19.1 El hombre pobre
que teme a Dios es más honorable y feliz que el hombre sin sabiduría ni gracia,
por más rico o de alto rango que sea.
La integridad es más valiosa que la riqueza, pero la mayoría de las
personas no actúan como si lo creyeran. Temen tanto no conseguir todo lo que
quieren, que están dispuestas a pagar cualquier precio con tal de incrementar
su riqueza: hacer trampa en los impuestos, robar en las tiendas o a los
empleadores, retener el diezmo, negándose a dar. Pero cuando conocemos y amamos
a Dios, nos damos cuenta que un nivel bajo de vida, o incluso la pobreza, es un
pequeño precio que hay que pagar por la integridad personal. ¿Muestran nuestras
acciones que sacrificamos nuestra integridad para incrementar nuestra riqueza?
¿Qué cambios necesitamos hacer para corregir nuestras prioridades?
19.2 ¿Qué cosa buena
puede el alma hacer si no tiene conocimiento? El que peca no se tomará el
tiempo para sopesar la senda de sus pies.
A menudo vamos presurosos a
través de la vida, avalanzándonos de cabeza a lo desconocido. Mucha gente se
casa sin saber lo que puede esperar de su pareja ni de la vida matrimonial.
Otros prueban las relaciones sexuales ilícitas o las drogas sin considerar las
consecuencias. Algunos se arrojan a trabajos sin evaluar si tienen la capacidad
para realizarlos. No corramos hacia lo desconocido. Asegúremonos de que
comprendemos las cosas en las que nos estamos metiendo y a dónde queremos ir
antes de dar el primer paso. Si aun así parece desconocido, asegúremonos de
seguir a Dios.
19.3-7 Los
hombres corren a meterse en problemas por su propia necedad, y luego, se
inquietan por los designios de Dios.Aquí podemos ver cuán fuerte es el amor del
hombre al dinero.. Los que dicen mentiras al hablar están bien encaminados para
ser culpables de falso testimonio. No tenemos excusa si no amamos a Dios con
todo nuestro corazón. Sus dones para nosotros no se pueden contar, y todos los
dones de los hombres para nosotros son frutos de su generosidad. Cristo fue abandonado
por todos sus discípulos, pero el Padre estaba con Él. Anima nuestra fe que Él
tuviera tanta experiencia en las penas de la pobreza.
19.8-15 ¿Es bueno amarse uno mismo? Sí, ¡cuando está
en juego nuestra alma! Este proverbio no se refiere a la persona egoísta que
ama y protege sus intereses mezquinos y que hará cualquier cosa para servirles.
En vez de eso, alienta a los que en verdad se preocupan de ellos mismos al
punto de buscar sabiduría. El hombre que no tiene sabiduría ni gracia no tiene
derecho ni mérito para gozo verdadero. Muy impropio es que un esclavo del
pecado oprima a los hombres libres de Dios. Obtiene la mayor gloria verdadera
el que se propone con constancia vencer con el bien al mal.
Cristo es un Rey cuya ira contra sus enemigos será como el rugido de
un león, y su favor hacia su pueblo, como el rocío que refresca.
Demuestra la vanidad del mundo que estemos propensos a las mayores
tristezas cuando nos prometemos el más grande de los consuelos.
Una esposa discreta y virtuosa es más valiosa que la casa y las
riquezas.
Una disposición perezosa e indolente empobrece a los hombres; los
lleva a la necesidad. Y esto se aplica a la vida presente y a la venidera.
19.16 Los mandamientos
que nos han dicho que debemos cumplir son los que se encuentran en la Palabra
de Dios, tanto los Diez Mandamientos (Éxodo 20) como los demás pasajes de
instrucción. Obedecer lo que Dios nos enseña en la Biblia es guardarnos.
Desobedecer es destruirnos.
19.17-22 Aquí Dios se identifica con el pobre
al igual que Jesús lo hace en Mateo 25:31-46.
Como nuestro Creador, Dios nos valora, sin importar si somos ricos o pobres.
Cuando ayudamos a los pobres, mostramos honor tanto al Creador como a su
creación. Dios acepta nuestra ayuda como si se la hubiéramos ofrecido
directamente a El. Cuando los padres están bajo una necia ternura, hacen lo
mejor que pueden para criar a los hijos como consuelo para sí, y felices en sí
mismos. El niño malcriado y no corregido probablemente se convierta en hombre
muy iracundo.
Los que serán sabios en su final definitivo, se les debe enseñar y se
les debe mandar cuando jóvenes.
¿Qué debiéramos desear sino que todos nuestros propósitos concuerden
con la santa voluntad de Dios?
Mucho mejor es tener un corazón para hacer el bien y necesitar
habilidad para hacerlo, que tener habilidad para hacerlo y que falte el corazón
para ello.
19.23 Aquel que confía
en Dios "no será visitado de mal" debido a sus buenos hábitos, estilo
de vida y a veces mediante la intervención directa de Dios. Sin embargo, el
temor de Jehová no siempre nos protege del peligro de esta vida. Siguen sucediéndoles cosas malas a la gente que ama a Dios. Este versículo no es una
promesa universal, sino un principio general. Describe lo que sucedería si en
este mundo no hubiera pecado y lo que sucederá en la tierra nueva cuando los
creyentes fieles estarán para siempre bajo la protección de Dios.
19.24 "Mete su mano
en el plato" se refiere a la costumbre de comer de un mismo plato que se
pasaba de persona en persona y donde cada uno estiraba su mano y tomaba su
porción. Este proverbio dice que algunas personas son perezosas aun para
llevarse la comida a la boca.
19.25-29 Existe una gran
diferencia entre la persona que aprende de la crítica y la que se niega a
aceptar la corrección. La forma de responder ante la crítica determina si hemos
crecido o no en sabiduría. La próxima vez que alguien nos critique, esmerémonos
por escuchar atentos todo lo que nos dicen. Podemos aprender algo. La
reprensión amable va muy lejos en el hombre de entendimiento
El joven que despilfarra la sustancia de su padre o empobrece a su
madre, es odioso y llegará a la desgracia. Sabiduría de los hombres jóvenes es
aborrecer la conversación que pone principios malos y licenciosos en la mente. Son
lo peor de los pecadores los que se alegran de tener una oportunidad de pecar.
El descreimiento del hombre no restará eficacia a las amenazas de
Dios. El mismo Cristo no fue perdonado cuando llevó pecados que no eran los
propios. La justicia y el juicio tocaron a nuestro bendito fiador, ¿y Dios va a
perdonar a los pecadores obstinados?
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