} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL SEÑOR JESUCRISTO HA RESUCITADO

sábado, 3 de abril de 2021

EL SEÑOR JESUCRISTO HA RESUCITADO

Mat 28:1    Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro.

Mat 28:2  Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

Mat 28:3  Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve.

Mat 28:4  Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos.

Mat 28:5  Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado.

Mat 28:6  No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.

Mat 28:7  E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.

Mat 28:8  Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos,

Mat 28:9  he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.

Mat 28:10  Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

 

 

La resurrección de nuestro Señor, tema principal de estos versículos ha sido descrita circunstanciadamente por todos los cuatro evangelistas.

Y no debemos sorprendernos de que se dé tanta importancia a ese acontecimiento, puesto que es la prueba más concluyente de que el Cristo satisfizo la deuda  que se propuso pagar por nosotros; que libró la batalla que había de librarnos del infierno; y que ha sido aceptado como Sustituto nuestro por el Padre  celestial. Si nunca hubiera salido del sepulcro frió, ¿qué seguridad tendríamos de que se habría pagado nuestro rescate? 1Co_15:17. Si nunca se hubiera  levantado después del conflicto con el postrer enemigo, ¿qué certeza tendríamos de que había vencido a la muerte y al demonio? Heb_2:14. Pero, a Dios  gracias, no se nos ha dejado en duda. Los creyentes podemos tener esa convicción y con confianza decir como Pablo: " ¿Quién es el que nos condena? Cristo es el que murió: antes el  que también resucitó." Rom_8:34. Muy agradecidos debemos sentirnos de que esta sublime verdad de nuestra fe haya sido probada con tanta claridad.

Es una circunstancia harto notable que de todos los hechos relacionados con la vida de Jesús ninguno es tan innegable bajo todo punto como el de la  resurrección. Las pruebas de su verificación son, para todo hombre imparcial, incontestables. Imposible seria convencer de cosa alguna en el mundo al que  rehusase creer que Jesús resucitó.

Notemos en estos versículos con cuanta gloria y majestad resucitó Jesús de entre los muertos. Se nos dice que hubo un gran terremoto, y que el ángel del  Señor descendiendo del cielo, había quitado la piedra de la puerta del sepulcro y se había sentado sobre ella. Por supuesto que nuestro Señor no necesitaba de  la ayuda de ningún ángel para salir del sepulcro; pero Dios quiso que la resurrección fuese acompañada de señales y maravillas. Era conveniente que la tierra  se sacudiese y un ángel glorioso apareciese cuando el Hijo de Dios se levantase victorioso.

La resurrección de nuestro Señor es un tipo, a la vez que garantía, de la resurrección de los creyentes. El sepulcro no pudo detenerlo á El después del tiempo señalado, y lo mismo sucederá con nosotros. Un ángel fue el testigo de su resurrección, y los ángeles serán los mensajeros que reunirán a los creyentes cuando  resuciten. Él se levantó con un cuerpo glorificado, y sin embargo real y material, y de la misma manera sus discípulos resucitarán con cuerpos gloriosos,  aunque físicos.

Notemos, en seguida, las palabras de consuelo que el ángel dirigió a las mujeres que habían ido al sepulcro. Les dijo: "No temáis vosotras; porque sé que  buscáis a Jesús, el que fue crucificado...

Estas palabras tienen un significado profundo: han sido trasmitidas con el objeto de recordarnos que los verdaderos cristianos no tenemos por qué alarmarnos,  cualesquiera que sean los sucesos que en el mundo se verifiquen. Revestidos de la justicia de Cristo, seremos hallados sin culpa y sin mancha. Estando a salvo en  la única arca, no nos sucederá daño alguno cuando el diluvio de la ira de Dios se desencadene sobre la tierra. Entonces se cumplirán las siguientes palabras de  nuestro Señor: "Cuando estas cosas comenzaren a hacerse, mirad y levantad vuestras cabezas; porque vuestra redención está cerca."  Luc_21:28.

Observemos, finalmente, el benigno mensaje que el Señor envió a sus discípulos después de la resurrección. Habiéndose aparecido en persona a las mujeres  que habían ido a tributar honras a su cuerpo, lo primero de que pensó fue de su pequeño rebaño. Les recomendó a aquellas que fuesen a contar a los hermanos  lo que había sucedido. "Id," les dijo, "dad las nuevas a mis hermanos...

Hay algo muy conmovedor en esas palabras, "mis hermanos." Débiles, frágiles y pecadores como eran los discípulos, Jesús  los llamó " hermanos." Les consoló como José lo hizo con los hermanos que lo habían vendido, diciéndoles: "Soy José  vuestro hermano." Aunque estaba rodeado de gloria, aunque acababa de Vencer a la muerte, el infierno y el sepulcro, el  Hijo del hombre era aún "manso y humilde de corazón...

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