Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo
terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría;
6 cosas por las cuales
la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
7 en las cuales
vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
Jeremias 18:15 Porque mi pueblo me
ha olvidado, incensando a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en
las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado,
1 Juan 5:21 Hijitos, guardaos de
los ídolos. Amén.
Eidolon (εἴδωλον ) primariamente
un fantasma o semejanza o una idea, imaginación; un ídolo, una imagen
para representar a un dios falso; el dios falso adorado en una imagen. Vanidad,
cosa de nada, nada en el mundo.
REFLEXIÓN:
Hoy la Palabra de Dios en la Biblia me ha
enseñado que los principios confirmados por el Espíritu Santo a través de la
sana doctrina, por la gracia del Señor, están transformando mi vida, se han
afirmado sobre la Roca inamovible, Cristo.
La gracia de Dios me capacita para madurar en la fe de Jesucristo,
cuando someto mi voluntad en obediencia, con todas las potencias de mi corazón,
con toda la intensidad de mi mente al Señor Jesucristo. Cuando pongo a los
pies de la cruz de Cristo todo aquello
que no edifica a Dios, que me aparta de Dios, lo que se interpone ante Dios;
sea lo que sea tiene que ser puesto a la Luz, exhibido y descubierto por la
Palabra y señalado por el Espiritu Santo, para ser quitado de raiz. No sólo son
palabras, es el propósito de mi voluntad para ser rendida en obediencia, en la
medida que Dios me ha dado para obedecer y ponerlo en práctica en mi vida.
Los pecadores llaman libertad vivir sin restricción; aunque ser
esclavo de sus pasiones es la esclavitud peor del hombre. Abandonaron a Dios a
cambio de los ídolos. Cuando los hombres están resecos por el calor, y
encuentran aguas frías y refrescantes, las usan sin medida. En esto los hombres
no dejan lo cierto por lo dudoso, pero Israel dejó los caminos antiguos
designados por la ley divina. Anduvieron, no por el camino real por el cual
hubieran ido a salvo, sino por un camino con tropiezos; tal fue el camino de la
idolatría y tal es el camino de la iniquidad. Esto desoló su tierra y los hizo
miserables.
Las calamidades pueden soportarse si Dios nos sonríe cuando estamos
sometidos a ellas, pero si está descontento y niega su ayuda, entonces estamos
perdidos. Las multitudes olvidan al Señor y su Cristo, y se desvían de los
caminos antiguos para andar en los caminos de su propia concepción, pero, ¿qué
harán en el día del juicio?
Conforme el alfarero moldeaba o daba forma a la vasija de barro en su
rueda, a menudo iban apareciendo los defectos. El alfarero tenía poder sobre el
barro, para dejar los defectos o para volver a moldear la vasija. Asimismo,
Dios tenía poder para volver a dar forma a la nación y conformarla según sus
propósitos. Nuestra estrategia no debería ser volvernos inconscientes ni
pasivos (un aspecto del barro), sino con voluntad y receptivos al impacto de
Dios en nosotros. En la medida que se lo permitimos, Dios vuelve a darnos forma
para que seamos vasijas valiosas.
Nuestra
sociedad admira la agresividad, independencia y desafío a la autoridad. En una
relación con Dios estas cualidades se transforman en testarudez, presunción y
resistencia a escuchar o cambiar. Si no se controla, la testarudez se convierte
en un estilo de vida hostil a Dios.
Es necesario mortificar los pecados porque si no los matamos, ellos
nos matarán a nosotros. El evangelio cambia las facultades superiores e
inferiores del alma, y sostiene la regla de la recta razón y de la conciencia
por sobre el apetito y la pasión.
Ahora no hay diferencia de país, de condición o de circunstancia de
vida. Es deber de cada uno ser santo, porque Cristo es el Todo del cristiano,
su único Señor y Salvador, y toda su esperanza y felicidad. Debiéramos
considerarnos muertos e insensibles a la fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia. Así como las ramas enfermas de un árbol,
estas prácticas deben ser cortadas antes de que nos destruyan. Debemos hacer
cada día una decisión concienzuda para quitar cualquier cosa que sostenga o
alimente estos deseos y depender del poder del Espíritu Santo.
Centrar el interés y las aspiraciones en lo celestial implica
despojarse de determinados vicios y cultivar ciertas virtudes. Los pecados de
indulgencia con la sensualidad, las actitudes erróneas, el lenguaje deshonesto
y los prejuicios de la mente deben morir
en nosotros de una vez por todas. Cristo debe gobernar y convertirse en el
centro de las relaciones y el culto de los hijos de Dios.
¡Dondequiera que la Biblia es oída y obedecida, las vidas son
cambiadas! El cristianismo, más que una colección de hechos interesantes, es el
poder de Dios a todo aquel que cree. ¿Qué ha hecho el poder de Dios en nuestra
vida desde el primer momento en que recibimos la gracia de la fe?
El
Espíritu Santo cambia a la gente cuando esta acepta el evangelio. Cuando
hablamos a otros de Cristo, debemos depender del Espíritu Santo para que abra
sus ojos y los convenza de que necesitan salvación. Es el poder de Dios el que
cambia a las personas, no nuestra habilidad o persuasión. Sin la obra del
Espíritu Santo, nuestras palabras no tienen sentido. El Espíritu Santo no sólo
convence a la gente de su pecado sino que también le da seguridad de la verdad
del evangelio.
Los cristianos cometemos pecados, por supuesto, pero pedimos a Dios
que nos perdone y luego continuamos sirviéndole. Dios nos libertó de la
esclavitud de Satanás y nos mantiene protegidos de los ataques continuos de
Satanás. El resto del mundo no tiene la libertad de los cristianos para
obedecer a Dios. A menos que acudan a Cristo con fe, no tienen otra opción que
la de obedecer a Satanás. No hay un lugar intermedio: se es de Dios y se le
obedece, o se vive bajo el dominio de Satanás.
Un ídolo
es todo lo que sustituye a la fe verdadera, cualquier cosa que niega la
absoluta humanidad y deidad de Cristo, cualquier concepto humano que diga tener
más autoridad que la Biblia, cualquier lealtad que sustituya a Dios como el
centro de nuestra vida. Lo que pensemos acerca de Cristo es fundamental en
nuestras enseñanzas, predicación y estilo de vida. Jesucristo es Dios y hombre,
totalmente Dios y totalmente humano al mismo tiempo. Vino a la tierra para
morir en nuestro lugar por nuestros pecados. Mediante la fe en El, podemos
tener vida eterna y el poder para hacer su voluntad.
Todos nosotros debiéramos
responder a las Buenas Nuevas, volvernos a Dios, servir a Dios y esperar
por el regreso de su Hijo, Cristo. Deberíamos volvernos del pecado a Dios
porque Cristo viene a juzgar la tierra. Deberíamos ser fervientes en nuestro
servicio porque disponemos de poco tiempo antes de que Cristo vuelva.
Debiéramos estar preparados para el regreso de Cristo porque no sabemos cuando
vendrá.
Toda la humanidad está dividida en dos partes o esferas: el que
pertenece a Dios y el que pertenece al maligno. Los creyentes verdaderos
pertenecemos a Dios; somos de Dios y venimos, por gracia, de Él, para Él y por
Él; mientras el resto, de lejos la gran mayoría, está en el poder del maligno;
hacen sus obras y apoyan su causa.
Esto comprende a todos los incrédulos, cualquiera sea su profesión,
situación o posición o cualquiera sea el nombre por el que se llamen. El Hijo
guía a los creyentes al Padre y ellos están en el amor y el favor de ambos; en
unión con ambos, por la morada y obra del Espíritu Santo. ¡Dichosos aquellos a
los que es dado saber que el Hijo de Dios ha venido, y tienen un corazón que
confía y descansa en el que es verdadero! Que este sea nuestro privilegio: que
seamos guardados de todos los ídolos y las falsas doctrinas, y del amor
idólatra a los objetos mundanos, y que seamos mantenidos por el poder de Dios,
por medio de la fe, para salvación eterna. A este verdadero Dios vivo sea la
gloria y el dominio por siempre jamás. Amén.