} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: UN CIMIENTO FIRME Y UN CRECIMIENTO CONSTANTE

domingo, 26 de junio de 2016

UN CIMIENTO FIRME Y UN CRECIMIENTO CONSTANTE


2 Pedro 3:18  Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

Como conclusión Pedro nos dice ciertas cosas acerca de la vida cristiana:
La exhortación y el deseo van unidos. Nos encontramos de nuevo con el deseo inicial. La gracia y el conocimiento provienen de Cristo. Ambos deben aumentar y crecer. Toda vida es movimiento y crecimiento. Sólo resistiremos en las dificultades si no nos detenemos. Dios trabaja continuamente en nosotros y nos comunica sus dones; también nosotros debemos estar siempre en camino, siempre activos, esforzarnos celosamente, manteniendo ante los ojos nuestra magnífica meta.
  El cristiano es una persona que ha sido advertida. Es decir, no puede alegar ignorancia. Sabe cuál es el verdadero camino y sus recompensas; conoce el camino erróneo y sus desastres. No tiene derecho a esperar un camino fácil, porque se le ha dicho que Cristianismo quiere decir Cruz, y se le ha advertido que siempre habrá personas dispuestas a atacar y a pervertir la fe. Ser advertido es estar prevenido; pero es también una grave responsabilidad, porque el que conoce el bien y hace el mal merece una doble condenación.
  El cristiano es una persona con una base en su vida. Debe estar arraigada y cimentada en la fe. Hay ciertas cosas de las que puede estar absolutamente seguro.  Nuestra mente no es una cama que se pueda hacer y deshacer una y otra vez, sino que en ciertas cosas está hecha definitivamente. Hay una cierta inflexibilidad en la vida cristiana; hay una cierta base de fe que nunca cambia. El cristiano no dejará nunca de creer que «Jesucristo es Señor» (Filipenses 2:11); y nunca dejará de ser consciente de que se le impone el deber de hacer que su vida armonice con su fe.
  El cristiano es una persona con una vida en desarrollo. La inflexibilidad de la vida cristiana no es la rigidez de la muerte. El cristiano tiene que experimentar diariamente la maravilla de la gracia, y crecer diariamente en los dones que esa gracia puede producir; y debe penetrar diariamente más y más en la maravilla que es Jesucristo. Un gran edificio tiene que tener un fundamento firme y sólido para elevarse en el aire; y sólo cuando tiene raíces profundas puede un gran árbol remontarse con sus ramas hacia el cielo. La vida cristiana es al mismo tiempo una vida con un fundamento firme y con un crecimiento constante hacia fuera y hacia arriba.
La carta concluye con una doxología. Va dirigida a nuestro Señor y Salvador Jesucristo. De ordinario, tales doxologías se dirigen a Dios (Judas 1:25). La fe viva en la divinidad de Jesús ha llenado toda la carta y ha hecho que se aplicasen a Jesús los títulos más elevados. Esta gran fe se manifiesta también en la oración. La doxología no expresa un deseo; dice lo que es, reconociéndolo y alabándolo: Cristo posee la plenitud de la gloria divina.

Posee la gloria ahora y la poseerá en el día de su parusía; la poseerá para la eternidad. El día que él traerá con su parusía en poder, no tendrá ocaso. «Jesucristo el mismo que ayer es hoy y por los siglos». Así sea.

¡Maranatha! Sí, ven Señor Jesús!


No hay comentarios:

Publicar un comentario