} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EL SERMÓN DEL MONTE 19

lunes, 27 de febrero de 2017

EL SERMÓN DEL MONTE 19


Mateo 5:42  Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehúses. (La Biblia Casiodoro de Reina 1569)


  Dice La Biblia de las Américas: "y al que desee pedirte prestado no le vuelvas la espalda". Lucas_6:30, "A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva". Dice La Biblia de las Américas: "y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames".
En estos preciosos textos Jesús nos enseña la bondad y la generosidad, características divinas. Es necesario que seamos generosos y bondadosos para ser "hijos (imitadores) de Dios".

             ¿Dar y prestar a todo el mundo?

  No hay conflicto entre enseñanzas bíblicas. Es necesario estudiar con cuidado para siempre ver la armonía entre ellas. Este texto no contradice otros que requieren el empleo de buen juicio en dar y ayudar a otros.
2Tesalonicenses_3:1-18 enseña que no se debe ayudar a aquellos que no quieren trabajar. El versículo 6, "que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente", y el versículo 11 lo aclara, "no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno". En el versículo 8 Pablo dice, "ni comimos de balde el pan de nadie". El versículo 10 concluye, "Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma". Este texto claramente pone límite sobre el ayudar a otros.
  Efesios_4:28, 1Tesalonicenses_4:11-12, Pablo requiere que todos trabajen. "El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje... para que tenga qué compartir con el que padece necesidad". 1Timoteo_5:8, "si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo". El deber de cuidar de la propia familia es otro factor que se debe considerar. El discípulo de Cristo debe ser generoso, pero no debe descuidar a su propia familia.

              La Biblia enseña la benevolencia en muchos textos.

El Antiguo Testamento:
Deuteronomio_15:7-11, no endurecer el corazón, ni cerrar la mano contra tu hermano pobre, no ser de mezquino corazón, abrir la mano al menesteroso. Éxodo_22:25; Levitico_25:35-46; Deuteronomio_23:19-20. Estos textos prohíben la usura. "Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo... no le impondrás usura".

 El Nuevo Testamento:
 (1). Lucas_6:32-36 es un texto muy significativo sobre este tema.
(2). Santiago_1:26-27, "Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones". Este deber identifica "la religión pura y sin mácula". Los hermanos liberales abusan de este texto para comprometer a la iglesia y los fondos de la iglesia, pero el contexto indica claramente que Santiago se refiere a los deberes de cada cristiano. Los siguientes versículos: el 22, "sed hacedores"; el 23 "si alguno..."; el 24 "él que se considera"; el 26, "si alguno..."; entonces el 27 que termina diciendo, "y guardarse sin mancha del mundo". Estos textos claramente indican el deber individual. Por eso, es obvio que los hermanos liberales obran en contra del propósito de Santiago quien enfatiza el deber individual en la benevolencia.
(3). Santiago_2:14-17; 1Juan_3:17-18, los desnudos y los que tienen necesidad del mantenimiento de cada día. Necesitan ayuda y no palabras.
(4). Mateo_25:35-45, Jesús mismo dice, "tuve hambre... tuve sed... fui forastero... estuve desnudo... enfermo... en la cárcel", identificándose con sus discípulos necesitados. El galardón del discípulo de Cristo depende de su actitud para con sus hermanos necesitados.
(5). Muchos otros textos se refieren a la benevolencia congregacional (Hechos_17:27-30; Romanos_15:25-28; 1Corintios_16:1-4; 2Corintios_8:1-24; 2Corintios_9:1-15), pero es error citar textos que enseñan los deberes del cristiano individual y afirmar que son deberes de la congregación.

              El "prestar" enseñado por Cristo significa dar.

Lucas_6:30-35, "y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva... Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos".

 El propósito de esta enseñanza es para crucificar el egoísmo. Pablo dice, (Filipenses_2:4), "No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros".
  Hechos_20:35 da el resumen de la enseñanza: "Más bienaventurado es dar que recibir".
           
En la conclusión están unas palabras que sirven de compendio y que tienen a la vista otros dos casos concretos: no rehuyas al que te pide, y no rechaces al que quiere obtener de ti un préstamo. ¿Hay que olvidar aquí toda precaución y prudencia? ¿Hay que convertirse en la pelota de juego de los antojos ajenos y en la cabeza de chorlito aprovechada frívolamente? No es posible que se aluda a esta solución. En todos estos casos lo importante no es el ejemplo dilucidante, sino la verdad indicada en el ejemplo. Esta verdad es que no se tomen represalias contra el malvado. Las represalias pueden provenir de cobardía inepta, de debilidad innata y del complejo de inferioridad, quizás incluso de engreimiento y arrogancia, que no quieren descender al nivel del otro. Jesús no alude a todo eso, sino a la nueva manera de pensar, al sentimiento del amor, que se contrapone enérgicamente al mal y exige sumo dominio de sí mismo. El propio Jesús ha contestado al que le había pegado: «Y si hablé bien, ¿por qué me pegas?» (Juan_18:23). No se pretende una renuncia sistemática del propio derecho y de la propia honra, mucho menos un nuevo ordenamiento jurídico de la vida pública, sino el sentimiento más elevado, la «justicia que supere la de los escribas y fariseos». Es lo mismo que dice el apóstol san Pablo a los Romanos: «No te dejes vencer por el mal, sino vence al mal con el bien» (Romanos_12:21).


¡Maranatha!

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