} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ENTENDER CON MENTE NUEVA

martes, 15 de diciembre de 2020

ENTENDER CON MENTE NUEVA

 

 

Mar 2:21  Nadie echa un remiendo de paño sin encoger en un vestido viejo; porque, si no, el remiendo nuevo tiraría de lo viejo y el desgarrón se haría mayor.

Mar 2:22  Tampoco echa nadie vino nuevo en odres viejos; porque, si no, el vino rompería los odres, y el vino y los odres se perderían. [El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos].»

 

Jesús sabía muy bien que había venido con un mensaje alucinantemente nuevo; y también sabía que su manera de hablar era alucinante, diferente de la de un rabino ortodoxo. También sabía lo difícil que les era a las mentes aceptar y retener una verdad nueva; y usa aquí dos ilustraciones para mostrar lo necesario que es tener una mente nueva.

Nadie tuvo jamás un don comparable al de Jesús descubrir y utilizar ilustraciones hogareñas. Una y otra encuentra en las cosas sencillas caminos e indicadores apuntan a Dios. No ha habido nadie tan experto en guiar «aquí y ahora» al «allí y entonces.» Para Jesús " la Tierra es henchida de Cielo.» Jesús vivía tan cerca de Dios que todo hablaba de Dios.

Dondequiera que Jesús fijaba la mirada veía un destello de Dios.

(i) Jesús nos habla aquí del peligro de coser un remiendo de tela nueva en una ropa vieja. La palabra que se usa aquí quiere decir que la tela nueva no se había lavado nunca, y por tanto no había encogido; así que, cuando la ropa se mojó por la lluvia o por lo que fuera, el remiendo encogió, y como era mucho más fuerte que la tela vieja, la rasgó todavía más. Llega un momento cuando ya no se pueden seguir poniendo parches y hay que plantearlo todo de nuevo. En los tiempos de Lutero ya no era posible remendar más los abusos de la Iglesia Católica Romana. Había llegado el momento de la Reforma. En tiempos de John Wesley, por lo menos para él, el tiempo de remendar la Iglesia de Inglaterra había pasado. No quería salirse, pero al final tuvo que hacerlo, porque sólo una nueva manera de vivir la vida cristiana podía bastar. Puede ser que haya veces que tratemos de  poner parches, cuando lo que se necesita es prescindir totalmente de lo viejo y aceptar totalmente lo nuevo,

 

(ii) El vino se guardaba en odres. Cuando los odres eran nuevos tenían una cierta elasticidad; pero al hacerse viejos se ponían duros y no cedían. El vino nuevo está todavía fermentando; produce gases; estos gases producen presión; si el odre es nuevo cede a la presión, pero si es viejo y duro y seco se revienta, y el vino y el odre se pierden irremisiblemente. Jesús estaba recomendando una cierta elasticidad de mente. Es fatalmente fácil plantarse en las cosas viejas.

Lo que quería decir era que cuando nuestras mentes se fijan y establecen y adoptan posturas inmovilistas, cuando se vuelven incapaces de aceptar nuevas verdades y de contemplar nuevas posibilidades, puede que estemos físicamente vivos, pero estamos mentalmente muertos.

Conforme nos vamos haciendo más viejos, casi todos desarrollamos un rechazo instintivo de todo lo que es nuevo y no nos resulta familiar. Nos volvemos reacios a hacer cualquier ajuste en nuestros hábitos y formas de vida.

Lesslie Newbigin, que estuvo implicado en las discusiones que dieron origen a la Iglesia Unida de la India del Sur, nos cuenta que una de las cosas que más detenían las cosas era que algunos no hacían más que preguntar: «Pero, si hacemos eso, ¿adónde vamos a parar?» Al final, alguien tenía que decir tajantemente: "El cristiano no tiene derecho a preguntar adónde va.» Abraham salió sin saber adónde iba (Heb_11:8 ). Hay un gran versículo en ese mismo capítulo de Hebreos: «Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre el extremo de su bastón» (Heb_11:21 ). Con el aliento de la muerte ya sobre él, el viejo viajero todavía tenía el bordón de peregrino en la mano. Hasta el fin del día, con el ocaso a la vista, seguía dispuesto a emprender el camino. Si vamos a ponernos de veras a la altura del desafío cristiano debemos conservar la mente aventurera.  

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