} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS Efesios 2:4-7

miércoles, 3 de julio de 2024

EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS Efesios 2:4-7

 

  Efesios 2:4-7

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,

5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),

6 y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,

7 para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.

 

4. Pero Dios, que es rico en misericordia. Ahora sigue el segundo miembro de la oración, cuya sustancia es que Dios había librado a los Efesios de la destrucción a la que anteriormente estaban sujetos; pero las palabras que emplea son diferentes. Dios, que es rico en misericordia, nos dio vida juntamente con Cristo. El significado es que no hay otra vida que la que Cristo nos infunde: de modo que comenzamos a vivir sólo cuando somos injertados en él y disfrutamos de la misma vida con él. Esto nos permite ver lo que el apóstol quiso decir anteriormente con muerte, porque esa muerte y esta resurrección se contrastan. Ser partícipes de la vida del Hijo de Dios, ser vivificado por un solo Espíritu, es un privilegio inestimable.

Por este motivo alaba la misericordia de Dios, es decir, por sus riquezas, que se había derramado de una manera singularmente grande y abundante. Toda nuestra salvación se atribuye aquí a la misericordia de Dios. Pero añade luego, por su gran amor con que nos amó. Esta es una declaración aún más expresa, que todo se debió a una bondad inmerecida; porque declara que Dios fue movido por esta única consideración. “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” –“Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. “(1 Juan 4:10,19).

 

5. Aun estando nosotros muertos en pecados. Estas palabras tienen el mismo énfasis que expresiones similares en otra Epístola.

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. —Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:6,8).

Si las palabras, por gracia sois salvos, han sido insertadas por otra mano, no lo sé; pero, como concuerdan perfectamente con el contexto, estoy muy dispuesto a recibirlos tal como están escritos por Pablo. Nos muestran que siempre siente como si no hubiera proclamado suficientemente las riquezas de la gracia divina y, en consecuencia, expresa, mediante una variedad de términos, la misma verdad: que todo lo relacionado con nuestra salvación debe atribuirse a Dios como su autor. Y ciertamente quien sopese debidamente la ingratitud de los hombres no se quejará de que este paréntesis sea superfluo.

 

6. Nos resucitó. La resurrección y el sentarnos en el cielo, que aquí se mencionan, aún no son vistas por ojos mortales. Sin embargo, como si esas bendiciones estuvieran actualmente en nuestro poder, afirma que las hemos recibido; e ilustra el cambio que ha tenido lugar en nuestra condición, cuando fuimos conducidos de Adán a Cristo. Es como si nos hubieran traído del infierno más profundo al cielo mismo. Y ciertamente, aunque, en lo que respecta a nosotros mismos, nuestra salvación sigue siendo objeto de esperanza, sin embargo, en Cristo ya poseemos una bienaventurada inmortalidad y gloria; y, por tanto, añade, en Cristo Jesús. Hasta ahora no aparece en los miembros, sino sólo en la cabeza; sin embargo, a consecuencia de la unión secreta, pertenece verdaderamente a los miembros. Algunos lo rinden, a través de Cristo; pero, por la razón que se ha mencionado, es mejor conservar la traducción habitual, en Cristo. De este modo recibimos el más rico consuelo. De todo lo que ahora queremos, tenemos promesa y anticipo seguro en la persona de Cristo.

 

7. En los siglos venideros. Se menciona nuevamente la causa final y verdadera, la gloria de Dios, para que los Efesios, al convertirla en tema de estudio serio, pudieran estar más plenamente seguros de su salvación. Añade asimismo que fue designio de Dios santificar, en todas las épocas, el recuerdo de tan grande bondad. Esto muestra aún más fuertemente el carácter odioso de aquellos por quienes fue atacado el libre llamamiento de los gentiles; porque se estaban esforzando instantáneamente por aplastar ese plan que estaba destinado a ser recordado a través de todas las épocas. Pero a nosotros también nos instruye que la misericordia de Dios, que se complació en admitir a nuestros padres entre su propio pueblo, merece ser recordada eternamente. El llamado de los gentiles es una obra asombrosa de la bondad divina, que debe ser transmitida de padres a hijos y a los hijos de sus hijos, para que los hijos de los hombres nunca la olviden ni dejen de reconocerla.

Las riquezas de su gracia en su bondad. Aquí se demuestra, o se declara nuevamente, que el amor de Dios hacia nosotros en Cristo tuvo su origen en la misericordia. Para mostrar, dice, las abundantes riquezas de su gracia. ¿Cómo? En su bondad para con nosotros, como se conoce al árbol por su fruto. Por lo tanto, no sólo declara que el amor de Dios era gratuito, sino también que Dios mostró en él las riquezas, las extraordinarias y preeminentes riquezas de su gracia. Merece notarse, también, que se repite el nombre de Cristo; porque no debemos esperar gracia ni amor de Dios, excepto a través de su mediación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario