Mateo 5:42 Al que te
pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses. (La
Biblia Casiodoro de Reina 1569)
Dice La Biblia de las Américas: "y al que
desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda". Lucas_6:30,
"A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas
que te lo devuelva". Dice La Biblia de las Américas: "y al que te
quite lo que es tuyo, no se lo reclames".
En estos preciosos textos Jesús nos enseña la bondad y la
generosidad, características divinas. Es necesario que seamos generosos y
bondadosos para ser "hijos (imitadores) de Dios".
¿Dar y prestar a todo el mundo?
No hay conflicto entre enseñanzas bíblicas. Es
necesario estudiar con cuidado para siempre ver la armonía entre ellas. Este
texto no contradice otros que requieren el empleo de buen juicio en dar y
ayudar a otros.
2Tesalonicenses_3:1-18 enseña que no se debe ayudar a
aquellos que no quieren trabajar. El versículo 6, "que os apartéis de todo
hermano que ande desordenadamente", y el versículo 11 lo aclara, "no
trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno". En el versículo 8
Pablo dice, "ni comimos de balde el pan de nadie". El versículo 10
concluye, "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma". Este texto
claramente pone límite sobre el ayudar a otros.
Efesios_4:28, 1Tesalonicenses_4:11-12,
Pablo requiere que todos trabajen. "El que hurtaba, no hurte
más, sino trabaje... para que tenga qué compartir con el que padece necesidad".
1Timoteo_5:8, "si alguno no provee para los
suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un
incrédulo". El deber de cuidar de la propia familia es otro factor que se
debe considerar. El discípulo de Cristo debe ser generoso, pero no debe
descuidar a su propia familia.
La
Biblia enseña la benevolencia en muchos textos.
El Antiguo Testamento:
Deuteronomio_15:7-11, no endurecer el corazón, ni cerrar la
mano contra tu hermano pobre, no ser de mezquino corazón, abrir la mano al
menesteroso. Éxodo_22:25; Levitico_25:35-46; Deuteronomio_23:19-20.
Estos textos prohíben la usura. "Cuando prestares dinero a uno de mi
pueblo, al pobre que está contigo... no le impondrás usura".
El Nuevo
Testamento:
(1). Lucas_6:32-36 es un texto muy significativo sobre este
tema.
(2). Santiago_1:26-27,
"Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones". Este
deber identifica "la religión pura y sin mácula". Los hermanos
liberales abusan de este texto para comprometer a la iglesia y los fondos de la
iglesia, pero el contexto indica claramente que Santiago se refiere a los
deberes de cada cristiano. Los siguientes versículos: el 22, "sed
hacedores"; el 23 "si alguno..."; el 24 "él que se
considera"; el 26, "si alguno..."; entonces el 27 que termina
diciendo, "y guardarse sin mancha del mundo". Estos textos claramente
indican el deber individual. Por eso, es obvio que los hermanos
liberales obran en contra del propósito de Santiago quien enfatiza el deber
individual en la benevolencia.
(3). Santiago_2:14-17; 1Juan_3:17-18,
los desnudos y los que tienen necesidad del mantenimiento de cada día.
Necesitan ayuda y no palabras.
(4). Mateo_25:35-45, Jesús
mismo dice, "tuve hambre... tuve sed... fui forastero... estuve desnudo...
enfermo... en la cárcel", identificándose con sus discípulos necesitados. El
galardón del discípulo de Cristo depende de su actitud para con sus hermanos
necesitados.
(5). Muchos otros textos se refieren a la benevolencia
congregacional (Hechos_17:27-30; Romanos_15:25-28; 1Corintios_16:1-4;
2Corintios_8:1-24; 2Corintios_9:1-15), pero es error citar textos que
enseñan los deberes del cristiano individual y afirmar que son deberes de la
congregación.
El
"prestar" enseñado por Cristo significa dar.
Lucas_6:30-35, "y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo
devuelva... Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué
mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para
recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad,
no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos
del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos".
El propósito de
esta enseñanza es para crucificar el egoísmo. Pablo dice, (Filipenses_2:4), "No mirando cada uno por lo suyo
propio, sino cada cual también por lo de los otros".
Hechos_20:35 da
el resumen de la enseñanza: "Más bienaventurado es dar que recibir".
En la conclusión están unas palabras que sirven de
compendio y que tienen a la vista otros dos casos concretos: no rehuyas al que
te pide, y no rechaces al que quiere obtener de ti un préstamo. ¿Hay que
olvidar aquí toda precaución y prudencia? ¿Hay que convertirse en la pelota de
juego de los antojos ajenos y en la cabeza de chorlito aprovechada
frívolamente? No es posible que se aluda a esta solución. En todos estos casos
lo importante no es el ejemplo dilucidante, sino la verdad indicada en el
ejemplo. Esta verdad es que no se tomen represalias contra el malvado. Las
represalias pueden provenir de cobardía inepta, de debilidad innata y del
complejo de inferioridad, quizás incluso de engreimiento y arrogancia, que no
quieren descender al nivel del otro. Jesús no alude a todo eso, sino a la nueva
manera de pensar, al sentimiento del amor, que se contrapone enérgicamente al
mal y exige sumo dominio de sí mismo. El propio Jesús ha contestado al que le
había pegado: «Y si hablé bien, ¿por qué me pegas?» (Juan_18:23).
No se pretende una renuncia sistemática del propio derecho y de la propia
honra, mucho menos un nuevo ordenamiento jurídico de la vida pública, sino el
sentimiento más elevado, la «justicia que supere la de los escribas y
fariseos». Es lo mismo que dice el apóstol san Pablo a los Romanos: «No te
dejes vencer por el mal, sino vence al mal con el bien» (Romanos_12:21).
¡Maranatha!
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