Juan
8:44 Vosotros sois de
vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha
sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y
padre de mentira.
1 Juan
3:15 Todo aquel que
aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida
eterna permanente en él
Los líderes
religiosos no eran capaces de entender porque no querían escuchar. Satanás
utilizó su obstinación, su orgullo y sus prejuicios para impedirles que
creyesen en Jesús.
Las actitudes y
acciones de estos líderes claramente los identifica como seguidores de Satanás.
Es posible que no hayan tenido conciencia de esto, pero su desprecio por la
verdad, sus mentiras y sus intenciones homicidas indicaban cuánto control tenía
el diablo sobre ellos. Eran sus herramientas para llevar a cabo sus planes;
hablaban el mismo idioma de mentiras. Satanás sigue usando a las personas para
obstruir la obra de Dios. Satanás dispone a los hombres a excesos por los
cuales se asesinan a sí mismos y al prójimo, mientras lo que pone en la mente
tiende a destruir las almas de los hombres. Él es el gran promotor de toda
clase de falsedad. Es mentiroso, todas sus tentaciones las efectúa llamando
bueno a lo malo y malo a lo bueno, y prometiendo libertad en el pecar. Él es el
autor de todas las mentiras; a él se parecen y evocan los mentirosos, con
quienes tendrá su porción para siempre, como todos los mentirosos. Las lujurias
especiales del diablo son la maldad espiritual, las lujurias de la mente, y los
razonamientos corruptos, la soberbia y la envidia, la ira y la malicia, la
enemistad para con lo bueno, y estimular al prójimo al mal. Todo lo falso en el
mundo le debe a él su existencia. ¡Qué versículo es éste! Presenta al diablo :
como el asesino de la raza humana; pero esto aquí quiere decir en el sentido más
profundo de muerte espiritual, lo presenta también como el padre de esta familia humana caída,
quien comunica a su descendencia sus propias pasiones malvadas y su oblicuidad
universal, y a éstos estimula para el ejercicio activo. Pero como hay uno “más fuerte
que él”, quien viene contra él y lo vence, pues solamente aquellos que “aman
las tinieblas”, son llamados aquí hijos del diablo
La verdad es la voluntad revelada de Dios para
salvación de los hombres por Jesucristo, la verdad que ahora estaba predicando
Cristo y a la cual se opusieron los judíos.
Debemos amar al
Señor Jesús, valorar su amor, y por tanto, amar a todos nuestros hermanos en
Cristo. Este amor es el fruto especial de nuestra fe, y señal segura de que
somos nacidos de nuevo. Pero nadie que conozca rectamente el corazón del hombre
puede asombrarse ante el desprecio y enemistad de la gente impía contra los
hijos de Dios.
Sabemos que
pasamos de muerte a vida: podemos saberlo por las pruebas de nuestra fe en
Cristo, de las cuales una es el amor a los hermanos. La vida de la gracia en el
corazón de la persona regenerada es el comienzo y el primer principio de la
vida de gloria de la cual están destituidos los que odian a sus hermanos en sus
corazones.
“El amor y el
odio, como la luz y la oscuridad, de necesidad se reemplazan y de necesidad se
excluyen la una a la otra.”
Juan repite las
palabras de Jesús en el sentido de que uno que aborrece a otra persona es un
homicida en su corazón. El cristianismo es una religión del corazón; no basta
la obediencia exterior. El odio hacia alguien que lo trató mal es un cáncer
maligno dentro de nosotros que finalmente nos destruirá. No permitamos que una
"raíz" de amargura" crezca en nosotros ni en nuestra iglesia. Dios
considera que la disposición interior es de tanta importancia como el hecho
exterior motivado por ella.
El
que aborrece (o no ama) a su hermano, no puede, en este su actual estado, gozar
de la permanencia en él, de la vida eterna.