1Co 1:21 Ya
que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura
de la predicación, a los que creen.
1Co 1:22
Los judíos piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría,
1Co 1:23
mientras que nosotros predicamos
a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos, y
es locura para los gentiles,
1Co 1:24
pero para los que Dios ha llamado,
lo mismo judíos que gentiles, Cristo es
el poder de Dios y la sabiduría de Dios.
1Co 1:25
Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la
debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana.
1Co 1:26
Hermanos, consideren su propio llamamiento: No muchos de ustedes son
sabios, según criterios meramente humanos; ni son muchos los poderosos ni
muchos los de noble cuna.
1Co 1:27
Pero Dios escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y
escogió lo débil del mundo para avergonzar a los poderosos.
1Co 1:28
También escogió Dios lo más bajo y despreciado, y lo que no es nada,
para anular lo que es,
1Co 1:29 a
fin de que en su presencia nadie pueda jactarse.
1Co 1:30
Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha
hecho nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y
redención—
1Co 1:31
para que, como está escrito: «Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe
en el Señor.»
(Nueva Versión internacional
1999)
Esta carta es mencionada más frecuentemente y con mayor
anterioridad que ningún otro escrito del apóstol Pablo, lo cual habla de la
importancia de la carta y de su utilidad.
En el Fragmento Muratorio, el cual contiene una lista de los
libros canónicos de Roma (año 200 D. de C.), se menciona como la primera carta
de las escritas por el apóstol Pablo, lo cual habla nuevamente de la
importancia de la carta.
Pablo hace una distinción en esta carta práctica entre su
opinión personal y los mandamientos del Señor Jesucristo. Sin embargo, esto es
debido a su conocimiento de las enseñanzas de Jesús referente a algún tema
específico. Si él pudiera hablaría las palabras de Cristo. Pablo creía que sus
opiniones eran también inspiradas y autoritativas.
El principio que guía a Pablo para el compañerismo de la
iglesia es que la libertad de los creyentes en lo individual, a la vez que la
responsabilidad corporativa, esta basada no en la ley, sino en el amor. La
salud y el crecimiento de la iglesia como grupo está por encima de cualquier
preferencia o privilegio personal.
Esta carta (juntamente con la de 2 Corintios) nos permite
dar un vistazo a la iglesia del Nuevo Testamento, su estructura, métodos y
mensaje. Sin embargo, y al mismo tiempo, debe recordarse que ésta es una
iglesia problemática y atípica.
La fecha de la visita de Pablo a Corinto ha sido determinada
por la inscripción del Emperador Claudio encontrada en Delfi, la cual data del
periodo de gobierno como procónsul de Galio comenzando en Julio del año 51 D.
de C. (Hechos 18:12-17), lo cual haría la fecha de la llegada de Pablo
aproximadamente en el año 49-50 D. de C.
La fecha de la carta de Pablo sería entonces ubicada a
mediados de los años 50 D. de C. El la escribió desde Éfeso donde él ministró
entre dos (Hechos 19:10) ó tres años (Hechos 20:34).
Ya
que Dios, en su sabio designio
Esta puede ser una referencia a Proverbios 8:22-31, como lo
es Juan 1:1-5,9-14. También se refiere al plan de Dios para redimir a la
humanidad caída. La redención fue planeada en el corazón de Dios antes de la
creación (Mt. 25:34; Hechos 2:23; 3:18; 4:28; 13:29; Ef. 1:4; 1Pe. 1:19-20; Ap.
13:8). Este plan incluía:
Un conocimiento
anticipado de la caída de la humanidad
La incapacidad de parte
de la humanidad de hacer la voluntad de Dios ( Deum. 31:27-29; Josué 24:19; Gál. 3)
La provisión de Dios a
través de Jesucristo (el nuevo pacto, Jer.
31:31-34)
La invitación a judíos y
a gentiles por la fe en Cristo (Ef.
2:11-3:13)
Estos versículos contienen una razón que prueba el
enamoramiento de los hombres, con respecto a "la sabiduría de Dios";
por lo cual puede entenderse que Cristo, que es la sabiduría de Dios, estaba en
el mundo y, sin embargo, el mundo de los judíos y sus principales Rabbins entre
ellos, con toda su sabiduría, ni lo conocían ni a Dios su Padre; o el
Evangelio, que también se llama así, y aunque esto vino, tanto en el mundo
judío como en el gentil, ninguno de ellos, por su sabiduría natural, conocía al
Dios de la gracia, tan claramente revelado en él; o más bien las obras de la
creación, en las cuales hay una muestra tan visible de la sabiduría de Dios;
sin embargo, "el mundo por sabiduría no conocía a Dios"; el autor de
ellos. Los gentiles no lo conocían de ninguna manera espiritual y salvadora,
como en Cristo, o el Dios de toda gracia; sí, no lo conocían como el Dios de la
naturaleza por ser el único, Dios verdadero no lo conocían para glorificarlo
como Dios, o para adorarlo de una manera y manera correcta: por lo tanto…
Tuvo
a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.
"salvar" Este es un AORISTO ACTIVO INFINITIVO seguido de un PRESENTE
ACTIVO PARTICIPIO. Esta es la esencia de la proclamación del evangelio. El término
"salvar" era usado en el AT para referirse a salvación física, pero
en el NT llego a ser usado para referirse a perdón espiritual y aceptación.
Nuestra aceptación ante Dios a través de Jesucristo es un hecho completo, pero
de nuestra parte es una relación de pacto continua. Todos los tratos entre Dios
y los humanos están basados en pactos. Dios siempre toma la iniciativa en los
pactos y pone los requerimientos, pero Dios ha escogido que debemos responder
personalmente y continuar respondiendo.
Era su propósito y decreto dentro de sí mismo; era su
soberana buena voluntad y placer; fue lo que él, sin ningún movimiento o mérito
de la criatura, resolvió por sí mismo desde toda la eternidad que él
"salvaría", no el sabio, el escriba, el disputador de este mundo, el
racionalista, el hablador, ni el trabajador, pero "los que creen" en
su Hijo; que lo miran, se aventuran en él y le confían el cuidado de sus almas,
por débiles, malvados y despreciables que de otra manera puedan ser; o si creen
con una fe débil o fuerte, que así sea, es cierto: la versión etíope dice:
"que creen en esta tonta doctrina"; y esto decidió hacer, e hizo
"por la necedad de la predicación"; o por ese tipo de predicación,
que tanto por eso mismo, Cristo es eso mismo, y la forma de hacerlo, el mundo
considera necedad; y cuáles son las cosas de la gracia del Padre en la
elección, de la gracia del Hijo en la redención y del Espíritu en la
regeneración: así los sabios del mundo, con toda su sabiduría, quedan
ignorantes de Dios y perecen en sus pecados, mientras que el Evangelio que desprecian es el poder de Dios para salvación para
todos los que creen en Cristo; esto, a
través de la gracia eficaz, se convierte en el medio de regenerar y avivar a
los hombres, mostrándoles su necesidad de salvación, y dónde está, y de
trabajar en la fe en ellos para buscarla en Cristo.
Las doctrinas bíblicas relativas a la vida cristiana son
difíciles de explicar porque están presentadas en pares dialécticos típicos del
oriente. Estos pares parecen contradecirse, sin embargo, ambos son bíblicos.
Los cristianos de occidente han preferido escoger una verdad e ignorar o
despreciar la otra verdad por ser opuesta. Permítame dar ejemplos:
¿Es la salvación una decisión inicial de confiar en Cristo?
ó ¿un compromiso de toda la vida a ser un discípulo?
¿Es la salvación una elección a través de la gracia de un
Dios soberano? ó ¿es la respuesta en arrepentimiento y fe a una oferta divina?
¿Es la salvación, una vez que se recibe imposible de perder?
ó ¿hay necesidad de diligencia continua?
El tema y discusión en cuanto a la perseverancia ha sido
continuo a través de la historia de la iglesia. El problema empieza al ver los textos
aparentemente en conflicto del NT:
Textos que hablan de la seguridad de la salvación
Declaraciones de Jesús (Juan 6:37; 10:28-29)
Declaraciones de Pablo (Ro. 8:35-39; Ef. 1:13; 2:5,8-9;
Filip. 1:6; 2:13; 2 Tes. 3:3; 2 Tim. 1:12; 4:18)
Declaraciones de Pedro (1 Juan 6:37)
Textos que hablan de la necesidad de perseverar para ser
salvos
Declaraciones de Jesús (Mt. 10:22; 13:1-9, 24-30; 24:13;
Marcos 13:13; Juan 8:31; 15:4-10; Ap. 2:7,17,20; 3:5,12,21)
Declaraciones de Pablo (Ro. 11:22; 1 Co.15:2; 2 Co. 13:5;
Gá. 1:6; 3:4; 5:4; 6:9; Filip. 2:12; 3:18-20; Col. 1:23)
Declaraciones del autor de Hebreos (2:1; 3:6, 14; 4:14;
6:11)
Declaraciones de Juan (1 Juan 2:6; 2 Juan 9)
Declaraciones del Padre (Ap. 21:7)
La
salvación bíblica resulta del amor, misericordia y gracia de un Dios trino y
soberano. Ninguna ser humano puede ser salvo sin
que primero el Espíritu Santo tome primero la iniciativa (Juan 6:44,65).
La Deidad viene primero y
determina las condiciones, y demanda que los humanos respondamos en fe y
arrepentimiento tanto al inicio como continuamente. Dios trabaja con la
humanidad en una relación de pacto. ¡Hay tanto privilegios como
responsabilidades!
La salvación se ofrece a todos los seres humanos. La muerte
de Jesús soluciona el problema del pecado en la humanidad pecadora. Dios ha provisto un camino y desea que
los que hemos sido hechos a Su imagen respondamos a Su amor y provisión a
través de Jesucristo.
La Biblia habla de dos problemas diferentes en esta área de
la salvación:
(1) Primero, el tomar
la seguridad de la salvación como una licencia para vivir una vida sin fruto y
egoísta y (2) segundo, el animar a aquellos que luchan con pecado en sus vidas
y ministerios. El problema es que grupos equivocados están recibiendo el
mensaje que no es para ellos. Algunos cristianos desesperadamente necesitan
escuchar el mensaje de la seguridad de su salvación, ¡mientras que otros
necesitan escuchar las severas advertencias en cuanto a su salvación! ¿En qué grupo
te encuentras tú?
Pablo se siente orgulloso del hecho de que la mayor parte de
los miembros de la Iglesia fueran la gente más sencilla y humilde que se podía
encontrar en el mundo. No debemos creer que la Iglesia Primitiva estaba formada
exclusivamente por esclavos. En el Nuevo Testamento también se mencionan
convertidos que procedían de los estratos más elevados de la sociedad. Entre
ellos recordamos a Dionisio de Atenas (Hec_17:34), Sergio Paulo, procónsul de
Creta (Hec_13:6-12); las señoras de la nobleza de Tesalónica y Berea (Hec_17:4;
Hec_17:12), y Erasto, tesorero de la ciudad, posiblemente, de Corinto (Rom_16:23).
En el tiempo de Nerón, Pomponia Grecina, la mujer de Plautio, el conquistador
de Britania, fue ejecutada por ser cristiana. En el tiempo de Domiciano, la
segunda mitad del siglo I, Flavio Clemente, que era primo del Emperador,
también fue un mártir cristiano. A finales del siglo II, Plinio, el gobernador
de Bitinia, le escribe al emperador Trajano que los cristianos procedían de
todas las clases sociales. Pero sigue siendo verdad que la gran masa de
cristianos era gente normal y corriente.
Allá por el año 178 d C., Celso escribió uno de los ataques
más amargos que se hayan escrito jamás contra el Cristianismo. Era precisamente
la atracción que ejercía el Cristianismo entre la gente sencilla lo que más
ridiculizaba. Denunciaba que el punto de vista cristiano era: " ¡Que no se
acerque por aquí ninguna persona culta, ni inteligente, ni sensata, porque todo
eso es del diablo! Pero si hay algún ignorante, sin sentido ni cultura, o algún
idiota, ¡que venga sin miedo!» De los cristianos escribía: " Los vemos en
sus casas: tejedores, zapateros y abatanadores; la gente más vulgar y
analfabeta.» Decía que los cristianos eran «enjambre de mosquitos, u hormigas
saliendo a rastras de su hormiguero, o ranas celebrando un simposio en un
pantano, o gusanos en un conventículo de barro.»
Esa era precisamente la gloria del Cristianismo. Había
sesenta millones de esclavos en el imperio romano. A los ojos de la ley, un
esclavo no era más que «una herramienta viva,» es decir, no una persona sino
una cosa. Un amo podía tirar un esclavo viejo como si fuera una azada o una
hoz. Se podía divertir torturando a sus esclavos, o matándolos. Para ellos no
existía la posibilidad del matrimonio; y, si tenían hijos porque al amo le
convenía, eran propiedad del amo como los corderos del rebaño, que no
pertenecían a las ovejas sino al pastor. El Cristianismo convirtió a gentes que
eran cosas en hombres y mujeres de verdad; más aún: en hijos e hijas de Dios.
Dio a los indignos una dignidad propia; a los que no tenían vida personal, la
vida eterna. Les dijo a esas personas que, si no importaban para la sociedad,
sí Le importaban inmensamente a Dios. Les dijo que, si no tenían ningún valor a
los ojos del mundo, a Dios Le habían costado la sangre de Su Hijo y, por tanto,
tenían un valor incalculable. El Cristianismo era, y aún es, lo que redime y
eleva más a la persona en todo el universo.
La cita con la que Pablo termina esta párrafo procede de
Jer_9:23-24 . La verdadera religión
empieza solamente cuando nos damos cuenta de que no podemos hacer nada por
nosotros mismos y que Dios es el Que puede hacer y lo hará todo. El hecho
alucinante de la vida es que son las personas que se dan cuenta de su debilidad
e ignorancia las que son fuertes y sabias a fin de cuentas. Es un hecho de la
experiencia que el que se cree que puede arrostrar la vida por sí solo es el
que suele sufrir naufragio.
Debemos fijarnos en las cuatro cosas en que insiste Pablo
que Cristo es para nosotros.
(i) Sabiduría. Sólo siguiéndole a Jesucristo vamos por el
buen camino, y sólo escuchándole a Él oímos la verdad. Jesús es el experto en
la vida.
(ii) Integridad. En los escritos de Pablo, integridad (justicia)
quiere decir la debida relación con Dios. Por nuestro propio esfuerzo nunca
podremos alcanzarla; solamente es nuestra cuando nos damos cuenta por medio de
Jesucristo de que no es por lo que nosotros podamos hacer por Dios, sino por lo
que Él ha hecho por nosotros.
(iii) Consagración. Es solamente en la presencia de Cristo
cuando la vida puede llegar a ser lo que debe ser. Epicuro solía decirles a sus
discípulos: " Vivid como si Epicuro os estuviera viendo siempre.» No hay
«como sí» en nuestra relación con Cristo. El cristiano camina con Él, y sólo en
Su compañía puede mantener su conducta sin mancha de este mundo.
(iv) Liberación. Diógenes solía quejarse de que la gente
siempre esté yendo al oculista y al dentista, pero nunca acude a la persona
(quería decir el filósofo) que puede curarle el alma. Jesucristo es el único
que puede librarnos del pecado pasado, de la impotencia presente y del miedo al
futuro. Es el emancipador de la esclavitud del pecado y del yo.
"mas
para los llamados" La declaración inicial de 1 Corintios enfatiza el
llamado de Dios (es decir, la elección) y la gracia de Dios como la única base
para la salvación de la iglesia de Corinto (Ef. 1-2). Aprendemos de Juan
6:44,65 que nadie viene a Dios a menos que el Espíritu lo trajere o llamare. El
llamado de Dios no elimina ni minimiza la necesidad de la respuesta humana,
tanto al principio como continuamente.
La
elección es una doctrina maravillosa.
Contrario a lo que muchos piensan, no es llamado al favoritismo, sino un
llamado a ser un canal, una herramienta, o un medio para la redención de los
demás. En el AT el término fue usado principalmente para describir servicio; en
el NT es usado principalmente para describir la salvación que resulta en
servicio. La Biblia nunca reconcilia la aparente contradicción entre la
soberanía de Dios y el libre albedrío de la humanidad, sino más bien afirma
ambos. Un buen ejemplo de esta tensión bíblica sería Romanos 9 que habla de la
elección soberana de Dios y Romanos 10 que habla de la necesaria respuesta de
la humanidad (Juan 6:44,13).
La clave para entender mejor esta tensión teológica puede
encontrarse en Ef. 1:4. Jesucristo es el hombre elegido de Dios y toda la
humanidad esta potencialmente elegida en El. Jesús es el "Si" de Dios
a la necesidad de la humanidad caída. Efesios 1:4 también ayuda a clarificar el
tema al declarar que la meta de la predestinación no se trata de después en el
cielo, sino de santidad (ser como Cristo) ahora. Con frecuencia nos distraemos
con los beneficios del evangelio ¡e ignoramos las responsabilidades! El llamado
de Dios (la elección) es para esta vida y para la eternidad.
Las doctrinas se dan en relación a otras verdades, nunca
como verdades solas sin relación. Una buena analogía es un constelación estelar
versus una sola estrella. Dios presenta verdades en géneros estilo oriental, no
occidental. La Biblia es literatura oriental antigua. No debemos remover o
quitar la tensión causada por los pares dialécticos (paradójicos) de verdades
doctrinales (ejemplo: Dios como trascendente versus Dios como inmanente;
seguridad vs. Perseverancia; Jesucristo como igual al Padre vs. Jesucristo como
subordinado al Padre; libertad cristiana vs. Responsabilidad cristiana a un
compañero de pacto, etc.).
El concepto teológico de "pacto" une la soberanía
de Dios (Quien siempre toma la iniciativa y pone las condiciones) con una
respuesta humana de fe y arrepentimiento mandatario desde el inicio y
continuamente (Marcos 1:15; Hechos 3:16, 19;20:21). Tenga cuidado de usar
versículos solo para afirmar un lado de la paradoja y despreciar el otro lado.
Tenga cuidado de favorecer solo su doctrina favorita o sistema teológico.
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