Efesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes
bien sed llenos del Espíritu,
19 hablando entre
vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al
Señor en vuestros corazones;
20 dando siempre gracias
por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
REFLEXIÓN:
El mejor remedio contra el pecado es el cuidado o la cautela, por
medio de la oración, la alabanza y la adoración a Dios, siendo imposible
mantener de otro modo la pureza de nuestro corazón y nuestra vida en santidad.
El tiempo es un talento que Dios nos da y muchas veces lo hemos malgastado y perdido
cuando no lo hemos usado conforme a la Voluntad de Dios. Si hasta ahora hemos
desperdiciado el tiempo, debemos doblar nuestra diligencia, ser más cautelosos para
el futuro. La gente es muy buena para
quejarse de los malos tiempos; bueno sería si eso los estimulara más para
redimir el tiempo. No seamos imprudentes. La ignorancia de nuestro deber y la
negligencia con nuestras almas son una muestra de la necedad más grande que un
cristiano puede tener. La embriaguez en el alcohol es un pecado que nunca va
solo, porque lleva a los hombres a otros males; es un pecado que provoca mucho
a Dios. El ebrio da a su familia y a todo el mundo el triste espectáculo de un
pecador endurecido más allá de lo corriente, y que se precipita a la perdición.
Qué tristeza produciría y qué mal testimonio ver a un hermano o hermana en la
fe ébrios, o enganchados al alcohol. Cuando estemos afligidos o agotados, no
procuremos levantar nuestro ánimo con bebidas embriagantes, porque es
abominable y dañino y sólo termina haciendo que se sientan más las tristezas.
Procuremos, entonces, por medio de la oración ferviente, ser llenos con el
Espíritu, y evitemos todo lo que pueda contristar a nuestros benigno
Consolador.
Todo el pueblo de Dios tiene razón para cantar de júbilo. Aunque no
siempre estemos cantando, debemos estar siempre dando las gracias a Dios; nunca
nos debe faltar la disposición para este deber, porque nunca nos faltará el
motivo de agradecimiento al Señor en nuestras vidas. Siempre aun en las pruebas y las aflicciones, y por todas las cosas debemos estar satisfechos
con el amoroso propósito y la tendencia al bien. Dios resguarda a los creyentes
de pecar contra Él y nos hace someternos unos a otros en todo lo que manda, para
promover su gloria y cumplir sus deberes mutuos.
Pablo contrasta la embriaguez con vino, lo que produce una
"alegría" temporal, con estar llenos del Espíritu, lo que produce un
gozo duradero. La embriaguez con vino se relaciona a la antigua manera de vivir
y a los deseos egoístas. En Cristo tenemos un gozo mejor, más alto y perdurable
para curar nuestra depresión, monotonía o tensión. Lo que importa no es la
cantidad del Espíritu que tengamos, sino cuánto de nosotros tiene de Espíritu
Santo. Debemos someternos cada día a su dirección y sumergirnos en su poder. Dejandonos lleva, sin oponer la menor resistencia.
El tiempo verbal de sed
llenos en griego deja claro que esa condición no termina con una sola
experiencia, sino que se mantiene «siendo continuamente llenos» del Espíritu,
como se manda aquí.
Cuando sintamos que estamos flaqueando o nos llegan pensamientos poco
edificantes, es síntoma de que estamos debilitando el Espíritu. Como un coche
cuando le falta combustible se enciende el chivato, la luz que avisa; así en
nosotros debemos llenar todos los días el Espíritu con la Palabra de Dios en la
Biblia, tenemos que alimentar nuestro espíritu con las enseñanzas de Jesús,
para que Su Espíritu siga actuando con energía en nosotros para no decaer.
Cuando hemos
decaído es muy difícil dar gracias. Animémonos, Dios obra siempre para bien si
le amamos y encajamos en sus planes (Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.).
Gracias a Dios, no por nuestros problemas, sino por la firmeza que se edifica
en nosotros mediante las experiencias difíciles que tocan enfrentar. Podemos estar seguros de que
el amor perfecto de Dios nos ayudará.
Al
participar en una reunión de creyentes, aun con una ofrenda pequeña de
alabanza, nuestra adoración empieza a ser magnificada dando la gloria y la
honra a Dios Padre en el nombre de Jesús. La comunión fraternal, las voces nos
animan y nosotros los inspiramos a ellos.
-Durante años vivimos sin congregarnos. Habíamos tenido una experiencia
con un grupo bíblico que al final resultó ser de todo menos bíblico; y aquello
nos marcó, huyendo de grupos similares. Andar por el desierto, en nuestro caso,
fue necesario y en los propósitos de Dios Padre estaba, para que redundara en
nuestro bien, para llevarnos a su tiempo a una congregación, hambrientos de la
Palabra de Dios, sedientos de la sana doctrina, con el corazón presto para ser
llenado del sano alimento del Verdadero Evangelio de Jesús.-
La separación de la asamblea local priva a una
persona, a una familia de esta relación. Congreguémonos a menudo y alabemos, animándonos así
unos a otros en la alabanza. (Hebreos 2:11-12 Porque el que santifica
y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de
llamarlos hermanos,
12 diciendo: Anunciaré a mis
hermanos tu nombre, En medio de la
congregación te alabaré) (Colosenses 3:16 La palabra de Cristo
more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda
sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e
himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre
por medio de él.)
Mientras estemos en este mundo, donde hay tanta corrupción en nuestros
corazones, a veces surgirán contiendas, pero nuestro deber es perdonarnos unos
a otros imitando el perdón por cual somos salvados. Que la paz de Dios reine en
nuestros corazones; es su obra en todos los que le pertenecemos. La acción de
gracias a Dios ayuda a hacernos agradables ante todos los hombres. El evangelio
es la palabra de Cristo viva y permanente. Muchos tienen la palabra, pero
habita pobremente en ellos, no tiene poder sobre ellos. El alma prospera cuando
estamos llenos de las Escrituras y de la gracia de Cristo. Cuando cantamos
salmos debemos ser afectados por lo que cantamos. No importa nuestra calidad de
voz, nuestra entonación; muchas veces cantamos con el corazón al Señor y también
se deleita, cuando de este modo le damos gracias. Hagamos todo en el nombre del
Señor Jesús, y dependiendo con fe en Él, sea lo que sea en que estemos
ocupados. A los que hacemos todo en el nombre de Cristo nunca nos faltará ocasión
para dar gracias a Dios, al Padre Eterno.
Los cristianos debiéramos vivir en perfecta
armonía. Esto no significa que no deban existir opiniones distintas sino que
los cristianos debiéramos trabajar juntos en amor, más allá de las diferencias
en cosas secundarias. Dicho amor no es un sentimiento sino una decisión de
satisfacer las necesidades de los otros. Esto conduce a la paz entre los
individuos y entre los miembros del cuerpo de creyentes.
La Palabra
de Dios en la Biblia nos dice que debemos dejar que la paz de Cristo sea el
árbitro en nuestros corazones. Nuestros corazones son el centro de conflicto
porque allí nuestros sentimientos y deseos se oponen: nuestros temores y
esperanzas, nuestro recelo y confianza, nuestro celo y amor. Filipenses 4: 8-9 Por lo demás,
hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si
algo digno de alabanza, en esto pensad. 9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y
visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros
Aunque los
cristianos primitivos tuvieron acceso al Antiguo Testamento y lo usaron con
libertad, no tenían a su alcance el Nuevo Testamento ni ningún otro libro
cristiano para estudiar. Sus historias y enseñanzas acerca de Cristo fueron
memorizadas y transmitidas de persona a persona. Algunas veces se le puso
música, por lo que esta vino a ser una parte importante en la adoración y
educación cristianas.
Debemos dar
honor a Cristo en cada aspecto y actividad de nuestra vida diaria. Como
cristiano, soy responsable de representar a Cristo siempre, dondequiera que
vaya o en lo que diga, para que con la ayuda del Espíritu, pueda ser un fiel
testimonio hacia los que me rodean.
No hay comentarios:
Publicar un comentario