} EL CAMINO: LA SALVACIÓN ES POR FE EN JESUCRISTO: ¿QUÉ ES EL NUEVO NACIMIENTO? (Segunda parte)

jueves, 30 de abril de 2015

¿QUÉ ES EL NUEVO NACIMIENTO? (Segunda parte)


Metanoia (μετάνοια)  pensamiento posterior, cambio de parecer, arrepentimiento;  se usa del arrepentimiento del pecado o del mal, del modo de pensar y deva más allá al producir un cambio en la mente.

Requisito que demanda de parte de Dios sobre el hombre, arrepentimiento  (Mateo 3:8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento; Lucas 3;8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras. ; Hechos 20:21 testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. ; Hechos 26:20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.)   
La misericordia de Dios en dar arrepentimiento o llevandonos a Él se expone  en Hechos 5:31 A éste, Dios ha exaltado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. ; Hechos 11:18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! ; Romanos 2:4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?; 2Timoteo 2:25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad

  En el AT no es tan sobresaliente el arrepentimiento con referencia al pecado como aquel cambio de parecer o propósito, por piedad hacia aquellos que han sido afectados por las propias acciones, o en quienes los resultados de las acciones no han cumplido sus esperanzas, un arrepentimiento atribuido tanto a Dios como al hombre (Genesis 6:6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. ; Éxodo 32:14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.

En el NT el tema tiene principalmente referencia al arrepentimiento del pecado, y este cambio de parecer involucra tanto un apartarse del pecado como un acercarse a Dios. La parábola del hijo pródigo es una notable ilustración de esto. Cristo empezó su ministerio con un llamamiento al arrepentimiento (Mateo 4:17), pero el llamamiento es dirigido, no a la nación, como en el AT, sino al individuo. En el Evangelio de Juan, y en la 1ª Epístola se acentúan los efectos,  en el nuevo nacimiento, y, generalmente, en el volverse activamente del pecado a Dios por el ejercicio de la fe. La Palabra de Dios va actuando en el nacido de nuevo, cuando se sujeta a la Verdad de la sana doctrina.

Con el arrepentimiento, un nuevo orden de vida se abre al creyente en Cristo Jesús. Jesús usó la figura del «nuevo nacimiento» para indicar dramáticamente tres cosas:   
- Sin el «nuevo nacimiento» no hay vida ni hay relación con Dios.
 - Con el «nuevo nacimiento» surge una nueva perspectiva; «vemos el reino de Dios». La Palabra de Dios se hace clara, y se experimenta el obrar y las maravillas del Espíritu Santo: La fe está viva.  
 - Por medio del «nuevo nacimiento somos introducidos  literalmente «entramos»  a una nueva esfera, donde el orden del nuevo reino de Dios se hace realidad (2Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.)
 El nuevo nacimiento es más que simplemente ser «salvo». Conocimiento no es salvación. "Creer" es más que una reflexión intelectual de que Jesús es Dios. Significa depositar nuestra confianza en El, que es el único que nos puede salvar. Es poner a Cristo al frente de nuestros planes presentes y nuestro destino eterno. Creer es confiar en su palabra y depender de El para cambiar.  Debiéramos  conocer la Biblia, pero algo mucho más importante es entender al Dios que revela y la salvación que ofrece.
Muchas veces la gente trata de salvarse de lo que teme poniendo su fe en cosas que tienen o hacen: buenas obras, capacidad o inteligencia, dinero o posesiones. Pero solo Dios puede salvarnos de lo que en verdad debemos temer: la condenación eterna. Confiamos en Dios reconociendo la insuficiencia de nuestros esfuerzos por alcanzar la salvación y pidiéndole que haga su obra en nuestro favor. Cuando Jesús habla acerca del "que no cree", se refiere a quien le rechaza por completo o hace caso omiso de El, no al que tiene dudas momentáneas.

Muchas personas rechazan la idea de vivir para siempre porque viven vidas tristes. Pero la vida eterna no es la extensión de la miserable vida mortal del hombre; vida eterna es la vida de Dios encarnada en Cristo que se da a todos los que creen como garantía de que vivirán para siempre. En esa vida no hay muerte, enfermedad, enemigo, demonios ni pecado. Cuando no conocemos a Cristo, tomamos decisiones pensando que esta vida es todo lo que tenemos. En realidad, esta vida es solo el comienzo de la eternidad.  

   Muchas personas no quieren que sus vidas queden expuestas a la luz de Dios porque temen lo que esta pueda revelar. No quieren cambiar. No nos sorprendamos  de que personas así se sientan amenazadas por el deseo nuestro de obedecer a Dios y hacer lo que es bueno. Temen que la luz que hay en nosotros ponga al descubierto algo oscuro en sus vidas. No nos desanimemos. Mantengámonos en oración por ellas para que comprendan que es mejor vivir en la luz que en la oscuridad.

Jesús explicó que no podemos controlar la obra del Espíritu Santo. El obra de maneras imprevisibles o incomprensibles. Así como uno no pudo controlar su nacimiento físico, tampoco podrá controlar su nacimiento espiritual. Es un regalo de Dios, dado por el Espíritu Santo.  Es una experiencia individual, la cual nos abre a la dimensión sobrenatural de la vida, y nos prepara para entrar en el nuevo orden del reino de Dios.
 Dios es especialista en hallar y cambiar a personas que consideramos difíciles de alcanzar.  
¿Qué sabía Nicodemo acerca del Reino? Por las Escrituras sabía que Dios lo regiría, que lo restauraría en la tierra y que pertenecería al pueblo de Dios. Jesús reveló a su devoto fariseo que el Reino sería para todo el mundo, no solo para los judíos, y que Nicodemo podía pertenecer a él si personalmente nacía de nuevo. Este era un concepto revolucionario: el Reino es algo personal, no nacional ni étnico, y para entrar en él se requiere arrepentimiento y renacimiento espiritual. Jesús más tarde anunció que el reino de Dios está en el corazón de los creyentes mediante la presencia del Espíritu Santo. Su pleno cumplimiento será cuando Jesús regrese a juzgar al mundo y destruya para siempre al maligno.
Tal vez consiguió mucho más de lo esperado: ¡un desafío a una nueva vida! Sabemos muy poco de Nicodemo, pero sí sabemos que de ese encuentro nocturno salió un hombre cambiado. Se marchó con una comprensión nueva de Dios y de sí mismo.
Nicodemo aparece más tarde como parte del concilio. En medio de la discusión en que se buscaba formas de eliminar a Jesús, planteó el asunto de la justicia. Habló en su favor a pesar de que rechazaron su objeción. Empezaba a cambiar.
La última semblanza de Nicodemo nos muestra que se une a José de Arimatea en el trámite de solicitar el cuerpo de Jesús para sepultarlo. Tomando en cuenta el riesgo que esto significaba, Nicodemo daba un paso audaz. Su crecimiento espiritual no se detenía.
Dios busca un crecimiento paulatino no una perfección instantánea.

¿De qué manera nuestro actual crecimiento espiritual concuerda con el tiempo que llevamos de conocer a Jesús? Hagámonos esta pregunta. Seamos sinceros y examinemos si realmente está actuando el Espíritu Santo en nuestras vidas o por el contrario somos nosotros quién llevamos las riendas según nuestro criterio. Como dicen muchos: “Bueno si, la Biblia dice, pero yo pienso, yo creo...”
Nacer de nuevo en Cristo se produce una sola vez. O eres nacido de nuevo, o no, y sigues siendo un religioso más que pretende con sus obras enmascarar su piedad.
 Dios puede cambiar a quienes consideramos inalcanzables. Dios es paciente, pero persistente. Si estamos dispuestos, Dios puede usarnos.
Algunas personas buscan puntos disrepantes para sembrar semillas de discordia, descontento y duda. Es contraproducente forzar a otros a que crean como nosotros. Es mejor hablarles de nuestra entrega personal a Cristo y lo que El ha hecho por nosotros. Después de todo, ¿quién puede refutarnos eso?