} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: DIOS

jueves, 18 de abril de 2013

DIOS


La Biblia declara que Dios es espíritu. Jesús cuando hablaba con la mujer en el pozo de Sichar, dijo” Dios es espíritu” S. Juan 4:24.
¿Qué piensas al oír esta palabra espíritu?¿Piensas en una nube efímera que flota en el aire? ¿Qué imágenes vienen a tu mente? ¿Es el Espíritu, algo abstracto, un fantasma para asustar?
Para descubrir lo que realmente significa “espíritu” debemos volver a la fuente de la Verdad, a la Biblia a la escena en que Cristo después de su Resurrección, dijo” Palpad y ved, que el espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”.
Así sabemos que “espíritu” no sólo es sin cuerpo, sino lo opuesto a cuerpo. Sin embargo existe y tiene poder. Nos es difícil entender esto, porque tratamos de comprenderlo con nuestras mentes finitas, limitadas por el cuerpo.
Privados de la visión absoluta con que Dios nos creó, no podemos comprender la gloria y la magnitud del Espíritu que está tan fuera del alcance de nuestra mente. Al oír esa palabra queremos reducirlo a algo limitado, diminuto. Es como tratar de explicar la extensión de los océanos a una persona que la mayor cantidad de agua que ha visto ha sido un pequeño charco de unos centímetros de profundidad. ¿Cómo podríamos convencerle de la existencia de esa masa de agua?
Es infinitamente más difícil para nosotros entender el significado de lo que quiso decir Jesús cuando dijo” Dios es Espíritu”, que a esa persona entendernos a nosotros. ¡Jesús lo sabia¡ Su mente no tenia las limitaciones de la nuestra. Conocía plenamente los alcances ilimitados del Espíritu, y había venido para hacernos comprender algo de sus maravillas, de su consuelo y de su paz..
La Biblia declara que Dios es absolutamente inconmensurable e invisible a los ojos que ven únicamente las cosas materiales. Puesto que Dios no tiene limitaciones, puede estar en todas partes al mismo tiempo, oírlo, verlo y saberlo todo; atendiendo las oraciones de todos los que le invocan en el nombre de Cristo, ejecutando los maravillosos milagros que mantienen en sus orbitas, las estrellas, los planetas; las plantas que brotan en la tierra y los peces que surcan el mar. No hay límite para Dios. No hay límite a su sabiduría. No hay límite a su poder. No hay límite a su amor. No hay límite a su misericordia.
Si tú estás tratando de limitar a Dios ¡deja de hacerlo¡ No eres más que un insensato tratando de confinarlo o medirlo con tu mente tan minúscula.
Los que dudan de que la Biblia es la verdadera Palabra de Dios, lo dudan porque no quieren atribuirle a Dios algo que ellos no pueden hacer ni ser, pues:
“Dios es Espíritu, Infinito, Eterno e Inmutable.”

La Biblia revela a Dios como Persona. A través de la Palabra se dice: “Dios ama”, “Dios dice”, “Dios hace”. La persona es alguien que siente, piensa, anhela, desea y posee todas las manifestaciones de la personalidad.
Aquí en la tierra limitamos la personalidad al cuerpo, nuestra mente finita no puede concebir otra personalidad que no se manifieste en carne y hueso.
Sabemos que nuestras propias personalidades no siempre estarán arropadas en los cuerpos que ahora habitamos. Sabemos que en el momento de morir, la personalidad saldrá del cuerpo e irá al destino que le espera. Lo sabemos y, sin embargo es difícil aceptarlo.
Dios no está sujeto a un cuerpo, no obstante es Persona. Él siente, piensa, ama, perdona, se compadece de nuestras dificultades y dolores.

La Biblia declara que Dios no es solamente Espíritu y Persona, sino que es un Ser Santo y Justo. Desde el Génesis hasta el Apocalipsis, Dios se revela como un Dios santo perfecto en cada detalle. Es tan santo que no puede estar en contacto con el hombre pecador; tan santo que no puede soportar que se viva en pecado, Él es un Dios perfecto y santo.
Si pudiéramos formarnos en la mente el cuadro verdadero de su justicia majestuosa ¡Qué diferencia produciría en nuestra manera de vivir como individuos y naciones¡
Si pudiéramos percibir como realidad, el abismo formidable que separa al injusto de la perfecta justicia de Dios, el mundo cambiaría de la noche a la mañana.
Las Escrituras le declaran la Luz en que no hay tinieblas, el Ser Supremo sin mancha y contaminación.
Éste es un concepto difícil para que lo entienda el hombre imperfecto. Nosotros, cuyas faltas y debilidades son evidentes, ni siquiera podemos imaginar la santidad incomprensible de Dios, pero es necesario reconocerla para entender y sacar provecho de la Biblia.
En las Escrituras se da énfasis al abismo que separa al hombre imperfecto del Dios perfecto. Lo vemos en la división del Tabernáculo y del Templo en un Lugar Santo y un Lugar Santísimo. Se puede entrever en la ofrenda requerida, que el pecador debía traer si quería acercarse a Dios; se subraya por un sacerdocio especial que mediaba entre Dios y el pueblo; se hizo hincapié a través de las leyes, respecto a la impureza, en el Libro del Levítico. Lo vemos en las muchas fiestas de Israel y en el aislamiento de Israel en Palestina. La santidad de Dios gobierna todos los demás principios divinos.

Las Escrituras declaran que su trono esta establecido sobre la base de su santidad. Es porque Dios es santo y el hombre pecador por lo que existe entre Él y el impío un abismo tan grande. Nuestras iniquidades nos han separado de Dios; nos han separado hasta tal grado que oculta su rostro de nosotros y no nos escucha cuando le invocamos. Porque Dios es demasiado santo para aprobar la maldad, para admitir algún contacto con el pecado.
Antes de que entrara el pecado en la raza humana, Dios y el hombre tenían comunión entre si. Ahora esa comunión ha terminado y todo la comunicación se cortado, aparte de Jesucristo. Únicamente por Jesucristo se puede restablecer la comunión con Dios.
Si Dios en su infinita misericordia no hubiera enviado a su Hijo Jesús al mundo, para ser el puente a fin de atravesar este abismo, el hombre se hubiera perdido para siempre.


Dios es amor. Muchas personas que no leen la Biblia ignoran, como sucede con los demás atributos de Dios, el verdadero significado de esta frase en las Escrituras.
No siempre estamos bien seguros de lo que queremos decir cuando empleamos la palabra amor. La usamos para expresar la mas baja y la mas noble de las relaciones humanas.
No es de extrañar que no tengamos una idea clara de lo que significan las palabras de la Biblia “Dios es amor”,
Es un error pensar que, puesto que Dios es amor, todo va ser dulce alegre y hermoso, y nadie será castigado por sus pecados. La santidad de Dios demanda que todo pecado sea castigado, pero el amor de Dios provee el plan y el camino de redención para el pecador. El amor de Dios proveyó la cruz de Jesús, por la cual el hombre puede obtener el perdón y la purificación. ¡ Fue el amor de Dios el que envió a Jesucristo a la cruz¡
Esto no somos capaces de valorarlo en su justa medida con esta mente tan limitada que nos queda. De todas las criaturas de la creación el hombre fue la única que le desobedeció y através de él el pecado se adueño de lo creado. Si Dios no nos amara tanto le hubiera sido mas fácil, de un soplo deshacer lo creado y comenzar de nuevo.
Por eso nunca dudes del gran amor de Dios, porque es tan inmutable como su santidad. No importa cuan negros sean tus pecados, lo bajo que hayas caído, lo descarriado o perdido que estés, Dios te ama, y si no fuera por ese amor, ninguno de nosotros tendría esperanza de la vida venidera. Pero su amor es eterno para con nosotros, porque siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Tú tienes que recibir a Dios por fe, por fe en su Hijo, el Señor Jesucristo. Y en cuanto lo hagas, sin duda sentirás el amor de Dios que te abraza y no tendrás que preguntarte si Dios está o no en tu corazón, lo sabrás.
No creas por la palabra de otro que Dios existe. Descúbrelo por ti mismo, y entonces, sabrás por medio del maravilloso y amante tironcito en las fibras de tu corazón, que Dios seguro está allí.

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