} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿DEBEN LOS CRISTIANOS JUZGARSE LOS UNOS A LOS OTROS?

lunes, 4 de mayo de 2020

¿DEBEN LOS CRISTIANOS JUZGARSE LOS UNOS A LOS OTROS?




 1 Corintios 5:12 “Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?” 

     Parece que Pablo ya les había escrito una carta a los corintios exhortándolos a que evitaran la compañía de la mala gente. Él pretendía que aquello se aplicara solamente a miembros de la iglesia; había querido decir que los que tuvieran una mala conducta debían ser disciplinados siendo excluidos de la sociedad de la iglesia hasta que se enmendaran. Pero parece ser que algunos de los corintios habían tomado esa carta como una prohibición absoluta, cosa que no se podría entender como norma a menos que se retirara uno del mundo totalmente. En un lugar como Corinto sería imposible llevar una vida normal evitando totalmente el trato con los que vivían en desacuerdo con las enseñanzas y prácticas de la iglesia.
Pero no había sido eso lo que Pablo había querido decir. Él no habría recomendado nunca una clase de Cristianismo que se retirara de la vida cotidiana del mundo, lo que habría equivalido a salirse del mundo. Para él el Cristianismo tenía que vivirse en el mundo. «Dios -como le dijo cierto santo anciano a John Wesley- no quiere saber nada de una religión solitaria.» Y Pablo habría estado totalmente de acuerdo con eso.

 Pablo y la iglesia de Corinto deben tratar un asunto con los miembros (el v. 12 espera que la respuesta sea un “sí”), pero los creyentes deben permitir a Dios tratar con los que no son miembros de la iglesia. Los creyentes no deben juzgarse los unos a los otros (Mt. 7:1-5,15-20; ro. 14:1-15:13), pero:

1.      Debemos examinar los frutos uno a otros para posiciones de liderazgo en la iglesia (1Co. 6:1-3; Mateo 7)

2.      Debemos ejercitar disciplina en la iglesia cuando la reputación de la iglesia está en peligro de perderla

¡Esto es con frecuencia una fina línea! Por implicación Pablo asegura que el hombre pecador de 1 Corintios 5 debe ser puesto en las manos de Dios para juicio (es decir, expulsarlo de la iglesia). Uno se pregunta cómo este contexto se aplica a las sociedades modernas donde los creyentes y los no creyentes tienen la oportunidad de votar para regular las normas de la sociedad. ¿Debieran los cristianos participar vigorosamente en los procesos políticos? El contexto inmediato está limitado al juicio en relación a la disciplina en la iglesia, y no a una democracia moderna occidental. ¡Los creyentes son ciudadanos de dos reinos con obligaciones y privilegios en ambos! El Espíritu de Dios, la voluntad de Dios y la Palabra de Dios nos ayuda como creyentes a encontrar nuestro camino en este mundo caído, pero los que no son creyentes son explotados y manipulados por el pecado, el ego, y Satanás. Ellos necesitan nuestro testimonio y nuestra compasión y no nuestra auto justificación de juicio. Ellos no son capaces de entender ni nuestra motivación, ni nuestros propósitos y acciones.

El problema del cuándo y el cómo debieran los cristianos juzgarse los unos a los otros causó que varios manuscritos griegos fueran alterados en este texto en particular

1.      El manuscrito temprano de papiro P46 (del año aprox. 200 d.C.), al igual que la traducción Bhaírica Cóptica (del 3er siglo) y la traducción Siriaca Pesita (del siglo 5º) solo omiten el negativo y traducen la oración como un IMPERATIVO, “Juzguen ustedes a aquellos que están dentro [de la iglesia]” (ver Bruce M. Metzger, Un Comentario Textual del Griego del Nuevo Testamento, pág. 551).

2.      La traducción Sahídica Cóptica (del 3er siglo) pone el negativo con la oración que le precede, “Porque ¿qué tengo yo que hacer juzgando a aquellos que están afuera y no a aquellos que están dentro? Juzgad a aquellos que están dentro (Metzger, pág. 51).

3.      Lacueva da esta traducción literal: “¿Qué, pues, a mí a los de fuera juzgar?” Es decir, “eso de juzgar a los pecadores del mundo no me concierne en este caso que estoy tratando”. Los del mundo, por no creer en Cristo, ya están condenados en sus pecados (Jn_3:18; Rom_6:23). Aquí se trata el caso de disciplina eclesial, nada más.
Dado que los corintios juzgaban solamente a sus miembros, ¿le había de concernir a Pablo el juzgar a los no cristianos? Por supuesto que no. Todo el asunto tiene que ver con la disciplina de los miembros de la iglesia local, nada más. Como la iglesia en Corinto juzgaba a sus miembros ordinariamente, ¿no había de hacerlo en este caso en particular? ¿Se justificaba ella en entender mal lo que Pablo les había escrito anteriormente?
         La iglesia tiene la responsabilidad de juzgar a sus miembros para el bien de la iglesia, como también para el de ellos.
         Los que están dentro son los cristianos, pues se encuentran en Cristo, en su cuerpo que es la iglesia (Gál_6:26-27; 1Co_12:13; Col_1:18). Efe_2:13 emplea un contraste semejante: lejos (los gentiles) y cercanos (cristianos).  

El asunto debe ser abordado de dos maneras:

1.      los cristianos son exhortados a no jugarse los unos a los otros (Mateo 7.1-5; Lucas 6:3-7, 42; Romanos 2:1-11; Santiago 4:11-12)

2.      los cristianos son exhortados a evaluar a sus líderes (Mateo 7:6, 15-16; 1 Corintios 14:29; 1 Tesalonicenses 5:21; 1 Timoteo 3:1-13; 1 Juan 4:1-6)

Algunos criterios para una buena evaluación que pueden ser útiles:

1.      La evaluación de tener como propósito el afirmar (1 Juan 4:1 donde la “prueba” es con la intención de aprobación)

2.      La evaluación debe ser hecha con humildad y amabilidad (Gálatas 6:1)

3.      La evaluación no debe enfocarse en asuntos de preferencia personal (Romanos 14:1-23; 1 Corintios 8:1-13; 10:23-33)

4.      La evaluación debe identificar a aquellos líderes que consideran que “no hay lugar para la crítica” dentro de la Iglesia y de la comunidad (1 Timoteo 3).


La iglesia, a veces, debe aplicar disciplina a los miembros que pecan. Pero dicha disciplina debe usarse con mucho cuidado, con toda rectitud, y en amor.

Situaciones y Pasos (Mat_18:15-17)

Error no intencional y/o pecado privado
Pecado público y/o aquellos que son cometidos con flagrancia

1.       Buscar al hermano y reprenderlo en privado.
2.      Si no escucha, vaya con uno o dos testigos.
3.      Si se niega a oír, lleve el asunto ante la iglesia.

Después que estos pasos se den y no exista arrepentimiento, los próximos serán:


1.       Apartar de la comunión al que pecó (1Co_5:2-13).
2.      La iglesia unida da su desaprobación pero alienta y perdona si la persona decide arrepentirse (2Co_2:5-8).
3.      No asociarse con la persona desobediente, si debe hacerlo, háblele como a alguien que necesita amonestación (2Th_3:14-15).
4.      Después de dos amonestaciones, sepárese a la persona de la comunión (Tit_3:10).

Estos son los pasos bíblicamente para “juzgar” a un creyente. Pero claro está, no debemos hacer acepción de personas. Pues aún los veteranos con canas blancas o familias de renombre deben ser evaluados conforme a los dictámenes de la Palabra de Dios.  

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