} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LA TENTACIÓN 3 (el proceso)

sábado, 24 de mayo de 2014

LA TENTACIÓN 3 (el proceso)




1ª Corintios 10.13“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”

La Biblia dice que no hay una sola tentación que no sea humana, que no pueda soportar el cristiano en su debilidad humana; pero fiel es Dios que nos capacita a ti y a mí para decir NO a la tentación. Debemos pues, instruirnos en todo momento con la Palabra de Dios en la Biblia,  para alimentar el Espíritu Santo que mora dentro de nosotros, con el cual hemos sido sellados cuando nacimos de nuevo. Si alimentamos nuestro cuerpo físico para resistir el desgaste natural por el trabajo tres veces al día, sacando tiempo de donde sea, mucho más necesario es fortalecernos espiritualmente para estar preparados para enfrentar todos los ataques.

Porque no es una guerra física entre el bien y el mal, sino una guerra espiritual, que podemos vislumbrar cuando hemos escudriñado la Palabra de Dios en la Biblia de forma sistemática. Cuando a través de Su Palabra nos hemos alimentado de forma gradual pero constante, podemos descubrir que tenemos cinco sentidos espirituales al igual que los físicos. Hemos cuidado nuestra alimentación lo mismo que si fuera en el campo carnal.

A un recién nacido no le damos un chuletón para alimento. Así lo mismo cuando hemos nacido de nuevo en Cristo. Primero con leche asimilable, no cualquiera, hemos buscado la única que no está adulterada. Porque hay muchas clases de leche (evangelios) que le quitan las propiedades (el arrepentimiento, la sangre de Cristo) adulterándola con agua (abundancia material, prosperidad) y le echan colorante artificial para blanquearla (Dios es amor, no castiga, todo lo perdona, todo está permitido, la gracia es infinita).
Así una vez que hemos escuchado, leído, escudriñado, entendido las primeras enseñanzas, podemos conocer la voz del Buen Pastor, Jesucristo, y seguirla. Jesús nos guía por el único camino que nos lleva a Dios, Él ha visto a Dios, Él es la tercera persona de esa Trinidad. Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

En 1ª de Pedro 4:2-3 nos dice el apóstol: 4:2 para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. 4:3 Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.

Antes de convertirme, nacer de nuevo ser regenerado, mis pasiones, desordenes, debilidades, flaquezas me habían tenido prisionero del pecado, estaba muerto.

En Romanos 6:23 dice: “6:23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

En Romanos 5:1 leemos: 5:1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”

También en Romanos 6:3-6 nos declara: “6:3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
6:4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
6:5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección;
6:6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.”

Aquella noche en la habitación de Suiza, cuando nací de nuevo, fui sellado con el Espíritu Santo, ya pertenecía a Dios. Esto no significa que automáticamente desaparecieran mis pasiones, flaquezas, vicios…no, seguían incrustados en mis sentidos, en mi mente. De la noche a la mañana ningún ser humano puede eliminar su cojera. En mi caso he sido un mal alumno y posponía para otro día hacer los deberes que me correspondían a mí, tenía que hacer muchos cambios y debía comenzar por la parte más difícil, la mente. Tenía que cambiar el chip de la religión que había mamado desde niño y tenía incrustado.

En Santiago 1:5-7 nos da la clave para comenzar a cambiar: “1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
1:6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.
1:7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.”

La Sabiduría de Dios está en la Biblia. Ella es la Palabra de Dios. Es el manual de instrucciones de Dios Creador del hombre, que pone a disposición nuestra para reparar nuestra desobediencia, para poder empezar a descubrir como es el proceso para arreglar y ordenar la mente como Dios desea, para cambiar el modo de pensar. Pero como dice el apóstol, no basta simplemente con leer y ya está. No; exige a nuestra voluntad que se ponga en marcha, requiere acción, no permanecer pasivos esperando que otro haga lo que nos corresponde hacer a nosotros.

Vivir por fe, requiere dar el primer paso, después otro y otro. Vuelvo al ejemplo del recién nacido. Por mucho que le indiquen como tiene que hacer para andar, por mucho que los padres hagamos tonterías para enseñarle cómo debe hacer, el niño tiene que alimentarse primero, digerir, asimilar, crecer y a su tiempo, cuando le sostengan las fuerzas, intentar andar.
Es como nosotros con la lectura de la Biblia, pero cuando se trata de dar el primer paso, cuesta. Te sientes inseguro, no tienes fuerzas. Viene la primera tentación y no sabes cómo pero desapareció. (En esos momentos no entiendes que cuando tú no ofreces resistencia confiando en ti mismo, en lo que sabes, es cuando el Espíritu Santo actúa mejor)
Es como cuando el niño da dos pasos seguidos, se confía y sigue adelante a la carrera. Da tres, cuatro, cinco y cae al suelo, y llora, se asusta y no quiere volver a comenzar. Así nosotros, al ver que la primera tentación huyó de nosotros, nos confiamos, sacamos pecho y queremos cambiar el mundo. A la media hora nos han pillado de sorpresa y hemos caído en las mismas pasiones y vicios.

En Santiago 1:22-25 nos advierte: “1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
1:25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.”

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