} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL CAMINO A LA CRUZ

jueves, 29 de abril de 2021

EL CAMINO A LA CRUZ


Mar 9:30  Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese.

Mar 9:31  Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día.

Mar 9:32  Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.

 

               Este pasaje marca un hito en el camino. Jesús había salido de las regiones del Norte, donde había estado a salvo, y estaba dando el primer paso hacia Jerusalén y la Cruz. Ahora no quería verse rodeado de multitudes. Sabía muy bien que, a menos que pudiera escribir Su mensaje en los corazones de Sus escogidos, había fallado. Cualquier maestro puede dejar a la posteridad una serie de proposiciones; pero Jesús sabía que eso no era suficiente. Tenía que dejar tras Sí un equipo de personas en las que estuvieran escritas esas proposiciones. Tenía que asegurarse antes de salir de este mundo en cuerpo, que había algunos que entendían, aunque fuera vagamente, lo que Él había venido a decir.

Marquemos, en estos versículos, que nuestro Señor renueva el anuncio de su próxima muerte, y de su resurrección. "Enseñó a sus discípulos, y les dijo, el  Hijo del hombre será entregado en manos da hombres, que lo matarán; y después que él sea muerto, resucitará al tercer día...

Aparente es una vez más la torpeza de los discípulos en comprender las cosas espirituales, tan pronto como se les hizo este anuncio. Algo de bueno había en la  noticia, así como también mal aparente; algo de dulce y de amargo, de vida y de muerte, de resurrección y de cruz. Pero todo eso fue oscuridad para los  confundidos discípulos. "No entendieron aquellas palabras, y tuvieron miedo de preguntar." Tenían aún la cabeza llena de ideas equivocadas respecto al reino  de su Maestro sobre la tierra. Creían que su reino terrenal iba a establecerse inmediatamente. Nunca nos cuesta más trabajo comprender como cuando  preocupaciones y opiniones preconcebidas oscurecen nuestros ojos.

Se descubre en este nuevo anuncio que hace la inmensa importancia de la muerte y de la resurrección de nuestro Señor. Por algo nos recuerda que tenía que  morir; deseaba hacernos comprender que su muerte era el gran objeto que se había propuesto al venir a este mundo. Quería recordarnos que con esa muerte  quedaría resuelto el gran problema, como Dios podría ser justo, y justificar al mismo tiempo a los pecadores. No vino a la tierra tan solo para enseñar, predicar  y hacer milagros; vino para dar satisfacción por el pecado con su propia sangre y sus sufrimientos en la cruz. No olvidemos esto nunca. La encarnación, el  ejemplo, y las palabras de Cristo, son de gran importancia; pero el gran objeto que demanda toda nuestra atención en la historia de su ministerio terrenal, es su  muerte en el Calvario.

Esta vez, la tragedia de Su advertencia es aún más punzante. Si la comparamos con el pasaje anterior, en el que El predijo Su muerte (Mar_8:31), vemos que aquí añade una frase: «El Hijo del Hombre es entregado en manos de hombres.» Había un traidor en la pequeña compañía, y Jesús lo sabía. Podía ver lo que se estaba fraguando en la mente de Judas. Puede que pudiera verlo mejor que el mismo Judas. Y cuando Él dijo: "El Hijo del Hombre es entregado en manos de hombres,» no estaba anunciando sólo un hecho y haciendo una advertencia, sino que estaba dirigiendo una última llamada al hombre en cuyo corazón se estaba formando el propósito traidor.

Pero todavía los discípulos no comprendían. Lo que no comprendían era el detalle de la Resurrección. Para entonces eran conscientes de la atmósfera de tragedia; pero hasta que llegó el final no captaron la seguridad de la Resurrección. Aquello era una maravilla demasiado grande para ellos; una maravilla que solamente captarían cuando llegara a ser un hecho consumado.

Aunque no entendían, tenían miedo de hacer más preguntas. Era como si supieran tanto que tuvieran miedo de saber más. Puede que una persona reciba el veredicto de su médico; que se dé cuenta de que el sentido general del veredicto es malo, pero no entiende todos los detalles, y tiene miedo de hacer preguntas por la sencilla razón de que tiene miedo de saber más. Los discípulos estaban en ese caso.

Algunas veces nos sorprende que no pudieran captar lo que se les decía tan claro. La mente humana tiene un mecanismo maravilloso de defensa para rechazar lo que no quiere saber. ¿Somos nosotros tan diferentes de ellos? Una y otra vez hemos escuchado el mensaje cristiano. Conocemos la gloria de aceptarlo y la tragedia de rechazarlo; pero muchos están tan lejos como siempre de darle su plena confianza y modelar sus vidas de acuerdo con él. Las personas todavía aceptamos las partes del mensaje cristiano que nos gustan y nos van bien, y nos resistimos a comprender el resto.

Esto nos muestra claramente lo lejos que estaban los discípulos de comprender el verdadero significado del mesiazgo de Jesús. Les había dicho repetidas veces lo que Le esperaba en Jerusalén, y ellos estaban todavía pensando en Su Reino en términos terrenales, y en sí mismos como los principales ministros del estado.

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