La Biblia declara que Dios es espíritu. Jesús cuando hablaba con
la mujer en el pozo de Sichar, dijo” Dios es espíritu” S. Juan 4:24.
¿Qué piensas al
oír esta palabra espíritu?¿Piensas en una nube efímera que flota en el aire?
¿Qué imágenes vienen a tu mente? ¿Es el Espíritu, algo abstracto, un fantasma
para asustar?
Para descubrir lo
que realmente significa “espíritu” debemos volver a la fuente de la Verdad, a
la Biblia a la escena en que Cristo después de su Resurrección, dijo” Palpad y
ved, que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”.
Así sabemos que
“espíritu” no sólo es sin cuerpo, sino lo opuesto a cuerpo. Sin embargo existe
y tiene poder. Nos es difícil entender esto, porque tratamos de comprenderlo
con nuestras mentes finitas, limitadas por el cuerpo.
Privados de la
visión absoluta con que Dios nos creó, no podemos comprender la gloria y la
magnitud del Espíritu que está tan fuera del alcance de nuestra mente. Al oír
esa palabra queremos reducirlo a algo limitado, diminuto. Es como tratar de
explicar la extensión de los océanos a una persona que la mayor cantidad de
agua que ha visto ha sido un pequeño charco de unos centímetros de profundidad.
¿Cómo podríamos convencerle de la existencia de esa masa de agua?
Es infinitamente
más difícil para nosotros entender el significado de lo que quiso decir Jesús
cuando dijo” Dios es Espíritu”, que a esa persona entendernos a nosotros.
¡Jesús lo sabia¡ Su mente no tenia las limitaciones de la nuestra. Conocía
plenamente los alcances ilimitados del Espíritu, y había venido para hacernos
comprender algo de sus maravillas, de su consuelo y de su paz..
La Biblia declara
que Dios es absolutamente inconmensurable e invisible a los ojos que ven
únicamente las cosas materiales. Puesto que Dios no tiene limitaciones, puede
estar en todas partes al mismo tiempo, oírlo, verlo y saberlo todo; atendiendo
las oraciones de todos los que le invocan en el nombre de Cristo, ejecutando
los maravillosos milagros que mantienen en sus orbitas, las estrellas, los
planetas; las plantas que brotan en la tierra y los peces que surcan el mar. No
hay límite para Dios. No hay límite a su sabiduría. No hay límite a su poder.
No hay límite a su amor. No hay límite a su misericordia.
Si tú estás
tratando de limitar a Dios ¡deja de hacerlo¡ No eres más que un insensato
tratando de confinarlo o medirlo con tu mente tan minúscula.
Los que dudan de
que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios, lo dudan porque no quieren
atribuirle a Dios algo que ellos no pueden hacer ni ser, pues:
“Dios es Espíritu,
Infinito, Eterno e Inmutable.”
La Biblia revela a Dios como Persona. A través de la Palabra se
dice: “Dios ama”, “Dios dice”, “Dios hace”. La persona es alguien que siente,
piensa, anhela, desea y posee todas las manifestaciones de la personalidad.
Aquí en la tierra
limitamos la personalidad al cuerpo, nuestra mente finita no puede concebir
otra personalidad que no se manifieste en carne y hueso.
Sabemos que
nuestras propias personalidades no siempre estarán arropadas en los cuerpos que
ahora habitamos. Sabemos que en el momento de morir, la personalidad saldrá del
cuerpo e irá al destino que le espera. Lo sabemos y, sin embargo es difícil
aceptarlo.
Dios no está
sujeto a un cuerpo, no obstante es Persona. Él siente, piensa, ama, perdona, se
compadece de nuestras dificultades y dolores.
La Biblia declara
que Dios no es solamente Espíritu y Persona, sino que es un Ser Santo y Justo.
Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, Dios se revela como un Dios santo
perfecto en cada detalle. Es tan santo que no puede estar en contacto con el
hombre pecador; tan santo que no puede soportar que se viva en pecado, Él es un
Dios perfecto y santo.
Si pudiéramos
formarnos en la mente el cuadro verdadero de su justicia majestuosa ¡Qué
diferencia produciría en nuestra manera de vivir como individuos y naciones¡
Si pudiéramos
percibir como realidad, el abismo formidable que separa al injusto de la
perfecta justicia de Dios, el mundo cambiaría de la noche a la mañana.
Las Escrituras le
declaran la Luz en que no hay tinieblas, el Ser Supremo sin mancha y
contaminación.
Éste es un
concepto difícil para que lo entienda el hombre imperfecto. Nosotros, cuyas
faltas y debilidades son evidentes, ni siquiera podemos imaginar la santidad
incomprensible de Dios, pero es necesario reconocerla para entender y sacar
provecho de la Biblia.
En las Escrituras
se da énfasis al abismo que separa al hombre imperfecto del Dios perfecto. Lo
vemos en la división del Tabernáculo y del Templo en un Lugar Santo y un Lugar
Santísimo. Se puede entrever en la ofrenda requerida, que el pecador debía
traer si quería acercarse a Dios; se subraya por un sacerdocio especial que
mediaba entre Dios y el pueblo; se hizo hincapié a través de las leyes,
respecto a la impureza, en el Libro del Levítico. Lo vemos en las muchas
fiestas de Israel y en el aislamiento de Israel en Palestina. La santidad de
Dios gobierna todos los demás principios divinos.
Las Escrituras
declaran que su trono esta establecido sobre la base de su santidad. Es porque
Dios es santo y el hombre pecador por lo que existe entre Él y el impío un
abismo tan grande. Nuestras iniquidades nos han separado de Dios; nos han
separado hasta tal grado que oculta su rostro de nosotros y no nos escucha
cuando le invocamos. Porque Dios es demasiado santo para aprobar la maldad,
para admitir algún contacto con el pecado.
Antes de que
entrara el pecado en la raza humana, Dios y el hombre tenían comunión entre si.
Ahora esa comunión ha terminado y todo la comunicación se cortado, aparte de
Jesucristo. Únicamente por Jesucristo se puede restablecer la comunión con
Dios.
Si Dios en su
infinita misericordia no hubiera enviado a su Hijo Jesús al mundo, para ser el
puente a fin de atravesar este abismo, el hombre se hubiera perdido para
siempre.
Dios es amor. Muchas personas que no leen la Biblia ignoran, como sucede con los demás atributos de Dios, el verdadero significado de esta frase en las Escrituras.
No siempre estamos bien seguros de lo que queremos decir cuando empleamos la palabra amor. La usamos para expresar la mas baja y la mas noble de las relaciones humanas.
No es de extrañar que no tengamos una idea clara de lo que significan las palabras de la Biblia “Dios es amor”,
Es un error pensar que, puesto que Dios es amor, todo va ser dulce alegre y hermoso, y nadie será castigado por sus pecados. La santidad de Dios demanda que todo pecado sea castigado, pero el amor de Dios provee el plan y el camino de redención para el pecador. El amor de Dios proveyó la cruz de Jesús, por la cual el hombre puede obtener el perdón y la purificación. ¡ Fue el amor de Dios el que envió a Jesucristo a la cruz¡
Esto no somos capaces de valorarlo en su justa medida con esta mente tan limitada que nos queda. De todas las criaturas de la creación el hombre fue la única que le desobedeció y através de él el pecado se adueño de lo creado. Si Dios no nos amara tanto le hubiera sido mas fácil, de un soplo deshacer lo creado y comenzar de nuevo.
Por eso nunca dudes del gran amor de Dios, porque es tan inmutable como su santidad. No importa cuan negros sean tus pecados, lo bajo que hayas caído, lo descarriado o perdido que estés, Dios te ama, y si no fuera por ese amor, ninguno de nosotros tendría esperanza de la vida venidera. Pero su amor es eterno para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Tú tienes que recibir a Dios por fe, por fe en su Hijo, el Señor Jesucristo. Y en cuanto lo hagas, sin duda sentirás el amor de Dios que te abraza y no tendrás que preguntarte si Dios está o no en tu corazón, lo sabrás.
No creas por la palabra de otro que Dios existe. Descúbrelo por ti mismo, y entonces, sabrás por medio del maravilloso y amante tironcito en las fibras de tu corazón, que Dios seguro está allí.
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