} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EPISTOLA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS

jueves, 27 de junio de 2024

EPISTOLA DEL APOSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS

 

 

CONTEXTO

 

Éfeso, conocida familiarmente en la historia con una gran variedad de nombres, fue una ciudad muy famosa de Asia Menor. Los acontecimientos notables relacionados con la obra de Dios en "formar allí un pueblo para sí mismo" (Isaías 43:21) a través de las labores de Pablo, junto con el comienzo y progreso de esa iglesia, son relatados por Lucas en los Hechos del Apóstoles.

Pablo escribió esta carta a la iglesia de Éfeso y a todos los creyentes, a fin de darles una enseñanza profunda en la manera de nutrir y mantener la unidad de la iglesia. Quiso que circulara esta información importante en forma escrita porque él se hallaba en prisión y no podía visitar las iglesias personalmente. Los Efesios habían sido instruidos por Pablo en la doctrina pura del evangelio. En un período posterior, mientras estaba prisionero en Roma, y percibiendo que necesitaban confirmación, les escribió, por ese motivo, la presente Epístola.

Los primeros tres capítulos están ocupados principalmente con elogiar la gracia de Dios. Inmediatamente después del saludo al comienzo del primer capítulo, trata de la libre elección de Dios. Esto le brinda la oportunidad de afirmar que ahora fueron llamados al reino de Dios, porque habían sido designados para vida antes de nacer. Y aquí se produce una sorprendente muestra de la maravillosa misericordia de Dios, cuando la salvación de los hombres se remonta a su fuente verdadera y nativa, el acto libre de adopción. Pero como las mentes de los hombres no están preparadas para recibir un misterio tan sublime, se pone a orar para que Dios ilumine a los Efesios en el pleno conocimiento de Cristo.

En el segundo capítulo, haciendo dos comparaciones, pone de relieve las riquezas de la gracia divina.

1. Les recuerda lo miserables que eran antes de ser llamados a Cristo. Nunca llegamos a ser debidamente conscientes de nuestras obligaciones para con Cristo, ni estimamos correctamente su bondad hacia nosotros, hasta que hemos sido llevados a ver, en el otro lado, la infeliz condición en el que anteriormente estábamos "sin Cristo".(Efesios 2:12)

2. Los gentiles eran “extranjeros” de las promesas de vida eterna, que Dios se había complacido en otorgar sólo a los judíos.

En el tercer capítulo, declara que había sido designado para ser, de manera especial, el Apóstol de los Gentiles, porque, durante un largo período, fueron “extranjeros y advenedizos”, (Efesios 2:19), pero ahora están incluidos entre el pueblo de Dios. Como esto era algo inusual, y como su misma novedad produjo inquietud en muchas mentes, lo llama un “misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres” (Efesios 3:4-5) pero “la administración” (Efesios 3:2) del cual le había sido confiada a sí mismo.

Hacia el final del capítulo, ora nuevamente para que Dios conceda a los Efesios un conocimiento tan íntimo de Cristo, que no tendrían ningún deseo de saber nada más. Su objetivo al hacerlo no es simplemente llevarlos a agradecer a Dios por tantos favores, y a la expresión de esa gratitud mediante la total devoción a su servicio, pero aún más a eliminar toda duda sobre su propia vocación. Probablemente Pablo temía que los falsos apóstoles sacudieran su fe al insinuar que sólo habían sido instruidos a medias. Habían sido gentiles y, cuando abrazaron el cristianismo puro, no se les había dicho nada acerca de ceremonias o circuncisión. Pero todos los que imponen a los cristianos la observancia de la ley confesaron en voz alta que aquellos que no han sido introducidos en la iglesia de Dios por la circuncisión deben ser considerados profanos. Esta era su canción ordinaria, que ningún hombre quien no está circuncidado tiene derecho a ser contado entre el pueblo de Dios, y que todos deben observar los ritos prescritos por Moisés. En consecuencia, lo presentaron como cargo. contra Pablo, que exhibió a Cristo como el Salvador de los gentiles y de los judíos por igual. Ellos afirmaron que su apostolado era una profanación de la doctrina celestial, porque invitaba a los hombres malvados, sin discriminación, a participar en el pacto de gracia.

Para que los Efesios, cuando fueran atacados por estas calumnias, no cedieran, resolvió a reunirse con ellos. Si bien él sostiene con tanta seriedad que fueron llamados al evangelio porque habían sido elegidos antes de la creación del mundo, les acusa, por otra parte, que no pensaran que el evangelio les había sido traído accidentalmente por la voluntad de los hombres, o que les llegó por casualidad; porque la predicación de Cristo entre ellos no era otra cosa que el anuncio de aquel decreto eterno. Mientras les presenta la infeliz condición de su vida anterior, al mismo tiempo les recuerda que la singular y sorprendente misericordia de Dios apareció para rescatarlos de tan profundo abismo.

Mientras se pone delante de ellos contempla su propia comisión como apóstol de los gentiles, los confirma en la fe que una vez recibieron, porque habían sido divinamente admitidos en la comunión de la Iglesia. Y, sin embargo, cada una de las frases a las que nos hemos referido ahora debe considerarse como una exhortación adecuada para animar a los Efesios a la gratitud.

En el capítulo cuarto, describe la manera en que el Señor gobierna y protege su iglesia, que es, por el evangelio predicado por los hombres. De ahí se sigue que de ninguna otra manera se puede preservar su integridad y que el objeto al que apunta es la verdadera perfección. El designio del apóstol es recomendar a los Efesios el ministerio por el cual Dios reina entre a nosotros. Luego detalla los frutos de esta predicación: una vida santa y todos los deberes de la piedad. Tampoco se contenta con describir en términos generales cómo deben vivir los cristianos, pero establece exhortaciones particulares adaptadas a las diversas relaciones de la sociedad.

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