Juan 5:24 (Jesús dijo) De
cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene
vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Apocalipsis 20:15 Y el que no se halló
inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
La
"vida eterna" (vivir para siempre con Dios) comienza cuando uno
acepta a Jesucristo como Salvador y Señor. En ese momento, se inicia la nueva
vida dentro de uno. Constituye una obra total. Todavía uno ha de enfrentarse a
la muerte física, pero cuando Cristo vuelva, nuestro cuerpo resucitará para
vivir por siempre.
Nuestro
Señor declara su autoridad y carácter como Mesías. Iba a llegar el tiempo en
que los muertos oirían su voz como Hijo de Dios y vivirían. Nuestro Señor se
refiere a que, por el poder de su Espíritu, primero levanta a una vida nueva a
los que estaban muertos en pecado y, luego, levanta a los muertos desde sus
sepulcros. El oficio de Juez de todos los hombres puede ser ejercido sólo por
Quien tenga todo el conocimiento y el poder omnipotente. Creamos nosotros su
testimonio: así, nuestra fe y esperanza serán en Dios y no entraremos en
condenación. Que su voz llegue a los corazones de los que están muertos en
pecado, para que puedan hacer las obras del arrepentimiento, y prepararse para
el día solemne.
Nadie
es tan vil que no tenga talentos de los cuales debe rendir cuentas; y nadie es
tan grande que pueda eludir la rendición de cuentas. No sólo los que estén
vivos cuando venga Cristo, sino todos los muertos. Hay un libro de memorias
para el bien y el mal; y el libro de la conciencia de los pecadores, aunque
antes secreto, entonces será abierto. Cada hombre recordará todos sus actos
pasados, aunque muchos los hayan olvidado hace largo tiempo.
Otro
libro será abierto, el libro de las Escrituras, la regla de vida; representa el
conocimiento del Señor sobre su pueblo y sus declaraciones del arrepentimiento,
la fe y las buenas obras de ellos; mostrando las bendiciones del nuevo pacto.
Los hombres serán justificados o condenados por sus obras; él probará sus
principios por sus prácticas. Los justificados
por fe en Jesucristo serán justificados y absueltos por el Juez y
entrarán a la vida eterna, no teniendo que temer más la muerte, el infierno o a
los hombres malos, porque ellos serán destruidos todos juntos. Esta es la
segunda muerte, la separación final de los pecadores de Dios.
Que
sea nuestro gran afán ver si nuestras Biblias nos justifican cuando creemos en
Jesucristo o condenan ahora; porque Cristo juzgará los secretos de todos los
hombres conforme al evangelio.
¿Quién
habitará con las llamas devoradoras?
La
muerte y el Hades son lanzados al lago de fuego. Ha terminado el juicio de
Dios.
El
lago de fuego es el destino final de todo lo impío: Satanás, la bestia, el
falso profeta, los demonios, la muerte, el Hades y todos aquellos cuyos nombres
no han sido inscritos en el libro de la vida porque no pusieron su fe en
Jesucristo. La visión de Juan no permite ninguna transigencia en el juicio de
Dios. Si por la fe no nos hemos identificado con Cristo, confesándolo
como Salvador y Señor, no habrá esperanza alguna, ninguna segunda oportunidad,
ninguna otra apelación.
Tú
que lees esto, no esperes más. Ponte a cuentas con Dios por medio de su Hijo
Jesucristo, sino ya sabes donde vas a pasar tu vida en la eternidad:en el lago
de fuego.
¡Maranatha!
¡Si, ven Señor Jesús!