El tiempo está llegando a su fin. La aguja del reloj que marca la
vida en la tierra avanza lenta, pero inexorablemente, hacia la campanada final.
La raza humana se está preparando para dar su último y definitivo salto al
lodazal para revolcarse en su propio pecado. Un estigma que marca nuestra raza
desde que se inicia la vida en el útero materno y que algunos pretenden
mutilar, silenciando a ese ser viviente. El fin que esconde el aborto no es
otro que evitar que la nueva criatura pueda escuchar la PALABRA DE DIOS,
recibir a CRISTO por la FE y SER SALVA.
Satanás se está regocijando de la ignorancia de los líderes políticos, grupos sociales y defensores de los derechos de la mujer, a los cuales alienta a proseguir con su plan demoníaco de mil diversas formas. No está de más recordar que el único objetivo de estos grupos es obtener beneficios económicos y lo que menos les importa son los derechos de la mujer.
Las preguntas que nos hacemos son: ¿A dónde iremos? ¿Queda alguna autoridad? ¿Hay una senda que podamos seguir? ¿Hay alguna luz que penetre toda esta oscuridad? ¿Podemos hallar algún código que nos dé la clave de nuestro dilema? ¿Existe alguna fuente de autoridad a la cual podamos acudir? ¿Hemos sido colocados aquí por algún creador o por una fuerza desconocida inteligente, incapaz de revelarnos de dónde venimos, por qué estamos aquí y adónde vamos?
La respuesta a todas las preguntas es la siguiente: Sí, tenemos un código. Sí, tenemos una clave. Sí, tenemos una fuente de autoridad que es el histórico y antiguo libro llamado BIBLIA. Este libro ha llegado hasta nosotros a través de muchos siglos, ha pasado por muchas manos, ha aparecido bajo múltiples formas y ha sobrevivido a toda clase de ataques. Ni el vandalismo de los bárbaros ni la erudición de los civilizados lo han podido destruir. Tampoco el fuego de la persecución ni la burla del escepticismo han logrado su aniquilación. A través de muchos siglos de superstición y de ignorancia, sus promesas gloriosas han permanecido inalterables.
Ahora, mientras nos acercamos a lo que parece ser otra hora decisiva en la historia del mundo, examinemos de nuevo este Libro indestructible de sabiduría y profecía, averigüemos por qué este volumen singular ha prevalecido y ha sido la fuente inagotable de la fe y de la fuerza espiritual de la humanidad.
Hay quienes
consideran la BIBLIA principalmente como la historia del pueblo de Israel.
Otros admiten que expone la moral más perfecta que jamás haya sido enunciada.
Pero estas cosas, tan importantes como son, sólo son incidentales al verdadero
tema de la BIBLIA: la historia de la Redención de DIOS en JESUCRISTO.
Los que leen las ESCRITURAS como literatura magnifica, historias o poesía maravillosas, y descuidan la historia de la salvación, pierden el verdadero sentido y mensaje de la BIBLIA.
DIOS hizo que la BIBLIA fuera escrita con el propósito de revelar al hombre Su plan de redención, dar claramente a sus hijos sus leyes eternas para que tuvieran como guía su gran sabiduría, su gran amor para consuelo, mientras caminan por los días de la vida. Porque sin la BIBLIA este mundo se convertiría para ellos en un lugar oscuro, sin luz, sin señal ni faro, sería un lugar tenebroso.
Fácilmente la
BIBLIA se impone como el único libro que contiene la revelación de DIOS. Hay
muchas biblias de distintas religiones, pero que sólo son eso religiones: el
Corán, el Canon Budista de Sagrada Escritura, el Zendavesta zoroástrico y el
Veda Brahmánico. Todas ellas nos son trasmitidas mediante traducciones
fidedignas, y podemos juzgar su valor. Pronto se descubre que todas estas
biblias no cristianas son desarrollos en errónea dirección. Todas ellas
empiezan con algunos rayos de luz y terminan en completa oscuridad. El
observador más indiferente, pronto descubre que la BIBLIA es radicalmente
distinta. Es el único libro que ofrece al hombre una redención, una solución a
todos sus problemas y le señala el camino para la solución de sus dilemas.
Se necesitaron mil
seiscientos años para escribir la BIBLIA. Es la obra de más de treinta autores,
cada uno de los cuales actuó como escriba de DIOS. Muchos de estos hombres
vivieron en épocas diferentes y no escribieron lo que pensaban, observaban o
esperaban sino que fueron instrumentos para expresar la voluntad de DIOS;
escribieron bajo la dirección de DIOS y por inspiración divina vieron las
grandes e inmutables verdades y las registraron con el fin de trasmitirlos a
otros.
Durante estos mil
seiscientos años, escribieron los sesenta y seis libros de la BIBLIA hombres de
diferente lengua, que vivieron en épocas y países distintos. Sin embargo, el
mensaje que trasmitieron es uno sólo.
DIOS hablo a cada
uno en su propio idioma y en su propia época, pero en cada caso su mensaje fue,
básicamente el mismo. Cuando los grandes eruditos juntaron los manuscritos
redactados en hebreo, arameo y griego, y los tradujeron en una sola lengua
moderna, hallaron que las promesas de DIOS permanecían inalterables, que su
gran mensaje al hombre no había variado.
Hoy mientras
escudriñamos la BIBLIA, hallamos que las reglas de conducta expuestas por los
escribas antiguos, son tan actuales y llenas de sentido para nuestra generación
como lo eran para los tiempos de JESUS.
No es de
maravillar entonces, que la BIBLIA sea el libro más extendido en el mundo.
Ningún otro libro puede compararse con su sabiduría profunda, su belleza poética
y la exactitud de su historia y profecía. Sus críticos que la tachaban que
estaba llena de errores, ficciones y promesas no cumplidas, han descubierto
ahora, que las dificultades se encuentran en ellos mismos y no en la BIBLIA. La
erudición mas grande, cuidadosa y meticulosa ha mostrado que las
contradicciones aparentes fueron causadas por traducciones incorrectas y no por
incongruencias divinas. Era el hombre quien necesitaba corrección, no la
BIBLIA.
Sin embargo, en
muchos hogares y entre la gente llamada culta está de moda bromear sobre la
BIBLIA, que si es un libro cualquiera, que si no contiene más que principios,
que si no la entienden....Se ha usado con frecuencia para colocar entre sus
páginas, cartas antiguas, flores disecadas, como en un lugar seguro y han
descuidado completamente la ayuda y seguridad que DIOS intentó ofrecerles por
medio de ella.
Ahora esta actitud
parece estar cambiando. La vida se despoja de sus apariencias y adornos
insensatos. Las falsas promesas hechas por el hombre al hombre, la libertad, el
nivel de vida, la política, la economía, la igualdad de sexos, matrimonios
contra natura, el aborto, organizaciones sociales, resaltan como las
deslumbrantes mentiras que son. Mientras dirigimos la vista a todas partes ,
buscando algo verdadero, real y permanente, una vez más nos volvemos a este
antiguo Libro que durante los siglos pasados ha dado consuelo, estimulo,
sabiduría para afrontar los momentos del día a día, tranquilidad en el momento
de la muerte, templanza, humildad y salvación a multitudes.
Están descubriendo
que aquellas frases familiares, pero casi olvidadas, suenan con un sentido
moderno como si hubieran sido escritas ayer. Esto es así porque la BIBLIA
incorpora todo el conocimiento que el hombre necesita para satisfacer el
anhelo, la inquietud de su alma y para resolver todos sus problemas.
Es el plan
perfecto, la obra maestra del Arquitecto Magistral, DIOS PADRE, y únicamente
siguiendo sus instrucciones podemos edificar la vida que buscamos.
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