} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ESTUDIO LIBRO DE RUT 6

sábado, 7 de diciembre de 2024

ESTUDIO LIBRO DE RUT 6

 


MISERICORDIA Y DESCANSO EN DIOS (3)

 

  TU DIOS SERÁ MI DIOS

Luego de este hermoso recorrido relacionado con el cuidado paternal de Dios para estas mujeres, pasaremos a considerar la tercera parte, centrada en el tercer aspecto de la confesión de conversión de Rut: “…y tu Dios mi Dios” (verso 16). Semejante afirmación, nos permite identificar aspectos relacionados con la fe y la creencia en un ser superior en su vida. En consecuencia, ahondaremos un poco en el tema de la fe y la religiosidad como elemento espiritual que, lleva a las dos mujeres a confiar y proseguir.

El capítulo uno, no comienza hablando de Dios, de manera manifiesta. Por el contrario, hay un elemento cronológico, que es importante tener en cuenta. “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra” (verso 1); posteriormente habla del hambre, una tragedia natural para la familia, lo que les hace migrar a tierra de Moab. Luego habla de una tragedia familiar, la muerte de los tres varones de la familia, lo que acelera la venida de Noemí a tierra de Belén. Hay toda una argumentación cíclica en el pasaje, según lo muestra el siguiente gráfico:

Vs. 1-2: salida de Judá por hambruna

Vs. 3-5: muertes en Moab

Vs. 6-7: regreso a Judá por visita de Yahvé

 

Sin embargo, la presencia real y evidente de Dios está un poco en la sombra. No obstante, como lo analizamos en la publicación anterior, la soberanía y el control providente de Dios está latente en toda la narración de principio a fin y por ende, en todos los sucesos e in sucesos de la vida humana. La tragedia familiar, moviliza nuevamente a Noemí y la desestabiliza en lo más profundo de su arraigo. Consideremos el paralelismo de los versos 3 y 5 al respecto:

Vs. 3: Murió Elimelec, marido de Noemí quedó ella con sus dos hijos

Vs. 5: Murieron también… Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido

Recordemos la tragedia familiar de Job…. Perdió todos sus seres queridos en un solo día.

“Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia” (Job 1:18-19). Tanto Noemí, como Job saben que todas las cosas son determinadas por Dios, como dice el profeta Amós: ¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho?(3:6).

Es hasta el versículo 6 del capítulo, donde se expresa claramente la intervención directa y concreta de Dios, el Dios de Noemí. “Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan”. Podemos notar, que Dios salta visiblemente a la escena en sentido de provisión, no para permitir la tragedia natural, el hambre; y la tragedia familiar, la muerte. Aunque como lo hemos reiterado, está la mano omnipresente de Dios soberanamente teniendo el control de todas las cosas.

Lo sucedido no es pago por ningún pecado, no es el castigo o alguna acción familiar. Las cosas, simplemente, han sucedido así. Cuando Yahvé aparece en el relato, lo hace vinculado a una acción salvífica, no a una acción punitiva. Este rasgo da, ya desde su inicio, una pista acerca de la acción de Dios en esta obra: Dios da el panesta es la primera aparición de Dios en la obra, su primer gesto.

En contraposición, se presenta el Señor, en la escena, en relación con la solución de las tragedias, no con su origen. Por lo que irrumpe en la escena, para darles pan. Su visita es para cambiar la circunstancia. Las dos tragedias por las que ha pasado Noemí, son el hambre y la muerte. Jehová, Dios, se presenta para darles pan y posteriormente vida, según sigue la narración de este libro. Es decir, Él responde misericordiosamente a las tragedias por las que pasan sus elegidos y trae descanso y esperanza genuina.

Desde que Noemí oyó sobre la visita de Jehová a su tierra, se encendió una luz de esperanza. No sabemos cómo o porque medio escuchó esta buena nueva. Lo cierto del caso, es que es el comienzo de un nuevo capítulo para su vida. Luego de la tragedia natural y la familiar, hay un rayo de esperanza, proveniente de lo alto. La visita de Dios esta relacionada con el pan y el sustento. El texto es muy sugerente, al recordarnos que su visita está asociada con la tierra y el pueblo de Belén. Hemos de suponer la radiante luz que se enciende para guiar los pasos de Noemí en la soledad del camino de regreso a Belén.

Como lo hemos anotado, todas las cosas están siendo dirigidas de forma magistral y milagrosa por el Señor. Noemí, se levanta para caminar en dirección a la luz que ilumina su corazón adolorido y equilibra su vida, luego de oír sobre la visita de Dios a la tierra de la cual años atrás partió. En compañía de sus fieles y bondadosas nueras, camina ansiosamente hacía la provisión. Al detenerse, intenta convencer a sus nueras que no prosigan con ella. Las despide y profiere para ellas una hermosa bendición. “…Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo” (verso 8).

Noemí es una mujer que confía en Dios, y está convencida que la actitud de sus nueras es digna de una bendición de parte del Señor.

Además, esta sufriente mujer, ha encontrado en el Señor su consuelo y descanso. Sabiendo que sus nueras, han padecido la separación de sus esposos, eleva un deseo piadoso como una oración a favor de ellas. Su petición y anhelo al Señor es que ellas sean consoladas, pastoreadas y hallen descanso para su ser, de parte de Dios. “Os conceda Jehová que halléis descanso” (verso. 9). Parece ser que este anhelo, es una oración y un presentar las buenas nuevas de salvación y consuelo en Cristo. Noemí esta convencida y segura que sólo en Dios hay descanso, misericordia y consuelo, por lo que comunica esto a sus nueras.

Primero pide a ellas que regresen a casa de su madre, luego a casa de sus maridos, siempre con la esperanza que el Dios de Israel les bendiga y aliente. Noemí elabora su argumento en clave teológica, aunque lo cierne permanentemente con lo que ella considera es imposible que suceda para sus nueras. “…pues la mano de Jehová ha salido contra mí(verso 13). Por lo menos no cree que haya futuro para sus nueras, por lo menos como ella piensa.

Después de éstas tragedias tan duras por las que ha estado pasando la dulce y placentera Noemí, considera que su vida es una completa amargura. Es interesante que la primera alusión de Dios en el capítulo sea de gracia y amor; darles pan. Una subsiguiente, es punitiva, según lo confiesa Noemí; el Señor ha estado contra mí. Sin embargo, toda la argumentación de este dialogo de tres mujeres como personajes protagónicos, esta mediado por el mayor personaje, Dios. Su presencia real, omnipresencia, poderío, gobierno y misericordia está en medio de ellas, por lo que hay una poderosa razón para continuar.

Uno de os argumentos que usa para motivarlas a su regreso es relacionado con la fe y la creencia de ellas. Por lo menos así lo deja ver el relato, luego de la partida de Orfa. “Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella(verso 15). Vuélvete tú a los dioses de los moabitas. Debemos recordar que los moabitas eran politeístas, por lo tanto paganos. Aunque Noemí, las bendice según el Dios de Israel, les invita a regresar bajo el cuidado de los dioses de ellas.

Nos preguntamos ¿por qué Noemí no les invita a descansar en el Dios de Israel? ¿Será por que se siente un tanto impedida por la realidad de su propio sufrimiento? Ante esta interpelación tan directa a la fe y espiritualidad, Rut hace una triple afirmación, que hemos estado analizando en esta edición. Semejante confesión, es como una conversión de esta mujer. Es allí, donde podemos decir, es adherida a la tierra, al pueblo y al Dios de Noemí.

En este sentido, le son otorgadas identidad, pertenencia y fe. Es un tanto imposible identificar las motivaciones de Rut para esta fuerte confesión. Sin embargo, podemos afirmar que se trata de la misericordia y gracia de Dios para con Noemí, al darle una compañía en su dolor y un consuelo en la soledad. Bondad para con Rut al abrazarla en la tierra y con el Dios de su esposo fallecido. Y una gracia postrera para todo Israel, al incluirla en su pueblo como su hija. “…Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi

Dios” (verso16). Además, esta despreciable moabita expresa un juramento de fidelidad, adhesión y perseverancia junto al Dios de Israel. “…así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos(verso 17).

En la traducción al inglés de la Revised Standard Versión, se lee esto último en términos que dan a entender: "Así me haga Jehová, y aun me añada, si aun la muerte te separara de mí." Esto implica que ni la muerte misma las separaría, pues serían sepultadas juntas. Más tarde, y más grandioso aún, ambas resucitarían juntas

La triple confesión de Rut es un acto de conversión a Dios. Tenemos la seguridad que esto solo pudo ser posible por la acción misericordiosa del Señor Jesús obrando en su corazón.

Él es quien acoge a los excluidos y los recibe con especial ternura. No importa que sea una separada moabita pecadora, ante su gracia irresistible nadie puede rehusarse. Podemos ver, desde una interpretación un tanto alegórica, como luego de la muerte esta mujer es unida al pueblo y Dios de Israel. Fue necesaria la muerte de tres hombres para que se oyera sobre la visita de Dios en Belén y fueran traídas a la tierra. De igual forma, sólo por la muerte de

Cristo Jesús, los pecadores elegidos, pueden escuchar la voz del Dios de la Escritura trayéndoles a la ciudad de la abundancia. El amor del Padre, la redención del Hijo y la Comunión del Espíritu Santo, se nos es anuncia. La muerte nos lleva al alimento y la vida.

Por la muerte de Jesús somos traídos milagrosamente a su casa a disfrutar de su alimento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando” (Salmo 23:5).

Ahora esta extranjera tiene un Señor, el Dios de Israel. La misericordia de Dios se expresa en recibirla en su seno y acogerla tierna y graciosamente. Sin mérito, ni razones humanas, el Señor nos advierte que la única motivación para llegar a Él es su misericordia y su descanso. Nuestra miseria, aflicción y desesperanza, es uno de los medios usados por el Señor para doblegar nuestro duro corazón y revivirnos para él. El caso de Rut es ejemplar.

Movida por la misericordia del Señor y sumida en su dolor, es traída cerca del todopoderoso para recibir descanso y seguridad. El relato comenta que llegaron a Belén cerca de la cosecha. ¡Que nota más melódica de sosiego reciben están turbadas mujeres!

“… y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada” (verso 22).

En síntesis podemos decir, que hay varios contrates y paralelos en el capítulo, consideremos algunos. A nivel geográfico: comienza en Belén y termina en Belén, después de la estadía en Moab. Dejan la tierra y terminan en la tierra de la salida. A nivel familiar: sale una familia y llega a Moab, posteriormente regresan algunas mujeres a Belén. A nivel simbólico: salen de la casa del pan a causa del hambre y regresan a la casa del pan a causa de la abundancia. La dulzura se torna en amargura y la amargura en dulzura. Elimelec el rey muere y viven guiadas por el verdadero Rey: Jehová. La tragedia natural el hambre y la familiar, la muerte, reciben recompensa en Dios, el Dios de toda provisión y vida. Lo anterior, lo podemos apreciar de manera comparativa, como sigue:

 

Paralelos y contrates

 

A nivel geográfico:

Comienzan en Belén Permanecen en Moab

 Terminan en Belén

A nivel familiar:

Una familia de Belén (4)

Una familia vive en Moab

Vienen 3 mujeres a Belén

A nivel simbólico:

Belén: casa del pan,  por el hambre Moab:

 para sobrevivir Belén:

 por la abundancia Noemí una dulce mujer en Belén

En Moab es amargada

En Belén recibe dulzura

Elimelec es su rey protector

En Moab su rey muere

Guiada por el Dios Rey

Vive en su tierra con su familia

Vive las tragedias

Dios da provisión y vida

En este sentido, la narración es elegante, dinámica, llena de diálogos, encuentros, despedidas, dolor, muerte, caminatas, realidades y novedades. La mano y el ojo invisible de Dios sostienen las cuerdas de la vida de sus hijos. La fidelidad de Rut contrasta con la actitud de Orfa. La muerte del esposo y los hijos de Noemí, es sustituido por la fiel Rut. El relato es circular, progresivo, vivo y lleno de realidades. Como el hambre, la muerte, el desplazamiento, el dolor, la aflicción, la amargura. En todas estas variadas y difíciles emociones se percibe, escucha y ve la mano del Todopoderoso. Esta hermosa realidad espiritual de la providencia fiel y la misericordia inmerecida, es de la que son objeto quienes son traídos a la tierra de la promesa, al pueblo escogido y al Dios de la vida.

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