} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: DIOS ES LUZ

domingo, 25 de octubre de 2015

DIOS ES LUZ


  


  La luz representa lo bueno, puro, verdadero, santo y confiable. Las tinieblas representan al pecado y lo perverso. Decir "Dios es luz" significa que es perfectamente santo y veraz, y que solo El puede sacarnos de las tinieblas del pecado. La luz también se relaciona con la verdad, y esa luz expone todo lo que existe, sea bueno o malo. En las tinieblas, lo bueno y lo perverso parecen iguales; en la luz, es fácil notar su diferencia. Así como no puede haber tinieblas en la presencia de la luz, el pecado no puede existir en la presencia de un Dios santo. Si queremos tener relación con Dios, debemos poner a un lado nuestro estilo de vida pecaminoso. Es hipocresía afirmar que somos de El y al mismo tiempo vivir como se nos antoja. Cristo pondrá al descubierto y juzgará tal simulación.
Nuestro caminar en la luz es una prueba de la comunión con Dios, debido a que la vida en su compañía es una constante limpieza de pecados por la sangre de Jesucristo. También involucra la relación de unos con otros, lo cual indica que caminar «en la luz» es vivir responsablemente tanto ante Dios como ante los seres humanos.

  Nadie que camine en la luz revelada por Dios puede dejar de reconocer su condición pecadora.

  Perseverar en el falso orgullo que niega que somos pecadores equivale no solamente a engañarse a sí mismo, sino a acusar a Dios de mentiroso, ya que su Palabra declara la universalidad del pecado. Sin embargo, confesar nuestros pecados es un prerrequisito para recibir la remisión y el perdón del Señor.

Todos debiéramos recibir jubilosos un mensaje del Señor Jesús, el Verbo de vida, el Verbo eterno. El gran Dios debe ser representado a este mundo oscuro como luz pura y perfecta. Como esta es la naturaleza de Dios, sus doctrinas y preceptos deben ser tales. Como su perfecta felicidad no puede separarse de su perfecta santidad, así nuestra felicidad será proporcional a la santidad de nuestro ser. Andar en tinieblas es vivir y actuar contra la religión. Dios no mantiene comunión o relación celestial con las almas impías. No hay verdad en la confesión de ellas; su práctica muestra su necedad y falsedad. La vida eterna, el Hijo eterno, se vistió de carne y sangre, y murió para lavarnos de nuestros pecados en su sangre, y procura para nosotros las influencias sagradas por las cuales el pecado tiene que ser sometido más y más hasta que sea completamente acabado. Mientras se insiste en la necesidad de un andar santo, como efecto y prueba de conocer a Dios en Cristo Jesús, se advierte con igual cuidado en contra del error opuesto del orgullo de la justicia propia. Todos los que andan cerca de Dios, en santidad y justicia, están conscientes de que sus mejores días y sus mejores deberes están contaminados con el pecado.