} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: PROSIGO A LA META: CRISTO

jueves, 28 de marzo de 2013

PROSIGO A LA META: CRISTO

   Cuando comprendo algo del amor de Cristo para mí, pecador, respondo con amor para Él, y el amor tiene sensación. Pero el amor a Cristo es muy superior  a las manifestaciones emotivas del amor humano. Es un amor despojado de intereses personales. La Biblia dice: 1ª S. Juan 4:18 "El perfecto amor echa fuera el temor". Y los que aman a Cristo tienen esa confianza en Él., que los coloca por encima de todo temor sea este del tipo que sea.
   Cuando llego a comprender que Cristo por su expiación, ganó una victoria decisiva sobre la muerte y el pecado, entonces pierdo el temor a la muerte. La Biblia dice: Hebreos 2:14-15 "Él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber el diablo, y librar a los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida sujetos a servidumbre". Esto también es una sensación. El temor es una sensación, y el vencerlo mediante el arrojo y la confianza ante la muerte, ocasiona sensación y emoción. Pero afirmo que no es la sensación de intrepidez y confianza lo que nos salva, sino nuestra fe. La intrepidez y la confianza son el resultado de haber confiado en Cristo.
  El sentir culpa en la conciencia es una experiencia. Los psicólogos la definen como complejo de culpa y tratan de quitar la sensación de culpa, mediante el raciocinio. Pero una vez aguijoneada la conciencia por medio de la ley divina, despertará, y ninguna explicación o razonamiento calmará la conciencia.
  Muchos criminales se han entregado a las autoridades porque los remordimientos de la conciencia eran peores que las rejas de la prisión.
  La Biblia enseña que Cristo limpia la conciencia, dice: Hebreos 9:13-14. "Porque si la sangre de los toros y machos cabrios, y la ceniza de la becerra, rociada a los inmundos, santifica para la purificación de la carne, ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual por el Espíritu eterno se ofreció  a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de las obras de muerte para que sirváis al Dios vivo?".
  El tener una conciencia libre de culpa y el vernos libres de sus constantes acusaciones, es una experiencia. Pero no es la limpieza de la conciencia lo que te salva, sino la fe en Cristo ( hecho). La conciencia limpia es el resultado de haber entrado en buenas relaciones con Dios.
  El gozo es una sensación. La paz interior es una sensación. El amor a los demás es una sensación. La compasión por tus semejantes es también una sensación.
 Alguien puede decir: << Creo los hechos históricos del evangelio, pero todavía no soy salvo>>. Tal vez sea así, ya que la fe que salva tiene una cualidad distinta. La fe salvadora produce obediencia y genera una vida nueva. Algunos podrán imitar o simular esta vida nueva. Pero más pronto que tarde aparece su verdadera naturaleza. Es como el cuento aquel  del puerco. Una vez un hombre limpio y acicaló a un puerco, le puso un lazo en el pescuezo, lo perfumó y lo sentó con él en el comedor. Pero nada más abrir la puerta salio disparado al primer lodazal que encontró. Su verdadera naturaleza pudo sobre la limpieza. Así el hombre que no ha nacido de nuevo. Puede disimular por un tiempo pero tarde o temprano sale a relucir su verdadera naturaleza.
  Para los que confían en Cristo para su salvación, dicha fe ocasiona en ellos el deseo de actuar visiblemente bajo los impulsos de la fe. Es un poder que da como resultado una vida de santidad y sumisión.
Deja que esa fe intelectual, esa fe histórica  que ahora tienes, te conduzca a Cristo mediante una entrega completa, deseando ardientemente la salvación, para que, conforme a la Palabra de Dios, llegues a ser un hijo de Él.
   La Biblia dice: S. Juan 1:12 "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios".
Que así sea. Amén.

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