Este nuevo nacimiento no se puede producir por inventos o
ardides humanos. Muchos piensan que al unirse a tal o cual iglesia, cumplir
algún rito religioso, dar una contribución a alguna obra de caridad, darse
golpes de pecho repitiendo frases grandilocuentes, automáticamente nacen de
nuevo.
JESÚS nos dijo que nos era necesario nacer de nuevo. Ese
verbo nacer es pasivo. Ningún hombre puede nacer por sí mismo. Nace
pasivamente. Nacer de nuevo es completamente ajeno a nuestra voluntad. Es
decir, el nuevo nacimiento es una obra divina, nacemos de DIOS.
Nicodemo en su perplejidad, no pudo entender cómo podría nacer por segunda vez, por eso
pregunto dos veces “¿Cómo?”
Aunque el nuevo nacimiento parezca misterioso, eso no
significa que no sea verdad. No entendemos el misterio de la electricidad,
porque la oveja da lana, la vaca pelo o el ave pluma, pero sabemos que lo hacen.
No entendemos muchos misterios de la vida pero sabemos que están ahí y que
algún día nos serán desvelados.
Aceptamos por FE el hecho de que en el momento en que nos
arrepentimos del pecado, y por la FE volvemos a JESUCRISTO somos nacidos de
nuevo. Es la infusión de la vida divina en el alma. Es la implantación de la
naturaleza divina en el alma, mediante la cual llegamos a ser hijos de DIOS.
CRISTO, mediante el Espíritu Santo, mora en nuestro corazón. Somos unidos a
DIOS por la eternidad. Eso significa, que si has nacido de nuevo, mientras Dios
viva, vivirás; porque ahora participas de su misma vida.
Al nacer de nuevo, se
obtienen varios resultados.
Primero, tu visión y
entendimiento se aumentarán. La Biblia dice: 2ª Corintios 4:6 “Porque Dios, que
mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en
nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de Dios en la faz de Jesucristo”. De nuevo dice la Biblia: Efesios
1:18 “Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento”. Cosas de las que antes te
burlabas como locura, ahora las aceptas
por fe. Todo el proceso mental de tu vida cambia. Dios llega a ser el eje de tu
pensamiento. Viene a ser el centro de tu vida. El yo ha sido destronado.
Segundo, tu corazón experimenta una revolución. La Biblia
dice: Ezequiel 36:26 “Pondré espíritu nuevo dentro de vosotros y quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra, y os daré corazón de carne”. Dice Dios en
la Biblia: Jeremías 31:33 “Y os daré corazón
nuevo”. Tus afectos han experimentado un cambio radical. Tu nueva
naturaleza ama a Dios y las cosas que son de Dios. Amas lo más sublime y noble
de la vida. Rehúsas lo vil y lo bajo. Inmediatamente tienes un nuevo concepto
de los problemas sociales que te rodean. Tu corazón late compasivamente por los
menos afortunados.
Tercero, tu voluntad sufre una transformación completa. Tus
decisiones son diferentes, tus motivos distintos, tus fines han cambiado. La
Biblia dice: Hebreos 13:20-21 “Y el Dios de paz…os haga aptos en toda obra
buena para que hagáis su voluntad, haciendo EL en vosotros lo que es agradable
delante de EL”.
Esta nueva naturaleza
que recibes de Dios se sujeta a la voluntad de EL. Y querrás hacer solamente su
voluntad. Estás completamente y totalmente dedicado a EL. Existe una nueva
determinación, inclinación, disposición,
un nuevo principio de vivir y nuevo deseos. Procuras glorificar a Dios. Buscas
el compañerismo con otros cristianos en la iglesia. Amas la Biblia, te gusta
pasar tiempo en oración con Dios, hablando con Dios de todo. Has cambiado toda
tu disposición. Antes, tu vida estaba
llena de incredulidad, el origen y la base de todo pecado, dudabas de Dios;
ahora crees y posees mayor confianza y fe en EL y en su Palabra.
El orgullo era el mismo centro de tu vida. Tenías
pensamientos ambiciosos acerca de ti mismo, de tus poderes, deseos y
propósitos; ahora todo esto comienza a cambiar. Había odio en tu vida, la
envidia, el descontento y la malicia
dominaban tus pensamientos hacia otros. Esto también ha cambiado.
Fácilmente podías mentir. En tus pensamientos, palabras y
acciones, había muchas falsedades e hipocresías. Ahora todo está cambiado. Te
rendías al deseo de la carne, ahora has cambiado. Has nacido de nuevo.
Posiblemente caerás en alguna de estas trampas que el diablo pone para ti, pero
inmediatamente tendrás tristeza, confesarás tus pecados y pedirás perdón, porque has nacido de nuevo.
El sello del Espíritu Santo mora en tu alma y sirve para
garantizar tu inmunidad, tu justificación. La JUSTIFICACIÓN es ese acto de DIOS
por el que declara que eres inocente como si nunca hubieras pecado. Cuando has
nacido de nuevo la justificación te permite estar delante de Dios como criatura
nueva en la que no hallará pecado. Dios
te mira entonces como si nunca hubieras pecado.
Dice La Biblia: Romanos 8:33 “¿Quién acusará a los escogidos
de Dios? DIOS ES EL QUE JUSTIFICA”
Y sigue: 2ª Corintios 5:18 “Y todo esto es de Dios, el cual
nos reconcilió a Si por Cristo; y nos dio el ministerio de la reconciliación”
Ahora perteneces a la familia real del cielo, llevas en tus
venas sangre real, eres hijo del REY.
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