He aquí los versículos con los cuales empieza el Nuevo
Testamento. Leámoslos siempre con respeto y reverencia. Cada página de este
libro fue escrita por inspiración del
Espíritu Santo.
Diariamente rindamos gracias a Dios por habernos dado las
Santas Escrituras. Cualquiera, por iliterato que sea, si comprende la Biblia,
sabe más en materia de Fe que los más sabios filósofos de la antigüedad pagana.
Tengamos presente nuestra grave responsabilidad. En el último
día todos seremos juzgados según los conocimientos y las luces que hubiéramos
recibido de lo alto. A quienes mucho se
ha dado, mucho se les exigirá.
Leamos la Biblia reverente y cuidadosamente, y con la firme
resolución de creer y practicar lo que en ella hallemos. No es materia de poca
entidad el hacer buen o mal uso de este
libro. Al leerlo imploremos humildemente las luces del Espíritu Santo. El
únicamente, puede hacer que la verdad penetre en nuestros corazones y que nos sea de provecho lo que
leamos.
El Nuevo Testamento principia con la vida, muerte y
resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Ninguna parte de la Biblia es tan
importante como esta, y ninguna es tan
abundante en detalles y tan completa. Cuatro distintos Evangelios nos refieren
la historia de los hechos y de la muerte de Cristo. Cuatro veces leemos la preciosa narración de sus obras y
palabras. ¡Cuán agradecidos debemos esta por ello! Comprender a Cristo es vida
eterna. Creer en Cristo es tener paz con
Dios. Seguir a Cristo es ser cristiano verdadero. Estar con Cristo será el
mismo cielo. Jamás podemos saber acerca de Jesucristo más de lo debido.
El Evangelio de S. Mateo empieza con una larga lista de
nombres. Diez y seis versículos nos hablan de la genealogía desde Abrahán hasta
David y desde David hasta la familia de
la cual nació Jesús. Que nadie piense
que estos versículos son inútiles. Nada es inútil en la creación. El más
pequeño musgo, y los insectos apenas
perceptibles sirven para algo bueno. No hay nada inútil en la Biblia. Cada
palabra en ella es inspirada. Los capítulos y versículos que a primera
vista parecen de poco provecho, nos han
sido transmitidos con algún buen designio. Leamos otra vez estos diez y seis
versículos, y encontraremos en ellos lecciones
útiles e instructivas.
Aprendemos, en esta lista de nombres, que Dios siempre cumple
su palabra. Él había prometido que en la familia de Abrahán todas las naciones
de la tierra serían benditas; que un
Salvador había de salir de la familia de David. Gen.12.3;
Isaías 11.1. Estos diez y seis versículos prueban que Jesús descendió de
David y de Abrahán, que la promesa de Dios se cumplió. Los impíos deberían
acordarse de esta lección y atemorizarse. Poco importan lo que ellos piensen:
Dios cumplirá su palabra. Si no se
arrepienten perecerán infaliblemente. Los verdaderos cristianos debemos
recordar esta lección y consolarnos. Nuestro Padre celestial será fiel a todas sus promesas. Ha dicho que
salvará a todos los que creen en Cristo. Puesto que lo ha dicho, sin duda que
lo hará. "El permanece fiel: no puede negarse a si mismo" 2 Tim.2.13 Aprendamos
también en esta lista de nombres a conocer la maldad y corrupción de la
naturaleza humana. Observemos en este catálogo de cuantos padres piadosos tuvieron hijos malvados e impíos. Los nombres
de Roboam, Joroam, Amón y Jeconías nos presentan ejemplos que deben hacernos
sentir humillados. Aunque tuvieron
padres piadosos ellos fueron malvados. La gracia no es herencia de las
familias. Se necesita algo más que buenos ejemplos y buenos consejos para hacernos hijos de Dios. Los que renacemos, no
somos engendrados de la sangre ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad
del hombre, sino de Dios. Juan 1.13.
Los padres que tenemos la costumbre de orar deberíamos rogar
noche y día que nuestros hijos sean santificados por el Espíritu Santo.
Aprendamos finalmente en esta lista de nombres, cuán grande
es la misericordia y compasión de nuestro Señor Jesucristo. Meditemos acerca de
lo corrompido e inmundo de nuestra naturaleza; y después reflexionemos cuanta
condescendencia fue la de Jesús en haber nacido de una mujer, "y hecho a
semejanza de los hombres.
Algunos de los nombres que leemos en este catálogo nos traen
a la memoria historias vergonzosas y melancólicas. Algunos son de personas que
no se mencionan en ninguna parte de la
Biblia. Mas al fin de los suyos se encuentra el nombre del Señor Jesucristo.
Aunque Él es el eterno Dios, se humilló
tomando sobre Si nuestra naturaleza para salvar a los pecadores.
"Aunque Él era rico, por nosotros se hizo pobre.
Siempre deberíamos leer la Palabra de Dios en la Biblia con
sentimientos de gratitud. Vemos en el que nadie que participe de la
naturaleza humana está fuera del alcance
de la misericordia y compasión de Cristo. Nuestros pecados pueden haber sido
tan negros y enormes como los cometidos
por cualquiera de las personas cuyos nombres menciona S. Mateo. Pero ellos no
pueden cerrarnos la puerta del cielo, si
nos arrepentimos y creemos en el Evangelio de Cristo. Si Jesús no se avergonzó
de nacer de una mujer, cuya genealogía
contiene tales nombres como los que hemos leído, no hay motivo para pensar que
se avergüence de llamarnos hermanos y
darnos la vida eterna.
Esta genealogía fue una de las formas más
interesantes con que Mateo podía iniciar un libro dirigido a la audiencia
judía. Como una genealogía podía demostrar la posición de la persona como
elegida de Dios, Mateo comienza mostrando que Jesús era descendiente de
Abraham, el padre de todos los judíos, y descendiente directo del rey David,
con lo que cumplía completamente las profecías del Antiguo Testamento que se
referían a la línea del Mesías. Los datos en cuanto a la descendencia eran
cuidadosamente preservados. Esta es una de las muchas pruebas que presenta
Mateo para demostrar que Jesús es el Mesías.
Más de cuatrocientos años habían pasado desde
que se diera la última profecía del Antiguo Testamento y los judíos fieles en
todo el mundo todavía seguían esperando al Mesías (Luc_3:15).
Mateo escribió este libro a los judíos, presentándoles a Jesús como Rey y
Mesías, el prometido descendiente del rey David que reinaría para siempre (Isa_11:1-5). El Evangelio de Mateo une ambos
Testamentos y contiene muchas referencias mostrando cómo Jesús cumplió
profecías del Antiguo.
Jesús entró en la historia cuando la tierra de
Israel estaba controlada por Roma y era considerada como una avanzada
insignificante del vasto y majestuoso Imperio Romano. La presencia de los
soldados romanos en Israel dio a los militares judíos paz, pero al precio de
opresión, esclavitud, injusticia e inmoralidad. A esta clase de mundo vino el
Mesías prometido.
En los primeros 17 versículos nos encontramos
con cuarenta y seis personas, en el lapso de 2000 años. Todos fueron
antepasados de Jesús, pero varían considerablemente en espiritualidad,
personalidad y experiencia. Algunos fueron héroes de la fe, como Abraham,
Isaac, Ruth y David. Otros tenían una reputación sombría, como es el caso de
Rahab y Tamar. Muchos de ellos fueron personas comunes, como Esrom, Aram,
Naasón y Aquim. Y otros fueron malvados, como es el caso de Manasés y Abías. La
obra de Dios en la historia no está limitada por los pecados humanos, y El obra
por medio de gente común. Así como Dios usó toda clase de personas para traer a
su Hijo al mundo, El hace lo mismo hoy para cumplir con su voluntad.
El exilio ocurrió en
586 a.C. cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, conquistó Judá, destruyó
Jerusalén y llevó cautivos a miles a Babilonia.
Como María era virgen
cuando quedó embarazada, Mateo incluye el nombre de José solo como esposo de
María, no como padre de Jesús. La genealogía de Mateo muestra el linaje legal
(o real) de Jesús a través de José. La línea ancestral de María se registra en Luc_3:23-38. María y José eran descendientes directos
del rey David.
Mateo señala la genealogía a partir de Abraham mientras que
Lucas lo hace a partir de Adán. Mateo está dirigido a los judíos, por eso
señala a Jesús como descendiente de Abraham. Lucas está dirigido a los
gentiles, por eso enfatiza a Jesús como Salvador de la humanidad.
Mateo divide la historia de Israel en tres
grupos de catorce generaciones, pero probablemente hubo más. Las genealogías,
con frecuencia, comprimen la historia, dando a entender que no se incluyen
específicamente cada generación de antepasados. Es el caso de la frase
"padre de" que puede también ser traducida "antepasado de".
JOSE
La firmeza de lo que creemos se mide por el grado de
disposición que tengamos para sufrir por dichas creencias. José era un hombre
con creencias definidas. Estuvo dispuesto a hacer lo bueno sin importarle el
dolor que le causara. Sin embargo, José tenía otra característica: no solo
hacía lo bueno, sino que intentaba hacerlo como se debía.
Cuando María le habló acerca de su embarazo, José sabía que
no era el padre. Como conocía bien a María, al explicarle ella lo sucedido y
ver la actitud que tenía hacia la criatura que iba a nacer, debe haberle sido
difícil pensar que su novia había hecho algo indebido. Sin embargo, alguien era
el padre de la criatura y le era difícil aceptar que ese "alguien"
fuera Dios.
José decidió terminar con su compromiso, pero estaba decidido
a hacerlo de manera que no trajera afrenta a María. Intentó actuar con justicia
y con amor.
Pero Dios le envió un mensajero para confirmar lo que decía
María y abrir un nuevo camino de obediencia para José: aceptar a María como su
esposa. José obedeció a Dios, contrajo matrimonio con María y respetó su
virginidad hasta que la criatura nació.
No sabemos por cuánto tiempo José vivió como padre terrenal
de Jesús. Se le menciona por última vez cuando Jesús tenía doce años. Pero José
entrenó a su hijo en el arte de la carpintería, se aseguró que tuviera una
buena educación espiritual en Nazaret, y estuvo llevando a toda la familia en
el viaje anual a Jerusalén para celebrar la Pascua, lo que Jesús continuó
observando durante sus años de adulto.
José sabía que Jesús era una persona especial desde el
momento en que oyó las palabras del ángel. Su creencia firme en ese hecho, y su
apertura a las palabras de Dios, lo habilitaron para ser el padre terrenal de
Jesús.
"José su marido, como era justo, y no quería infamarla,
quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor
le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María
tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es" (Mat_1:19-20).
La historia de José se narra en Mateo
1.16-2.23; Lucas 1.26-2.52.
El matrimonio judío constaba de tres pasos.
Primero, las dos familias se ponían de acuerdo en la unión.
Segundo, se daba a conocer públicamente. En ese momento la
pareja estaba comprometida oficialmente. El noviazgo (llamado en el texto
"desposorio") era considerado una unión que podía ser disuelta solo
por la muerte o el divorcio (también por causa de fornicación). Tercero, la
pareja se casaba y comenzaba a convivir. Al estar comprometidos María y José,
la aparente infidelidad de María conllevaba un estigma social severo. De
acuerdo a las leyes civiles judías, José tenía el derecho de divorciarse y las
autoridades judías podían apedrear a María hasta darle muerte (Deu_22:23-24).
¿Por qué el nacimiento virginal es importante
para la fe cristiana? Jesucristo, el Hijo de Dios, tuvo que ser liberado de la
naturaleza pecaminosa en que nacen todos los seres humanos desde Adán. Jesús al
nacer de una mujer se convirtió en un ser humano; pero por ser el Hijo de Dios
nació sin el pecado humano. Él era totalmente humano y totalmente divino.
Porque fue hombre, sabemos que comprende completamente
nuestras circunstancias y problemas (Heb_4:15-16).
Porque es Dios, tiene poder y autoridad para liberarnos del pecado (Col_2:13-15). Podemos contarle todos nuestros
pensamientos, sentimientos y necesidades. Él ha pasado por lo que nos toca
pasar ahora a nosotros y tiene la capacidad para ayudarnos.
José enfrentó una decisión difícil al
descubrir que María estaba embarazada. A pesar de estar conciente de que tomar
a María como esposa podía ser humillante, eligió obedecer el mandato de Dios
casándose con ella. Su acción reveló cuatro cualidades admirables: (1)
principios inflexibles, (2) discreción y sensibilidad, (3) disponibilidad ante Dios,
y (4) autodisciplina.
Quizá José pensó que tenía solamente dos
opciones: divorciarse de María silenciosamente o dejar que la apedrearan. Pero
Dios tenía una tercera opción: que José se casara con ella. A José no se le
ocurrió. Pero Dios, a menudo, nos muestra que tenemos más opciones de las que
pensamos. A pesar de que parecía sensato que José rompiera el noviazgo, Dios lo
llevó a tomar la mejor decisión. Cuando nuestras decisiones afectan la vida de
otros, siempre debemos apelar a la sabiduría de Dios.
La concepción y nacimiento de Jesucristo son
acontecimientos sobrenaturales que están más allá de la razón y la lógica
humanas. Por eso Dios envió ángeles a ayudar a ciertas personas para que
comprendieran el significado de lo que había sucedido (Mat_1:20;
Mat_2:13, Mat_2:19; Luc_1:11-12, Luc_1:26; Luc_2:9). Los ángeles son
seres espirituales que Dios creó que ayudan a llevar a cabo su obra en la
tierra. Llevan el mensaje de Dios a la gente (Luc_1:26),
protegen al pueblo de Dios (Dan_6:22), ofrecen
estímulo (Gen_16:7), dan dirección (Exo_14:19), llevan castigo (2Sa_24:16),
vigilan la tierra (Zac_1:9-14), luchan contra
las fuerzas satánicas (2Rey_6:16-18; Apoc_20:1-2). Hay ángeles buenos y ángeles malos (Apoc_12:7), pero por el hecho de que los ángeles malos
están aliados con Satanás, poseen menos poder y autoridad. A la postre el papel
principal de los ángeles será ofrecer continua adoración a Dios (Apoc_7:11-12).
El ángel anunció a José que el hijo de María había sido
concebido por el Espíritu Santo. Esto revela una verdad importante acerca de
Jesús: Él es Dios y hombre.
Dios tomó las limitaciones humanas para poder vivir y morir y
así obtener la salvación de todos aquellos que creen en El.
Jesús significa "Salvador". Jesús
vino a la tierra a salvarnos porque nosotros no podíamos hacerlo. No podíamos
librarnos de las consecuencias del pecado. Por buenos que seamos, no podemos
eliminar la naturaleza pecaminosa presente en todos nosotros. Solo Dios puede
hacer esto. Jesús no vino para que la gente se salvara a sí misma. Vino para
salvarnos del poder y del castigo del pecado. Démosle gracias a Cristo por
haber muerto en la cruz por sus pecados, y luego pídale que tome el control de
su vida. Una nueva vida empezará para usted en ese momento.
Jesús iba a ser llamado Emanuel ("Dios
con nosotros"), como lo predijo Isaías el profeta (Isa_7:14). Jesús era Dios en la carne; en otras palabras: Dios
entre nosotros. Por medio del Espíritu Santo, Cristo está presente en la vida
de cada creyente. Quizá ni Isaías comprendió el significado de Emanuel en toda
su magnitud. José cambió de planes
rápidamente luego de descubrir que María no le había sido infiel. Obedeció a
Dios y prosiguió con los planes matrimoniales. A pesar de que muchos quizás no
lo hubieran apoyado en su decisión, José continuó adelante con lo que sabía que
era correcto. Nosotros algunas veces dejamos de hacer lo correcto por el qué
dirán. Como José, debemos obedecer a Dios antes que buscar la aprobación de los
demás.
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