} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: LAS PALABRAS DEL CORAZÓN

sábado, 29 de noviembre de 2014

LAS PALABRAS DEL CORAZÓN





En la Nueva Versión Internacional de la Biblia podemos leer en Mateo 12:35-37  las verdades que nos trasmite en estos tres versículos:

 35  El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón saca el bien, pero el que es malo, de su maldad saca el mal.
 36  Pero yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado.
 37  Porque por tus palabras se te absolverá, y por tus palabras se te condenará.»

  Kardia (καρδία)  el corazón.
Kakos (κακός) significa todo aquello que es de carácter malo, deleznable de lo que es moralmente o éticamente malo, tanto si se trata de personas o cualidades, emociones, pasiones, actos; de lo que es perjudicial, destructivo, dañino, pernicioso.
Mataiologos (ματαιολόγος)  adjetivo que denota hablar en vano  «vanos palabreros»  «habladores de vanidades»).
Mataiologia (ματαιολογία)  habla vana (mataios, vano, sin objeto; lego , hablar). «vana palabrería»  «vanas pláticas.
  Polulogia (πολυλογία) locuacidad, mucha habla (polus , mucho; logos , palabra).  «Palabrería» «mucha palabrería» «mucho hablar» 
 Morologia (μωρολογία) de moros, necio, obtuso, estúpido y lego traducido «vana palabrería». Trench lo describe como «aquel hablar de necios» que es a la vez necedad y pecado».  


REFLEXIÓN


El corazón, el principal órgano de la vida física ocupa el puesto más importante en el sistema humano. Mediante una fácil transición esta palabra vino a significar toda la actividad mental y moral del hombre, incluyendo tanto sus elementos racionales como emocionales. En otras palabras, se usa el corazón de manera figurada para denotar las corrientes escondidas de la vida personal. «La Biblia declara que la depravación humana halla su asiento en el «corazón», debido a que el pecado es un principio que halla su asiento en el centro de la vida interna del hombre, contaminando por ello todo el círculo de sus acciones. Por otra parte, las Escrituras consideran al corazón como la esfera de la influencia divina. El corazón, al estar tan en el interior, contiene al «hombre interno»; esto es, al hombre real. Representa el verdadero carácter, pero lo esconde». 
 

 El idioma del hombre descubre de qué país procede, igualmente lo que dice o expresa por su lengua denota de qué clase de espíritu es. El corazón es la fuente, las palabras son los arroyos. Una fuente turbia y una corriente corrupta deben producir arroyos barrosos y desagradables. Nada sanará las aguas, sazonará el habla, ni purificará la comunicación corrupta sino la sal de la gracia, echada en la corriente. El hombre malo tiene un mal tesoro en su corazón, del cual el pecador saca las malas palabras y las malas acciones para deshonrar a Dios y herir al prójimo. Velemos continuamente sobre nosotros mismos para que podamos hablar palabras conformes al carácter cristiano.
Rechazar la voz del Espíritu Santo cuando intenta convencernos de pecado es blasfemar contra El. Como una persona solo puede salvarse por FE en JESUCRISTO por medio del Espíritu Santo y su obra, cuando uno no quiere arrepentirse ni reconocer su pecado está rechazando el perdón que le brinda Dios. Algunas veces los creyentes tememos haber cometido accidentalmente este pecado imperdonable. Pero sólo los que han dado la espalda a Dios y no quieren creer necesitan preocuparse. Jesús dice que no serán perdonados, no porque su pecado sea peor que otros, sino porque nunca pedirán perdón. Los que rechazan la voz del Espíritu Santo rechazan la única fuerza que los puede guiar al arrepentimiento y a la restauración de las relaciones con Dios. Jesús nos recuerda que lo que decimos revela lo que hay en nuestro corazón. ¿Qué tipo de palabras salen de nuestra boca? Estas son una indicación de lo que nuestro corazón alberga. Uno no puede solucionar el problema del corazón cambiando de vocabulario. Tiene que permitirle al Espíritu Santo que lo llene con actitudes y motivos nuevos, luego su vocabulario se limpiará desde adentro.
Al contrario que las religiones inventadas por los hombres que sólo limpian exteriormente, al aceptar a Cristo como Salvador y Señor, somos sellados con el Espíritu Santo con el cual nuestra transformación comienza desde el corazón, desde el hombre interno. Somos transformados en la medida que nuestra alimentación espiritual sea fundamentada en la Palabra de Dios en la Biblia, la obedezcamos para que la fortaleza del Espíritu forme nuestro carácter, discipline nuestra conducta y regenere nuestro corazón.

La espontaneidad con que decimos las cosas buenas o malas que salen del corazón, por la boca habla de la abundancia del corazón. El significado de la expresión muy bien podía ser: “Que no hay sino dos reinos, dos intereses, dos partidos, y las obras propias de cada uno. Si yo pertenezco a uno, no puedo pertenecer al otro; pero aquellos que se colocan en oposición voluntaria al reino de la luz, proclaman abiertamente a qué reino pertenecen.  
 Las palabras, como que el indicio del corazón, por ociosas que parezcan, serán tomadas en cuenta, sean buenas o sean malas, para estimar el carácter de las personas en el día del juicio.”

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