} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿QUÉ ES NACER DE NUEVO?

lunes, 18 de abril de 2016

¿QUÉ ES NACER DE NUEVO?


2 Corintios 4:6  Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.
Juan 3:7  No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
Es agradable contemplar el sol en el firmamento, pero es más agradable y provechoso que el evangelio brille en el corazón. Como la luz fue al principio de la primera creación, así, también, en la nueva creación, la luz del Espíritu es su primera obra en el alma. El tesoro de luz y gracia del evangelio está puesto en vasos de barro. Los nacidos por Evangelio de Jesús estamos sometidos a las mismas pasiones y debilidades que los demás hombres. Dios podría haber enviado a los ángeles para dar a conocer la doctrina gloriosa del Evangelio o podría haber enviado a los hijos de los hombres más admirados para enseñar a las naciones, pero escogió vasos más humildes, más débiles, para que su poder sea altamente glorificado al sostenernos, y en el bendito cambio obrado por el ministerio de ellos.
El nacimiento es el comienzo de la vida; nacer de nuevo es empezar a vivir de nuevo, como los que han vivido muy equivocados o con poco sentido. Debemos tener una nueva naturaleza, nuevos principios, nuevos afectos, nuevas miras. Por nuestro primer nacimiento somos corruptos, formados en el pecado; por tanto, debemos ser hechos nuevas criaturas. No podía haberse elegido una expresión más fuerte para significar un cambio de estado y de carácter grande y muy notable. Debemos ser enteramente diferentes de lo que fuimos antes, como aquello que empieza a ser en cualquier momento, no es, y no puede ser lo mismo que era antes. Este nuevo nacimiento es del cielo, (Juan 1; 13), y tiende al cielo. Es un cambio grande hecho en el corazón del pecador por el poder del Espíritu Santo. Significa que algo es hecho en nosotros y a favor de nosotros que no podemos hacer por nosotros mismos. Algo obra por lo que empieza una vida que durará por siempre. De otra manera no podemos esperar un beneficio de Cristo; es necesario para nuestra felicidad aquí y en el más allá.
Nicodemo entendió mal lo que dijo Cristo, como si no hubiera otra manera de regenerar y moldear de nuevo un alma inmortal que volver a dar un marco al cuerpo. Sin embargo, reconoció su ignorancia, lo que muestra el deseo de ser mejor informado. Entonces, el Señor Jesús explica más. Muestra al Autor de este bendito cambio. No es obra de nuestra sabiduría o poder propio, sino del poder del bendito Espíritu. Somos formados en iniquidad, lo que hace necesario que nuestra naturaleza sea cambiada. No tenemos que maravillarnos de esto, porque cuando consideramos la santidad de Dios, la depravación de nuestra naturaleza, y la dicha puesta ante nosotros, no tenemos que pensar que es raro que se ponga tanto énfasis sobre esto.
Hemos "nacido de Dios" cuando el Espíritu Santo vive en nosotros y Jesucristo nos da nueva vida. Haber nacido de nuevo es más que un inicio; es un renacimiento, es recibir un nuevo nombre de familia basado en la muerte de Cristo por nosotros. Cuando eso sucede, Dios nos perdona y acepta totalmente. El Espíritu Santo nos da una mente nueva y un nuevo corazón, vive en nosotros y nos ayuda a ser como Cristo. Nuestra perspectiva cambia también porque tenemos una mente nueva que se renueva de día en día por el Espíritu Santo (Romanos 12:2; Efesios 4:22-24). Por lo tanto, debemos empezar a pensar y a actuar en forma distinta.  
1Juan 3:9  Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
  Todos tenemos aspectos en que la tentación es fuerte y tenemos hábitos difíciles de vencer. Esas debilidades dan a Satanás una base; por lo tanto, debemos contender con nuestros aspectos vulnerables. Si tenemos dificultades con un pecado determinado, sin embargo, estos versículos no están dirigidos a nosotros, aunque al presente pareciera que "practicamos el pecado". Juan no se refiere a personas cuyas victorias todavía son incompletas sino a quienes practican el pecado y buscan formas de justificarlo.
Tres pasos son necesarios para hallar victoria sobre un pecado predominante:
 (1) buscar el poder del Espíritu Santo y la Palabra de Dios
(2) huir de las situaciones de tentación 
(3) buscar la ayuda del cuerpo de Cristo. Estemos dispuestos a dar cuenta de nuestros hechos y a aceptar la oración de los demás.

  "Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado" significa que los verdaderos creyentes no hacen del pecar una práctica ni se vuelven indiferentes a la moral de Dios. Todos los creyentes todavía pecamos, pero nosesforzamos por ganar la victoria sobre el pecado. "La simiente de Dios permanece en él" significa que los verdaderos creyentes no hacemos del pecar una práctica porque la nueva vida de Dios ha nacido en nosotros.
La meta suprema de Dios en cuanto a nosotros es hacernos semejantes a Cristo (1Juan 3:2). A medida que vamos siendo como El, descubrimos lo que en realidad somos, las personas para lo cual fuimos creados. ¿Cómo podemos ser conformados a la imagen de Cristo? Leyendo y prestando atención a la Palabra de Dios,  obedeciendo y estudiando su vida en la tierra a través de los Evangelios, llenándonos con el Espíritu Santo y haciendo la obra de Dios en la tierra.
Juan 4:34  Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. Nuestro Maestro nos ha dejado un ejemplo para que aprendamos a hacer la voluntad de Dios como Él la hizo; con diligencia como los que hacen su actividad de ella; con deleite y placer en ella.
 No es simplemente nacer de nuevo, hay que caminar por la senda estrecha, dejando atrás por las pruebas todos los estorbos; vendrán aflicciones pero es Dios formando a sus hijos, a su Iglesia. Dios está al control de todas las cosas. Sabe la disciplina que vamos a necesitar, donde vamos a desobedecer.  Gracias  Señor por cambiarnos. Sabemos que la aflicción no quita el pecado sino que nos lleva a la madurez. Gracias poque Tu Santo Espíritu nos trae la comprensión de estas cosas. Tenemos un Padre que nos ama tanto que nuestra mente de hijos limitados no puede  entender.
Deuteronomio 14:2  Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra.
Dios nos ha escogido para ser salvos. A quienes Dios elige para ser sus hijos, nos formará para que seamos un pueblo santo y celoso de buenas obras. Debemos ser cuidadosos para evitar todo lo que pueda producir deshonra a nuestra profesión de fe ante los ojos de quienes esperan vernos vacilar. Nuestro Padre celestial nada prohíbe que no sea por nuestro bienestar. No te hagas daño; no arruines tu salud, tu reputación, tus comodidades domésticas, la paz de tu mente. Especialmente, no asesines tu alma. No seas esclavo vil de tus apetitos y pasiones. No hagas miserables a los que te rodean y no traigas ignominia sobre ti; apunta a lo que es más excelente y útil.
    Preguntemos a nuestro corazón, ¿somos los hijos del Señor nuestro Dios? ¿Estamos separados del mundo impío, apartados para la gloria de Dios, comprados por la sangre de Cristo? ¿Estamos sometidos a la obra del Espíritu Santo?
¡¡Señor, ¡enséñanos con aquellos preceptos con cuánta pureza y santidad debe vivir todo tu pueblo!!
¡Maranatha! 



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