Hebreos 5:14 pero el alimento
sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen
los sentidos ejercitados en el discernimiento
del bien y del mal.
Anakrino (ἀνακρίνω) distinguir, o separar con el fin de investigar
(krino ) examinando
exhaustivamente (ana,
intensivo) objetos o particularidades. Significa, de ahí, examinar, escudriñar,
interrogar, celebrar una sesión judicial preliminar anterior al juicio propio. Se
traduce con el verbo discernir en 1Corintios 2:14 Pero el hombre natural
no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y
no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
REFLEXIÓN:
Dios nos ha revelado sabiduría verdadera por su Espíritu. Esta es una
prueba de la autoridad divina de las Sagradas Escrituras, 2 Pedro 1; 21
Porque nunca la
profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
La fe une verdaderamente a
Cristo con el creyente débil y con el fuerte y purifica realmente el corazón de
uno y del otro; todo creyente sincero es justificado a ojos de Dios por su fe.
La fe obra santidad y produce efectos en el alma que ninguna otra gracia puede
producir. En Cristo habita toda la plenitud y el perdón, la paz, la gracia y el
conocimiento, y los nuevos principios son así dados por medio del Espíritu
Santo.
Las promesas para quienes somos partícipes de la naturaleza divina nos
harán escudriñar si son realmente renovadas en el espíritu de nuestra mente. Volvamos
todas estas promesas en oraciones por la gracia transformadora y purificadora
del Espíritu Santo. El creyente debe agregar conocimiento a su virtud,
incrementar la familiaridad con toda la verdad y la voluntad de Dios. Debemos
agregar templanza al conocimiento; moderación por las cosas mundanas; y a la
templanza debemos agregar paciencia o alegre sometimiento a la voluntad de
Dios. La tribulación produce paciencia por la cual soportamos todas las
calamidades y las cruces en silencio y sumisión. A la paciencia debemos agregar
piedad el verdadero adorador de Dios, con tierno afecto por todo sus semejantes
cristianos que son hijos del mismo Padre, siervos del mismo Amo, miembros de la
misma familia, viajeros al mismo país, herederos del mismo legado. Por lo
tanto, los cristianos debemos laborar para alcanzar la seguridad de nuestra
vocación y elección, creyendo y haciendo el bien y esforzarnos en ello
cuidadosamente, por la gracia y misericordia de Dios, que nos sostiene para que
no caigamos completamente cuando llegue el momento de la tribulación.
Los diligentes en la obra del Señor, tendrán una entrada triunfal en
el reino eterno donde reina Cristo y ellos reinarán con Él para siempre jamás y
es en la práctica de toda buena obra donde debemos esperar entrar al cielo.
Vemos como el Espíritu Santo, que conoce todas las cosas y escudriña
todas las cosas, aun las cosas profundas de Dios. Nadie puede saber las cosas
de Dios, sino su Espíritu Santo, que es uno con el Padre y el Hijo, y que da a
conocer los misterios divinos a su Iglesia. Este es un testimonio muy claro de
la verdadera divinidad y de la personalidad del Espíritu Santo.
Los apóstoles no fueron guiados por principios mundanos. Recibieron
del Espíritu de Dios la revelación de estas cosas, y del mismo Espíritu
recibieron su impresión salvadora. Estas cosas son las que declararon con un
lenguaje claro y sencillo, enseñado por el Espíritu Santo, totalmente diferente
de la afectada oratoria o palabras seductoras de la humana sabiduría. El hombre
natural, el hombre sabio del mundo, no recibe las cosas del Espíritu de Dios.
La soberbia del razonamiento carnal es tan opuesta a la espiritualidad como la
sensualidad más baja. La mente santa discierne las bellezas verdaderas de la
santidad, pero no pierde el poder de discernir y juzgar las cosas comunes y
naturales. El hombre carnal es extraño a los principios, goces y actos de la vida
divina. Sólo el hombre espiritual es una persona a quien Dios da el
conocimiento de su voluntad.
El Espíritu capacitó a los apóstoles para dar a conocer su mente. La
mente de Cristo y la mente de Dios en Cristo nos son dadas a conocer plenamente
en las Sagradas Escrituras. El gran privilegio de los cristianos es que tenemos
la mente de Cristo, revelada por su Espíritu, experimentando su poder
santificador en nuestros corazones y dando buenos frutos de fe en nuestras
vidas.
Los oyentes sordos dificultan la predicación del evangelio y hasta los
que tienen algo de fe pueden ser oyentes sordos y lentos para creer, incluso
pueden llegar a ser piedra de tropiezo para muchos.
Ser poco diestro denota la falta de experiencia en las cosas del
evangelio. La experiencia cristiana es un sentido, espiritual de la bondad,
dulzura y excelencia de las verdades del evangelio. Ninguna lengua puede
expresar la satisfacción que recibe el alma de la sensación de la bondad,
gracia y amor divinos en Cristo por ella.
A fin de
crecer hasta ser cristianos adultos, debemos aprender lo que es el
discernimiento. Debemos adiestrar nuestra conciencia, nuestros sentidos,
nuestra mente y nuestro cuerpo a fin de poder distinguir lo bueno de lo malo. ¿Somos
capaces de reconocer la tentación antes de caer en su trampa? ¿Podemos distinguir
entre el correcto uso de las Escrituras y el errado?
Nuestra
capacidad de deleite en las cosas profundas de Dios ("alimento
sólido") está determinada por nuestro crecimiento espiritual. Con
frecuencia deseamos el banquete de Dios antes de estar en condiciones
espirituales para digerirlo. A medida que crecemos en el Señor y ponemos en
práctica lo que hemos aprendido, también aumentará nuestra capacidad de
comprensión para discernir tanto el bien como el mal, como un niño que ya no es
párvulo (Isaías
7:16 Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo
bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.), sino capaces de distinguir entre doctrina sana
y malsana. La criatura se pone en la boca tanto cosas alimenticias como cosas
dañinas, sin discriminación: pero no así el adulto.
Una manera de evaluar la madurez espiritual se obtiene al observar las
decisiones que tomamos, muchas de las formas en que esas decisiones cambian con
el crecimiento personal. A mi entender, es necesaria una disciplina diaria y
constante en el tiempo para obtener de la Palabra de Dios tantas bendiciones
como el Señor promete. Y si Dios promete, sabemos que es Fiel para cumplir a Su
tiempo todo lo que nos dice en la Biblia.
Cuando entiendo que Dios ha obrado en mí tal cambio por el poder de Su
Espíritu, sólo puedo, seguir obedeciendo Su Palabra en la Biblia; dar gracias
al Señor por ayudarme cada día a entenderla; y alabar y glorificar al Señor
todos los días de mi vida.
¿Cómo puedo saber y darme cuenta de los cambios que la sana doctrina
ha obrado en mí por gracia del Señor? Sin lugar a dudas el alimento espiritual
sano produce como resultado una actitud cristiana genuina y se pone de
manifiesto cuando:
Enseño a los demás, en lugar de ser solo enseñado.
Desarrollo profundo del entendimiento, en lugar de luchar con lo
fundamental.
Autoevaluación, en lugar de autocrítica.
Búsqueda de unidad, en lugar de fomentar desunión.
Anhelo de retos espirituales, en lugar de deseos de entretenimiento.
Estudio cuidadoso y observación, en lugar de opiniones y esfuerzos
mediocres.
Fe activa, en lugar de apatía y duda cautelosa.
Confianza, en lugar de temor.
Experiencias y sentimientos evaluados a la luz de la Palabra de Dios,
en lugar de experiencias valoradas según los sentimientos.
Prosigamos escudriñando la
Biblia, con la ayuda del Señor, alimentándonos con el mayor tesoro que puede
llegar a la mente y el corazón de los redimidos por Jesús.
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