Mat 1:18 Y el nacimiento de JesuCristo fué así: Que
estando María su madre desposada con José, ántes que hubiesen estado juntos, se
halló haber concebido del Espíritu Santo.
Mat 1:19 Y José su marido, como era justo, y no
quisiese exponerla a la infamia, quiso dejarla secretamente.
Mat 1:20 Y pensando él en esto, he aquí, que el ángel
del Señor le aparece en sueños, diciendo: José, hijo de David, no temas de
recibir a María tu mujer; porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu
Santo es.
Mat 1:21 Y parirá un hijo, y llamarás su nombre JESÚS:
porque él salvará a su pueblo de sus pecados.
Mat 1:22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo
que había hablado el Señor por el profeta, que dijo:
Mat 1:23 He aquí, una vírgen concebirá, y parirá un
hijo, y llamarán su nombre Emmanuel, que interpretado quiere decir: Dios con
nosotros.
Mat 1:24 Y despertado José del sueño; hizo como el
ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer.
Mat 1:25 Y no la conoció hasta que parió a su Hijo
primogénito; y llamó su nombre JESÚS.
(RV
1862)
Estos versículos empiezan refiriéndonos dos grandes acontecimientos. Nos
refieren, que el Señor Jesucristo, tomando nuestra naturaleza, se hizo hombre.
Nos refieren también, que Su nacimiento
fue milagroso: su madre María era virgen.
Estas materias son muy misteriosas. Hay
profundidades cuyo fondo no tenemos sondas que alcancen a tocarlo. Hay verdades
que son incomprensibles a nuestra
limitada inteligencia. No pretendemos aclarar cosas que son superiores a la
penetración de nuestra razón. Contentémonos con creer reverentemente.
Bástenos saber, que para Aquel que hizo
el mundo, nada es imposible. No pretendemos ir más allá de lo expresado en el Credo:
"Jesucristo fue concebido por obra
y gracia del Espíritu Santo, y nació de la virgen María.”
Observemos la conducta de José que estos
versículos describen. Es un bello ejemplo de piadosa discreción, y de
consideración delicada para con nuestros
prójimos. El vio la apariencia de maldad en la que era desposada; mas no
obró con precipitación, sino esperó pacientemente para ver con claridad la
senda del deber. En sus oraciones, con
toda probabilidad, expuso el caso ante Dios. "El que cree no se apresure".
Isaías 28.16.
La paciencia de José fue recompensada
benignamente. Recibió un mensaje directo de Dios, sobre el asunto que causaba
su ansiedad, y de una vez fue librado de
todos sus temores. ¡Cuán bueno es servir a Dios! ¿Quién Le confió alguna vez
sus cuidados en oración fervorosa, y vio después que no correspondió a Sus promesas? "Reconócele en todas tus
acciones, y El dirigirá tus pasos". Prov. 3.6
Notemos los dos nombres en estos
versículos se dan al Señor. Uno es Jesús: el otro Emmanuel. Uno describe Su
misión: el otro Su naturaleza. Ambos son
sumamente interesantes. El nombre Jesús dignifica "Salvador,"
lo mismo que Josué en el Antiguo Testamento. Se da nuestro Señor, a causa de
que salva a Su pueblo de sus pecados.
Esta es Su especial misión. Los redime del delito que el pecado implica,
lavándolos en Su sangre expiatoria. Los redime del dominio del pecado, introduciendo en sus almas el
Espíritu santificador. Los salva de la presencia del pecado, cuando los lleva a
este mundo a descansar con El en la
Gloria. Los salvará de todas las consecuencias del pecado, y cuando en
el último día les dé un cuerpo glorioso. ¡Dichoso y santo el pueblo de Cristo!
Está purificado de delito, por la sangre
del Redentor, y se ha hecho idóneo para el cielo, por su Espíritu. Esta es
salvación. El que se adhiere al pecado, no está
salvo todavía.
Jesús en un nombre que inspira muchísimo
consuelo a los pecadores agobiados de aflicciones. El que es Rey de reyes, y
Señor de señores, pudo haber tomado,
legítimamente, algún nombre más pomposo. Mas El no obra así.
Los gobernadores de este mundo se han
dado a sí mismos, con frecuencia, los dictados de Grandes, Conquistadores,
Atrevidos, Magníficos y otros semejantes.
El Hijo de Dios se contenta con
nombrarse Salvador. Las almas que desea la salvación pueden acercarse al Padre con intrepidez y
confianza en virtud de la mediación de Cristo. "Dios no ha enviado a Su
Hijo al mundo para condenar al mundo,
sino para que se salve el mundo por medio de Él". Juan 3.17 Jesús
es un nombre peculiarmente dulce y precioso para los creyentes. Les ha sido
propicio, cuando el favor de los príncipes y reyes les habría sido indiferente. Ese nombre les ha dado lo que no
puede conseguirse con el dinero: la paz interior. Ha aliviado sus conciencias
abrumadas y devuelto el reposo a sus
corazones agitados. El Cantar de Salomón revela los sentimientos de muchos
cuando dice: "Tu nombre es como bálsamo derramado." Cant. 1.3. Feliz
el que no confía solamente en nociones
vagas de la misericordia y bondad de Dios, sino en "Jesús.
Es apenas menos interesante el otro
nombre dato a Jesús en estos versículos que el que acabamos de explanar. Dásele
a nuestro Señor por su naturaleza, que es
la de "Dios manifiesto en la carne". Se Le llama Emmanuel,
"Dios con nosotros". Cuidemos de tener nociones claras de la
naturaleza y persona de nuestro Señor
Jesucristo. Este es un punto de suma importancia. Debemos fijar firmemente en
nuestras mentes la verdad de que nuestro Salvador es tan perfecto hombre como perfecto Dios y tan perfecto Dios
como perfecto hombre. Si de una vez perdemos de vista esta gran verdad
fundamental, podemos incurrir en
terribles herejía. El nombre Emmanuel incluye en si todo el misterio.
Jesús es "Dios con nosotros". Él
tuvo en todo una naturaleza como la
nuestra, exceptuando solamente el
pecado. Pero aunque Jesús estuvo con nosotros en carne y sangre humana, era al
mismo tiempo verdadero Dios.
Leyendo los Evangelios, vemos a menudo
que nuestro Salvador estuvo cansado, hambriento y sediento; que lloró, suspiró
y sintió dolor como cualquiera de
nosotros. En todo esto vemos "al hombre" Cristo Jesús. Vemos
la naturaleza que asumió cuando nació de la virgen María.
Mas también veremos en los mismos
Evangelios, que nuestro Salvador penetraba los pensamientos y corazones de los
hombres; que tenía poder sobre los
demonios; que con una sola palabra hizo los más portentosos milagros;
que los ángeles le sirvieron, que permitió a uno de sus discípulos llamarle "mi
Dios", y que dijo "Antes que
Abrahán fuera, Yo soy", y "Yo y mi Padre somos uno" En todo esto
vemos al "eterno Dios" Vemos a Cristo "que es Dios sobre todas
las cosas, bendito por los siglos"
Rom. 9.5 ¿Querríais tener un cimiento firme en que estribar vuestra fe y
vuestra esperanza? Tened siempre presente la divinidad de nuestro Salvador.
Aquel en cuya sangre habéis sido
enseñados a confiar, es Dios Todopoderoso. Suyo es todo poder en el cielo y en
la tierra. Nadie puede arrebataros de Su mano. No se turben vuestros corazones ni tengáis zozobra,
si sois verdaderos creyentes en Jesús.
¿Querríais tener un dulce consuelo en
los sufrimientos y en las pruebas de la vida? Tened siempre presente la
"humanidad" de vuestro Salvador. Él es el hombre Cristo Jesús, que cuando niño reposó
en el seno de la virgen María y conoce el corazón del hombre. Puede
compadecerse de nosotros en nuestras
flaquezas, pues ha experimentado en Si Mismo las tentaciones de Satanás;
ha sufrido hambre; ha derramado lágrimas; ha sentido dolor. Confiadle
vuestros pesares en todas ocasiones: Él
no os despreciará. Abridle vuestro corazón en la oración, y nada le ocultéis. Él
puede compadecerse de su pueblo.
Que penetren profundamente estas
reflexiones en vuestras almas. Bendigamos a Dios por las verdades
consoladoras contenidas en el primer
capítulo del Nuevo Testamento. Nos da a conocer su Ser que "salva a su
pueblo de sus pecados".
Mas esto no es todo: nos hace saber que
este Salvador es "Emmanuel", verdadero Dios, y no obstante, Dios con
nosotros.
Dios manifiesto en carne humana, lo
mismo que la nuestra. Estas son alegres nuevas, en verdad. Por la fe y con
acciones de gracias alimentemos nuestros
corazones con estas verdades.
El nombre Jesús (sinónimo del nombre
Hebreo Josué) significaba “YHWH salva” “YHWH trae salvación” o “YHWH es
Salvador” (debió suprimirse algún VERBO, véase Lucas 1:31).
El nombre de YHWH significa:
1. Expresa a la deidad del pacto hecho con
Dios, ¡Dios como Salvador, el Redentor! Los seres humanos han quebrantado los
pactos, pero Dios es fiel a Su palabra, promesa, pacto (véase Salmos103).
El nombre se menciona por primera vez en
combinación con Elohim en Génesis 2:4. En Génesis 1-2 no hay dos relatos de la
creación, pero se destacan dos aspectos: (1) Dios como el creador del universo
(físico) y (2) Dios como el especial creador de la humanidad. A partir de
Génesis 2:4 empieza la revelación especial acerca de la posición de privilegio
y el propósito de la humanidad, ligado al problema del pecado y la rebelión
asociado con esta posición.
2. Génesis 4:26 dice que "los hombres
comenzaron a invocar el nombre del SEÑOR" (YHWH). Sin embargo, Éxodo 6:3 establece
que los primeros implicados en el pacto (los Patriarcas y sus familias)
conocían a Dios sólo como El Shaddai.
El nombre de YHWH se explica sólo una
vez en Éxodo 3:13-16, especialmente versículo 14. Sin embargo, los escritos de
Moisés a menudo se interpretan palabra por palabra como una popular obra de
teatro, no según su etimología (véase Génesis 17:5; 27:36; 29:13-35). Hay
varias teorías en cuanto al significado de este nombre (tomado del IDB, Volumen
2, páginas 409-11) como procedente:
a. de la raíz Árabe para "mostrar
el amor ferviente"
b. de raíz Árabe para "soplar"
(YHWH como Dios de la tormenta)
c. de la raíz Ugarítica (cananea) raiz
" hablar"
d. de una inscripción Fenicia, un
PARTICIPIO CAUSATIVO que significa "Aquél que sostiene", o "El
que establece"
e. de la forma Hebrea Qal "Aquél
que es" o "El que está presente" (en el sentido de futuro, “el
que ha de ser ")
f. de la forma Hebrea Hiphil "El
que provoca que sea"
g. de la raíz Hebrea "vivir"
(ejemplo: Génesis 3:20), con el significado de "el que vive siempre, el
Único viviente"
h. según el contexto de Éxodo 3:13-16 es
un juego de la forma IMPERFECTA utilizado en un sentido PERFECTO, “voy a seguir
siendo lo que solía ser”o “voy a seguir siendo lo que siempre he sido”
A menudo el nombre completo de YHWH se
expresa en la abreviatura o posiblemente sea su forma original.
(1) Yah (Hallelu - yah)
(2) Yahu (nombres, Isaías)
(3) Yo (nombres, Joel)
3. En el Judaísmo posterior este nombre
del pacto llegó a ser tan santo (el tetragrámaton) que los Judios temian romper
el mandamiento de Éxodo. 20:7, Deuteronomio 5:11; 6:13 por pronunciarlo. Por lo
tanto, ellos sustituyeron el término Hebreo por "dueño",
"maestro", "marido" "Señor"-adon o adonai- (mi señor).
Cuando aparecía el nombre de YHWH durante la lectura de los textos del Antiguo
Testamento, ellos lo pronunciaban como "Señor". Esta es la razón por
la que YHWH se identifica como SEÑOR en traducciones Inglesas.
4. Al igual que con El, a menudo YHWH se
combina con otros términos para enfatizar ciertas características del Dios del Pacto
de Israel. Si bien hay muchas combinaciones posibles de los términos, he aquí
algunas:
a. YHWH - Yireh (YHWH proveerá), Génesis
22:14
b. YHWH - Rophekha (YHWH es tu sanador),
Éxodo 15:26
c. YHWH - Nisi (YHWH es mi estandarte),
Éxodo 17:15
d. YHWH - Meqaddishkem (YHWH el que os
santifica), Éxodo 31:13
e. YHWH - Shalom (YHWH es la Paz),
Jueces 6:24
f. YHWH - Sabbaoth (YHWH de los
ejércitos), 1ra. Samuel 1:3,11, 4:4, 15:2; a menudo en los Profetas)
g.
YHWH – Ro´I (YHWH es mi pastor), Salmos 23:1
h.
YHWH - Sidqenu (YHWH es nuestra justicia), Jeremías 23:6
i.
YHWH – Shammah (YHWH está allí), Ezequiel. 48:35
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