} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ARMONÍA EN LA IGLESIA

sábado, 22 de noviembre de 2014

ARMONÍA EN LA IGLESIA


 

En la Palabra de Dios en la Biblia podemos leer en el libro de los Salmos el Salmo 133 dice:

  1  ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía!
 2  Es como el buen aceite que, desde la cabeza, va descendiendo por la barba, por la barba de Aarón, hasta el borde de sus vestiduras.
 3  Es como el rocío de Hermón que va descendiendo sobre los montes de Sión. Donde se da esta armonía, (concordia) el SEÑOR concede bendición y vida eterna.

El término «armonía» deriva del griego ρμονία (harmonía), que significa ‘acuerdo, concordancia’  y éste del verbo ρμόζω (harmozo): ‘ajustarse, conectarse’.
 
  CONCORDIA sumfoneo (συμφωνέω) sonar juntamente (sun, juntamente; fone, sonido), esto es, estar de acuerdo, primariamente de instrumentos musicales. Se usa en el NT del acuerdo  de personas con respecto a un asunto «se convinieren» «habiendo convenido» «habiéndose concertado» «conviniste»«concertaste» «convinisteis» «os concertasteis» «armoniza».

CONCORDAR sumfonesis (συμφώνησις) sonar juntos (sun , con; fone , sonido;   Se halla  en la pregunta retórica: «¿Qué concordia (tiene) Cristo con Belial?
2Corintios 6:15  ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo? ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?, en la pregunta retórica: «¿Qué concordia (tiene) Cristo con Belial?»


REFLEXIÓN:
Este Salmo es un cántico de Sion que celebra la unidad fraternal de los peregrinos residiendo en la ciudad santa de Jerusalén y sus alrededores  que coronan su cima y se extienden por sus laderas. Esta unidad es como el óleo fragante que descendió de la cabeza y barba de Aarón cuando fue consagrado al servicio; es como el rocío copioso de Hermón que desciende sobre Sion y lo fructifica y refresca. La vida de Sion fluye de la bendición celestial al bendecirlo el Señor.
  David declaró que la armonía es deliciosa y buena. Es lamentable, pero la armonía no predomina en las iglesias como debería. Las personas están en desacuerdo y causan división por asuntos sin importancia. Algunos parecen deleitarse en provocar tensiones al desacreditar a otros. La armonía es importante porque:   hace que la iglesia sea un ejemplo positivo ante el mundo y ayuda a atraer a otros;  nos ayuda a cooperar como un cuerpo de creyentes según el propósito de Dios, dándonos un anticipo del cielo;   renueva y revitaliza los ministerios para que haya menos tensión que mine nuestra energía.
Vivir en armonía no significa que debamos estar de acuerdo en todo; habrá tantas opiniones como notas en un acorde musical. Pero estamos de acuerdo en nuestro propósito en la vida: trabajar juntos para Dios. Nuestra expresión externa de unidad debe revelar nuestra unidad interna de propósito.

  Moisés utilizó un aceite costoso para ungir a Aarón como el primer sumo sacerdote de Israel (Éxodo 29:7  Luego lo ungirás derramando el aceite de la unción sobre su cabeza.) y para dedicar a todos los sacerdotes al servicio de Dios. La unidad de la hermandad, al igual que el aceite de la unción, muestra nuestra dedicación a servir a Dios con todo nuestro corazón.
El monte Hermón es la montaña más alta de Palestina, está localizado al noreste del mar de Galilea.
Como es refrescante la fragancia del aceite, así deleitan las bendiciones de la unidad fraternal entre los hermanos en una congregación. El aceite sagrado para la unción de los sumos sacerdotes era de oliva mezclado con cuatro de las especias mejores. Su rica profusión tipificaba la abundancia de las gracias del Espíritu. Como el copioso rocío, que caía sobre el Hermón, cae con poder fertilizador sobre los montes de Sión, así esta unidad da frutos en buenas obras.
David utiliza dos símiles para describir el gozo de los hermanos que, literalmente, «se sientan juntos» en armonía: un perfume aromático y el rocío refrescante de la montaña.  
 Se utilizaba un finísimo aceite de oliva junto a unas especies exquisitas y la mezcla se empleaba sólo para ungir a un sacerdote, a un profeta o a un rey. Llegaban a echar hasta cinco litros por la cabeza, chorreando las vestiduras. Simbolizaba la consagración de esa persona para Dios y la unción del Espíritu Santo por medio del cual actuarían.
El tercer versículo nos habla de cómo Dios desea que seamos los nacidos de nuevo, arraigados en Él,  para permanecer siempre verdes, sano, y dando fruto. Permaneciendo a su lado siempre estaremos vigorosos, a pesar de las tormentas o las sequias temporales. Dios nos ha regalado la vida eterna.
El primer versículo, entiendo, habla de esa bendición que recibe una congregación cuando son todos de un mismo sentir en Cristo y no hay divisiones. La palabra clave es: armonía.
Para armonizar o estar de acuerdo en algo un grupo de personas tienen que estar unidos por algo común,  compartirlo y respetar un orden establecido. Si no hay armonía entre los hermanos de fe en Cristo, no pueden esperar bendiciones del Señor.  Dios establece las condiciones, le corresponde al hombre acatarlas. Para que exista esa armonía, todos debemos asumir nuestra responsabilidad como cristianos, nuestros deberes y compromiso con Dios y con los hermanos, respetando  las funciones de cada cual según los dones que el Espíritu Santo da a cada uno.
Un ejemplo: A mí por mucho que me gustaría tocar el órgano o una guitarra, aunque me ponga manos a la obra y comience a presionar teclas, saldrá de todo menos algo armonioso, algo con armonía, algo con sentido que pueda ser edificante para alabar al Señor.
Cuando la concordia, la armonía, el acuerdo, cada uno ocupando su lugar, reinan en una congregación, se ve abundantemente bendecida con la Presencia del Señor.
Cuando no hay armonía entre los hermanos, se ve, no con los ojos y se siente, no con el corazón, se nota, se percibe y se hace evidente. Nada queda oculto, todo será puesto a la luz, el Señor todo lo ve y lo expondrá.
Dios quiere bendecirnos pero para ello tenemos que vivir y estar en armonía unos con otros dentro de la Iglesia.
En Romanos 12:4  Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, podemos ver como cada uno de nosotros debemos aportar el don con el que fuimos agraciados por el Espíritu, debe estar al servicio de los demás dentro de la congregación.

Así que hermanos vivamos en armonía los unos con los otros para poder recibir tantas bendiciones como el Señor desea para sus hijos, nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario