Mateo10:16 He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos;
sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.
17 Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los
concilios, y en sus sinagogas os azotarán;
18 y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de
mí, para testimonio a ellos y a los gentiles.
19 Mas cuando os entreguen, no os preocupéis por cómo o qué
hablaréis; porque en aquella hora os será dado lo que habéis de hablar.
20 Porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu de
vuestro Padre que habla en vosotros.
Nuestro Señor advierte a sus discípulos que se preparen para la
persecución. Ellos tenían que evitar todas las cosas que den ventaja a sus
enemigos, toda intromisión en los afanes políticos o mundanos, toda apariencia
de mal o egoísmo, y todas las medidas clandestinas. Cristo predice dificultades
no sólo para que los trastornos no sean sorpresa sino para que ellos puedan
confirmar su fe. Les dice que deben sufrir y de quiénes.
Así, Cristo nos ha tratado fiel y equitativamente, diciéndonos lo peor
que podemos hallar en su servicio y
quiere que así nos tratemos a nosotros mismos, al sentarnos a calcular el
costo.
Los perseguidores son peores que las bestias, porque hacen presa de
los mismos de su especie.
-Vemos actualmente, lo que está ocurriendo con el ISIS y el fanatismo vaticanista en Chiapas y otras regiones. No nos debe estrañar que esto ocurra. La Palabra de Dios en la Biblia ya nos pone sobre aviso de que esto tiene que acontecer. Cuando parece que el cristianismo se adormece en los logros de la Reforma, necesita ser expoleado, para despertar del letargo de la comodidad de los últimos años. Me hace recordar cuando la priemra persecución de la iglesia primitiva, la expansión del Evangelio se hizo evidente.-
Los lazos de amor y deber más sólidos a menudo se han
roto por enemistad contra Cristo. Los sufrimientos de parte de amistades y
parientes son muy dolorosos nada hiere
más. Padres y hermanos que se encierran en sus creencias tradicionales, se cierran a cualquier nueva enseñanza, se vuelven encontra de malos modos, criticando e insultando. Simplemente parece que todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo
Jesús padecerán persecución y debemos
esperar que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.
En esta predicción de problemas, hay consejos y consuelo para los
momentos de prueba. Los discípulos, y por extensión los creyentes en Cristo, somos
las ovejas, y los lobos son los que se oponen a Cristo y a su mensaje. Este
símil señala los peligros y la hostilidad que experimentaremos.
Los
discípulos de Cristo son odiados y perseguidos como serpientes, y se procura su
ruina, y necesitan la sabiduría de la serpiente, pero la sencillez de las
palomas. La prudencia de la serpiente no es más que astucia, y la inocencia de
la palomo es un poco mejor que la debilidad: pero combinadas entre sí, la
prudencia de la serpiente los salvaría de exponerse innecesariamente al peligro
y la inocencia de la paloma los libraría de echar mano de los recursos para
escaparse del peligro. ¡En la época apostólica del cristianismo cuán
armoniosamente se manifestaron estas dos cualidades! En lugar del fanático
deseo de sufrir el martirio que se engendró en una época posterior a la era
apostólica habrá una combinación varonil de celo resuelto y discreción
tranquila, ante la cual nada podía hacer frente.
No sólo no dañemos a nadie sino
que no le tengamos mal carácter a nadie. Debe haber cuidado prudente, pero no
debemos dejar dominarnos por
pensamientos de angustia y confusión, que esta preocupación sea echada sobre
Dios. Los discípulos de Cristo debemos pensar más en hacer el bien que en
hablar bien. En el caso de gran peligro, los discípulos de Cristo podemos salirsnos
del camino peligroso, aunque no debemos salirnos del camino del deber. No debemos usar medios pecaminosos e ilícitos
para escapar, porque entonces, no es una puerta que Dios ha abierto. El temor
al hombre pone una trampa, una trampa de
confusión que perturba nuestra paz, una trampa que enreda, por la cual somos
atraídos al pecado y, por tanto, se debe luchar y orar en su contra. La
tribulación, la angustia y la persecución no pueden quitarnos el amor de Dios.
Temamos a aquel que puede destruir cuerpo y alma en el infierno.
Cristo nos muestra por qué debemos estar de
buen ánimo. Los sufrimientos testifican contra los que se oponen al evangelio.
Cuando Dios nos llama a hablar por Él, podemos depender de Él para que nos
enseñe qué decir. Una perspectiva fiel del final de nuestras aflicciones será
muy útil para sostenernos cuando estemos sometidos a ellas. El poder será
conforme al día. De gran aliento para los que están haciendo la obra de Dios es
que sea una obra que ciertamente será hecha.
Leemos cómo el cuidado de la providencia se extiende a todas las criaturas,
aun a los gorriones. Esto debe acallar todos los temores del pueblo de Dios:
Vosotros valéis más que muchos gorriones. Los mismos cabellos de vuestra cabeza
están todos contados. Esto denota la cuenta que Dios hace y mantiene de su
pueblo. Nuestro deber es no sólo creer en Cristo, sino profesar esa fe,
sufriendo por Él, cuando somos llamados a ello, como asimismo a servirlo.
La fe y la convicción vale todo,
todos los que creen su verdad, llegarán al premio y harán que todo lo demás se
rinda a ello. Cristo nos guiará a través de los sufrimientos para gloriarnos
con Él. Los mejores preparados para la vida venidera son los que están más
libres de esta vida presente.
Aunque la bondad hecha a los discípulos de Cristo sea sumamente
pequeña, será aceptada cuando haya ocasión para ella y no haya capacidad de
hacer más. Cristo no dice que merezcan recompensa, porque no podemos merecer
nada de la mano de Dios, pero recibiremos un premio de la dádiva gratuita de
Dios. Confesemos resueltamente a Cristo y mostremos nuestro amor por Él en
todas las cosas.
Nosotros podemos ser probados con una hostilidad similar. Así como los
discípulos, no debemos tener una actitud abatida, sino una actitud sensible y
prudente. No debemos ser crédulos, pero tampoco entrar en confabulaciones.
Más tarde
los discípulos experimentarían estas dificultades (Hechos 5:40 Y convinieron con él; y llamando a los apóstoles, después de
azotarlos, les intimaron que no hablasen en el nombre de Jesús, y los pusieron
en libertad; Hechos 12:1-3 En aquel mismo
tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. 2 Y mató a espada a
Jacobo, hermano de Juan. 3 Y viendo que esto
había agradado a los judíos, procedió a prender también a Pedro. Eran entonces
los días de los panes sin levadura.), no sólo con los de afuera, gobiernos, tribunales, sino también con los de
adentro, amigos, familia. Vivir por Dios con frecuencia trae consigo
persecución pero con ella viene la oportunidad de anunciar las buenas nuevas de
salvación. En medio de la persecución, podemos actuar con confianza porque
Jesús ha vencido al mundo (Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el
mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.). Y el
que "persevere hasta el fin, éste será salvo".
Jesús dijo
a sus discípulos que cuando fueran arrestados por predicar el evangelio, no se
preocuparan de lo que deben decir en su defensa: el Espíritu de Dios hablaría
por medio de ellos. Algunos piensan que esto significa que no
tenemos que prepararnos para presentar el evangelio porque Dios se encarga de
todo. Las Escrituras enseñan, sin embargo, que debemos presentar declaraciones
bien pensadas y cuidadosamente preparadas (Colosenses 4:6 Sea vuestra palabra
siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a
cada uno).
Jesús no dice que no debemos prepararnos, sino que no debemos
preocuparnos.
Permanecer
hasta el fin no es la manera de alcanzar la salvación sino la evidencia de que
uno se ha entregado de veras a Jesús. La persistencia no es un medio de
asegurar nuestra salvación, sino el resultado de una vida rendida al Señor.
Cristo advirtió a sus discípulos que debían evitar el martirio prematuro.
Debían irse antes de que la persecución fuera demasiado grande.
Tenemos mucho por hacer y muchas personas por alcanzar. Nuestro
trabajo no terminará hasta que Cristo regrese. Y sólo después de que El regrese
el mundo descubrirá realmente quién es El Mateo 24:14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Romanos 14:9-12 Porque Cristo para
esto murió y resucitó, y volvió a vivir, para ser Señor así de los muertos como
de los que viven. 10 Pero tú, ¿por qué
juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque
todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. 11 Porque
escrito está:
Vivo yo, dice el Señor,
que ante mí se doblará toda rodilla,
Y toda lengua confesará a
Dios.
12 De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario