} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO (IV)

martes, 11 de junio de 2013

LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO (IV)



Aunque algunos predicadores tergiversan estos pasajes, no es posible eliminar de los  Evangelios todo vestigio de una Segunda Venida. La misma abundancia de referencias al tema hace improbable que los apóstoles crearan esta doctrina, que saliera de su raciocinio. Es claro que existe una dificultad en los dos dichos de Jesús que indican una venida muy pronta: antes que los discípulos recorrieran las ciudades de Israel (Mateo 10; 23) o antes de que algunos de sus oyentes murieran (Marcos 9; 1), pero es fácil explicar que estas profecías se cumplieron en la muerte y resurrección de Jesús; porque estos hechos fueron una manifestación sobresaliente del Reino, por los cuales Jesús triunfó sobre Satanás y sobre la muerte. Además, por esos hechos Jesús fue proclamado el  SEÑOR del cielo y la tierra (Mateo 28; 18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.). En otras palabras, el acontecimiento fundamental de la predicación del Reino es el nacimiento, la encarnación, la muerte y la resurrección de Jesús. Su Segunda Venida es la culminación de su Señorio, Soberanía y Justicia.
Si Jesús enseñaba una Segunda Venida, podemos hacer una pregunta: ¿Esperaba Él un período entre su  Ascensión y su parusía?   En vista de que hablan de un regreso inmediato: Mateo 10; 23 / Marcos 9; 1/ Marcos 13; 30-33   
 El argumento de muchos predicadores para decir que no habrá Segunda Venida se basa en que: Jesús esperaba regresar casi inmediatamente y cuando no apareció, la iglesia cambió la idea de un regreso inmediato por la de una tarea misionera, con el resultado de que la parusía o venida del Señor fue postergada.
Pero es inaceptable esta tergiversada interpretacion, al oscuro concepto de la iglesia y la formulación de sus doctrinas en vista de los siguientes hechos:
Jesús sí enseñaba que habría un período entre el fin de su ministerio y la parusía (Marcos  13; 10/Mateo 24; 14). Tal espera está implícita en las parábolas del Evangelio, especialmente en aquellas que hablan de la ausencia de la figura central del relato, tal y como podemos leer en: Mateo 24; 45-51/ Mateo 25; 1-13   

Sin el regreso del Señor, la parábola quedaría truncada, porque la entrega de responsabilidades al principio demanda el desenlace de los galardones al final. Así también lo que Jesús empezó a hacer quedaría inconcluso si no volviera a completar el proceso.
  Jesús fue proclamado Señor del cielo y de la tierra y ordenó (Mateo 28; 18-20)  lo que significa que con su exaltación el evangelio rompe los límites nacionales de Israel y asume características universales. Resulta lógico entonces que el señorío de Jesús se proclamase en todo el mundo para que la oferta de perdón y vida eterna fuera conocida de todos. Por tanto, precisa programar un período de tiempo para la evangelización del mundo.
  La enseñanza de Jesús acerca del Reino de Dios refleja una tensión grande entre el aspecto presente, visto en la vida y obra de Jesús, y el aspecto futuro. Si interpretamos el Reino de Dios, o en términos puramente futuristas sin aspecto presente y período intermedio  o en términos de una escatología realizada en este tiempo sin futuro alguno, no hacemos justicia a la enseñanza de Jesús. Él dejó inaugurado el Reino en las obras maravillosas de su ministerio y especialmente en su muerte y resurrección. Por tanto, se puede decir con que la batalla decisiva se ha ganado, y solo se espera la terminación de la guerra y la proclamación del gran día de victoria. Durante el actual período intermedio experimentamos muchas de las bendiciones del futuro, (1 Corintios 10; 11  Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos / Hebreos 6; 5 y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero). Además, los creyentes, los nacidos de nuevo, que ya hemos sido sellados por el Espíritu Santo,  ya tenemos la vida eterna (Juan 3; 16), característica del siglo venidero (Marcos 10; 29-31), pero eso no significa que se omita la consumación final. La victoria sin par de la muerte y resurrección de Jesús quedaría inconclusa si no llega a abatir visiblemente el reino del mal aquí en la tierra.
En resumen, la enseñanza de los Evangelios es clara: al final del proceso de evangelización del mundo, en un momento que solo el Padre conoce (Marcos 13; 32 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos.), Jesús vendrá personalmente sobre las  nubes en la misma forma corporal en que se fue (Hechos 1;10-11  10  Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11  los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. ). Su Segunda Venida será acompañada con trompetas, voces, gloria, y poder; los ángeles estarán presentes para recoger a los escogidos de los cuatro ángulos de la tierra. Entonces el Señor se sentará sobre su trono para juzgar a todos los que tienen alguna relación con el Reino, según sus obras.
Su Venida es precedida por un tiempo de horrible persecución  Marcos  13; 19-20  y seguida por el establecimiento del reino de justicia del Hijo del Hombre (Mateo 25; 34

El Apostol Pablo nos orienta y sigue la pauta de Jesús, aunque agrega varios énfasis nuevos. El más notable quizás es la relación estrecha establecida entre La Segunda Venida y la Resurreción  o transformación de los creyentes. Para mayor comprensión examinemos los siguientes textos en:
1 Corintios 15; 23/1 Corintios 15; 51-53/ Filipenses  3; 20-21/1 Tesalonicenses 4; 13-18  

Aunque hay que distinguir una etapa previa a la Segunda Venida, a la cual llamamos "el arrebatamiento de la iglesia" o “el rapto” que podemos ver como fueron varios los escritores evangélicos que diferenciaron este rapto de los fieles, para evitar pasaran por la gran tribulación. En el Evangelio de  Lucas  17:34-36  Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. 35  Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada.36  Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado.  Podemos corroborar el rapto en: Mateo 24:37-42