Relacionado
con el tema anterior, -la ley y la fe- está
lo que el apóstol Pablo llama hombre viejo y hombre nuevo.
El hombre
cuando nace, tiene una carne, un alma, que es la portadora de los instintos animales,
que imprimen carácter y sello de personalidad a la carne y al espíritu, y
además un espíritu inmundo; siendo esta
la trilogía del hombre; si lo preferimos del hombre viejo.
Cuando la
persona, se pasa por FE a Jesucristo, se produce un engendramiento que hace
Dios, de un nuevo espíritu, engendrando
el Espíritu Santo y quitando el espíritu inmundo. Veamos algún texto en la
Palabra de Dios, la Biblia:
Juan, 1:12-13 (12)“Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; (13)los cuales
no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”.
Juan, 3:3-6 (3) “Respondió Jesús y dijo: De cierto, de
cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
(4) Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? (5) Respondió Jesús:
De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (6) Lo
que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu
es”.
1ª a los
Corintios, 2:12-13 (12) “ Y nosotros no
hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios,
para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, (13) lo cual también hablamos,
no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con la que enseña el
espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual”
Gálatas,
4:4-7 (4) “Pero cuando vimos el
cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, (5) para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. (6) Y por
cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama ¡Abba, Padre¡ (7) Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo,
también heredero de Dios por medio de Cristo”.
Efesios,
4:22-24 (22) “En cuanto a la pasada
manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que
está viciado conforme a los deseos engañosos,(23) y renovaos en el espíritu de
vuestra mente, (24) y vestíos del nuevo hombre,
creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad”.
Muchas veces oímos
a ciertos predicadores, al referirse a la humanidad, decir que: “Todos somos hijos
de Dios”; y por lo que ves, no es verdad, ya que solamente lo es, el que ha
recibido por engendramiento el
Espíritu de Dios.
Entonces, si
que somos hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y coherederos de todo lo que tenga
bien darnos el Padre (y verás que no sólo va a ser mucho, sino que nos lo dará
TODO)
Únete a Dios
y rechaza todo lo que vaya contra su Palabra en la Biblia.
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