Josué
5:13 Estando
Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y
vio un varón que estaba delante de él,
el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué,
yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de
los nuestros, o de nuestros enemigos?
14 El respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he
venido ahora. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró;
y le dijo: ¿Qué dice mi Señor a su siervo?
15 Y el Príncipe del ejército de Jehová
respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo.
Josué 6:1 Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada,
a causa de los hijos de Israel;
nadie entraba ni salía.
2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su
rey, con sus varones de guerra.
3 Rodearéis,
pues, la ciudad todos los hombres
de guerra, yendo alrededor de la ciudad
una vez; y esto haréis durante seis
días.
4 Y siete sacerdotes llevarán siete bocinas de
cuernos de carnero delante del arca; y
al séptimo día daréis siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas.
5 Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de
carnero, así que oigáis el sonido de la
bocina, todo el pueblo gritará a gran
voz, y el muro de la ciudad caerá; entonces subirá el pueblo, cada uno derecho hacia adelante.
Josué
6:21 Y
destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas,
y los asnos.
Ahí se le pareció a Josué, Jesús como hombre para que se notara. Este
Hombre era el Hijo de Dios, el Verbo eterno. Josué le rindió honores divinos:
Él los aceptó, cosa que un ángel creado no hubiera hecho, y Él es llamado
Jehová. Apareció como viajero a Abraham; a Josué, como un guerrero.
Cristo será para cada uno de nosotros según lo necesite nuestra fe.
Cristo tenía su espada en la mano, desenvainada, enseñando que estaba
listo para la defensa y salvación de su pueblo. La espada giraba en todo
sentido. Josué sabrá si Él es amigo o enemigo. La causa entre israelitas y
cananeos, entre Cristo y Belcebú, no permite que ningún hombre rehuse ponerse a
favor de uno u otro bando, como podría hacer en las contiendas del mundo. La
pregunta de Josué demuestra un deseo fervoroso de conocer la voluntad de Cristo
y una grata disposición y resolución para hacerla.
Todos los cristianos verdaderos debemos pelear bajo la bandera de
Cristo, y venceremos por su presencia y ayuda.
Aunque Josué era el líder de Israel, todavía estaba sometido a Dios,
el Líder absoluto. El temor reverente y el respeto son reacciones propias ante
un Dios santo. ¿Cómo podemos demostrar respeto hacia Dios? Con nuestras
actitudes y acciones. Debemos reconocer el poder, la autoridad y el amor
profundo de Dios. Nuestras acciones deben demostrar nuestras actitudes delante
de los demás. El respeto a Dios es tan importante hoy como lo fue en los
tiempos de Josué, aunque ahora no se acostumbre a quitarse uno el zapato para
demostrarlo.
La ciudad
de Jericó, construida miles de años antes de que naciera Josué, era una de las
ciudades más antiguas del mundo. En algunas partes tenía muros fortificados que
medían hasta 7.50 m de alto y 6 m de ancho. Los soldados que montaban guardia
encima de los muros podían observar muchos kilómetros a la redonda. Jericó era
un símbolo de poder y fuerza militar, y los cananeos la consideraban
invencible.
Israel atacaría esta ciudad primero, y su destrucción haría que
cundiera el pánico en Canaán. Los cananeos vieron al Dios de Israel como un
dios de la naturaleza porque dividió el Jordán y como un dios de la guerra porque
derrotó a Sehón y a Og.
Pero los cananeos no lo consideraban un "dios de fortaleza"
que podía conquistar una ciudad amurallada. La derrota de Jericó demostró que
el Dios de Israel no sólo era superior a los dioses de los cananeos, sino que
también era invencible.
¿Por qué
le dio el Señor a Josué todas estas instrucciones complicadas para la batalla?
Hay varias respuestas posibles: (1) Dios quería asegurar que fuera claro e
innegable que la batalla dependería de El, y no de las armas o destrezas de
Israel. Por eso los sacerdotes que llevaban el arca iban delante de los
israelitas a la batalla, y no los soldados. (2) El método de Dios de tomar la
ciudad aumentó el terror que ya se sentía en Jericó. (3) Esta extraña maniobra
militar fue una prueba de la fe de los israelitas y su disposición a seguir a
Dios plenamente. El sonar de las trompetas tenía un significado especial. Ellos
habían recibido instrucciones de usar en la batalla las mismas trompetas que
usaban en sus festividades religiosas. Esto era para recordarles que su
victoria vendría del Señor, no de su poderío militar.
¿Por qué exigió Dios que los israelitas destruyeran a casi todos y
todas las cosas en Jericó? Dios estaba aplicando un severo castigo a los
cananeos por su maldad. Este juicio, o proscripción, regularmente
requería que todo se destruyera. A causa de sus costumbres perversas y su gran
idolatría, los cananeos constituían una fortaleza de rebelión contra Dios. Era
necesario arrancar aquella amenaza a la vida recta que Dios requería. Si no,
afectaría a todo Israel como un cáncer. Sólo se salvaron unas cuantas personas
y algunos artículos en Jericó, pero esto fue un caso especial. Rahab y su casa
se salvaron porque tuvo fe en Dios y ayudó a los espías israelitas. Se
conservaron la plata, el oro y los artículos de bronce y hierro, no para
enriquecer a la gente, sino para embellecer el tabernáculo y los servicios del
mismo.
El propósito de Dios en todo esto fue mantener sin contaminación la fe
y religión del pueblo. No quería que el botín recordara a Israel las costumbres
de los cananeos.
Dios desea la pureza en todos nosotros de igual manera. Quiere que
arreglemos nuestra conducta cuando comenzamos una nueva vida con El. No debemos
permitir que el deseo de ganancias personales nos distraiga de nuestro
propósito espiritual. También debemos rechazar cualquier objeto que nos
recuerde una vida de rebelión contra Dios.