Gen 14:1
En los días de Amrafel, rey de Sinar, de Ariok, rey de EHasar, de
Kedorlaómer, rey de Elam, y de Tidal, rey de Goyim, 2 hicieron éstos guerra a Bera, rey de Sodoma,
a Birsá, rey de Gomorra, a Sinab, rey de Admá, a Seméber, rey de Seboyim, y al
rey de Bela, que es Sóar. 3 Todos estos
reyes se concentraron en el valle de Siddim, que es el mar de la Sal. 4 Doce años estuvieron sometidos a Kedorlaómer,
pero el año trece se rebelaron. 5 El año
catorce llegó Kedorlaómer, con los reyes que estaban con él, y batieron a los
refaím en AstarotQuarnáyim, a los zuzim en Ham, a los enim en la llanura de
Quiryatáyim, 6 y a los jórreos en sus
montes de Seír hasta ElParán, que está junto al desierto. 7 Y, volviéndose, llegaron a la fuente de Mispat,
que es QedéS, y batieron todo el territorio de los amalequitas y también el de
los amorreos, que habitaban en JasesonTamar. 8
Y salió el rey de Sodoma, el de Gomorra, el de Admá, el de Seboyim, el
de Bela, que es Sóar, y se pusieron en orden de batalla contra ellos en el
valle de Siddim: 9 contra Kedorlaómer,
rey de Elam, Tidal, rey de Goyim, Amrafel, rey de Sinar, y Ariok, rey de EHasar.
Cuatro reyes contra cinco. 10 El valle
de Siddim estaba sembrado de pozos de betún; y cuando huían los reyes de Sodoma
y de Gomorra, cayeron en ellos, y los que se salvaron huyeron al monte. 11 Y aquéllos se apoderaron de todos los bienes
de Sodoma y Gomorra, y de todos sus víveres, y se fueron. 12 E hicieron cautivo también a Lot, hijo del
hermano de Abram, que habitaba en Sodoma, y cargaron con toda su hacienda, y se
fueron. 13 Llegó un fugitivo y se lo
comunicó a Abram, el hebreo, que moraba junto al encinar de Mamré, el amorreo,
hermano de Eskol y de Aner, aliados de Abram.
Gen 14:14
Cuando oyó Abram que su hermano había sido llevado cautivo, movilizó a
sus hombres aguerridos, nacidos en su casa, en número de trescientos dieciocho,
y persiguió a los raptores hasta Dan. 15
Y desplegándose sobre ellos de noche, él y sus siervos, los batió,
acosándolos hasta Joba, al norte de Damasco. 16
Y recuperó todos los bienes, y también a Lot, su hermano, con su hacienda,
sus mujeres y su gente. 17 Cuando
volvía, después de derrotar a Kedorlaómer y a los reyes coaligados con él, el
rey de Sodoma le salió al encuentro al valle de Savé, que es el valle del rey. 18 Melquisedec, rey de Salem, sacó pan y vino,
pues era sacerdote del Dios Altísimo, 19
y bendijo a Abram diciéndole: Bendito sea Abram del Dios Altísimo,
creador de los cielos y de la tierra. 20
Y bendito sea el Dios Altísimo, que puso a tus enemigos en tu mano. Abram
le dio el diezmo de todo. 21 Dijo el rey
de Sodoma a Abram: Entrégame las personas, y toma para ti la hacienda. 22 Respondió Abram al rey de Sodoma: Alzo mi
mano a Yahvéh, Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 para atestiguar que no tomaré nada tuyo, ni
un hilo ni una correa de sandalia, para que no digas: Yo enriquecí a Abram. 24 Nada para mí; sólo lo que han comido los
criados. En cuanto a los hombres que vinieron conmigo: Aner, Eskol y Mamré,
éstos tomarán su parte
¿Quién fue Melquisedec? Obviamente
fue un hombre justo, ya que su nombre significa "Rey de Justicia" y
"Rey de Paz". Era sacerdote del "Dios Altísimo" (Heb_7:1-4).
Reconoció a Dios como Creador del cielo y de la tierra. ¿Qué más se sabe de él?
El nombre significa “rey de justicia” o “mi rey es justo” (similar a Jos. 10:1;
“Sedec” puede estar relacionado a un dios astral cananita, Sedec, es decir, “Mi
Rey es Sedec”). El nombre (Melquisedec) aparece únicamente en Gn. 14:18 y en
Sal. 110:4 en el A.T. El pasaje del
Salmo 110 causó a la comunidad de los Rollos del Mar Muerto que esperaran a dos
Mesías.
1. Uno de la realeza de la tribu de Judá
2. Uno sacerdotal de la tribu de Leví
El libro del N.T. de Hebreos (en el
capítulo 7) usa este sacerdote/rey cananita como un tipo de sacerdocio
“superior”.
1. No se da su genealogía
2. Abraham le ofrece el diezmo (Heb. 7:20,
una señal en reconocimiento ante un superior)
3. Él es el líder de la ciudad que después
se convertiría en Jerusalén (ver el Tema Especial: Salem)
4. Él es sacerdote (inusual en su época, el
padre actuaba como sacerdote de su familia, ver Gn. 31:54; Job 1) ante el Dios
Todopoderoso (El Elion, עליו ב א ל, Gn. 14:19,20;
identificado con Yahvé en 14:22)
Por medio de hermenéutica rabínica
el autor de Hebreos utiliza a Melquisedec como un tipo o símbolo de un mejor
sacerdocio que el de Aarón/Leví.
El relato bíblico Génesis 14; 1- 12, antes de la aparición de
Melquisedec, nos presenta a cuatro reyes orientales (un elamita, dos
mesopotámicos y un hitita) coligados, haciendo una incursión contra la
Pentápolis de la orilla oriental del mar Muerto. La expedición no es
inverosímil teniendo en cuenta que se trataba de asegurar la ruta comercial con
Arabia, la cual pasaba por esa zona de Transjordania. El jefe de la coalición
es Codorlaomer, rey de Elam. El nombre entra perfectamente dentro de la
onomástica elamita; parece ser una pronunciación dialectal de Kudur-Lagamal
(siervo de Lagamal). La primera parte del nombre aparece en la onomástica
elamita, y Lagamal era una diosa elamita. Aunque no se ha encontrado el nombre
de este rey en las listas reales elamitas, debemos tener en cuenta que son
incompletas, precisamente en esta época que precede a la afirmación de la
hegemonía de la primera dinastía babilónica.
Amrafel, rey de Senaar: se le ha identificado
con el Hammurabi de Babilonia (s.XVIII a.C.). Senaar es la designación genérica
de Mesopotamia, y en concreto de Babilonia . Los lexicólogos consideran posible
la identificación de Amrafel y Hammurabi, teniendo en cuenta la plurivalencia
de los signos silábicos babilonios. Así, dándole al último signo bi el valor de
bil o pil, tenemos Hammurabil o Hammurapil, que en una pronunciación dialectal
defectuosa puede convertirse fácilmente en Amrafel . No obstante, hoy día se
desconfía de esta posible identificación lexicográfica, y se supone que el
Amrafel es un rey del norte de Mesopotamia, de una localidad llamada Singar.
Arioc, rey de Elasar: también,
acudiendo a la plurivalencia de los valores silábicos cuneiformes, se le ha
pretendido identificar con Rim-Sin de Larsa. Pero encontramos el nombre de
A-ri-wu-uk, hijo de Zimri-Lim de Mari. Es nombre de tipo jurrita. Elasar puede
ser Ilanzura de los textos hititas y de Mari, situada entre Carquemis y Mari.
Tadal, rey de los Goyim: se le ha
relacionado con los nombres hititas llamados Tudjalias, y el primero de ellos
es contemporáneo de Hammurabi (s.XVIII a.C.). Goyim significa “naciones
gentiles” en general, y puede ser una denominación genérica (equivalente a
bárbaro o umman manda de los textos cuneiformes) para designar a los
extranjeros, escogida por el hagiógrafo para llenar el vacío del nombre de un
país que aparecía ininteligible en el original. Como Elam ejercía cierta
hegemonía en Mesopotamia antes de surgir el imperio de Hammurabi, haciendo
incursiones militares hasta el Asia Menor, bien podemos poner esta expedición a
fines del siglo XIX o principios del XVIII a.C.
Por otra parte, sabemos que
Transjordania fue arrasada en esta época, quedando su cultura ahogada hasta el
siglo XIII a.C. Así podemos situar la vida de Abraham entre los siglos
XIX-XVIII a.C Luego no podemos poner más tarde esta incursión contra las
ciudades del sur del mar Muerto. Los reyes de estas ciudades, después de doce
años de sumisión, se insurreccionaron, comprometiendo así la ruta comercial
hacia Arabia. Por ello, los reyes orientales, heridos en sus intereses
comerciales, mandaron unos destacamentos para someter a los rebeldes. La Biblia
no dice que los reyes dirigieran en persona la campaña. Los anales de los
antiguos reyes orientales suelen atribuir directamente a los reyes las
expediciones militares victoriosas de sus generales, representantes suyos. Es
el género literario militar áulico. Antes de atacar a las ciudades de las
orillas del mar Muerto, sometieron a otras poblaciones situadas en la “ruta
real” a través de Edom y Moab, que iba de Siria hacia el mar Rojo, la que
quisieron tomar los israelitas al entrar en Edom. Primeramente vencieron a los
refaim en Astarot-Qarnayim, el Tell Astara al este del lago de Genesaret.
Los refaim eran una raza de gigantes,
cuyos descendientes fueron el espanto de los exploradores israelitas al entrar
en Canaán. Ellos, con los enaquim, zumzumim, emim y zuzim son los restos de la
edad de piedra, anteriores a la oleada semítica. A ellos se atribuían los
monumentos megalíticos, tan abundantes en Transjordania, y la imaginación
popular los mitologizó, considerándolos como raza ciclópea. Los zuzim parecen
ser idénticos a los zumzumim, habitantes en esta zona del norte de
Transjordania.
Ham: es el actual Ham, al sur de
Irbid, en el Adjlum. Emim: habitan el territorio de Moab. Eran de la raza
ciclópea de los enaquim. Quiriatayim es el actual Jirbet Quiryatein o
Jirbet-Qureyat.
Jorritas: son los jurritas del norte
de Siria, que descendieron hacia Palestina en el siglo XIX a.C.17 Por ellos,
los egipcios designaron a Palestina con el nombre de Ham. Los montes de Seir
(v.6) es la cadena de montañas desde el sur del mar Muerto hasta el golfo de
Elán. Es el futuro territorio de los edomitas.
El-Parán: está al oeste del W. el
Aris. Fuente de Mispat o del “juicio,” identificada con Qades, la actual Ain
Qedeis, al sur del Negueb. Allí los reyes vencieron a los amalecitas.
Jasasón-Tamar: cerca de Kurnub, entre Qades y el mar Muerto. Una vez vencidos
estos enemigos, los reyes coligados se concentraron sobre la Pentápolis del mar
Muerto. Los cinco reyes de ésta salieron a dar la batalla, pero fueron
derrotados en el valle de Sidim (v.8), donde había pozos de betún. Todos los
bordes del mar Muerto y su fondo son bituminosos, y sobre todo con ocasión de
los terremotos hay emanaciones de asfalto. Por eso, el mar Muerto es llamado
lago Asfaltites por los griegos. Los nabateos explotaban este asfalto,
vendiéndolo a los egipcios para embalsamar a los muertos. El valle de Sidim
debe de ser la parte que rodea el mar Muerto por el sur, inundada con ocasión
del terremoto que anegó a las cinco ciudades del litoral.
Los
vencedores saquearon Sodoma y Gomorra y se llevaron prisionero al sobrino de
Abraham, Lot (v.12). Un fugitivo llevó a Abraham la noticia de la captura de
Lot. Es curioso que a Abraham se le dé el nombre del hebreo, como si fuera
desconocido, designación arcaica despectiva que las poblaciones no israelitas
daban al pueblo hebreo. Es otro indicio del arcaísmo del documento utilizado
por el redactor. El patriarca tenía sus aliados de raza amorrea, sin duda para
defenderse mutuamente en un ambiente hostil y mantener sus derechos de pastos.
Abraham tomó sus siervos y los de sus aliados, reuniendo 318 hombres, con los
que se apresuró a rescatar a su sobrino (v.14). Al acercarse a la retaguardia
del ejército invasor, dividió sus mercenarios y cayó de noche inesperadamente
sobre la sección que guardaba el botín y los prisioneros. Es una obra maestra
de razzia beduina. Así fue persiguiendo — en plan de guerrillas — al invasor
hasta Jobá, la actual Ube, no lejos de Damasco.
Dan es la antigua Lais. “La victoria
de Abraham se reduce a una razzia contra la columna de prisioneros y del botín,
que era la retaguardia de la columna victoriosa.” No se trata, pues, de una victoria abierta
contra el invasor, lo que es inverosímil, sino de una escaramuza particular,
que le valió a Abraham el rescate de su sobrino y no poco botín. Sin duda que
esta victoria de Abraham formó parte de la épica popular, y así el relato habla
ampulosamente de una victoria sobre los cuatro reyes de Oriente. Es el género
literario épico ampuloso e hiperbólico, tan utilizado en las historias de los
pueblos pequeños.
Melquisedec Bendice a Abraham
(17-24).
17 Cuando volvía, después
de derrotar a Kedorlaómer y a los reyes coaligados con él, el rey de Sodoma le
salió al encuentro al valle de Savé, que es el valle del rey. Melquisedec, rey
de Salem, sacó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo, 19 y bendijo a Abram diciéndole: Bendito sea
Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. 20 Y bendito sea el Dios Altísimo, que puso a
tus enemigos en tu mano. Abram le dio el diezmo de todo. 21 Dijo el rey de Sodoma a Abram:
Entrégame las personas, y toma para ti la hacienda. 22 Respondió Abram al rey de Sodoma: Alzo mi
mano a Yahvéh, Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 para atestiguar que no tomaré nada tuyo, ni
un hilo ni una correa de sandalia, para que no digas: Yo enriquecí a Abram. 24 Nada para mí; sólo lo que han comido los
criados. En cuanto a los hombres que vinieron conmigo: Aner, Eskol y Mamré,
éstos tomarán su parte.
Al volver victorioso, los pueblos
liberados le salieron al encuentro, y en primer lugar el rey de Sodoma, que
había escapado a la muerte. El lugar del encuentro es el “valle de Save,” que
es localizado en el “valle del rey” (v.17). Se ha relacionado con los “jardines
del rey,” y así se propone como escenario del encuentro el torrente Cedrón, que
debía atravesar Abraham al volver de Transjordania.
Entre
los que sin haber perdido nada salen a felicitar a los vencedores está Melquisedec,
rey de Salem y sacerdote del Altísimo — El-Elyon. El relato (v. 17-20) parece
intercalado posteriormente, ya que interrumpe la ligazón entre el v.17 y el
v.21, que es continuación lógica de aquél, pues es el rey de Sodoma con el que
tiene conversación Abraham. Además, en el v.20 se dice que Abraham ofreció a
Melquisedec el diezmo de todo el botín que traía, mientras que en el v.24
Abraham no quiere tocar nada del botín que pudiera pertenecer al rey de Sodoma.
La tradición judía ha identificado a Salem con Jerusalén. Así, Sal_76:3
considera a Salem y Sión como sinónimos. En Sal. 110 se compara a Melquisedec
con el rey que debe reinar en Sión, la antigua colina llamada Jerusalén. En las
cartas del Tell Amarna aparece el nombre de Urusalim aplicado a Jerusalén, el
Yerusaleim del hebreo. Salem sería, pues, un nombre diminutivo que conserva
sólo la última parte del nombre. Por otra parte, para los judíos tenía un valor
simbólico teológico, pues el nombre coincidía con el sacrificio llamado selem —
pacífico. Melkisedeq es nombre cananeo, como el de Adonisedeq, rey de Jerusalén
en tiempos de Josué. Los dos nombres son teóforos: Melkisedeq — mi rey es
justo, Adonisedeq — mi dueño es justo. Por otra parte, conocemos un dios
llamado Sedeq, adorado por fenicios y sabeos. En este supuesto, el significado
de Melkisedeq es Sedeq es mi rey. Además, Salem es el nombre de otro dios
fenicio, al que Urusalim pudiera estar consagrado. Pero, según la Biblia,
Melquisedec es sacerdote de El-Elyon. Él es primitivamente un apelativo de la
divinidad, que es común a todas las lenguas semíticas. Parece que primariamente
significa “poder, primacía.” El nombre de Elohim es un derivado de la raíz El,
quedando El cómo abreviación en los nombres teóforos.
Elyon
— traducido por los LXX Altísimo — era primitivamente una divinidad fenicia, el
padre de El. Altísimo,
elyon Strong #5945: Altísimo,
preeminente; relativo a las alturas, en lo más elevado; majestuoso, supremo,
elevado, exaltado, alto en rango, encumbrado. Elyon deriva del verbo alah que significa «ascender». Aparece como
adjetivo más de 20 veces, y describe a gobernantes exaltados, así como las más
elevadas habitaciones en los muros del templo (Eze_41:7). Se convierte en un
título divino cuando aparece junto a uno de los nombres de Dios, tales como El
Elyon o Elohim Elyon «Dios Altísimo»
En un texto fenicio del siglo VIII a.C.
aparecen distinguidos: “ante El y Elyon.” (Cf. E. Dhorme, La religión des Hébreux
nómades 340)
Los hebreos lo adoptaron también
para designar al Dios de ellos (Num_24:16; Deu_32:8; Isa_14:14; Sal_78:34;
Sal_47:3.,) y en la época helenística, la traducción de υφιστος fue muy
empleada, pues se consideraba más comprensible a los paganos que el
tetragrámmaton Yahvé.
En el caso de la entrevista de
Abraham y Melquisedec, el patriarca hebreo lo considera como su Dios, pues
dijo: Alzo mi mano a Yahvé, Dios Altísimo, el dueño de cielos y tierra...
(v.22). Vemos que el redactor pone en labios de Abraham el nombre de Yahvé —
evitado en boca de Melquisedec, v. 19-20, identificándolo con el Dios de
Melquisedec.
Los LXX no traen el equivalente de Yahvé en el
v.22 como idéntico a El-Elyon. Como el nombre de Yahvé falta en el texto
samaritano, es de suponer que ha sido añadido por un glosista. Melquisedec es
“rey y sacerdote,” como era corriente en los reyezuelos cananeos. Abraham le
ofrece, en calidad de sacerdote, parte del botín, que la costumbre reservaba a
la divinidad. Melquisedec, en cambio, le bendice como sacerdote y obsequia al
séquito de Abraham con un refrigerio de pan y vino.
Clemente de Alejandría ve en este pan
y vino un símbolo de la Cena del Señor (Cf. Clem. De Alej., Strom. 6-161; 3). Cipriano
considera este ofrecimiento de pan y vino como un sacrificio hecho a Dios,
figura del sacrificio eucarístico. Tertuliano afirma que la ofrenda de
Melquisedec no tiene por finalidad sino dar un refrigerio a los cansados guerreros
de Abraham. El salmista atribuye al Mesías un sacerdocio al modo de
Melquisedec, el cual juntaba la dignidad real y sacerdotal. El autor de la
Epístola a los Hebreos ve en Melquisedec una figura de Cristo, por cuanto el
rey de Salem, contra el uso corriente en la Escritura, se nos presenta en la
historia “sin padre, sin madre ni genealogía.”
Melquisedec
es rey y sacerdote, lo que era corriente en la antigüedad; los reyes sumerios
son llamados patesi o vicarios de su dios. Los reyes asirios se llamaban a sí
mismos sangu — sacerdote — y saknu — lugarteniente — de Enlil.
En el texto bíblico aparece por
primera vez el nombre de kohen — sacerdote, que parece relacionarse con el
acadio kânu — inclinarse, humillarse. Melquisedec, con la misma fórmula,
bendice a Abraham y da gracias a Dios por la victoria, al que se le da el
título de “señor de cielos y tierra.” En correspondencia, Abraham le ofrece los
diezmos, reconociéndole como “sacerdote.”
Los templos de Babilonia se sostenían con los
“diezmos” — esrû — de sus devotos. Este reconocimiento del sacerdocio de
Melquisedec por Abraham es una prueba más de la antigüedad de la tradición
sobre el encuentro entre ellos, pues no se concibe que un judío celoso
posterior haya fingido a su gran patriarca humillándose ante un sacerdote
cananeo, reconociéndole como sacerdote y ofreciéndole los diezmos. “La escena
reviste cierta grandeza: el antepasado de Israel es recibido con honor y
bendecido por un rey. Generoso y piadoso, da con generosidad el diezmo del
botín. El hebreo que llevaba su diezmo al templo podía recordar que el padre de
su pueblo, muy cerca de la Ciudad Santa, había pagado un impuesto semejante.
Pocos personajes del A.T. han tenido en la tradición la fortuna de Melquisedec.
Este rey-sacerdote, que no hace sino atravesar el horizonte de Abraham, ha
excitado la curiosidad. El misterio que le rodea le ha permitido vastos
desarrollos a la exégesis alegórica, que ha sabido sacar, ya en la Escritura,
magníficas enseñanzas bajo la luz del Espíritu. La Epístola a los Hebreos es el
monumento capital”.
Filón veía en él un símbolo del
Logos, por la idea de justicia que su nombre implica y por la embriaguez que
procura a las almas con el vino que les da. (Filón, Allegoriae III 79-82)
Otros escritores judíos le hacen
aparecer con Henoc y Elías en la inauguración mesiánica. “Si nada autoriza a
poner en duda la historicidad del episodio de Melquisedec, al menos se tiene
derecho a acentuar el carácter misterioso del personaje; quizá su nombre y el
de su ciudad se deben a la intención de proyectar hasta la época patriarcal los
orígenes del culto debido a Yahvé en el lugar que consagrará más tarde el
templo.”
El
v.22 es continuación del v.17. El botín pertenecía al vencedor; por eso el rey
de Sodoma sólo le pide que le devuelva las personas. Abraham, caballerosamente
y con toda generosidad, contesta que le devolverá también el botín, pues no
quiere enriquecerse con lo de los demás, y sobre todo no quiere que el rey de
Sodoma diga que le ha enriquecido. El gesto del juramento, levantando la mano
al cielo, es solemne. Toma como testigo al Dios de Melquisedec (El-Elyon), lo
que indica que le considera como Dios suyo. Yahvé falta en los LXX y en la
versión siríaca, lo que indica que es adición de un glosista. Por otra parte,
su sentido de justicia queda claro al exigir para sus siervos y aliados la
parte que les corresponde.
Sin predecesores o sucesores. Pablo indica claramente que era imposible alcanzar la
perfección mediante el sacerdocio levítico, por lo que era necesaria la
intervención de un sacerdote “a la manera de Melquisedec”. Explica que Cristo
procedía de una tribu no sacerdotal, Judá, pero, al citar la similitud entre
Melquisedec y Jesús, muestra que este accedió al sacerdocio “no según la ley de
un mandamiento que dependa de la carne, sino según el poder de una vida
indestructible”. A diferencia del nombramiento sacerdotal de Cristo, que fue
refrendado por un juramento de Jehová, el de Aarón y sus hijos se realizó sin
que mediara juramento alguno. Además, a diferencia de los sacerdotes levíticos,
que morían y necesitaban sucesión, el resucitado Jesucristo, “por cuanto
continúa vivo para siempre, tiene su sacerdocio sin sucesores”, y por
consiguiente “puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios
mediante él, porque siempre está vivo para abogar por ellos”. (Heb 7:11-25.)
¿Por qué podía decirse que
Melquisedec no tuvo “principio de días ni fin de vida”?
Pablo resaltó una característica
notable de Melquisedec cuando dijo que ‘estaba sin padre, sin madre, sin
genealogía, sin tener principio de días ni fin de vida’, pero que ‘había sido
hecho semejante al Hijo de Dios y permanecía sacerdote perpetuamente’. (Heb 7:3.)
Melquisedec nació y murió como todos los humanos. No obstante, no se mencionan
los nombres de su padre ni de su madre, no se hace referencia a sus antepasados
ni a sus descendientes y las Escrituras tampoco registran información sobre el
principio o el fin de su vida. Por lo tanto, Melquisedec fue una prefiguración
adecuada de Jesucristo, cuyo sacerdocio no tiene fin. Así como Melquisedec no
tuvo ningún predecesor ni hay constancia de que tuviera sucesores para su
sacerdocio, de forma similar Cristo tampoco tuvo ningún sumo sacerdote que lo
precediera, y la Biblia muestra que nadie le sucederá jamás. Además, aunque
Jesucristo nació en la tribu de Judá y en la línea real de David, su
ascendencia carnal no afectó su sacerdocio, ni tampoco influyó en que concurriesen
en él los puestos de sacerdote y rey. Esto llegó como resultado del juramento
que Jehová hizo.
Un punto de vista que se halla en
los targumes de Jerusalén y de Jonatán y que ha conseguido gran aceptación
tanto entre los judíos como entre otras personas, es que Melquisedec era Sem,
el hijo de Noé. Sem vivió incluso tras la muerte de Sara, la esposa de Abrahán.
Además, Noé le bendijo específicamente. (Gé 9:26, 27.) No obstante, no se ha
confirmado esta identificación. Hay buenas razones para que las Escrituras no
revelaran la nacionalidad, genealogía ni descendencia de Melquisedec, pues así
pudo tipificar a Jesucristo, quien gracias al juramento de Jehová, “donde, como
precursor y representante nuestro, entró Jesús, constituido sumo sacerdote para
siempre según el orden de Melquisedec.”. (Heb 6:20.)
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