b. Algún tiempo después de Job 2:1, pero
antes de Ez. 28:16
c. Durante el periodo postexílico, pero
antes de Zacarías 3:1
2. ¿Durante el periodo del N.T.?
a. Después de la tentación de Jesús (Mt.
4:10)
b. Durante el viaje misionero de los setenta
(Lc. 10:18)
c. Hacia los tiempos finales de rebelión (Ap.
12:9)
Uno se pregunta si “la
tercera parte de las estrellas del cielo” se refiere a los ángeles que se
rebelaron en contra de Dios y decidieron seguir a Satanás. Si es así, esta
puede ser la única base en las Escrituras para lo demoniaco del N.T. en lo
relacionado a los ángeles caídos (Ap. 12:4,9,12). El número “una tercera parte”
puede estar relacionado con:
1. El límite de la destrucción durante las
trompetas de juicio (Ap. 8:7-12; 9:15,18) y no un número específico.
2. La seducción de Satanás de una parte de
los ángeles del cielo
3. Una alusión mitológica babilónica a una
narración de la creación
En este punto y momento
sería de mucha ayuda el recordar que aunque este tema es por demás interesante,
claramente no estaba en los propósitos del autor el discutir:
1. El origen de lo demoniaco
2. La caída de Satanás
3. Un rebelión angelical en el cielo
En la literatura
apocalíptica el tema central de la visión es crucial, pero lo literal de la
presentación y los detalles de las imágenes son dramáticos y simbólicos. Es
debido a nuestra curiosidad y pensamiento occidental que motiva nuestras
explicaciones detalladas, lógicas y doctrinales de estos textos simbólicos.
Tenga mucho cuidado de no forzar los detalles; la literatura apocalíptica es
con frecuencia verdad teología presentada en un marco imaginativo. ¡Todo es
verdad, pero representado simbólicamente!
El término “diablo” es un COMPUESTO
griego (dia-bolos) que significa literalmente “arrojar a través de” (Hch.
13:10; Ef. 4:27; 6:11; 1 Ti. 3:6,7; 2 Ti. 2:26). Era una manera metafórica de
referirse a Satanás como acusador. Pablo hace referencia a Satanás en muchos
pasajes bíblicos (Hch. 26:18; Ro. 10:20; 1 Co. 5:5; 7:5; 2 Co. 2:11; 11:14;
12:7; 1 Ts. 2:18; 2 Ts. 2:9; 1 Ti. 1:20; 5:15).
Satanás era aparentemente un ser angélico que servía a Dios, pero al
parecer se rebeló en contra de Dios (Gn. 3; Job 1-2; Zac. 3). Es bíblicamente
difícil hablar de Satanás debido a que:
1. La Biblia nunca habla de una manera
definitiva del origen o del propósito del mal.
2. Los textos del A.T. que usualmente son
vistos como referentes a la rebelión de Satanás están específicamente dirigidos
a condenar gobernantes terrenales orgullosos (el rey de Babilonia en Is. 14 y
el rey de Tiro en Ez. 28), y no a Satanás.
Es obvio de los diversos pasajes del
N.T. que hubo conflicto en el reino espiritual (Mt. 4:10; 12:26; 16:23; Jn.
13:27; 14:30; 16:11; Hch. 5:3; 2 Co. 4:4; Ef. 2:2; 1 Jn. 5:19; Ap. 2:9,13,24;
3:9; 12:9; 20:2,7); el dónde, el cuándo y el cómo son un misterio. ¡Los creyentes
si tienen un enemigo angelical (Ef. 2:2)!
La relación entre Dios y Satanás se
inició con el servicio y terminó en el antagonismo. Satanás no fue creado un
ángel malo. Su trabajo como adversario en Génesis 3, Job 1-2 y Zacarías 3 fue
dentro de la voluntad de Dios. Dios proveyó un examen para la lealtad y la
confiabilidad del ser humano. ¡La humanidad falló!
No hay comentarios:
Publicar un comentario